El párrafo citado en el post anterior está casi al final de un artículo de Juan José Sebreli titulado "Aventura y revolución peronista", publicado en la revista CONTORNO en julio de 1956. En esa época, Sebreli formaba parte de una banda integrada por David e Ismael Viñas, Carlos Correas y Oscar Masotta. Después se hizo solista, con los resultados harto conocidos. El contexto en el que aparece ese párrafo es este (el artículo es muchísimo más extenso):
«La repentina aparición de Perón en el panorama político nacional produjo el mismo efecto que una piedra arrojada con fuerza sobre las aguas estancadas de un charco habitado tan solo por ranas dormidas. El torbellino de la aventura incontrolada del peronismo, con sus emboscadas, sus acechanzas, sus peligros, sus persecuciones, sus terrores, sus sorpresas, vino a turbar la monótona vida cotidiana, sin riesgos ni temeridad, en cuya permanencia y aburrimiento habían encontrado la fórmula de la felicidad los pacíficos, los indecisos, los cómodos, que ahora vivían añorando el "paraíso perdido" de aquellos tiempos tranquilos del gobierno conservador, cuando estaban excluidas toda novedad, toda sorpresa, cuando ni un farol se cambiaba de lugar, cuando sólo estallaban rebeliones rigurosamente previstas y controladas. Todo ese mundo de mitos domésticos, de pequeñas cosas queridas -el barrio, el hogar, la escuela, la iglesia, el club, el comité- fueron atomizados por el dinamismo revolucionario, separados en categorías sociales, divididos en factores de producción, disgregada para siempre su antigua intimidad, perdida su confianza, manchado su candor, planificada su espontaneidad, politizadas las ingenuas relaciones de los hombres entre sí. El porteño, el argentino, había dejado de ser una entidad exclusivamente individual y privada. Toda vida se había hecho pública hasta lo más secreto del corazón. Nadie podía ya escapar al mundo, ningún vano, ningún intersticio quedaba ya para los solitarios. En el país del individualismo, de la indiferencia, del "no te metás", de la disponibilidad espiritual, el peronismo nos obligó por primera vez a afirmar nuestras propias vidas en relación con otras vidas, con nuestros semejantes, con nuestros compañeros, aún con nuestros enemigos, por medio del amor o del odio, de la ayuda o de la hostilidad, de la complicidad o de la delación, pero nunca de la indiferencia...
«De este modo, todas las críticas, ciertas o no, al peronismo, no son sino sofismas hipócritas, subterfugios mistificadores y diversiones tácticas, que no sirven, en última instancia, sino para tranquilizar las conciencias de los privilegiados. No nos engañemos, la indignación del antiperonista frente a las torturas, a los estudiantes presos, a los diarios clausurados, a las huelgas rotas por la propia CGT, no es, en el fondo, sino una mal disimulada satisfacción, ya que todas estas injusticias le proporcionan una coartada y la comprometedora prueba de un chantaje moral. El alto industrial o el terrateniente explotarán los sufrimientos que la policía peronista inflinge al estudiante democrático para justificar los sufrimientos que ellos le inflingen al obrero de su fábrica o al peón de su estancia. Toda crítica a la violencia revolucionaria no sirve sino para justificar la violencia de las clases poseyentes y defender, aunque indeliberadamente, el "statu quo"...
«Pero el antiperonista tratará de volver nuestras propias argumentaciones en contra nuestra. Dirá que somos nosotros quienes, en verdad, estamos haciendo una diversión táctica al magnificar las mistificaciones del peronismo. Dirá que tampoco nosotros podemos exigir el abandono de los formalismos democráticos en nombre de una revolución que no se hizo, de una justicia social, una independencia económica y una soberanía política que no encontraron en el peronismo más que un portador infiel sirviéndole de decorado más que de motor.
«No lo negamos, pero, pese a todo, estos principios prendieron en nuestro país gracias a la propaganda peronista. Toda una generación de argentinos fue educada en ese lenguaje revolucionario totalmente desconocido antes de Perón.»
Y ahí viene el párrafo citado en el post anterior. Y después de ello, termina el artículo diciendo:
«Es verdad, Perón mentía a los obreros haciéndoles creer que ellos eran el gobierno, cuando en verdad no lo eran. Pero la cara positiva de esa mentira estaba en que los obreros se fueron familiarizando con la idea de que ellos debían y podían ser el gobierno, de que el gobierno era asunto de ellos. Por eso el peronismo no ha sido un sucedáneo de la revolución social, sino su propedéutica...».
Por supuesto que todos y cada uno de estos pasajes son discutibles, pero, de todos modos, la posición desde la cual están escritos da cuenta de una tensión que entonces atravesaba y aún atraviesa a la sociedad argentina, tensión que no es posible reconocer en el aguachento refugio en el "Bien Común" y la "Probidad Republicana" de todos los fariseos que hoy aplauden y emulan la penosa decadencia en que vive Sebreli.
sebreli en decadencia? jaja. todo aquel que ni piensa como vos esta en decadencia, o es un facho, o un pelotudo, o un hijo de puta. creo que a vos mas que a nadie le corresponden esos adjetivos cuervo. sos un PELOTUDO con mayusculas.
ResponderEliminarPistones de un curioso motor de humanidad
ResponderEliminarresortes viejos de este amor que va.
Memoria hostil de un tiempo de paz sin paz.
Narices frías de una noche atrás.
Besos por celular
las momias de este amor
piden el actor de lo que fui.
Pantalla de la muerte y de la canción,
proyectos de un nuevo spaghetti del rock.
Cíclope de cristal devora ambición,
vomita modelos de ficción.
Remontar el barrilete en esta tempestad
sólo hará entender que ayer no es hoy
que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui.
Besos por celular
las momias de este amor
piden el actor de lo que fui.
Remontar el barrilete en esta tempestad
sólo hará entender que ayer no es hoy
que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui.
en el caso de sebrelli, ayer era un tipo pensante y ahora es un actor de lo que no es, un clown del poder
ResponderEliminarSola, fané y descangayada,
ResponderEliminarLa vi esta madrugada
Salir de un cabaret.
Flaca, dos cuartos de cogote,
Una percha en el escote
Bajo la nuez.
Chueca, vestida de pebeta,
Teñida y coqueteando
Su desnudez.
Parecía un gallo desplumao
Mostrando al compadrear
El cuero picoteao.
Yo que sé cuando no aguanto más,
Al verla así rajé
Pa no llorar...
¡ Y pensar que hace diez años
fue mi locura...!
¡Que llegué hasta la traición
por su hermosura...!
¡Que esto que es hoy un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor...!
¡Mire, si no es pa suicidarse,
que por ese cachivache
sea lo que soy...!
Fiera venganza la del tiempo
Que nos hace ver deshecho
Lo que uno amó.
Este encuentro me ha hecho tanto mal,
Que si lo pienso más
Termino envenenao..
¡Esta noche me emborracho bien,
me mamo bien mamao
pa no pensar!
(Yo creo que esta letra le va mejor a Cerebreli que la de Divididos).
Oscar, luego de ese temprano "enamoramiento" con el peronismo, Sebreli se justificó diciendo: "Mi cultura literaria más que política me llevó a confundir la crítica a una clase social y a un sistema económico injusto con la repugnancia moral y estética por el filisteísmo burgués que representaba cierto antiperonismo de entonces. Como suele ocurrirle a los jóvenes intelectuales pequeñoburgueses, yo buscaba en la política un juego divertido y excitante; la democracia política que propugnaba la oposición al peronismo era gris y tediosa, en cambio el peronismo no daba tiempo para aburrimientos ya que como todo movimiento totalitario necesitaba vivir en la movilización permanente, en el dinamismo más desenfrenado(...)Mi desconocimiento de las particularidades del fenómeno fascista me llevaron a confundir las apariencias seudorrevolucionarias, que son el ingrediente esencial del fascismo que lo diferencia de las derechas conservadoras tradicionales, como una auténtica revolución. La sed de revolución es insaciable en un joven intelectual de izquierda y cuando no encuentra a mano una revolución auténtica cualquier remedo grotesco de la misma basta para calmar la ansiedad."
ResponderEliminarNo me gusta Sebreli, pero la gente que sabe exactamente lo que va a pensar (y postear) dentro de treinta años muchisimo menos.
ResponderEliminar"Increíble pero real..." Veo que la intuición no me falla.Espero los grandes premios...
ResponderEliminarY otra intuición, Oscar: el anónimo de las 14:35...¡¡¡es Juanjo!!!
Hanna:
ResponderEliminarpero tu tìmido "¿Juanjo?" ¿debe tomarse por una respuesta? Hmmmmm....
En cuanto al anónimo de las 14:35, no, Sebreli no usa la palabra "pelotudo". Este anónimo no leyó ni siquiera a Sebreli. Es un burro con ganas no más.
Alejo:
ResponderEliminarla "justificación" es triste, sobre todo esa parte acerca de la "democracia polìtica" que lo ha terminado llevando hacia Lopez Murphy y la Carrió. ¡Y pensar que el tipo se juntaba con Masotta y Correas! ¡¡¡Y leìa a Tran Duc-tao!!!! Qué diría el joven Sebreli del viejo Sebreli.
Otro que no quiere ser alineado con su pasado.
Anónimos de las 20:06:
ResponderEliminares decir, sólo quedan los piolas como vos, que mandan anónimos. Menos mal, el mundo está salvado.
¿"Los grandes premios"?
ResponderEliminarHmmmm...
Saludos
Hanna:
ResponderEliminardamos intervención a la corte de La Haya, pero lo tuyo ¿fue una respuesta? Lo tuyo está más cerca del aguachento Sebreli actual que del joven iracundo.
Fue divertido el concurso. El texto de Sebreli es desordenado pero sugerente. Al menos ahí quiere algo, ahora parece más interesado en castrar que en otra cosa.
ResponderEliminarEvidentemente Hanna dijo algo, pero lo suyo no puede ser considerado estrictamente una respuesta. Así que merece algún tipo de sanción, hay que darle algo, pero que no se pueda considerar estrictamente un premio.
ResponderEliminarSe la debe sancionar regalándole el nuevo número de La Otra.
Pero como notoriamente Hanna es un nombre de fantasía ¿cómo hará para acreditar su identidad?
Hmmmm... (la Corte está pensando)
¿¿Mostrar mi documento??
ResponderEliminarJe...
La semana que viene te toca marcos aguinis, cuervo.
ResponderEliminarNo, vos si que sos un tabano para el poder.
sebreli va a ser leido en el futuro, su critica y su vision del pais, aun cuando haya cambiado de postura por visiones personales, es de todos modos inteligente y muy aguda. vos tenes un blog cuervo. te queres matar. me da bronca que bardees a un tipo solo porque vos pensas que esta equivocado o en decadencia. no seas ridiculo, una uña de sebreli vale mas que tus jueguitos snob en un blog anonimo. saca un libro, presentalo, exponelo ante miles de personas y vas a ver como un boludo te abre un blog en contra acusandote de decadente. fuck you!
ResponderEliminarno era pasolini?? no te puedo creer!! estaba re segura!! qué mal...
ResponderEliminarOjo que habló Pablo Traverso, que sabe lo que dice porque debe haber escrito un libro y lo presentó para miles de personas, sabe quien va a ser leido en el futuro y conoce el valor de las uñas de Sebreli. Argumentos todos de un peso indicustible.
ResponderEliminarDecime dónde puedo conseguir tus libros y la dirección de tu blog, que quiero seguir aprendiendo de vos, y me dejaste con gusto a poco.
Lo de la " mal disimulada satisfacción" ante las injusticias, de parte del peronismo quedó desmentido por los hechos, ya que son mayoría los militantes peronistas que murieron en la masacre de los 76 en adelante. ¿ O se habrán arriesgado por masoquismo? Qué dirá hoy este Sociólogo, desde su mesa del Olmo?
ResponderEliminarmartha
Lo interesante del tema no es que Sebreli haya cambiado de posición, lo que cualquiera puede hacer en su vida, sino que su enfoque juvenil fuera más problemático y complejo, porque en su texto de 1956 él reconoce contradicciones y deja abierta la posibilidad de aceptar las críticas al peronismo como verdaderas. Pero él ahí era capaz de ver eso y decir "no obstante...".
ResponderEliminarCuando formula su justificación por los "errores" juveniles ya perdió esa capacidad para el matiz, y eso lo hace hablar de sí mismo como si antes hubiera sido un estúpido. Pero leyendo el Sebreli 1956 no parece que fuera un estúpido.
El decía: "el peronismo nos obligó por primera vez a afirmar nuestras propias vidas en relación con otras vidas, con nuestros semejantes, con nuestros compañeros, aún con nuestros enemigos, por medio del amor o del odio, de la ayuda o de la hostilidad, de la complicidad o de la delación, pero nunca de la indiferencia...". Eso no parece una idealización, está hablando de una experiencia, dice que el peronismo lo interpeló, lo obligó a salir de las pequeñas certezas idílicas. El Sebreli de hoy ya no se pregunta por esa experiencia que él dejó plasmada en su escritura.
En cambio, el de hoy se refugia en un iluminismo siglo XVIII, habla vágamente de los "demócratas" que se oponían al peronismo, como si se pudiera tildar de demócratas a la revolución libertadora, a los 18 años de proscripción aceptados por todo el resto de los partidos, cómplices de ese autoritarismo autodenominado demócrata. Ese iluminismo tosco, que lo lleva en los últimos años terminar apoyando a Lopez Murphy o Carrió, le restan toda credibilidad a una crítica que ahora le pretende hacer al peronismo por autoritario y no revolucionario, como si él en todos estos años hubiera mantenido una posición revolucionaria o no hubiera apoyado a dos autoritarios de fuste como los arriba mencionados.
Oscar:
ResponderEliminarApoyar a López Murphy o a Carrió no es lo peor que se le puede achacar a Sebreli, de última puede planternos que hay que darles una oportunidad de gobernar (suponiendo que el breve interregno del bulldog en el Ministerio de Economía no haya sido un botón de muestra suficiente). Lo que no se puede admitir es la reivindicación que hace en "Crítica de las ideas políticas argentinas" del primer gobierno de Carlos Menem: "El apogeo económico de los noventa satisfacía a las clases altas en tanto que la estabilidad conformaba a las clases medias y bajas. Aparentemente se daban las condiciones favorables a la conformación de un nuevo bloque hegemónico de la clase dominante. Menem logró lo que nadie -ni Perón- había podido: representaba los intereses de las clases dominantes -con cierto margen de disponibilidad para disciplinar a sus distintos sectores-, a la vez tenía el consenso de las clases subalternas y contaba, además, con el beneplácito de los organismos económicos internacionales y de los Estados Unidos(...)Menem podía aspirar a ser el nuevo Roca."
Alejo:
ResponderEliminarno, por mí puede apoyar a quién quiera, además hay que darle la oportunidad de que gobiernen, que lo hagan: Carrió, Lopez Murphy, Buzzi, De Angeli, yo me muero de ganas por verlos gobernar.
Pero eso me da la medida del retroceso de un pensamiento político de un tipo que supo abrevar en Kojeve y Tran Duc-tao. Vos podés disculpar el cualunquismo berreta de Mirtha Legrand, porque la mina siempre fue una gorila hija de puta y además bruta. Pero de un tipo que en su juventud aportó páginas muy lúcidas sobre la dialéctica del amo y el esclavo, que a sus 80 años termine usando el ejemplo del general Roca!!! para elogiar a Menem... Evidentemente en esa frase hace más ruido Roca que Menem.
Lo que me parece que no cuaja es que un tipo que reivindica a Roca se permita ser sarcástico con el joven que escribió las líneas que él escribió en 1956.