martes, 15 de junio de 2010

Isabelle Toujours



por Alejandro Ricagno

Hace apenas unos post atrás, a propósito de La pianiste de Haneke, Oscar se preguntaba si toda la fascinación del film no residía en que la presencia de Isabelle Huppert hace creíble cualquier personaje, no importa lo perverso, abyecto o sinuoso que sea. Y en ese caso –y pese que a mí me gusta mucho más Haneke que Oscar, como quedó demostrado en los comentarios de ese post- tuve que darle la razón. Esa película con otra actriz, era imposible. O en todo caso hubiera sido una película más chata, más literaria, “camelera”.

Para certificar ese je ne sais pas quoi que la presencia de Isabelle Huppert en la pantalla viene ocasionado hace décadas, bien vale la pena darse vuelta esta semana por la sala Lugones del teatro San Martín, donde Luciano Monteagudo ha convocado un breve pero intenso encuentro con la actriz francesa, y se exhiben al menos tres obras maestras, y dos obras menores, pero interesantes. (Detalle del ciclo acá).

El primer reencuentro es con Amantes (La dentelliére;1977), del suizo Claude Goretta, un film que hace años que no veo, pero cuyo recuerdo permanece nítido en mi memoria como ese plano final en que Isabelle mira a cámara al lado de un afiche de la isla de Mykonos, a la que dice haber viajado, ya con su corazón perdido por abandono, verdaderamente “folle de amour” para siempre.



Por este rol me enamoré de Isabelle.

Su silencio en tiempo de Goretta no era amenazante como luego con Chabrol. Era un lago misterioso en cuyas profundidades no se agitaban monstruosas fuerzas todavía, sino peces, o frutas que no atinaban a decir su nombre, tan solo por timidez o delicadeza. Entonces aún no era la sinuosa (y fascinante) Violette Nozières de Niña de día, Mujer de noche (odioso título que le pusieron aquí al film de Chabrol en época de su estreno, en 1978) sino simplemente Pomme, es decir “manzana”. La pomme Isabelle-Goretta casi como un poème natural: un fruto de apariencia simple, pero de delicado sabor y color de destellos claros.

Ya con Violette Nozières se empieza vislumbrar la otra Isabelle que enamoraría a Chabrol, su prolífica musa a través de las décadas, en siete películas en conjunto hasta el momento. Cuatro de ellas integran el ciclo.

En ellas esa mezcla de fragilidad y cálculo, de fuerza agazapada que estalla en el hielo de una mirada o en un simple gesto. Son rasgos que fluyen entre un erotismo glaseado, una profunda opacidad que de pronto revela algo que no se puede nombrar o saber, esa ambigüedad que roza la locura o una locura calculada. No se sabe nunca; es así con Isabelle “chez “Chabrol, sobre todo. Nunca se sabe cuáles fuerzas la mueven, y por eso Chabrol la elige para dos de sus heroínas más difíciles de clasificar: la Violette parricida de la película homónima, y Marie, la abortera de la Francia ocupada, en Un asunto de mujeres (Un affaire de femmes, 1988).

Ambos personajes comparten la dualidad de ser víctimas y victimarias. Son, por momentos, crueles o dignas de piedad y a veces al mismo tiempo. Una mirada de Isabelle, una risa o un rictus nos cambian la perspectiva, de escena en escena. El pragmatismo de ambos personajes -con la diferencia de clases y de circunstancias históricas que las atraviesan, que Chabrol se encarga bien de remarcar- es el de las que quieren sobrevivir a toda costa, y es a la vez un espejo no hipócrita de la sociedad que las rodea y las ha moldeado. Así actúa Isabelle en las dos películas: como una espejo deformante de los demás, de los burgueses, de las buenas conciencias, de los falsos héroes, del mundo ”respetable”, de los honores; de, en fin, el mundo de los hombres que solo se fijan en mujeres como ellas cuando ya son carne para la guillotina.

Hay que remarcar que los casos de Violette y de Marie están basados en dos casos policiales reales que sucedieron a Francia; uno en el período de entreguerras y el otro durante la ocupación alemana. Las dos mujeres fueron condenadas a muerte. Una zafó; la otra no. (No diré cual así van a ver las dos películas, que no están editadas en DVD por estos lados). Pero me permito agregar unos datos adicionales.

Violette Nozières, la joven adolescente parricida, inspiró a los surrealistas que vieron en ella el símbolo de una heroína a la medida exacta del surrealismo: joven, bella, sexy, supuestamente abusada, y criminal. Incluso sacaron en 1934 un libro de poemas dedicados a ella, del cual el más conocido tal vez sea el de Paul Eluard.



Aquí va en la versión de Aldo Pellegrini de la Antología del surrealismo:

El atreverse y la esperanza
(Violette Nozières)

Cuando el pelícano*
Las paredes de la casa se parecen
Una voz infantil responde
Sí como un grado de trigo y las botas de siete leguas
En una de las paredes están los retratos de familia
Un mono hasta el infinito
En la otra está la puerta ese cuadro cambiante
Por donde yo entro
La primera

Después se charla bajo la lámpara
De un extraño mal
Que produce locos y genios
La niña tiene luces
Polvos misteriosos que ella trae de lejos
Y que se saborean con los ojos cerrados
Pobre angelito diría la madre
Con ese tono de las madres menos bellas que sus hijas
Y celosas.

Violeta soñaba con baños de leche
Con hermosos vestidos de pan fresco
Con hermosos vestidos de sangre pura
Un día ya no habrá padres
En los jardines de la juventud
Habrá desconocidos
Todos los desconocidos
Los hombres para quienes una siempre resulta nueva
Y la primera
Los hombres por quienes una escapa de sí misma
Los hombres para quienes no se es la hija de nadie

Violeta ha soñado deshacer
Ha deshecho
El horrible nudo de serpientes de los lazos de sangre.


Y Marie, la abortera de Un asunto de mujeres, otra antiheroína que recuerda un poco al oportunista Lacombe Lucien, de la película de Louis Malle, es un símbolo del colaboracionismo durante la ocupación. Su amoralidad (no por los abortos en sí, sino por lucrativo negocio personal que descubre en ellos) es la de la sociedad toda que la usa para luego condenarla. No olvidemos que la Marie real es condenada a la pena capital por haber realizado 27 abortos bajo el gobierno de Vichy, que nada decía sobre el exterminio judío del cual era activo participante.

La carnalidad descarnada de Huppert, por así decirlo, con que habita el personaje, la sobrepone al mero símbolo. Una infinita serie de emociones y pensamientos de todo calibre pasan por su rostro durante las dos horas frente a la seca, cortante cámara cuchillo de Chabrol, hasta ese final extraordinario donde Isabelle-Marie llora, clama su rabia, recitando el Salve María más blasfemo de la historia del cine, que haría resucitar y morir de envidia al mismísimo Buñuel. Una de las razones de la que la película jamás se haya estrenado comercialmente por estos pagos aún en épocas de democracia. Y una de las razones por las cuales hay que ir a verla. ¿Cómo decir ese texto y que suene creible y escalofriante a la vez? Sólo Isabelle lo sabe…


Isabelle y Sandrine Bonannire en La ceremonia

Para completar, hay dos Chabrol–Isabel o Isabelle-Chabrol más. Uno magnífico: La ceremonia, esa versión marxista de Las criadas, basada en una novela de Ruth Rendell, donde la “follie social à deux” es compartida entre Isabelle y Sandrine Bonannire. El otro, a mi criterio, es él mas fallido como película, aunque Isabelle, se sabe, es imbatible en la adaptación de Madame Bovary de Flaubert. Creo que prefiero las licencias que se toma Vincent Minelli en su versión hollywoodense de la novela antes quela mirada sociológica de Chabrol. Pero tendría que reverla. Esta también es estreno.

Y por último, queda un buen film de un director ya algo olvidado, el italiano Mauro Bolognini, acá metido hasta los tuétanos con la verdadera Alphonsine, la prostituta que inspiro a Dumas, en La verdadera historia de la dama de las camelias. No; Isabelle no tendrá aquí el halo de la Garbo, más bien tendrá mucha ambición y miseria y sangre. La agonía tuberculosa de Alphonsine, es aquí, creo recordar, cualquier cosa menos romántica y bien hemoglobínica.

Se extrañan en el ciclo la ausencia de otras Huppert, como por ejemplo la mujer araña de Gracias por el chocolate (Mercie pour le Chocolat).Pero con estas cinco Isabelle es más que suficiente para disfrutar de esta mujer que parece cambiar de rostro en cada película. O mejor dicho: conservar el mismo rostro, alimentando las tormentas múltiples que se agitan debajo, y que ella deja asomar, apenas en un pliegue de la boca o en el timbre de la voz de su mirada.

9 comentarios:

  1. Hola Ale: Isabelle Huppert es la mejor, sin duda. Esto es apenas una muestra de aquella retrospectiva que Luciano organizó del 13 al 28 de mayo de 2006, en que faltó que me llevara la carpa y la instalara en el Hall del San Martín. Allí estaban además de las que está ahora: Salvese quien pueda(Goddard);Loulou, Maurice Pialat;Entre nosotras, de Diane Kurys; Malina de Werner SCHROETER.Qwue nunca se había estrenado en la Argentina. Después, La separacion de Christian Vincent, La Ceremonia ( Chabrol); Nada de escándalos,de Jacquot, que compitió en Venecia, La falsa confidente, Saint -CYR, Y AHÍ SI: gRACIAS POR EL cHOCOLATE, lA VIDA PROMETIDA, de Olivier Dahan, y en el hall , de yapa, un documental de Serge Toubiana.
    Martha

    ResponderEliminar
  2. Una actriz como pocas, creo que vi casi todas sus películas. Hace muy poco, una (no me acuerdo del título) en la que ella, junto con su familia, se instala a vivir a la vera de una ruta clausurada, hasta que la reabren, pero la familia insiste en permanecer ahí.
    Muy buena nota, Ale.

    ResponderEliminar
  3. Alguien me dijo algo de sus cejas porque la gente vive molestando, acerca de los famosos, pero ella no es tan famosa por suerte. No me importa nada de sus cejas.
    Por eso me quedo con el film en que Toubiana la sigue, sin revelar nada . Contribuye a que cada uno siga atesorando la imagen de ella , que desee. Listo. Martha

    ResponderEliminar
  4. Martha: No se Donde estaba yo en ese año 2006 para perderme una retrospectiva así! Igual muchas las ví: Coup de Foudre, de Kurys es una pelicula que atesoro en el recuerdo, de Malina seguramente hablaré en le póoximo número de La Otra hablando de mi fantasmático Schroter; esa es la primera adaptación de una novela de la nobel Jelinek, y era sobre la relación de la poeta Ingeborg Bachman con Max Frisch. Una genialidad exasperada. Yo la daba en mi veijo cineclub, con la copia que tenía y creo tenie aún el Goethe. salve quien pueda la vida, la vi hace mucho, Más recuerdo eltrabajo de Huppert en Pasión de Godard. Huppert como belleza píctorica.
    las demás em faltan. Pero si hablamos de ´las últomas Huppert hay que hablar de la madre incestusa de Ma mère, de Christophe Honoré, basado en Mi madre de Bataille, o esa otra madre que quiere vender su casa y sacarse de encima a sus hijos adolescentes tardios de Propiedad privada. Y la de la película que comenta Estrellaa (merci pour el elogio, estrella) que se llama Home y su directora es Ursula Meier.
    Y por ahora dejo porque sino entro tarde a reever La dentillere. Y después les cuento la vez que la Vi a Huppert cara a cara, sin maqullaje, y de jeans y remera en San sebastian 2004.
    Besos a ambas.

    ResponderEliminar
  5. Uh! No me digas que la viste personalmente!Qué grosso!
    En La dentelliere tenía 19 años. La única que no quisiera volver a ver es: "Un asunto de mujeres", por el tema que es durísimo. Pero asimismo la ví dos veces. Y su muerte en : lA VERDADERA HISTORIA DE LA DAMA DE LAS CAMELIAS y Ma mere que la vi...por televisión francesa a la madrugada! Yo no podía creerlo.Traducida. Y ésta de la ruta no, no la ví. Mañana le llevo LA OTRA a Monteagudo , como siempre. Y se la pido , compadre! Martha

    ResponderEliminar
  6. Martha: Volvi a ver La dentelliere. Es increible; no solo no perdió frescura ni poder dramático, sino que creo, hoy aún se puede disfrutar aún más. Quiero decir, hoy pocos filman con esa exquisita sensibilidad de aquel Goretta. Y qué decir de Isabelle! Nunca estuvo tan luminosa como en esta película ( y tan tristemente apagada su luz en la escena final).
    además la copia en 35 mm exhibida en el San martin era de una claridad insuperable. Un must!
    Espero hoy poder llegar para reever Violette Nozierès.
    Y acá la anécdota: Era 2004, mi primer ( y único) San Seabastián. Fue una estancia complicada y un viaje complicado que terminó en depresión.. en fin,ahorro detalles.
    Pero una mañana estaba yo entrando al Kursal, el centro donde se desarrollaba el festival, y de una puerta sale un gordo que mi pisa mal. Cuando estba por putearlo veo que es Chabrol, que se disculpa. Yo le acepto las diculpas, me doy vuelta para decirle algo, y de pronto me choco con una petisita de remera, a la que sin querer le toco una teta. Era Isabelle! que se cago de risa con el paso de comedia Keatoniano que protagonizamos los tres. Yo estaba tan tarado por sejamente choque doble que apenas balbucie algo a modo de disculpa, y ella se rio y me dio un beso en la mejilla. Y eso que decian que es distante y fria! Y despues fui a escuchrala a la conferencia de prensa que dio junto a Chabrol. Le daban el premio a Isabelle por su carrera. Lamentablemente no lleve cámara.
    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Si Martha, me acuerdo de aquella retrospectiva. Un verdadero lujo; creo que vi casi todas. A la Huppert la descubrí cuando en el Lorca vi La ceremonia. No lo podia creer, Esa película marco un antes y un despues en mi mirada sobre el cine. Quede trastornado con esa mujer..a partir de allí la sigo siempre que puedo. Ayer vi La tejedora, traducida como los amantes..Realmente como dice A.R. la copia era un lujo. La historia tambien, el final muy opresivo..el rostro de ella en la escena final, increible. El amor atravesado por la condicion de clase..que tristeza, pero tan real.
    Vi Malina en el cineclub de R. Parodi. Otra vez esta mujer me rompiò la cabeza. Durante no se que Bafici, Shchroeter viajo para estos pagos y Parodi le organizo una recepciòn en su casa. Pudimos tener una interesante charla con el. Hablò un poco de lo que implic El Nuevo cine Aleman para el , de sus cercanias a Fassbinder y de un nombre que no se me fue màs de la cabeza que es Rosa Von Praunheim. Otro descubrimiento para mi!! A proposito de su muerte en el suplemento de Soy de Pagina 12, creo de Abril, saliò una entervista que tuvieron Schroeter y Foucault, muy interesante. Me acuerdo barbaro de Malina..Oscar y Parodi la proyectaron en un ciclo conjunto de Cine y Pensamiento, pero genero màs crìticas negativas que otra cosa.. Va a faltar en esta breve retrospectiva de la Huppert. Una pena... pero el resto no me lo pierdo . Menos La Ceremonia y el Don Giovanni de Fondo!!
    Lukas

    ResponderEliminar
  8. Lukas:
    jaja, me acuerdo de ese ciclo conjunto con Parodi, es cierto, la conjunción no funcionó, dos dispositivos bastante diferentes no se acoplaron. Y sí, Malina no es una película que me agrade.
    saludos

    ResponderEliminar
  9. Lukas: esperá a la Otra 24, ya vas a tener más sobre Schroeter,al que también conocí en una serie de peripecias extrañas....
    Que loco vengo de encontrarme con una amigo de Wener, y me habló de una pélicula de él que yo no conocia Deux, que es (sic Schroter)
    "por Y para Isabelle Huppert! Habrá que conseguirla!

    ResponderEliminar