Visión del mal nº 4: La niebla
Mañana sábado 19 de junio a las 19:30 hs. en Lambaré 873
por oac
El cine estadounidense tiene una rica tradición de fantasías de asedio. Muertos vivos, usurpadores de cuerpos, zombies, enigmas de otros mundos: durante décadas los norteamericanos se valieron del cine para entregarse a las más oscuros y gozosos temores que los acosaban como comunidad. En la sala oscura, los vagos presentimientos lograron plasmarse como pesadillas colectivas. Esta atracción irresistible por los estados persecutorios dio lugar a un género popular, nunca demasiado estimado como manifestación artística. Películas de bajo presupuesto, catalogadas como productos industriales de consumo rápido. A lo mejor esa marginalidad, esa apariencia de artesanía menor, haya permitido una libertad creativa sustraída de la corriente principal. En los rincones oscuros de la industria desarrollaron sus visiones algunos auténticos autores. La clave parece haber sido trabajar con la sustancia misma del cine: las sombra espesa de la sala y un haz de luz intangible y difusa.
Serge Daney dice que, por el carácter mismo del dispositivo cinematográfico, los bordes de la pantalla tienden a cargarse de erotismo, porque en esos márgenes parece esconderse lo que anhelamos ver. Un movimiento de cámara es de por sí una experiencia erótica, ya que nos promete descorrer un velo. Podríamos dar unos pasos más por la senda de Daney: el miedo es una de las formas del erotismo. Vamos al cine, esa caja oscura en la que durante una hora y media renunciamos a la motricidad y por eso mismo a la posibilidad de escapar, para sumergirnos en un mundo fantasmal. La sala puede volverse durante un rato un ataúd en el que nos metemos para tener la sensación de no poder salir. Hay modos y modos de gozar.
John Carpenter es uno de esos directores de la clase B, uno de esos artesanos inadvertidos, que han sabido trabajar con la sustancia del cine. No se requieren estímulos poderosos ni figuraciones impresionantes, sino todo lo contrario: cuanto menos se ve, cuanto más difusa e intangible es la amenaza, más se realiza la potencia cinematográfica. Carpenter pertenece a la escuela de los que no ceden a la tentación de condensar el Mal en los contornos de un cuerpo: Carpenter difumina. La niebla es una presentación del cine mismo en su propio elemento.
Antonio Bay es un pueblo emplazado en una bahía californiana. Es de esos pueblitos iluminados por el faro en los que a la noche se escucha la radio y nunca pasa nada. Antonio Bay es un pueblo maldito en el que, finalmente, una vez cada cien años, pasa algo.
de Carpenter solamente vi Vampiros. hace años que quiero ver La niebla. no me la pierdo.
ResponderEliminarbesos.
De este no digo nada porque Julieta va con las expectarivas altas, y deppues el terror enano le pasa por debjao y ella no la ve...
ResponderEliminarO en este caso decir sólo esto: es un film climatico, por sobre todo ( cuack!)...
ajaja no no, digan lo que quieran... a mí lo único que me asusta son los fantasmas. muertos vivos y asesinos seriales apenas me dan un poco de impresión (en la pantalla, al menos). ¿podré dormir luego de ver La niebla?
ResponderEliminar(la única película que me dejó toda la noche sin dormir (y posta que no dormí en toda la noche. agradezco que la vi en verano y la noche fue corta...) fue La llamada - The ring, en inglés.)
besos.
de todos modos, la película cuyas imágenes sigo recordando de noche, con bastante miedo (aunque trato de no pensar), es el El grito.
ResponderEliminarDiré varias cosas ...
ResponderEliminar1) No me pierdo esta película ni a garrotazos ...
2) Banco el género corré que viene el "chombie" a full ... :P
3) La película La llamada no me asustó nada, ojo me gustó y genera gran suspenso pero no me dio miedo ...
4) Con la película "El Grito" ahí si que se frunce ja ... :P
ajaja me maté de la risa con el 2) ajaja muy bueno...
ResponderEliminar(en el mensaje de arriba me sobra un artículo "el")
la película está buena y por momentos, te sobresalta un poco, pero no llegó a darme miedo. creo que la mejor parte es cuando el cadáver se mueve en la sala de autopsias. y creo también que califica como película de zombies, muertos vivos o como quieran decirles. voto por un ciclo enteramente dedicado a películas de terror o suspenso. sería buenísimo.
ResponderEliminarA mi me llamó la atención el ritmo con el que la película transcurre, el tiempo que se toma para generar tensión, como se señalaba esa noche, como el terror o suspenso alcanza un punto crítico incluso cuando "nada ocurre" y cuando solo hay un peligro que se cierne pero no llega aún a manifestarse ...
ResponderEliminarY si organizasen un ciclo de suspenso y terror de La Otra no solo estaré ahí, quiero estar en el VIP jajaja ...
Veremos que nos trae en el futuro este ciclo Visiones del Mal que viene siendo interesantísimo.