martes, 1 de junio de 2010

Ser Dios y cuidarla



por Eduardo D. Benítez

El estreno -semanas atrás- del último film de Bruno Dumont es difícil de soslayar. Si en Flandres -su film anterior- el conflicto era mayormente bélico; en Hadewijch toda la tensión está volcada hacia el conflicto religioso con la mayor pasión de la que es posible el cine. Celine le da duro a la fe. No es una metáfora jocosa. Es su manera de vincularse con el mundo partiendo de una profunda entrega: llámese Dios ó Amor al objeto de esa búsqueda. Su excesos -pasar el día entero rezando sin comer- provocan su expulsión del convento donde pasa los días como novicia, dado que la Madre Superiora, considera que su "entrega" atenta contra sí misma. Sin embargo, afuera del convento hay un exterior que -de alguna manera- también opera para expulsarla de su incondicionalidad a la que quiere dedicar su vida. Hadewijch es indudablemente no sólo la mejor película de Dumont hasta el momento; sino también una gran reflexión sobre los límites de los vínculos humanos. Muy bressoniano como siempre sí, en su forma de utilizar el montaje por corte directo y una dirección de actores que bordea el ascetismo. Pero también muy cercano a los amores espiritualmente desgarradores del Dreyer de Ordet y Gertrud por ejemplo. Con este simple acercamiento argumental tal vez se diga poco, por eso dejemos de relieve la palabra de su autor que por su paso por el BAFICI 2010 dio una rueda de prensa cuyas afirmaciones -a veces bastante concisas- reproducimos a continuación:

De lo espiritual en el arte:

"No me interesa el aspecto político de la película, sino el aspecto espiritual. Lo que me interesaba acerca del fundamentalismo era preguntarme cómo una joven de 17 años en Moscú puede poner una bomba por amor. La cuestión del amor y la violencia es una cuestión espiritual que la película intenta abordar y mostrar".

Masculino- Femenino:

"En Flandres el personaje principal es un hombre, por lo tanto es más viril que en Hadewijch, está ligado a un instinto de guerra. El personaje de Hadewijch al ser una mujer cambia todo. Ella es mucho más espiritual, mezcla el aspecto violento con el amor".

Amor universal, amor de cine:

"Sociológicamente Hadewijch no representa nada, sino algo relacionado con el sentimiento de puro amor. Es el puro deseo de amar y ser amado. Hadewijch es como el espejo de nosotros mismos…y eso mismo es lo que es un personaje de cine: tiene la función de ser un espejo".

Mr. Natural:

"En general mis personajes son campesinos que tienen una relación con la naturaleza, que representan la naturaleza. Cuando hago un plano de un bosque o de un campo yo no filmo la naturaleza en sí, sino la naturaleza humana. Como no se puede entrar en el corazón del personaje, se puede entrar en el corazón de la naturaleza; entonces cuando la vemos a Celine caminando por el bosque es como si entráramos en su corazón. Esa es una metáfora de las cosas materiales".

La dirección de actores:

"No trabajo con actores profesionales y por eso paso mucho tiempo buscando al personaje que me imaginé cuando escribí. El personaje que me había imaginado comencé buscándolo en los conventos. Pensaba que tenía que trabajar con alguien religioso porque me parecía que podía testimoniar el amor que tenían hacia Dios pero finalmente no fue así. Los actores que finalmente participaron en el film no son religiosos, son cinematográficos. Julie Sokolowski ni siquiera es creyente ni actriz, ni quiere serlo. Ni siquiera sabía cómo poner las manos para rezar".

"La actriz no conocía el guión sino que hizo su actuación ciegamente. Por eso es una actuación bastante curiosa porque actúa sin ver. Considero que el actor no tiene necesidad de comprender, al contrario cuanto más se ignora el guión mejor se actúa. La actriz tenía miedo de actuar y ese miedo se transmite en la sensibilidad del personaje. Yo aproveche el miedo que le generaba actuar, ese miedo que sentía alimentaba más su sensibilidad. Eso no se puede explicar, por eso los actores no tenían el guión".

"Ninguno de mis actores es profesional. De hecho la madre superiora es una profesora de filosofía de la Sorbona que es profundamente atea".

2 comentarios:

  1. Faaaah, qué comentarios fuertes los de este director. Me acuerdo que las entradas de Hadewijch se agotaron al toque en el BAFICI, y me daban ganas de verla... Ahora podré. Copado el tema, copada la visión del director...

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  2. Excelente el comentario
    Gracias. Martha

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