"¿Por qué el peronismo es la única opción? Porque si es derrotado, lo que viene después es borrar todo" le dice Alejandro Kaufman a Carlos Barragán. Un programa para descargar clickando acá.
En estos días volvió Lanata a la radio y tuvo la oportunidad de justificar y hasta culpar a Kicillof por la patoteada que sufrió: "“Si Kicillof en lugar de ser un pibito soberbio hubiera hablado con la gente, cambiaban las cosas en el Buquebús”, dice Lanata. Parece la consagración del derecho al linchamiento y la condena de las víctimas del mismo: te insultan, te rodean, te echan y vos sos el culpable porque tenías que haber respondido a las patoteadas con argumentos. El tipo de justificación que consagra Lanata (precedido por otros voceros de la derecha mediática como Gustavo Noriega y Ari Paluch) se inscribe en una lógica que prepara la posibilidad de nuevos actos de mayor gravedad. La violencia simbólica que se inyecta cada día desde los medios derechistas prepara el terreno para la más directa violencia física. No hace falta abundar en detalles acerca de la práctica cotidiana del insulto y la injuria con que Lanata o Elisa Carrió justifican por adelantado cualquier linchamiento. Los comentarios de lectores de las ediciones digitales de los medios de derecha (Clarín y Perfil, especialmente, y en menor medida La Nación) instalan un grado de violencia que puede preparar otras peores. Ya se vio en los cacerolazos: no solo los carteles y las consignas racistas y con exhortaciones a la muerte, sino actos de violencia concreta contra periodistas y un clima de intimidación a todo aquel que planteara interrogantes sobre la legitimidad de esa violencia, como pude comprobar personalmente cuando intenté dialogar con los caceroleros.
Este crescendo simbólico que puede convalidar futuras violencias mayores, e incluso intentos de golpe y persecusión política, parece no encontrar una respuesta adecuada de parte de quienes adherimos al gobierno. Nuestros recursos argumentales parecen ineficaces. Cuando Clarín le otorga a Lanata la voz cantante, pasa a una nueva fase que desecha la posibilidad de la lucha argumental e instaura el insulto y la demonización sistemáticos. Podemos aventurar que en este año electoral la gimnasia de la injuria, la violencia de género y el insulto racista va a agudizarse. La derecha quiere provocar respuestas de violencia equivalentes. Caer en eso sería dirimir la lucha en un escenario que por tradición le es propicio a esa derecha golpista: las clases dominantes saben de sobra aplicar la secuencia "estigma/masacre".
Del lado del kirchnerismo tenemos el esquema 678, que se creó para otra coyuntura. La respuesta a una agenda impuesta cada día por la derecha, el tener que dar lugar a funcionarios que salgan a defenderse de las injurias, el recurrir al viejo truco de los archivos que demuestran las contradicciones de las figuras políticas, ya son recursos ineficaces y agotados. Eso es lo que quise decir cuando dije que 678 es un esquema agotado. No se trata de abogar por el levantamiento de un programa ni de pedir que cambien los panelistas, ni de hacer objeciones estéticas, mucho menos de "disparar" contra los amigos. Se trata de constatar la poca flexibilidad de un recurso político, su ineficacia. Hay aquí un doble problema: ideológico y técnico. Un formato televisivo no sale de la nada, sino de la concepción política desde la cual se lo piensa. Desde el lockout patronal agrario pasaron ya 5 años. Lo que se agotó es una política comunicacional cuyo único recurso es el estilo Gwirtz de los informes binarios contra el clarinismo. ¿Por qué en la TV Pública no hay otros espacios que incluyan a nuevos actores políticos y comunicacionales, nuevos estilos y otro ejercicio del pensamiento que nos permitan cuestionar nuestras propias posiciones?
En la TV Pública no los hay y no sabemos si los habrá. Por eso cada noche nos limitamos a esperar 678 y al final del programa sentimos una nueva decepción. Un blog como este, colocado en los márgenes, puede darse el lujo de ensayar otras posibilidades que en el centro del oficialismo no aparecen. Es lo que venimos haciendo.
El 24 de agosto pasado Alejandro Kaufman estuvo en el programa de medianoche de Carlos Barragán en Radio Nacional. La radio de la medianoche puede ser también un margen propicio para el autocuestionamiento que no es posible en los lugares centrales. Recomiendo efusivamente que escuchen el audio completo de este programa, del que acá transcribo apenas el comienzo:
Kaufman: La violencia simbólica es una violencia que no es física pero tiene un correlato y consecuencias eventualmente físicas. Y precede a la violencia física. Siempre que va a haber violencia física viene precedida por la violencia simbólica. En los colectivos sociales la violencia no ocurre de repente. Cuando se trata de situaciones de linchamiento, de discriminación, de racismo y de genocidio antes hay una sistemática situación de violencia simbólica que puede durar mucho tiempo y que se parece mucho a lo que está ocurriendo en estos años. Todavía no se comprende bien ese problema, el peronismo no lo comprendió porque es un movimiento político y no se vive a sí mismo como víctima, sino como resistente, como luchador. Hay un conflicto entre defenderse de la violencia simbólica y hacer política. Si el peronismo no fuera como es, si se hubiese puesto en una posición de víctima, te puedo asegurar que la masacre de 1955, de centenares de personas en la Plaza de Mayo, crimen de lesa humanidad indudablemente, sería recordado y conmemorado como el peor atentado de la historia argentina. Y eso no es así: en la propia resistencia peronista se hablaba de bombardeos, como si no hubiera muerto nadie ahí.
En las democracias modernas las cosas han cambiado un poco y aparece la problemática de los derechos humanos. Y los derechos humanos están relacionados con combatir la violencia simbólica, porque esta precede a las atrocidades. Carrió, por ejemplo, no está loca, lo que hace es construir un arma letal de tipo verbal que está disponible para cuando sea necesario usarla, es un arma linchadora. Cuando ella dice "lo que viene ahora es Rumania y Roma", está llamando al linchamiento de la presidenta.
En las democracias modernas las cosas han cambiado un poco y aparece la problemática de los derechos humanos. Y los derechos humanos están relacionados con combatir la violencia simbólica, porque esta precede a las atrocidades. Carrió, por ejemplo, no está loca, lo que hace es construir un arma letal de tipo verbal que está disponible para cuando sea necesario usarla, es un arma linchadora. Cuando ella dice "lo que viene ahora es Rumania y Roma", está llamando al linchamiento de la presidenta.
Esto nos lleva a una de las debilidades que tenemos en este momento: esto no es una discusión sobre argumentos, no es una discusión sobre la verdad y la mentira, lo que hacen no es representar a la realidad de un modo falso, sino insultar. Cuando vos insultás, cuando alguien te compara con un cerdo [como hizo Lanata con Barone], eso implica el ejercicio de una violencia que sepulta la posibilidad de todo diálogo. Si alguien te grita y te insulta, no está hablando con vos, entonces no le podés replicar con argumentos.
Barragán: Ahí hay un nivel de psicopatía, porque el mismo tipo que te dice que sos un ladrón y que sos un chancho, te dice "vos sos un fascista que no querés conversar conmigo".
Kaufman: La injuria, el insulto busca vulnerarte, mancharte, de modo que vos no puedas permanecer sentado junto al otro. El que insulta lo que busca es debilitarte, desmoralizarte. Clarín lo que hace es insultar, injuriar, todos los días, todo el tiempo. Eso produce un efecto.
Barragán: Esto no es que hay un grupito de inadaptados, está el poder detrás de eso.
Kaufman: El poder ha hecho eso siempre: con los esclavos, con las brujas, con los judíos, con los negros, con los colonizados, con los indios. Es lo que pasaba en los campos de concentración. Primero tenés que hacer que una persona deje de ser persona, que se convierta en una basura. Lo hicieron los genocidas es organizarlo sistemáticamente para que funcionara en serie. En la vida común también ocurre en otra escala muy diferente, pero no es ajena a eso. Busca derrotar al adversario a través de esos métodos, no le da cuartel, no lo puede escuchar, no puede convivir con él.
El problema de fondo de la Argentina es que las clases dominantes no pueden aceptar el piso que estableció el primer peronismo. No es una cuestión de que argumentes nada, porque no lo quieren aceptar, quieren borrarlo, volver a como era antes, quieren volver al año 40. Es una cuestión de distirbución de la riqueza y de derechos. ¿Sabés lo que produce tanto odio? La persona que adquirió derechos es otra persona, no la podés tratar como una basura. Las clases dominantes no aceptan eso, no aceptan tener una economía que sea compatible con este piso de derechos. ¿Por qué el peronismo es la única opción? Porque si es derrotado, lo que viene después es borrar todo. Eso está en el aire, de esos hablamos todos. Si no hay re-reelección porque si no la hay...
Barragán: ¿Entonces por qué después nos parece una perversión el binarismo? ¿Qué otra cosa que no estar de aquí o de allá?
Kaufman: El problema del binarismo es que es ineficaz. Si el que te insulta te lleva a vos a responder del mismo modo, ganó él. La política de 678 era oportuna durante un momento, el primer año 2009, relativamente. Pero después empezó a perder eficacia, porque el espectáculo de ver que uno miente y el otro desmiente permanentemente, eso confirma una metodología de la mancha y el insulto que la gente lo que intenta es alejarse de eso. Es como la riña de gallos. ¿Qué querés ver en eso? Que uno quede muerto y otro quede vivo, pero eso no es lo que queremos para la vida en común...
Después la charla entre Barragán y Kaufman sigue y se interna por terrenos tanto o más problemáticos: el amarillismo, la violencia de género y de clase que se practican no solo en los medios de la derecha, sino incluso en algunos del propio kirchnerismo (Kaufman señala concretamente a la productora PPT; a lo que podríamos agregar, después de haber visto el pernicioso amarillismo de C5N en estos últimos días, a los medios de Cristóbal López) y la necesidad de que la violencia simbólica que propagan los medios sea criticada en el marco de la lucha por los derechos humanos. El programa completo se descarga acá: acá.
Gracias por colgarlo y permitir la escucha.
ResponderEliminarSobre el tema del peronismo, oscar, acabo de postear esto, Oscar, no sé si tenés opinión:
ResponderEliminar"La Constitución votada por el Congreso durante el peronismo fue anulada por la Revolución Fusiladora, un Gobierno surgido de un golpe de Estado. Sin embargo, en ningún momento de las diversas etapas democráticas hubo argumentos a favor de reinstaurarla. Ni siquiera ahora. No entiendo por qué. ¿Alguien? "
No sé Comandante: hay una Constitución sancionada de 1994 que me parece que es legítima desde el punto de vista jurídico. Habría que preguntarle a alguien que entienda de Derecho Constitucional. Saludos
ResponderEliminarAcabo de linkear a tu comentario en el post. Saludos.
ResponderEliminarMientras descargo el audio, algunas ideas:
ResponderEliminarCuando el primer cacerolazo del año pasado, me daba la sensación de que el reclamo básico del cacerolero al gobierno, a la "autoridad" de la que juegan a ser los rebeldes, era: "quiero que me hablen". Es decir, en el fondo lo que buscaban era una reacción, cualquiera, de reconocimiento. Queda en el imaginario particular de cada reclamante, pero podrían haber esperado algo así: "si, la verdad es que tenemos algunos problemas con el indec", o "si, la delincuencia es un problema serio, podemos pensar en tales o cuales planes concretos", etc., ad. infinitum.
O, por la inversa: esperaban que los insulten, o hasta que los repriman. La cuestión es: quieren ser reconocidos.
Si el opositor acérrimo no soporta escuchar ni 10 segundos un discurso de la presidenta, o a cualquier funcionario de gob., o a cualquier kirchnerista, sin que se le hinchen las venas, creo que una condición necesaria es que en el fondo, directamente, no haya contacto, no haya "código" común. De ahí es que lo único que interpretan y pueden decir de eso es cosas tales como "mentiras", "falsedades", "intencionalidades ocultas", o se ofenden porque Cristina "sobreactúa su duelo", etc.
Esto no es justificarlos. En el fondo se comportan como chiquilines que se portan mal para llamar la atención y piden autoridad a los gritos. Y hasta es gracioso, puesto que la autoridad que en las palabras exigen se aplique sólo a los demás, deliran con que se les aplique a ellos por uno u otro lado, con sus delirios de "dictadura".
Y cada uno por su lado son unos locos sueltos, pero se juntan unos cuantos y te arman por ejemplo lo de Kicillof, aplicando "autoridad" por mano propia. O, más cotidianamente, y más dañino por la extensión, excluyen o se excluyen en sus ámbitos laborales, familiares, amistades, etc. Pero, ¿cómo comunicarse con ellos?
Haber roto con Clarín no fue gratis. Creo que no alcanza con verlo desde el punto de vista de que antes influía en la opinión pública "a favor" y ahora lo hace "en contra". Que esté "en contra", lo que tiene de dañino, siendo el pulpo que era y es, es que rompe nexos. A través de ellos, ya no pasa la palabra del gobierno. Y al gobierno, a través de ellos, ya no se le reconoce ser autoridad alguna en nada, de la que el "ciudadano" consumidor de alguna de las ramas del multimedios, pueda esperar siquiera algo.
Ahí es que 678 ya no alcanza para seguir sumando a recrear esos nexos mediáticos rotos post 125 entre el estado y buena parte de la ciudadanía, aunque hizo su parte -que también tuvo cierto costo, en profundizar algunas trincheras.
Y, puede que sea una cuestión personal, pero, creo que un programa abarcativo (en todo sentido) de "análisis de medios", podría en cierta medida llegar, comunicar ciertas ideas por un camino alternativo. Cualquiera de los produtos PPT, por ejemplo, además de ser directamente partidarios y por eso refractarios a mucha audiencia, cuando tocan lo político, le entran de modo muy directo, chocante para muchos, incluso para los "no-opositores", pero desinteresados en política. Podés comunicar mucha, mucha política, analizando medios, sin siquiera mostra ni hablar de un solo político. O, si querés desarmar el "discurso clarin-oposición", podés ayudar a hacerlo sin siquiera nombrarlos.
Y algo así podría tener cabida justificada en la TV pública, si es que enfoca sus lecturas desde problemáticas sociales de interés público (de clase, de género, políticas, históricas, largo etc.)
En otro orden, es algo de lo que pasa si mirás, por ejemplo, Visión 7 Internacional. Temas internacionales, cero política interna; pero cuánto más claro se ve el país acá adentro desde lo que ves, medio, "desinteresadamente", ahí afuera.
Muy buen post! Lo he dicho alguna vez en este mismo sitio: Kaufman fue profesor mío, y lo recuerdo con mucho cariño. Adhiero completamente a sus palabras. Gracias por colgar la entrevista.
ResponderEliminarUn abrazo!