por Liliana Piñeiro
En ocasión de ser designada Capital Europea de la Cultura en 2012, el municipio de la ciudad portuguesa de Guimaräes convocó a cuatro directores para la realización de un film como homenaje. Tomando como referencia distintos aspectos de la cultura portuguesa, en Centro Histórico participaron Aki Kaurismäki, Pedro Costa, Víctor Erice y Manoel de Oliveira.
Kaurismäki es al cine lo que Edward Hopper a la pintura: ambos encontraron las imágenes precisas, habitadas por la soledad, tan frecuente en las grandes ciudades. La acentuada inexpresividad de sus actores es toda una declaración de principios, ya que se entiende que ningún gesto podría dar cuenta de la oscura desesperación que asoma en ciertos rostros. Aquí se trata de un tabernero que fracasa: en su negocio, en una conquista amorosa. Una frustración ambientada en una típica calle portuguesa, nos pone en clima.
A continuación, el segmento dirigido por Pedro Costa (lamentablemente, no traducido al español en la copia presentada en este Bafici) filma la emoción desde otro ángulo: hombres, mujeres y niños de raza negra llaman a Ventura, un personaje que parece haberse perdido. Acto seguido, vemos a Ventura como un enfermo extraviado entrando al ascensor de un hospital. Allí se encuentra con la estatua de un soldado portugués, posible participante de la Revolución de los Claveles, que derrocara a los fascistas. ¿Locura y lucidez? Diálogo mudo, diálogo con las voces de la Historia: aquí se percibe en los ojos el sufrimiento ancestral del pueblo sojuzgado en las colonias portuguesas de África.
La ironía de Manoel de Oliveira encuentra su tono justo en un paseo turístico. ¿Es posible el encuentro entre los turistas y el conquistador Alfonso I? ¿Está el conquistador amenazado por las cámaras fotográficas? La broma es también una crítica a la banalización que provoca el consumo.
Intencionalmente, dejo para el final mi comentario sobre el segmento de Víctor Erice. El director filma el testimonio de los trabajadores de una fábrica textil, inaugurada en el siglo XIX, que recientemente ha cerrado sus puertas. Son numerosos los ejemplos de este tipo que hemos vivido en nuestro país, durante la crisis del 2001, para saber muy bien los dramas personales que estos episodios desencadenan. Erice deja hablar a la gente frente a la cámara, contándonos sus experiencias, sus sueños y sus frustraciones, vividas en ese lugar. Y el resultado es conmovedor. Las horas de vida dedicadas al trabajo, la explotación subyacente, y la pérdida de sentido que surge con el cierre de la fábrica, nos dejan un sabor amargo. La recorrida que hace la cámara por una foto antigua, encuentra en los rostros de los obreros de principio de siglo la misma tristeza. Nos miran y nos interpelan: algo quieren decirnos…
¿Qué es la felicidad?, se pregunta una anciana al contemplar la foto, casi al final de su vida. Y en esa pregunta todos nos reconocemos, a sabiendas de que la respuesta nunca será satisfactoria.
Yo la vi el martes en el Village Caballito, y el segmento de Pedro Costa sí estaba subtitulado. Afortunadamente, porque fue lo que más me gustó de este BAFICI. Retoma a Ventura, personaje central de la película "Juventude em marcha", del 2006 (que como en la mayor parte de sus películas, trabaja con personas reales a quienes hace actuar de sí mismos, ficcionalizando en parte su vida real, siempre en el barrio de Fontainhas, en Lisboa). Aquí, Ventura se enfrenta, a través de este fantasma/estatua/soldado, compañero de lucha en la Revolución de los Claveles, con las voces de su juventud. Una evocación desde el contexto actual sobre el sentido de la lucha y de la revolución, frente a la vejez y la enfermedad, la sensación de derrota, y la profundidad del cansancio por el que está atravesando. Con sólo dos personajes en un ámbito cerrado, pinta de manera evocativa y fantasmal, el presente atroz de Portugal, y hace una profunda reflexión sobre su historia reciente.
ResponderEliminarEl testimonio de la mujer de 77 años me partió al medio. Sobre todo cuando habla mirando la foto del salón comedor. Erice es sinónimo de tiempo y distancia...reflexión
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