por Carmen Cuervo
La película de Sebastian Mez retrata Mayak, un lugar de los Urales de Rusia, fronterizo a Asia. El documento se realiza 55 años después de una explosión nuclear que dejó una inmensa cantidad de residuos radioctivos en toda la zona.
La película de Sebastian Mez retrata Mayak, un lugar de los Urales de Rusia, fronterizo a Asia. El documento se realiza 55 años después de una explosión nuclear que dejó una inmensa cantidad de residuos radioctivos en toda la zona.
Es un documental pero para mí fue la más terrible historia de ciencia ficción vista últimamente, cuyas imágenes no dejan de dar vueltas por mi alma y mis pesadillas. En blanco, negro y grises la radiación penetra en todo lo vivo de una manera ostensible y funesta. Está en el gris plomo del cielo que se ha nublado para siempre, puede tocarse en la textura endurecida del agua envenenada del río, en los ojos brillosos de los peces, en sus bocas ahogadas. La radioctividad es una niebla blanca que produce el más silencioso de los pánicos y que transfigura los árboles en restos de árboles invadidos por la corrosión que los hace más parecidos a huesos secos que a árboles. La radiactividad deifundida en las caras arrugadas de los ancianos y en los ojos desviados de los niños. Si hubiera una guerra nuclear, la gente de Mayak igual no tendría por qué preocuparse.
Sin dudas las imágenes más tremendas, bellas y perdurables que vi en el BAFICI.
Coincido plenamente con tu apreciación. Una película de una gran belleza y crudeza a la vez. La charla con el joven director al final aclara muchas preguntas que a uno le quedan rodando por la cabeza.
ResponderEliminarTe dejo mi entrada sobre la película por si te interesa. Fue la primera película de mi primer Bafici, y no me equivoqué en elegirla.
http://razondelgusto.blogspot.com.ar/2013/04/mi-primer-bafici.html