ANTOJO Dúo Salteño: un programa para escuchar clickeando acá
El programa sobre la hermosa música del Dúo Salteño, un estilo artístico que parece tener cada vez menos lugar en la escena folklórica, lo pueden escuchar clickeando acá.
El lunes pasado, para anunciar el capítulo 16 de la segunda temporada de ANTOJO, citábamos a quien fue nuestro invitado de esa noche, el poeta y ensayista Carlos Aldazabal: "Estudiar la producción estética del Dúo Salteño (...) significa, justamente, recuperar zonas del discurso que lo más reaccionario del género folclórico, y específicamente de la música folclórica de la provincia de Salta (cuya consolidación en la industria de la música podemos fechar en 1950, de la mano de Los Chalchaleros) se había encargado de silenciar, y que posteriormente, globalización mediante, volvió a ocluir: la representación de sujetos populares con un fuerte componente étnico y clasista, sectores subalternos a los que el esencialismo folclórico había reducido a "paisanos" y a "chinas", símbolos vacíos de una identidad nacional uniformadora que, al igual que la globalización de los 90, transformaría la densidad de los particularismos en simplificaciones esquemáticas".
Las palabras de Aldazabal vienen a cuento, no solo a propósito de este dúo que a fines de los 60 representó una enorme renovación de la música de raíz folklórica, sino también del panorama actual de la música popular, tal como se puede observar en muchos festivales que se hacen en distintas provincias. La escena parece estar copada cada vez más, no ya por grupos tradicionalistas como los Chalchaleros, sino por productos industriales del llamado "folklore pop", una categoría difusa que elimina las diferencias regionales, estilísticas e ideológicas para esquematizar un género al servicio de las demandas del mercado discográfico y festivalero. Este folklorismo pop tiene entre sus principales exponentes a Los Nocheros, Luciano Pereyra, Soledad y Abel Pintos. ¿Qué lugar hay para expresiones musicales que esquivan esa homegeneización y producen una tensión entre la tradición y la innovación y, por lo tanto, requieren una escucha más abierta y más precisa? El Dúo Salteño, integrado por el Chacho Echenique y Patricio Jiménez, asociados a músicos como el Cuchi Leguizamón y poetas como Manuel J. Castilla y Armando Tejada Gómez, recreó las formas del canto bagualero con un tratamiento vocal audaz, complejo y exquisito, como puede notarse en el video de arriba. Una música hermosa y extraña, aclamada hace 45 años en Cosquín, un lugar que hoy parece reacio a cualquier audacia artística.
Hace poco en Cosquín la histeria de los números comerciales que acaparan la trasmisión televisiva llevó a Juan Falú y Liliana Herrero a una situación enojosa, cuando tuvieron que salir a hacer su homenaje a Eduardo Falú a las 3 de la mañana y sin prueba de sonido. Falú mostró su malestar: "Hay símbolos que tienen que ver con nuestra patria y con nuestra cultura que es necesario saber respetar, como esta guitarra criolla, sin enchufe, que nos ha engalanado por todo el mundo. Por eso merecíamos el tiempo para poder hacer una prueba de sonido antes de actuar, no por nosotros sino por respeto a ustedes y al homenajeado. Hay mucha tecnología acá, entonces hagan sonar bien una guitarra criolla, por favor”. Liliana Herrero también mostró su malestar: "quiero decirles que no es fácil tocar en Cosquín, no es este un horario para homenajear a un grande como Eduardo Falú, debimos haber tocado antes, debimos haber probado sonido, debimos haber tenido un sonido donde pudiéramos escuchar; este no es un modo de homenajear a un grande de la historia que no está en horario central, sino que está en el horario central de la historia". Los organizadores de Cosquín, molestos porque los artistas manifestaban su protesta en público, terminaron de denigrar el homenaje sacándolos abruptamente de escena para dar paso al número siguiente. (Ver acá)
Las palabras de Aldazabal vienen a cuento, no solo a propósito de este dúo que a fines de los 60 representó una enorme renovación de la música de raíz folklórica, sino también del panorama actual de la música popular, tal como se puede observar en muchos festivales que se hacen en distintas provincias. La escena parece estar copada cada vez más, no ya por grupos tradicionalistas como los Chalchaleros, sino por productos industriales del llamado "folklore pop", una categoría difusa que elimina las diferencias regionales, estilísticas e ideológicas para esquematizar un género al servicio de las demandas del mercado discográfico y festivalero. Este folklorismo pop tiene entre sus principales exponentes a Los Nocheros, Luciano Pereyra, Soledad y Abel Pintos. ¿Qué lugar hay para expresiones musicales que esquivan esa homegeneización y producen una tensión entre la tradición y la innovación y, por lo tanto, requieren una escucha más abierta y más precisa? El Dúo Salteño, integrado por el Chacho Echenique y Patricio Jiménez, asociados a músicos como el Cuchi Leguizamón y poetas como Manuel J. Castilla y Armando Tejada Gómez, recreó las formas del canto bagualero con un tratamiento vocal audaz, complejo y exquisito, como puede notarse en el video de arriba. Una música hermosa y extraña, aclamada hace 45 años en Cosquín, un lugar que hoy parece reacio a cualquier audacia artística.
Hace poco en Cosquín la histeria de los números comerciales que acaparan la trasmisión televisiva llevó a Juan Falú y Liliana Herrero a una situación enojosa, cuando tuvieron que salir a hacer su homenaje a Eduardo Falú a las 3 de la mañana y sin prueba de sonido. Falú mostró su malestar: "Hay símbolos que tienen que ver con nuestra patria y con nuestra cultura que es necesario saber respetar, como esta guitarra criolla, sin enchufe, que nos ha engalanado por todo el mundo. Por eso merecíamos el tiempo para poder hacer una prueba de sonido antes de actuar, no por nosotros sino por respeto a ustedes y al homenajeado. Hay mucha tecnología acá, entonces hagan sonar bien una guitarra criolla, por favor”. Liliana Herrero también mostró su malestar: "quiero decirles que no es fácil tocar en Cosquín, no es este un horario para homenajear a un grande como Eduardo Falú, debimos haber tocado antes, debimos haber probado sonido, debimos haber tenido un sonido donde pudiéramos escuchar; este no es un modo de homenajear a un grande de la historia que no está en horario central, sino que está en el horario central de la historia". Los organizadores de Cosquín, molestos porque los artistas manifestaban su protesta en público, terminaron de denigrar el homenaje sacándolos abruptamente de escena para dar paso al número siguiente. (Ver acá)
El lunes, mientras estábamos con Adazabal haciendo nuestro ANTOJO dedicado al Dúo Salteño, nos llegó desde la provincia de Salta otra triste evidencia de este bastardeo. Durante la Serenata a Cafayate se produjeron un par de momentos de tensión. El primero fue cuando estaba actuando nada menos que la legendaria coplera Eulogia Tapia, conocida como La Pomeña. El público interrumpió la actuación pidiendo a gritos a Los Huayras. El segundo momento de tensión ocurrió cuando tocaba el bandoneonista salteño Dino Saluzzi. Un público cerrado e intolerante se puso hostil. "Bueno Cafayate -dijo Saluzzi-, es evidente que en realidad no podemos bajo ningún aspecto luchar contra los depredadores del folklore. Es inútil el crecimiento. Nos han destinado a la ignorancia, a la fatalidad y al fracaso. Desde este escenario, juro no pisar nunca más un escenario folklórico" dijo, y se retiró. Desde la puerta de su camarín, y muy enojado, agregó: “No me ha ido bien, este no es lugar para mí seguramente. La reacción del público… el público me ha rechazado esta vuelta. Y no se puede vencer al público, con la música no se pelea. Voy a hacer lo mío, lo que hice siempre, lo que hice en mi casa, afuera, nada más. Porque pisar un escenario folklórico es compartir con gente que tiene otra expectativa con respecto al folklore”. (Completo acá)
¡Hay que ser sordo para chiflar a Saluzzi!
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