martes, 24 de marzo de 2020

La canción de las bestias

La otra.-radio, nueva época, primer programa, segundo bloque, para clickear acá


Todas las bestias sufrimos sin parar
lloramos nuestras penas en silencio
todos los horrores que recaen sobre mí
los canto y los transformo en bondad.

No puedo evitar hacer el daño y después
mi corazón se rompe en mil pedazos
mi alma es una casa donde vive el amor
y las más profundas fantasías del terror.

La pregunta es cómo creen que se puede arreglar
un mundo donde todos llevan la razón
la respuesta es que los bellos de espíritu caerán también
ausentes en el valle de la muerte.

Me produce una gran curiosidad
la búsqueda y la ausencia de sentido
avanzan los ejércitos del bien y el mal.

La pregunta es cómo creen que se puede arreglar
un mundo donde todos llevan la razón
la respuesta...
Si me preguntan qué quiero cantar
es la canción de las bestias.

Hace mucho frío y nadie puede descansar
el futuro no es más que un gran desierto
las bestias nos juntamos en las calles a beber
los restos de lo que fue una gran ciudad

La pregunta es cómo creen que se puede arreglar
un mundo donde todos llevan la razón
la respuesta...
Si me preguntan qué quiero cantar
es la canción de las bestias.

Todas las bestias sufrimos sin parar
lloramos nuestras penas en silencio.
La aparición de La conquista del espacio, el nuevo disco de Fito Páez, luego del extraordinario y desmesurado La ciudad liberada, vino a coincidir con la declaración mundial de la pandemia del Covid-19, coincidencia que de ahora en más va a teñir a este puñado de canciones concebidas en un contexto cronológicamente cercano pero históricamente irreversible. Será inevitable escuchar cada una de las canciones de La conquista del espacio en términos de presagio o de despedida a un mundo que ya no volverá. También nos podríamos preguntar cuáles de los asuntos que Fito trata en su nuevo disco siguen inalterables, después del descalabro civilizatorio causado por la propagación del virus, los intentos de mitigación mediante el aislamiento de la población, los estados de excepción, el parate de las actividades productivas y culturales y el cambio brusco de hábitos personales y colectivos. ¿Qué canciones quedarán en pie en esta invitación a conquistar el espacio que Fito nos propone? Es rápido para decirlo, aunque las varias interpretaciones sobre la obra es lo único que no se podrá detener.

La propia presentación en vivo del disco en un estadio de Rosario tuvo que ser suspendida por las medidas sanitarias de distanciamiento social. Fito remplazó el ya convencional concierto de rock multitudinario por una trasmisión por streaming desde su propia casa, con el músico solo al piano haciendo algunas de las canciones de su nuevo disco, junto con otras de su repertorio tradicional y algunos covers más bien inesperados ("Esta tarde vi llover" de Manzanero, "Gracias a la vida" de Violeta Parra", "Desde que o samba é samba" de Veloso y Gil y "Ring Them Bells" de Bob Dylan). La actuación íntima llegó a ser vista en simultáneo por más de 100 mil personas a través de diversas plataformas. Quizá el acontecimiento del viernes 20 marque a partir de ahora una tendencia para atravesar la cuarentena que seguirán otros músicos de gran popularidad.





"La canción de las bestias" es un folk a la vieja usanza que quizás sea la mejor canción de este disco más compacto que el anterior, lo que no necesariamente quiere decir más inspirado. En su letra, enancada en una melodía simple y hermosa, Fito intenta desmarcarse de la actitud bienpensante con que muchos de sus oyentes habituales se aproximan a su obra ("la respuesta es que los bellos de espíritu caerán también/ ausentes en el valle de la muerte"). Cuando Páez habla de las bestias no se refiere a alguna especie de adversario, sino que lo hace en primera persona: "Todas las bestias sufrimos sin parar/ lloramos nuestras penas en silencio, (...)/ No puedo evitar hacer el daño y después/ mi corazón se rompe en mil pedazos". Lejos de enarbolar una orgullosa bandera identitaria, lo que Páez levanta en este tema es un desgarro propio e irreparable. No servirá como consigna en la desconcentración de los actos políticos -donde sí puede usarse, digamos, "Juguetes perdidos"- pero eso no quiere decir que su hondura personal no logre una forma más inquietante de la política, una que cuestione las critalizaciones más tranquilizadoras del "ellos" y "nosotros".

En el segundo bloque del programa del domingo de La otra.-radio, Maxi Diomedi se dedicó a hacernos escuchar y pensar sobre algunas de las canciones del disco. Y destacó el gesto que tuvo Fito de convocar a artistas de muy diversa consideración: desde Hernán del grupo de cumbia Mala Fama para cantar "Ey you", un corrosivo mix de rock y cumbia que oscila entre el léxico pop y el tumbero; hasta la estrella supermainstream Lali Espósito, que lo acompaña en la melodiosa "Gente de la calle". Maxi se detuvo en nuestro programa para analizar la incomodidad que produce la discrepancia entre la dureza de la condición social que esta canción alude y el tratamiento brillante con que la letra choca. Es evidente que Fito quiere incomodar con esta desaveniencia y que esa incomodidad tiene varias posibles lecturas políticas que Maxi esboza en el programa.

"La conquista del espacio", el tema, parece explicitar el lugar desde el cual Páez propone escuchar estas canciones agridulces:

Entre los artistas no se encuentra el enemigo
Vamos por los pueblos, las capitales
Llevando nuestra música alrededor del sol
Sabemos encender una hoguera con una guitarra.

Para escuchar las canciones y el análisis de Maxi Diomedi en La otra, clickeen acá.

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