No hubo debacle. El Frente de Todos fue derrotado a nivel nacional por la oposición de derecha pero recuperó varios puntos, lo que le permitió mejorar su desempeño de hace dos meses. El resultado está lleno de matices que no se dejan resumir en una sola frase. Quizá la conclusión más precisa sea que el Frente de Todos ganó tiempo para enfrentar la crisis económica y política que vive nuestro país y la región; y más internamente: la crisis dirigencial del peronismo que vendrá después del largo liderazgo de Cristina. No se produjo el derrumbe final del gobierno democrático, vanamente anticipado por los deseos gorilas. Hay una resistencia material que proviene de una época en la que las cosas eran tangibles. La tecnología blanda no termina de lograr el retiro de las espaldas duras y eso los saca de quicio. Sobre todo: Cristina sigue siendo aquello que el establishment no puede eliminar ni neutralizar, aunque ella esté preparando lentamente su retirada. Será ella y no ellos quien elija cuándo y cómo. Ahora hay que ver si este tiempo ganado se aprovecha bien: es tarea sobre todo de Alberto Fernández asumir la potestad para la que fue elegido. El conjunto de esa cosa llamada peronismo -a falta de un nombre más preciso- tardó décadas en acostumbrarse a existir sin Perón y finalmente lo logró. Por ahora no puede existir ni sin ni con Cristina. Ella desvela tanto a AEA como a la CGT y al Evita. El domingo se mostró que con una carta pudo reanimar y levantar a una bestia desarticulada.
Algunos apuntes:
- Además de la composición de las Cámaras de Senadores y Diputados, el domingo se jugaron varias internas. Entre ellas, la del FdT. El kirchnerismo quedó mejor parado que lo que el establishment y la derecha peronista soñaban. Quienes operaron en los últimos dos meses para que el revés electoral sirviera para desplazar ¡finalmente! a Cristina -Béliz, Pérsico, Chino Navarro, Daer, gobernadores perofilomacristas como Schiaretti, Bordet, Uñac- fueron derrotados otra vez por el tiempismo de ella. Para hacer anticristinismo, los votantes los prefieren macristas o radicales y no perucas traidores. Incluso Manzur bajó el copete: no hay más que un Menem por siglo. El sueño de un interinato cordobesista se esfumó en el calor de noviembre: idea ridícula barajada dentro y fuera del peronismo, no soportó el contacto con el aire exterior. Ahora el cordobesismo tiene que encontrar una razón de ser para una provincia que adoptó al macrismo con fervor. Cristina y Axel salieron fortalecidos. Ellos y no los gobernadores le dan aire al gobierno todista. El miércoles casi todos irán a Plaza de Mayo.
- Los principales motivos de la derrota son errores pequeños y grandes e indecisiones del propio presidente y su círculo áulico -la foto del cumpleaños y el corte de las IFE en plena pandemia, la falta de reacción ante los abusivos aumentos de precios, su lentitud o indecisión para hacer cambios necesarios, su abulia para explicar, sus concesiones al enemigo. Los cambios de gabinete y políticas que se hicieron a partir de la carta de Cristina en la semana post-PASO resultaron claves para la remontada. El domingo el kirchnerismo de la provincia de Buenos Aires puso la parte del león en el aumento de los votos, hasta arañar el empate. Los gobernadores que alentaban que Alberto gobierne sin Cristina perdieron frente al macrismo. No son ellos los que puedan ofrecerse como garantes de la gobernabilidad. Alberto necesita ahora más a Cristina que antes y, si cede a los antikirchneristas, queda desguarnecido ante la ofensiva opositora.
-EL FdT se fortaleció en dos meses con los cambios de Feletti y el gabinete de Provincia. Kicillof resultó el gobernador con más votos, a pesar de todo peronismo de paladar violeta. Capitanich e Insfrán revalidaron títulos. También sale fortalecido Katopodis y Mayra Mendoza.
- Se confirmó que buena parte de los que votaron el domingo y no habían votado en septiembre fueron al Frente de Todos, sobre todo en provincia de Buenos Aires y Chaco, no se pasaron al macrismo.
- La tercera fuerza nacional no es el neonazismo porteño sino la izquierda trosquista: en Jujuy el PJ paga el precio de su complicidad con la persecución de Morales a Milagro Sala. Se hace justicia.
- La derecha gorila tiene su propia interna. Larreta quedó posicionado pero con gusto a poco. Tiene a Macri ahí soplándole la nuca. El discurso de Larreta fue "no más grieta", mientras veía su escenario triunfal invadido por quienes quieren limarlo y abajo los macristas cantaban "el que no salta es un radical". También se vio el domingo a la noche que Milei representa un problema para Larreta.
-La interna de la derecha es muy dura. Vale la pena detenerse a leer algunos pasajes de esta nota de La Nación, de la que aquí reproduzco algunos párrafos:
Tenso clima en el Pabellón 6: el desánimo larretista, la furia de Bullrich y el pedido desesperado de Macri
Llamativo desánimo
El desconcierto se trasladaba a los militantes que esperaban los discursos en el playón sin señales claras de la cúpula. Hasta los ministros porteños que caminaban por el “vip” lucían desorientados. “¿Tenemos que festejar o no?”, le preguntó un funcionario a un alfil de Pro. Otros hablaban de un triunfo “digno”. Es que, antes de las generales, Larreta y Vidal apuntaban a llegar al 50% de los votos para garantizarle al espacio al menos 8 de las 10 bancas que ponía en juego en la Ciudad. Incluso, Vidal se había puesto la meta de arrebatarle al kirchnerismo la presidencia de la Cámara de Diputados. El alcalde también repitió antes de las elecciones generales que no veía motivos para que los bonaerenses cambiaran su voto, pese al “plan platita” y que los intendentes peronistas movilizarían el aparato.
La remontada del Gobierno en su principal bastión llevó nerviosismo a Costa Salguero. “Ganaste muy bien en los dos distritos más importantes, pero el problema fue que sobrevendiste una expectativa”, analizaba un jerarca radical. Entre los “halcones” también vinculaban la sensación de traspié con un error en la estrategia política y de comunicación de la Ciudad. “Dijeron que ganaban por ocho y terminaron pidiendo la hora. Tendrías que haber dicho que el Gobierno lo daba vuelta y que era muy difícil ganar en la provincia”, comentaron los “duros” de Pro. [...]
Cruces y tensión
La convivencia entre “halcones” y “palomas” no fue sencilla en el búnker opositor. A diferencia de las PASO, los integrantes de la mesa nacional de Juntos por el Cambio no tuvieron un comando propio en Palermo, sino que se juntaron en Costa Salguero. La idea era exhibir una postal de unidad, sin vencedores ni vencidos. Sin embargo, hubo tensiones entre los radicales y el larretismo por la organización. Desde los problemas para acreditarse en los ingresos hasta el operativo de seguridad privada. “Esto no es una boda”, bramaron cerca de Valdés. El gobernador de Corrientes se enfureció cuando el personal de seguridad no le permitía subir al escenario, donde hablaban Vidal y Larreta, escoltados por Macri y Bullrich. Cornejo y Pichetto, quienes tampoco pudieron treparse al escenario, mascullaban bronca por los celosos protocolos. “¿Querían que estuviéramos?”, se quejaron fuentes radicales. Cerca de Macri también deslizaban críticas.
El conflicto más tenso de la noche en el Pabellón 6 estalló apenas terminaron los discursos de Vidal y Larreta, quienes nacionalizaron su mensaje. El larretismo activó la conferencia de la exgobernadora y pidió demorar la presentación de la mesa nacional hasta que se conocieran los resultados de la provincia. Recelosa por la actitud de Larreta, Bullrich se enfureció con los emisarios del alcalde. Y dijo que no aguardaría para salir a celebrar el triunfo nacional de la alianza. “La elección se terminó”, bramó. Cornejo, Pichetto y Valdés se sumaron al reclamo.
[...] Los “halcones” de Pro sospechaban que el larretismo buscaba “neutralizar” el éxito en todo el país de la alianza, ante la imposibilidad de celebrar los resultados en la Capital y la provincia. “Nos quieren correr con el aparato y prepotear. Se piensan que van a manejar la política con tipos de la seguridad”, bramó una espada de Pro. Finalmente, después de un acalorada discusión, y con el respaldo de Cornejo y Pichetto, Bullrich irrumpió en la sala de conferencia y frustró los planes del larretismo de demorar la presentación de la mesa nacional. “Si no nos dan lugar acá, lo hacemos en la vereda”, amenazaron. [Las negritas son todas de la nota original. Fin de la cita de La Nación, nota completa acá]
en el prrrrrro, no son halcones y palomas
ResponderEliminarson caranchos y buitres,
ni mas ni menos,
eso son