Los odio desde lo más profundo de mi corazón.
Porque hambrean a nuestro pueblo.
Porque son aliados de los que mataron a los pibes de Malvinas.
Porque detestan a nuestro país y lo ponen en venta cada vez que pueden.
Porque son los que financiaron todos los golpes militares, civiles y eclesiásticos para poder llenarse de guita a costa de las torturas, detenciones, asesinatos, desapariciones, robo de niños, violaciones…
Como no los voy a odiar si son los que secuestraron a mis amigos y los tiraron al río en los vuelos de la muerte.
Los odio porque hace decenas de años que son los responsables de las muertes por enfermedades de la pobreza.
Porque tienen los medios de comunicación que enferman a los compatriotas que se dejan manipular.
Porque asesinaron a Rafael Nahuel, a Darío Santillán, Maximiliano Kosteki, Santiago Maldonado, el Pato Zuker, Jorgito Villar, al turco Emilio de Lorenzo. Carlos Fuentealba, Leonardo Bettanin, al General Valle, a Dardo Cabo, Palito Pirles, a los treintamil…
Porque son los responsables de la falta de salud y educación de millones de argentinos.
Porque a la justicia la tienen comprada para perseguir y amedrentar a los que aguantan y las cárceles están llenas de pobres que viven hacinados.
Porque quisieron matar a Cristina, que resiste al saqueo y entrega de nuestro país.
Tengo muchos más motivos para odiarlos, no hay nadie que le haya hecho tanto daño a nuestro pueblo.
Pero no deseo que corra una sola gota de su sangre que ensucie nuestro suelo.
Por eso pido juicio y castigo para ellos, juicio y castigo porque tengo memoria y porque las Madres y Abuelas me enseñaron que la justicia por mano propia es convertirse en uno de ellos.
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