Ah, mis amigos, habláis de rimas
y habláis finamente de los crecimientos libres...
en la seda fantástica que os dan las hadas de los leños
con sus suplicios de tísicas
sobresaltadas
de alas...
Pero habéis pensado
que el otro cuerpo de la poesía está también allá, en el Junio
de crecida,
desnudo casi bajo las agujas del cielo?
Qué haríais vosotros, decid, sin ese cuerpo
del que el vuestro, si frágil y si herido, vive desde "la división",
despedido del "espíritu", él, que sostiene oscuramente sus juegos
con el pan que él amasa y que debe recibir a veces
en un insulto de piedra?
Habéis pensado, mis amigos,
que es una red de sangre la que os salva del vacío,
en el tejido de todos los días, bajo los metales del aire,
esas manos sin nada al fin como las ramas de Junio,
a no ser una escritura de vidrio?
Oh, yo sé que buscáis desde el principio el secreto de la tierra,
y que os arrojáis al fuego, muchas veces, para encontrar el secreto...
Y sé que a veces halláis la melodía más difícil
que duerme en aquellos que mueren de silencio,
corridos por el padre río, ahora, hacia las tiendas del viento...
Pero cuidado, mis amigos, con envolveros en la seda de la poesía
igual que en un capullo...
No olvidéis que la poesía,
si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva,
es asimismo, o acaso sobre todo, la intemperie sin fin,
cruzada o crucificada, si queréis, por los llamados sin fin
y tendida humildemente, humildemente, para el invento del amor...
JUAN L. ORTIZ, De las raíces y del cielo, 1958.
Si de este inmenso poeta se trata, nuestro blog quisiera aportar algunos datos.
ResponderEliminarJuan L Ortiz, nacido en Entre Ríos (1896-1978), además de construír una obra poética mayor, tuvo un compromiso político con su tiempo: celebró la Revolución Rusa de 1917; denunció el asesinato de García Lorca y los horrores del nazismo, padeció la cárcel durante el golpe del 55 y en 1957 fue invitado a visitar China y la Unión Soviética encabezando una delegación de intelectuales argentinos. Su obra también fue alcanzada por la barbarie de 1976: el cuarto tomo de sus obras completas, que Ortiz había dejado para su impresión, se perdió durante la última dictadura militar.
En palabras de Hugo Gola (quien prologa "En el aura del sauce", compilación que reúne varios de sus libros), Juanele construyó su obra "...en el silencio aislado de una ciudad de provincia, en tácito enfrentamiento con toda la cultura oficial. (Ortiz) escuchó las lamentaciones, perdidas casi, de las antiguas culturas indígenas exterminadas, observó desde su casa, abierta siempre, la maravilla del río y la piel del cielo, vacío o atravesado por pájaros silvestres, o herido por las quejas de tantos, que también nos lastiman".
Gracias, Meridiana por este aporte.
ResponderEliminarConfieso que tengo una especie de obsesión por los adverbios en poesía; todo acá es hermoso pero la repetición de "humildemente" en la última línea va directo a mi lista de "versos por los que daría una pierna".
ResponderEliminarGracias por la transcripción.
Unas décadas antes y en otras latitudes, un poeta loco gritaba:
ResponderEliminar"Hay que terminar con esta superstición de los textos y de la poesía escrita. La poesía escrita vale una vez, y hay que destruirla luego. Que los poetas muertos dejen lugar a los otros. Podríamos ver entonces que la veneración que nos inspira lo ya creado, por hermoso y válido que sea, nos petrifica, nos insensibiliza, nos impide tomar contacto con las fuerzas subyacentes, ya se las llame energía pensante, fuerza vital, determinismo del cambio, monstruos lunares o de cualquier otro modo".
Cece:
ResponderEliminarlo que nos petrifica es creer que los poemas mueren cuando mueren quienes lo escribieron; lo que nos petrifica es no advertir que los que respiramos podemos tener pensamientosa muertos. Nos petrifica una reivindicación abstracta de un cambio al que se concibe como mera movilidad.
Y una paradoja: ¿acaso ese texto escrito que citás no pertenece a un poeta muerto incluso antes? Si siguiéramos los mandatos del párrafo que enviás, lo primero que habría que hacer es deseschar lo que dice. Es más: más coherente hubiera sido que no lo mandaras y que yo no te contestara.
No es que seamos incoherentes: es que lo que ese texto que citás propone es irrisorio.
"Y para qué poetas en tiempos de indigencia? El tiempo es de penuria porque le falta el desocultamiento de la esencia del dolor, la muerte y el amor. Es indigente hasta la propia penuria, porque rehuye el ámbito esencial al que pertenecen dolor, muerte y amor" ("Y para qué poetas" Martin Heidegger)
ResponderEliminar"La poesía es violencia contra el uso cristalizado de la lengua" (J. Lacan)
Si la veneración nos petrifica, nos insensibiliza, ese poeta "loco" tiene su razón.
Pero...¿Está muerto Juanele? ¿No sigue escribiendo?
Y... no se trata de interpretaciones literales, claro...
Liliana
Ese párrafo de Artaud que se cita como éste:
ResponderEliminar«Allí donde otros proponen obras yo no pretendo otra cosa que mostrar mi espíritu.
La vida consiste en arder en preguntas.
No concibo la obra separada de la vida»
marcan su furioso deseo de no congelar la palabra en "museos y bibliotecas" y en aquello que considera el "deber" del poeta "atacar al espíritu público"
coincido con Oscar, este autor imprescindible murió en 1948, han pasado muchísimos años y su palabra sigue circulando no cómo cosa momificada sino como clara señal de su espíritu.
De Juanele qué decir? en este maravilloso poema nos advierte sobre encerrarnos en "capullo de seda", nos dice que la poesía es "intemperie sin fin" ¿acaso, y pienso en Hölderlin, hay algo más cambiante y furioso que la tempestad sobre nuestra cabeza?
Gracias por acercarnos este texto
Lilián
Yo en este poema de Juanele encuentro un claro mensaje a favor del campo y la movilización este domingo al acto de Rosario.
ResponderEliminarOhhh, no!! Después de leer el primer post, yo creo que Juanele, harto del "gracejo" de DeAngelis,va a abandonar el domingo precipitadamente la zona...
ResponderEliminarNo creo que haya abandonado la zona ...está tan por encima de toda esa bosta...creo más bien que debía estar hinchado las pelotas...y debe haber suspirado cuando se fueron...
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