viernes, 31 de julio de 2009

Versiones y perversiones

Este domingo a la medianoche en La otra.-radio



En este mundo, como sabemos
la tristeza viene y va
ahora vemos a la raza humana
dejando sus huellas en la faz de la luna

El satélite se fue para el cielo
pero no es tan lindo como lo ven tus ojos
uh, tomate un ratito
no, lo puedo ver por la tele
satélite del amor
satélite del amor
satélite del amor
satélite...



El satélite se fue para el cielo
cosas como estas me sacan de quicio
yo lo miré por un ratito
me gusta ver cosas en la tele

El satélite partió hacia Marte
pronto se va a llenar de estacionamientos
lo miro por un ratito
amo ver cosas en la tele
satélite del amor...



Me dijeron que te sarpaste
con Harry, Mark y John
lunes, martes, miércoles, jueves
Harry, Mark y John
el satélite subió para el cielo
cosas como esas me sacan de quicio
lo miré por un ratito
amo ver cosas en la tele
satélite de amor...


jueves, 30 de julio de 2009

Torrentes de amor



Uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos en la que quizá sea su mejor película. Protagonizada por Gena Rowlands y el propio John, es decir: una de las mejores parejas de la historia del cine. O sea...

"Lo que a la gente le gusta es distinto de lo que quiere. Ven insinceridad y la odian –pero no dicen lo que realmente sienten. ¿Por qué la gente echa por la borda toda su manera de ver el mundo, todo lo que realmente siente, en nombre de una promesa –falsa– que les hizo la sociedad sobre cómo se supone que todos tienen que vivir? Hay algo que se percibe en una audiencia cuando realmente entienden la película. Quiero decir, puede no gustarles, pero la entienden. No quiero hacer una película que sea como una comida que se evapora rápidamente. Pero siempre es difícil encontrar un lenguaje cuando la gente no quiere oír lo que uno está diciendo. Es lo que se llama un público duro. Pero una vez que uno penetra ahí, se lo ganó". (John Cassavetes)

Dijo María Moreno: «En esa película, John parece decir: el enamorado es animista a su modo; el dolor de amar se materializa allí, en el interior del cuerpo, en el océano de la sangre, de sus ríos adonde –según la filosofía hematológica– cada ser es único a pesar de sentirse intoxicado totalmente por el otro. El amor no podría alojarse en las vísceras (continentes bajos), ni siquiera en el cerebro y en el corazón, que deben estar regados por la sangre para conservar su función mítica. El amor es un torrente... sanguíneo. Las metáforas son precisas y vienen de lejos: “lo escribiré con sangre”, “me has herido”, “quisiera abrir lentamente mis venas”, “El torrente para”, le dice el psiquiatra a Sarah Lawson (Torrentes de amor). Ella le dice que no, que no es posible. Si el torrente pasa, ya no queda aire en los pulmones, ni pensamiento en la mente, el cauce está seco. John suele filmar a Gena como una loca de amor, pero no desde el lugar de la ilegítima o de la amante sino de la esposa, de alguien que sostiene el amor al extremo, el derecho a vivir como desollada viva o enhebrando uno tras otro momentos supremos en el interior de la familia».

Los años en sombras


«“¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué un hombre como vos se vio llevado por sus demonios tan lejos, a tanta profundidad? Una pregunta absurda sobre todo viniendo de mí. Sé mejor que nadie lo que puede retroceder un alma y destrozar una mente. Lo que arrastra a los hombres hacia la oscuridad.” (Batman dos caras, crimen y castigo)

Bruce Wayne es un hombre disfrazado de murciélago, con una capucha que le cubre hasta la mitad del rostro, con endijas en los ojos, orejas y barbilla puntiagudas. El traje es una enorme capa azul o gris con terminaciones triangulares. En el pecho brilla la insignia de un murciélago. Batman es un hombre oscuro con un cinturón amarillo y una cuerda para colgarse y andar por los aires.
¿Por qué un murciélago? En la historia se repetirá una y otra vez la escena nocturna de un murciélago que rompe los cristales de la ventana de una habitación. Batman, que así se llama el hombre disfrazado, será un caballero destinado a una cruzada contra el delito y el mal. En 1939 nació un comic que narraba sus aventuras pero también empezó a desarrollarse un ícono que se fue construyendo durante 70 años en una gran variedad de historietas, series animadas, series televisivas y películas». (Este es el comienzo de la nota La caída del murciélago de Carmen Cuervo, publicada en el número 21 de revista La otra).
«En junio de 1938, Superman apareció en la revista Action Comics, lo que generó un éxito en ventas y el nacimiento de un nuevo género: "el heroico". Fue así que la división de National Publications (que luego fue DC Comics) solicitó a jóvenes escritores y dibujantes que profundizaran en ese estilo de comic para crear personajes que compitieran con el hombre de acero. Por eso, Bob Kane, quien ya tenía una carrera en el mundo del noveno arte, convocó al escritor Bill Finger, para enseñarle los primeros bocetos de The Bat-man. El personaje parecía una copia de Superman. Finger sugirió unos cambios radicales en su aspecto». (Este es el comienzo de la nota Los años entre las sombras de Juan Manuel Castro, publicada en el número 21 de La otra).

miércoles, 29 de julio de 2009

Seducción


¿Qué ama el amor? El Infinito.
¿Qué teme el amor? Los límites.
Søren Kierkegaard, Diario de un Seductor


por Liliana Piñeiro
Si tomamos como referencia que toda seducción incluye un más allá, algo del orden del secreto que se resiste a ser revelado, podríamos abordar el documental Marta Argerich, Conversación nocturna, que Georges Gachot realizara en el año 2002 sobre la personalidad y la obra de la gran pianista argentina, bajo este aspecto.

Tan disfrutable como asistir a uno de los conciertos de Argerich, este documental hace hincapié en el milagro de la música, que parece renovarse a cada momento. Gachot reúne algunas filmaciones de archivo: interpretaciones de distintos años (la primera, en 1957, donde ya se advertía la precocidad de su talento) van apareciendo junto a un ensayo de 2001. Entre otros grandes compositores, se escucha a Piazzolla, Liszt, Ravel: toda la belleza se agolpa en los oídos.

Pero algo pasa con la imagen. En primer plano, Argerich va desplegando una seducción irresistible. A través de su relato de recuerdos, de sus anécdotas con los maestros y con el público, advertimos cierta picardía en los ojos, alguna carcajada gozosa: ella revela y vela, al mismo tiempo, sus dones. Nos habla de su intimidad con Schumann, fantasea con los celos de algunos compositores si los interpreta juntos. Se trata del ejercicio de una pasión, que la cámara sabe mirar. Las manos sobrevuelan el piano, el rostro se transfigura de placer: a fuerza de intensidad, el espectador se siente convocado a ser testigo de una relación amorosa.



Y como todo amor tiene sed de infinito, el documental juega su propuesta en el terreno de la seducción. Deja que Argerich esquive, de algún modo, los límites de la biografía y sostenga para siempre el secreto de su arte, dejándonos fascinados, como buenos amantes, con el deseo abierto a más y mejor música.

martes, 28 de julio de 2009

Uh, terminé de escribir un libro


por oac

Acabo de eso. Después, otro día, les cuento con más detalle. Pero el asunto es que into the black, y esperando ver si aclara, acabo de escribir este párrafo, con el que concluye un libro:

"El análisis de la experiencia amorosa encuentra en Las obras del amor una sutileza y una profundidad que no se pueden suplir mediante una breve síntesis. Pero se hace evidente que esta problemática es un punto de confluencia de toda la obra kierkegaardiana. No es que este libro resuelva todos los dilemas que en el resto de la obra de Kierkegaard quedan como asuntos pendientes, porque el amor al prójimo no alcanzaría la densidad que presenta aquí si no fuera porque en las llamadas obras estéticas el autor ha explorado el callejón sin salida de la angustia ante la nada, la finitud, el enamoramiento, el tedio, las reglas comunitarias, el egoísmo, la desesperación y la percepción del sinsentido de la existencia. No es para anular esta problemática de la finitud que se apela a una sencilla fórmula del amor. La obra kierkegaardiana despliega todo el repertorio de los motivos por los cuales hay que desesperarse y deja en manos del lector la posibilidad de encontrar una puerta que estará abierta sólo para él o que se cerrará para siempre".

Uhmmm. No sé si está bien, pero sé que ya está.

Ya está.

lunes, 27 de julio de 2009

All the flowers that you planted in the backyard, all died when you went away



Han pasado siete horas y quince días
desde que te llevaste tu amor.
Salgo todas las noches y duermo todo el día
desde que te llevaste tu amor.
Desde que te fuiste puedo hacer lo que quiera.
Puedo ver a quien yo elija.
Puedo cenar en un restaurant caro
pero nada,
dije nada, puede quitar esta tristeza,
porque nada se compara,
nada se compara a ti.

Hay tanta soledad sin ti aquí,
como un pájaro sin una canción.
nada puede detener estas lágrimas solitarias que caen.
Dime, nene, ¿en qué me equivoqué?
Podría abrazar a todos los chicos que veo,
pero sólo me recordarían a ti.
Fui al médico, adivina qué me dijo,
Adivina qué me dijo.
dijo: querida, deberías divertirte,
no importa lo que hagas.
Pero él es un tonto
porque nada se compara,
nada se compara a ti.

Todas las flores que plantaste
en el jardín,
todas murieron cuando te fuiste.
sé que vivir contigo a veces fue difícil.
pero estoy dispuesta a intentarlo una vez más
porque nada se compara,
nada se compara a ti.

domingo, 26 de julio de 2009

Pourquoi Prince?




- Acaba de sacar un CD triple (o quizá tres CDs simples):

MPLSound + Lotus Flower + Elixir

- Es el músico popular que podría ser descripto aproximadamente mediante la fórmula:

sexy Duke Ellington
+ acid James Brown
+ black Sgt Pepper
+ tecno Jimmy Hendrix
+ Michael Jackson alive = Prince

- Les enseñó cómo sonar a todos los músicos negros que hoy suenan bien.

- En un minuto de una canción suya hay más música que en casi toda la discografía editada en los años 80 + 90.

- Humille, maestro!

- Hizo esta canción:

Have U ever been so lonely
That U felt like U were the
Only one in this world?

Have U ever wanted 2 play
With someone so much U'd take
Any one boy or girl?

Anna Stesia come 2 me
Talk 2 me, ravish me
Liberate my mind
Tell me what U think of me
Praise me, craze me
Out this space and time

Between white and black, night and day
Black night seemed like the only way...
So I danced

Music late, nothing great
(Music late, nothing great)
No way 2 differentiate
I took a chance

Gregory looks just like a ghost
And then a beautiful girl the most
Wets her lips 2 say

"We could live 4 a little while
If U could just learn 2 smile
U and I could fly away, fly away."

Maybe, maybe, maybe I could learn 2 love
I mean the right way, I mean the only way
Perhaps U could show me, baby (show me, baby)

Anna Stesia come 2 me
Talk 2 me, ravish me
Liberate my mind

Maybe, maybe, maybe I could learn 2 love
If I was just closer 2 somethin' (closer)
Closer 2 your higher self
I don't know
Closer 2 heaven (Maybe)
closer 2 God (closer to God)

Save me Jesus, I've been a fool
How could I forget that U are the rule
U are my God, I am Your child
From now on, 4 U I shall be wild
I shall be quick I shall be strong
I'll tell Your story,
no matter how long

We're just a play in Your master plan
Now, my Lord I understand
(I understand)

Love is God, God is love
Girls and boys love God above


Que se puede escuchar acá:

Hoy a la noche + canciones de amor de La otra.-radio, FM La Tribu, 88.7.

sábado, 25 de julio de 2009

Ponyo, de Hayao Miyazaki

Hija, no puedes ser al mismo tiempo mágica y humana



por Carmen Cuervo

Acaba de estrenarse en Buenos Aires la última película del director japonés, realizada en el año pasado. Se me ocurren algunos pensamientos que escribo quizás demasiado rápidamente.

La historia cuenta la existencia de un pez rojo con rostro de niña que se transforma en una niña humana que se transforma en pez rojo que se transforma en niña hasta que la mutación se detiene. Cuando es pez tiene los mismos enormes y redondos ojos que cuando es niña (ojos japoneses de animé). Cuando es humana tiene patas de pollo en lugar de pies, pero también tiene manos y pies humanos. Las imágenes se encadenan y tienen sentido pero no se pueden contar con palabras.

La magia consiste en la transformación constante, inasible. La lógica humana indica que la transformación tiene que detenerse, que las cosas no pueden cambiar así, tan rápido. La película es mágica y no tiene ataduras humanas, porque está dirigida hacia la mirada infantil y los chicos son casi humanos pero no completamente humanos. Pero, de todos modos, hasta el final, la magia y la lógica humana seguirán luchando por prevalecer.

La naturaleza tampoco es humana y la naturaleza prolifera en esta película. Está el fondo del mar con todas las especies incluso aquellas que no podemos imaginar, miríadas de peces, algas, cangrejos... El mar que cambia su forma, que está vivo y se enfurece. Hay una tormenta impresionante. La ciudad entera queda bajo las aguas y la vida sigue, pero uno la ve con la distorsión que el agua produce en los ojos. Hasta la luna ataca con rayos a la tierra y está a punto de producir el fin del mundo.

Cuando alguien atrapa un pez rojo con rostro de niña sucede una desgracia.

Una anciana advierte sobre la leyenda : cuando alguien atrapa un pez rojo con rostro de niña sucede una desgracia.



Sosuke, el niño, encuentra a Ponyo, el pez rojo, y también encuentra su destino. Inmediatamente los dos seres se declaran su amor. A partir de entonces Sosuke tiene una responsabilidad, una ocupación, cuidar de “ella”.

Pero sucede la desgracia. La película termina y la magia desaparece. Un final por demás humano después de todo.

viernes, 24 de julio de 2009

La cara oculta de Manuel Puig


por Martha Silva

El notable autor de The Buenos Aires Affair, por la que debió exiliarse antes de la instauración de la dictadura militar de 1976, tiene además de novelas y guiones en cantidad, una serie de obras de teatro que muestran un aspecto poco conocido de su personalidad artística. Esto no es extraño, ya que una de las facetas más destacadas de su producción fue precisamente lo dialectal: tenía un preciso manejo dramatúrgico de la palabra. Lo que su público no ignora es que existió El beso de la mujer araña, una novela que llegó a la pantalla de Hollywood.



No es tan conocido que Puig coleccionaba filmes en video. De uno de sus 4000 videos escogió la bellísima Cat People (La mujer pantera), una verdadera obra maestra en blanco y negro de Jacques Tourneur, quien solía realizar esas joyas de clase B. En la versión dramatúrgica de esta novela, realizada el mismo Puig, Cat People será el nudo del relato que uno de los personajes presos le hace al otro durante su cautiverio, con el fin de entretenerlo y, de paso, seducirlo. La idea central de este drama es la relación que se entabla entre dos seres muy diferentes en un contexto represivo. En la película norteamericana (dirigida por Héctor Babenco), dos grandes actores se hicieron cargo de los papeles del preso común y del preso político: William Hurt y Raúl Juliá. La versión teatral de esta obra se está representando actualmente en un teatro del Abasto, con gran éxito.


Pero hay otras obras teatrales de su autoría. Una muy conocida es El misterio del ramo de rosas, que fuera protagonizada por Anne Bancroft –la célebre Señora Robinson de la película El graduado. En nuestro país la obra fue representada en el año 2006, con Cristina Banegas y Dominique Sanda en los roles de paciente y enfermera respectivamente.

Puig incursionó también en el género policial –de una negrura llevada al límite- en Bajo un manto de estrellas, que no es difícil imaginarla dirigida por Javier Daulte, por la complicada e imaginativa puesta en escena que requiere.

Testigo de su nostalgia permanente por su país de origen, al que nunca regresó, es una versión inusual de pasajes de la vida de Carlos Gardel titulada Gardel, uma lembranca, melodrama con tangos escrito en Brasil. Allí su imaginación lo lleva a un supuesto amor del cantante, frustrado por su accidente fatal en Medellín.


Existen otras piezas, casi todas representadas en el exterior, como por ejemplo Triste golondrina macho, que fluctúa entre lo gótico y la atmósfera de cuentos de hadas; también Un espía en mi corazón, parodia que rescata los géneros populares del espectáculo, ubicada en la época del tango Rosicler (Me llamaban Rosicler/ como el primer rayo del día). Esta obra contiene evidentes guiños a un público vernáculo y, al introducir un robot y científicos nazis en un ámbito de delirante comicidad, se aleja del realismo más que nunca, lo cual la torna tremendamente actual.

A México, quizás el lugar que más amara en su largo exilio, le dedicó dos comedias musicales, género que también cultivó con pericia. Uno de ellos se llamó Amor del bueno, un homenaje al compositor José Alfredo Jiménez, por ende pletórico de boleros. El otro musical es Muy señor mío, un verdadero reservorio de canciones y de gracia, con toda la estética de la época de Jorge Negrete.

En 2010 se cumplirán 20 años de la muerte de Manuel, lo que incrementará, sin duda, las investigaciones que se realizan en torno a su obra, en el mundo entero.

(El material citado se consigue en librerias, con el tomo recientemente editado: Manuel Puig, Teatro reunido. La obra El beso de la mujer araña se representa en el teatro El Cubo, Zelaya 3053).

jueves, 23 de julio de 2009

Fragmentos del discurso amoroso



No sólo de amor al prójimo vive el hombre. También está esa otra forma: vacilante, insidiosa, insistente, mortífera, divertida y maldita que es el amor enamorado (eso que Kierkegaard llama "amor estético).


 1) ¿Has amado alguna vez por la simple belleza del gesto? ¿has mordido ya la manzana con todos los dientes por el sabor del fruto, su dulzor y su cáscara? ¿Te lo perdiste muchas veces? Sí, ya he amado por la simple belleza del gesto. pero la manzana estaba dura, y me rompí los dientes. Esas pasiones inmaduras, esos amores indigestos, me han asqueado a menudo. Los amores que duran hastían a los amantes y sus besos demasiado maduros, nos pudren la lengua. Los amores pasajeros tienen fútiles fiebres y su beso demasiado verde nos lastima los labios. Ya que al querer amar por la simple belleza del gesto, el gusano de la manzana se nos desliza entre los dientes. nos corroe el corazón, el cerebro y el resto. Nos vacía lentamente. Pero a los que osan amar por la simple belleza del gesto, ese gusano de la manzana, que se les desliza entre los dientes les embalsama el corazón, el cerebro y no les deja su perfume dentro. Los amores pasajeros hacen fútiles esfuerzos. Sus caricias efímeras nos cansan el cuerpo. Los amores que duran hacen a los amantes menos bellos. Sus caricias, al desgastarse, le dan la razón a nuestra piel.  



 2) Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero paroxismo, enfermedad que crece si es curada. Este es el niño Amor, éste es tu abismo. ¡Mirad cual amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo! 3)

"Cásate, te arrepentirás; no te cases, también te arrepentirás; te cases o no te cases, en ambos casos te arrepientes. Ríete de las locuras del mundo, te arrepentirás; llora por ellas, también te arrepentirás; te rías de las locuras del mundo o llores por ellas, en ambos casos te arrepentirás; o bien te ríes de las locuras del mundo o bien lloras por ellas, en ambos casos te arrepientes. Confía en una joven, te arrepentirás; no confíes en ella, también te arrepentirás; o bien confías en una joven o bien no confías en ella, en ambos casos acabas arrepintiéndote. Cuélgate, te arrepentirás; no te cuelgues, también te arrepentirás; te cuelgues o no te cuelgues, en ambos casos te arrepentirás; o bien te cuelgas o bien no te cuelgas, en ambos casos acabas arrepintiéndote. Esto, señores míos, es la quintaesencia de toda sabiduría".

Palestinos e israelíes

El conflicto de Medio Oriente en el cine



por Daniel Cholakian

"Hacia 2005, la intención estadounidense de constituir un modelo de dominación estatal permanente en Irak parecía fracasar. Esto generó grietas en su pretensión hegemónica. Más allá de la fuerza militar, EEUU no pudo imponer un nombre y un sentido único a las diversos actores de la región. Lo que no lograron fue imponer la idea de que toda resistencia iraquí se concentraba en Al Qaeda, ni establecer entre esta organización y Hezbollah o Hamas una identidad única y con ello diluir todas las otredades existentes. Esto se hizo particularmente evidente durante la invasión israelí al Líbano.

"Entre esas fisuras en la hegemonía discursiva, apareció el sujeto palestino, como un particular dentro de ese universal demonizado, como una identidad diversa entre tanto demonio indefinido. Y aunque aquí analizamos tal aparición en el cine, este no fue en el único espacio donde la misma se consumó.

"Hanna Arendt desarrolló el concepto de aparición en relación con la vida política. Con cada nacimiento, un ser diverso aparece frente a los otros siendo a la vez similar y diferente a ellos. El momento clave es aquel en que un grupo de humanos dice ‘nosotros’. En esa operación de creación de identidad y diferenciación se enuncia el conflicto. En la medida en que grupos con identidades diversas establezcan relaciones entre ellos, en un marco donde se incluya la posibilidad de diálogo, esas relaciones serán relaciones políticas. Para que un grupo humano pueda constituirse en ese espacio de aparición, es esencial hacerse visible ante los demás.



"Si la aparición funciona como inicio de lo político, es evidente que el cine es un espacio privilegiado para esas apariciones. A partir de 2003 se han producido una importante cantidad de películas en las que los palestinos asumen el lugar del emisor. Allí “aparecen”, en tanto pronuncian el “nosotros” arendtiano. Su misma aparición constituye una praxis política. Recuerdo a Edward Said: “En el plano internacional, cuando Palestina intenta narrar su historia y contar en términos dramáticos y creíbles su historia interrumpida y su relación con la historia de Israel, se le ataca sistemáticamente. Nunca ha habido una película importante sobre Palestina”. Frente a una larga lista de títulos de origen norteamericano que desde antaño profundizan la indiferenciación del “árabe terrorista”, hacia 2003 comienzan a distribuirse a nivel mundial películas donde esa tendencia universalizante es claramente contradicha. A una operación hegemónica, se le opone una contra-hegemónica. El impacto de esta aparición se evidencia en el hecho de que Domicilio privado llegara a ser candidata al Oscar, aunque finalmente fuera rechazada por cuestiones reglamentarias; Paraíso ahora fue finalista en la candidatura, además de ganar el Globo de Oro". (Fragmento de la nota "La «aparición» de los palestinos en el cine como praxis política", publicada en el número 21 de revista La otra)




por José Miccio

"En su celebrado autorretrato, Godard descubre una secreta simpatía entre la estrella de David y una tecnología de audio (el estéreo). Especula, entonces, con un triángulo que se despliega dos veces: los nazis lo habrían proyectado sobre el pueblo judío y luego el estado de Israel lo habría hecho sobre Palestina. Esta geometría volcada sobre la vida política certifica una equivalencia que es motivo de disputa permanente; por esta razón, Sivan y Khleifi [los directores del film Ruta 181] la asumen hasta el escándalo. Así, mueven las piezas, y ponen a Palestina en el lugar del pueblo judío y a su película en el lugar de Shoah. El cartel con que Lanzmann empieza su trabajo refiere la instalación de colonos alemanes en zonas polacas y el cambio de topónimos propio de las conquistas: Chelmno se convierte en Kulmhef, Lodz en Litzmannstadt, Kolo en Warthbrücken. En los primeros minutos de Ruta 181, los directores insisten en hacer preguntas sobre los nombres de los lugares que visitan: Masmiye se ha convertido en Bnei Re’em, Qastina en Qiryat Mal’achi; el borrado de esos signos se resume en las palabras de una mujer árabe: “cambian todos los nombres”. En una gran escena, Lanzmann envuelve en travellings una fábrica y hace que la marca de un camión -Saurer– ocupe la pantalla; edita esas imágenes con la lectura –a su cargo– de un documento nazi que promueve algunos cambios técnicos para los vehículos que se usan como cámaras de gas. Su intertexto en Ruta 181 es la visita que hacen los directores a la fábrica que vende a Israel el alambre –que ningún otro Estado usa, “tal vez por razones humanitarias”- para sus líneas de demarcación. Los polacos de Lanzmann, que ocupan las casas judías y a quienes el director pregunta por sus dueños anteriores, se convierten en los judíos de Sivan, que ocupan las casas árabes y a quienes también se les pide que hablen del pasado. Con la historia del gueto palestino de Lod se asocian las políticas de Israel con las políticas nazis. Así, una y otra vez, una imagen convoca a otra. Pero la correspondencia que –debido a la fama de su modelo– se destaca por sobre las demás es la que se establece con la escena de Shoah protagonizada por el peluquero de Treblinka. Quien habla mientras usa las tijeras es ahora un palestino. Acusa, primero, a un general israelí de mentir en sus libros: la población de Lod no se retiró por su cuenta; fue masacrada. Cuenta, enseguida, de casas confiscadas, robos y violaciones. Y luego, de cómo fue obligado a cremar los cadáveres de trescientas personas de su pueblo. La escena en realidad condensa dos testimonios de Shoah: visualmente, el del mencionado peluquero; verbalmente, el del hombre que trabajaba en los hornos de Auschwitz. En el cierre de este fragmento, tres planos de rieles -como los que Lanzmann filma hasta el dolor en el presente de Auschwitz- subrayan esto último.

"Remisiones tan sistemáticas convierten al palestino en el judío del judío. «No hay que comparar sino lo que es comparable», advertía Vidal-Naquet en un libro que Sivan seguramente conoce. Daba este ejemplo, entre otros: «…la expulsión de los palestinos no puede compararse con la deportación nazi, y la matanza de Deir-Yassin por parte de los hombres del Irgpun y del grupo Stern (9 y 10 de abril de 1948) puede asimilarse a Oradour pero no a Auschwitz»". (Fragmento de la nota "Eyal Sivan. A contrapelo", publicada en el número 21 de revista La otra)

miércoles, 22 de julio de 2009

Las canciones de amor: Prince


Este domingo en La otra.-radio. FM La Tribu, 88.7. A la medianoche.

Doubts of our conviction
Follow where we go
And when the world's compassion
Ceases still I know
4 your every touch I
Thank U so much
4 your every kiss I
I wish U love
I wish U heaven
I wish U heaven.

If I see 11
U can say it's 7
Still I wish U heaven
I wish U love
I wish U heaven
I wish U heaven.

martes, 21 de julio de 2009

Día mundial del enemigo




por oac

Evidentemente Nietzsche tiene un problema con Cristo que no termina de reducirse a su muy proclamado anticristianismo. Es interesante notar el esfuerzo de pensamiento que el querido Federico dedica a tratar de resolver el asunto. Su Zaratustra es un remedo neo-religioso construído en gran parte en base a inversiones de frases evangélicas. Incluso Ecce Homo cita, desde su título, un pasaje del Nuevo Testamento (Juan 18-29):

“Salió entonces Pilatos fuera donde ellos y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? (en la versión latina: “ecce homo”).

Cuando pocos meses antes de su colapso Nietzsche cree que ha llegado el momento de presentarse ante el mundo, decir quién es y cuál es su misión, dice "Ecce Homo" para hablar de sí mismo, asumiendo simultáneamente las identidades de Pilatos y de Cristo. ¿Una broma?

Unos años antes había escrito Así habló Zaratustra, donde opone el amor al lejano al amor al prójimo predicado por Cristo. Dice Zaratustra en “Del amor al prójimo”:

“Vosotros os apretujáis alrededor del prójimo y tenéis hermosas palabras para expresar ese vuestro apretujaros. Pero yo os digo: vuestro amor al prójimo es vuestro mal amor a vosotros mismos.

"Huís hacia el prójimo huyendo de vosotros mismos, y quisierais hacer de eso una virtud: pero yo penetro vuestro «desinterés».

"¿Os aconsejo yo amor al prójimo? ¡Prefiero aconsejaros la huida del prójimo y el amor al lejano!”.

¿Se trata de una verdadera inversión del mandato cristiano? ¿Contradice Zaratustra a Cristo? En apariencia. Nietzsche hace un juego de opuestos entre el próximo y el lejano en un sentido espacial -el que está cerca y el que está lejos-, y parece que con esto da por abolido el mandato mediante una sencilla inversión. ¿Se sale de la órbita cristiana al hacer este juego ingenioso entre lo lejano y lo cercano? ¿o agota todo su ingenio en una interpretación simplificada de las palabras de Cristo? ¿Está el prójimo opuesto al lejano?

Cuando Cristo manda amar al prójimo como a ti mismo está citando un pasaje del Antiguo Testamento; en Levítico 19, 16-18 se puede leer:

No andéis difamando entre los tuyos; no demandés contra la vida de tu prójimo. Yo Yaveh. No odiés en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues por pecado por su causa. No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

En ese pasaje, el AT parece referirse a una relación de proximidad: “los tuyos”, “tu hermano”, “los hijos de tu pueblo”. Amar al semejante, al amigo, al hermano, al que es como yo, en suma. ¿Esto implica que la necesidad de amor se agota en los “míos”, los cercanos, los próximos? Se trataría entonces de un amor de preferencia, prefiero a mi hermano antes que a un desconocido, prefiero al hijo de mi pueblo antes que al extraño, a mi amigo antes que a mi enemigo. Así el prójimo sería alguien a quien tengo que amar por su cercanía y por su semejanza conmigo.

Pero unos renglones más abajo (19, 33-34) en el mismo texto del AT, la cosa se complica:

Cuando un forastero resida junto a ti, en vuestra tierra, no lo molestéis. Al forastero que reside junto a vosotros, le miraréis como a uno de vuestro pueblo y lo amarás como a ti mismo, pues forasteros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto”.

Ahora se trata de amar al forastero como a uno de los tuyos. Uno podría entender que esa obligación radica en que el forastero ahora “reside junto a vosotros”, es decir, que se ha vuelto un vecino y que, en razón de esa vecindad, ahora está cerca y por eso se lo debe amar. Sin embargo, el motivo que alega Yaveh es que “forasteros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto”. Es decir: que la razón para amarlo no sería exactamente la cercanía en que se encuentra el forastero, sino el hecho de que forasteros somos, o al menos podríamos ser, todos.

Pero en el Nuevo Testamento estas relaciones de proximidad y lejanía se complican de una manera inaudita. Hasta podríamos decir: se alteran. Jesús vuelve sobre esas antiguas palabras pero trastorna los significados lineales de proximidad y lejanía, introduce la ajenidad entre los que se encuentran cerca, la extrañeza entre los conocidos, la discordia entre los parientes y el amor entre los enemigos. ¿Niega de esta manera lo que decían las escrituras antiguas? Más bien diría que hace estallar, mediante el uso de paradojas, el sentido habitual de estas palabras:

Mateo 10, 34-36: “No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar el hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él”.

El cercano, el hermano, el próximo se han vuelto de pronto enemigos.

Y en Mateo 5, 43-47 está el pasaje que más cuestiona la interpretación espacial que hace Nietzsche de la projimidad como proximidad:

“Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan para que seais hijos de vuestro Padre celestial. Que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo los gentiles?”.



No le alcanza con mandar a amar al enemigo, también necesita abolir los parentezcos familiares:

Mt 12, 46-50: “Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «oye, ahí afuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte». Pero él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo aquel que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»”.

Así que la cosa es un poco más compleja que la mera necesidad de amar al próximo, al vecino, a ese contra el cual estamos diariamente apretujados. Nietzsche denuncia la hipocresía y la cobardía que usualmente encierra esta bondad para con los tuyos: “Huís hacia el prójimo huyendo de vosotros mismos, y quisierais hacer de eso una virtud: pero yo penetro vuestro «desinterés».” Hace bien Nietzsche en sospechar de ese presunto desinterés que es huida de sí mismo. Pero está lejos con esas palabras de haber cuestionado lo que dice Cristo.

El gran Friedrich Nietzsche le da vueltas y vueltas al asunto y se siente atraído por una salvaje y azul lejanía que termina por desquiciarlo.

En diciembre de 1888 empieza a mandar cartas extrañas a sus amigos: se propone organizar una liga de las naciones contra Alemania y derrocar al rey. Quiere poner fin a tantos siglos de locura criminal. El 3 de enero del 89 le escribe a una amiga:

“El mundo entero está transfigurado, dado que Dios está en la tierra. ¿No ven que todos los cielos se alegran? Acabo de tomar posesión de mi reino, arrojo al Papa en la cárcel y hago fusilar a Bismark.”

Y al día siguiente, le escribe una carta a su amigo danés Georg Brandes, el mismo que le había recomendado que leyera los libros de Kierkegaard. En esa carta Federico escribe:

“Después de haberme descubierto, no es gran cosa el encontrarme, ahora lo difícil será perderme”.

Y firma: El Crucificado.

lunes, 20 de julio de 2009

Definitivamente



Un muchacho como yo,
que vive simplemente,
que confía en los demás
y dice lo que siente,
un muchacho como yo
precisa exactamente
una chica como tú
definitivamente.

Una chica como tú,
que sabe lo que espero,
que quiere de verdad
la cosas que yo quiero,
un muchacho como yo
precisa exactamente
una chica como tú,
ah! porque eres diferente.



Un muchacho como yo,
que siempre estuvo triste,
que aprendió a sonreír
cuando tú le sonreíste,
un muchacho como yo
precisa exactamente
una chica como tú
definitivamente.

Un muchacho como yo,
que vive simplemente,
que confía en los demás
y dice lo que siente,
un muchacho como yo
precisa exactamente
una chica como tú
definitivamente
definitivamente
definitivamente.

domingo, 19 de julio de 2009

Is what comes better than what came before?



por Eduardo Benitez

Cat Power causó un delirio inmediato en el público porteño el jueves pasado en el Gran Rex. Quedó demostrado que no es la niña frágil y tímida que, ella misma siempre acostumbra contar, solía ser en los comienzos de su carrera. Dejó el alma en un recorrido de canciones de sus mejores discos: The Greatest, Moon Pix , Your Are Free. E incluso presentó temas de su último EP (inédito en Argentina): una especie de remanente de esa cantera de covers alucinados llamado Jukebox, con canciones de Aretha Franklin y Creedence.



Come with me, my love to the sea, the sea of love.
I want to tell you how much i love you...
Do you remenber when we meet thats the day I knew you won my heart?
I want to tell you how much I love you.
Come with me to the sea of love.
Do you remenber when we meet thats the day i knew you won my heart?
I want to tell you how much i love you.
Come with me to the sea of love.


Algo de todo esto vamos a estar reviviendo el domingo a la medianoche en La otra.-radio / FM La Tribu, 88.7, domingo a la medianoche.

sábado, 18 de julio de 2009

El sol

por oac

Hace ya diez años que conozco a este hombre pero no me canso de verlo. En aquel momento fue algo fulminante para mí, a los siete minutos de haberlo visto ya estaba totalmente cautivado por la belleza de que era capaz y sólo quería volver una y otra vez para encontrar lo mismo, con eso me conformaba.

Pero el asunto es que él volvía a aparecer y nunca era lo mismo. Una cosa fue Madre e hijo, una de las heridas más penetrantes que yo haya experimentado, algo difícil de olvidar para un muchacho como yo, definitivamente.

Pero después vino Moloch y era otra cosa, esa vez estaba muy raro y yo no sabía bien qué se traía entre manos, y tuve que esperar un tiempo para empezar a entender ese lado suyo, más distante, más odioso. Taurus ayudó a comprender su mirada sobre el poder, una de las pocas que tiene algo nuevo para mostrar que no sean lastimosos lugares comunes. Y El sol es la pieza que faltaba, la que le confiere a esta trilogía de los hombres poderosos del siglo pasado un volumen considerable.

Sokurov debe ser el genio vivo, el tipo capaz de desplegar su autoría sin consideraciones secundarias. Hay que revisar el concepto de autoría, no se trata de constantes temáticas como decía malamente un redactor de El amante en ese programa choronga que lleva el mismo título que la revista. La autoría no tiene nada que ver con constantes temáticas. No es un truquito que sale bien una vez y se empieza a repetir hasta hartar. Esa es una noción muy estúpida de lo que puede ser un autor. Un autor es Fassbinder, que se despliega de una a otra película sin ningún reaseguro. Si uno vio El amor es más frío que la muerte eso no quiere decir que ya vio La angustia corroe el alma, ni Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, ni Alemania en otoño. Y si vio todas esas, todavía no vio Berlin Alexanderplatz ni Querelle. Y cuando ves Querelle tenés que reconfigurar la totalidad de la imagen que has ido construyendo de ese autor, porque el tipo no tiene una unidad dibujada en un papelito antes de ponerse a filmar, la sensación que da es que cuando empieza cada película no sabe lo que va a hacer y que quizá la haga para no saber, para deshacerse del saber. Hay tanto maestro ciruela que cree que en el arte hay que saber.

Bueno, Sokurov en eso es lo más parecido a Fassbinder. Una invención formal despiadada de una película a la otra, Spiritual voices llevó el documental a una línea de cota desconocida hasta ese momento, pero el tipo estaba pergeñando mientras tanto El arca rusa. Y claro que hay una unidad, pero es una unidad que hay que pensarla a posteriori, porque de antemano uno no sabe con qué se va a encontrar.

La temática del poder ha ido apareciendo en sus elegías, las de los estadistas en su momento de intimidad, pero también resuena secretamente en el almuerzo en la frontera tadjí en Spiritual Voices y rima con el desayuno de la princesa Anastasia en El arca rusa. Y por eso una película como Moloch (Hitler en su momento declinante) se iba a subtitular "El misterio de la casa de la montaña". No se llamó así, pero la que pasó a llevar ese subtítulo es Una vida humilde, que es otra casa, otra montaña, otro misterio.

¿Es Sokurov un artista de la elegía? Sí, pero hasta no ver sus películas uno no ha terminado de aprender qué puede ser una elegía. ¿Es un tipo que filma planos secuencias? No, o sí, pero no necesariamente. ¿Habla en off? Bueno, muchas veces, pero no siempre. ¿Es un montajista consumado? Eso lo demuestra de vez en cuando, siempre que le resulte necesario. Hace El arca rusa porque dice estar harto del montaje, pero al mismo tiempo está filmando obras de un montaje exquisito, preciso, musical, ligero, como Padre e hijo o esta El sol.

Lo único que les digo es que El sol es un prodigio cinematográfico, un manejo pasmoso de los tiempos, un regocijo de planos, una lección de fotografía digital, un despliegue cromático que no se parece a ninguna otra película ni antes ni después.

Y el Hirohito de Sokurov, el Dios que presentó la renuncia para terminar siendo un hombre, es uno de los personajes más tiernos de toda su filmografía, mucho más querible que el necio de Lenin o el idiota de Hitler. 

viernes, 17 de julio de 2009

La constitución travesti y Pablo Lezcano en La otra.-radio



Este domingo en La otra.-radio (0:00 hs. del lunes, FM La Tribu, 88.7) viene Sebastián Duarte, miembro del staff de La otra, a hablarnos de su libro recién editado, La constitución travesti. Sebastián antes había publicado Ricky de Flema. El último punk, una apasionante biografía de uno de los grandes mitos del punk rock bonaerense. Para escribir La constitución travesti estuvo varios años habitando la vida nocturna en los boliches de Constitución. El epílogo del libro, escrito por Mosquito Sancineto, dice:

"Quiero recorrer ya esas mismas calles, y, por qué no, también sentirme parte. Sí, la clave es Constitución. En ese particular mundo, que aquí se muestra en crudo, mutando y permutando todo el tiempo, en especial en los estados de ánimo, se registran la violencia, las drogas, la crueldad, la belleza, los cuerpos construidos, el sexo, la clandestinidad del amor, el crimen, el sabor de besos no vendidos. Salta, Europa, el color de piel, las amenazas, la ropa, los labios, los deseos, la prostitución; pero casi todo el tiempo existe la supervivencia como prueba de existencia, como se pueda, como se logre, como se obtenga. La piedad".

Sebastián también se encargó de entrevistar a Pablo Lezcano, el cantante de Damas Gratis, para una nota que sale en el nuevo número de La Otra que ya está en la calle. Un fragmento de la nota a Lezcano:

- Estuviste internado por cuestiones adictivas durante un par de años, ¿cómo manejaste tu retorno a la movida tropical?

- Fue mi familia la que me ayudó. El tratamiento duró dos años y medio. Fue difícil volver, hasta llegué a pensar que se había terminado mi cuarto de hora. Iba a tocar y me miraban de otra manera, la gente se mostraba fría. La cumbia es distinta al rock. En el rock sacás un disco malo y tus fans lo compran igual, te la perdonan. En la cumbia, si algo no les cierra, enseguida te mandan al descenso. Ahora yo estoy tranquilo, llevo una vida con menos bardo. Antes esta casa era un quilombo. Llena de gente pasada de merca y todos con armas de fuego. Me pasaba por el forro del orto lo que pensara la gente. Llegaba doña Norma y los pibes se escapaban por los techos. Era tal el descontrol que un día cayó de golpe un operativo llevado a cabo por el Grupo Halcón. Entraron por las ventanas, rompieron puertas, se pudrió todo.

- ¿Fue ahí cuando caíste preso y se hizo pública la noticia?

- Sí, pero estuve sólo 7 días encerrado, después me largaron. Aquí encontraron armas de guerra declaradas y una que llevaba encima era trucha, afanada. Por esa me guardaron. Igual quedé escrachadísimo. Todo el tiempo la policía buscaba la vuelta para detenerme. Salía de mi casa en el auto y a dos cuadras ya el patrullero me detenía. La tenían fija conmigo. Acá en Tigre y San Fernando nadie me molesta hoy en día. Todos me conocen. Claro que siempre hay uno que otro envidioso de mierda. Yo me quedo con la frase de Zambayonny: “Soy Superman, que me chupen la pija”.




El domingo a la medianoche, La constitución travesti y Pablo Lezcano en La otra.-radio.

jueves, 16 de julio de 2009

Final de la más extraña historia del cine jamás contada



Raya Martin y Charlie Chaplin este sábado a las 19:30 en La Tribu



por oac

Cuando uno sale de ver una película, siempre necesita unos minutos para volver a la tierra. Ya que el cine es una experiencia cercana a lo onírico, se trata de dejarse recapturar por la lógica de la vigilia. Más aún si la película que se acaba de ver fuerza los límites del cine conocido. Más aún si se trata, por su hosquedad y su resistencia a las interpretaciones rápidas, de algo parecido a una pesadilla. De eso se trata, precisamente, Autohystoria, el tercer largometraje del filipino Raya Martin, la recordada irrupción del Bafici 2007.

Y bien, en eso de hacer pie andaba yo al terminar Autohystoria cuando al salir de la sala me encontré con un Nicolás Prividera que lucía más indignado de lo que está habitualmente. “A ver, estoy esperando que me digas algo sobre esto que acabamos de ver”. Yo le dije que me había acordado de él en algún momento de la primera media hora de la película (lapso abarcado por un travelling que daría mucho que hablar). En un momento de ese travelling yo pensé en Prividera, con quien ya había tenido un encuentro en el festival de Mar del Plata a la salida de I don’ want to sleep alone, la película de Tsai Ming-liang. En aquella ocasión, Prividera lucía indignado por lo que consideraba otra muestra de un international style -en el que incluía a Lisandro Alonso, como representante local de la "franquicia"-, un cine tan dañino “en su lobotómica degradación del lenguaje y el sentido del cine” como el de Hollywood; quizá más dañino, ya que no escuché a Prividera manifestar una indignación parecida acerca de una producción de Hollywood.

Al final de la de Tsai, Prividera sentía ganas de culpar no tanto al cineasta taiwanés como a los que disfrutamos de esa tendencia del cine que a él le resulta intolerable (una de las tantas cosas que le resultan intolerables). Así que en esa primera media hora de Autohystoria yo había pensado: ¡cómo se pondrá Prividera si la ve!

De modo que, cuando salí de la sala y lo vi... ¡con cara de indignado!, supe que el reino de las explicaciones debidas me reclamaba. Y yo no podía decir mucho más que: “durante la película me acordé de vos”, ya que necesitaba meditar acerca de la experiencia por la que acababa de atravesar y no tenía un argumento que pudiera calmar a Prividera. Pero eso fue suficiente para que él empezara con su ristra de amargos reproches: “ese sistema encontró una nueva cantera geopolítica a la que explotar, luego de Irán, Corea, Taiwan, en su desesperada busqueda de novedades. Es un estilo internacional que tiene franquicias en cada región, incluso en la Argentina, como lo demuestra el caso de, etc., etc., etc.”. Ese fue el comienzo de una larga enemistad.

Mientras caminábamos por el pasillo del Hoyts nos cruzamos con Quintín, quien al verme me levantó el pulgar y repetía: “Genial, genial, ¡acabamos de conocer a un cineasta!”. Yo no me había expedido ante las demandas de Prividera, sólo había balbuceado algo así como “me parece cuanto menos una posibilidad interesante, dejámelo pensar”. Pero ante su mirada ya Quintín y yo ya estábamos configurando una máquina: éramos los representantes “de un sistema de legitimación que crea y procrea monstruos para justificar su existencia, sin importarle el daño que eso le hace al cine”. Ese fue el comienzo de mi corta amistad con Quintín.

A los pocos metros nos encontramos con uno de los programadores del festival de Mar del Plata que se acopló a Prividera: “ustedes, no tanto Raya Martin, son un peligro para los jóvenes cineastas que pueden terminar creyendo, gracias a su prédica, que este es un camino posible para el cine”.

Y bien, yo no elegí dar esta batalla. Pero las circunstancias volvieron a ponerme como contendiente y no soy de rehuir a mi destino. Entonces me ha tocado levantar la bandera de Autohystoria, de Raya Martin, de un camino posible para el cine, para las jóvenes generaciones. ¡De pronto soy una agente internacional de fuerzas corrosivas y peligrosas!

Ahora doy paso a mi breve ex-amigo, Q:

"Autohystoria es la historia de las Filipinas en unos diez planos y, posiblemente, el film más audaz de esta edición del Bafici. Una obra maestra, en mi opinión. Escuché decir que en Mar del Plata, la gente se iba de Honor de Caballería, mientras que en Buenos Aires es un gran éxito. Pero me parece que la intolerancia no tiene patria como veremos a continuación. La función de Autohystoria fue, ciertamente, muy movida. Paso a relatar:

"Empieza la película. Pantalla en negro, una cancioncita en off. Corte a un plano de un joven de camisa blanca caminando por una avenida transitada. Es de noche. La filmación es en video, en blanco y negro, desde un vehículo que va por la vereda de enfrente. El tipo camina una cuadra, dos cuadras, muchas cuadras. Pasan diez minutos y sigue caminando, atravesando cuadras más iluminadas y otras más oscuras. Parte del público (la sala estaba llena) empieza a protestar en voz alta, a aplaudir en broma.

[El relato de Q sigue, media hora después...] "Corte. Color. Una plaza redonda con un obelisco en el medio. Plano fijo que se extiende a lo largo de varios minutos. El tránsito hace un ruido infernal. El público ruge y empieza a abandonar en masa la sala. Un grupo aplaude con sorna desde el centro de la sala. Desde la izquierda, adelante, una voz grita: “Cállense, hijos de puta.” [Es el propio Q el puteador] Milagrosamente, los revoltosos se callan. Otros se siguen yendo. Corte".

[Y así relata Q la salida al final de Autohystoria] "Salimos de la sala con Castagna y Jorge García. Comparto la euforia con Martín Mainoli, gran cortometrajista y editor de Alonso y de Rejtman. En cambio, a Nicolás Prividera, director de M, la película no le gustó nada. Pienso que Autohystoria no solo habla de la represión en las Filipinas. Bien podría ser sobre la dictadura argentina. Es un film que toma partido por las víctimas. En diez planos. Pero es poco probable que alguien se animara a hacer una película semejante entre nosotros. El mensaje y el sermón serían imprescindibles".

Nicolás Prividera se indigna:

"Y si, no me gustó nada. Es más: salí indignado. No con el monstruo, que no tiene la culpa, sino con el Frankenstein que lo creo. Y no me refiero a la película ni al director, sino al sistema (el complejo crítica-festivales) que necesita encontrar Genios ocultos para alimentarse (y legitimarse).

“«Algo está pasando en Filipinas», dijo Q cuando nos cruzamos al salir de ver la pelicula. Y lo que esta pasando es previsible: ese sistema encontró una nueva cantera geopolitica (luego de Irán, Corea, etc.) a la que explotar, en su desesperada búsqueda de novedades. Que no son tales, porque no hacen más que autoconfirmar la vigencia de un «estilo internacional» que puede ser (para el cine independiente) tan dañino como el de Hollywood. Que tiene franquicias en cada país, e incluso en cada región, como demuestra la catalana HONOR DE CAVALLERIA (Y eso no significa que no haya diferencias: al lado de Raya, Serra tiene la elegancia de un John Ford…).

"De la única dictadura de la que habla AUTOHISTORIA es de la de un sistema de legitimación que crea y procrea monstruos para justificar su existencia, sin importarle el daño que eso le hace al cine. Sea porque se se han resignado a su muerte o porque quieren ocultar el cadaver bajo la alfombra…

"Q. describe la película pero no explica por qué es una «obra maestra» (si es que tal cosa existe hoy, en el actual «estado de las cosas»…). De todos modos, el problema no es que haya o no obras maestras (hay que acabar con ellas, como pedía -si no recuerdo mal- Artaud), sino que querramos verla en esta película primitiva (en todo sentido).

"Antes la palabra vanguardia evocaba nombres como Buñuel o Vertov, hoy invoca a Raya Martin… Así nos va"- culminaba NP, más indignado que de costumbre.

Eso se discutía el 8 de abril de 2007. Yo sigo pensando básicamente aquello que escribí en ese entonces:

La indignación es uno de los sentimientos más sospechables, en cualquier orden de la vida, incluso en el cine. ¿Qué dice la indignación de un espectador acerca de una película? No mucho, casi nada. En la indignación el espectador indignado se mantiene “digno”, del lado del Bien, de un Saber que ya ha determinado de una vez y para siempre qué es el cine y que cualquiera que ose simplemente desconocer ese “qué es” será arrojado fuera del Bien. Del otro lado hay un Maligno Sistema que intenta hacerle daño al Cine Sabido. Una película puede, por ejemplo, estar más allá de este sistema de la Dignidad y la Indignidad, del Saber y del Bien. Una película como Autohystoria también podría servir para pensar la indignación de los espectadores dignos. Si tiene algo de inaceptable para los indignados profesionales, si aún es posible que una película se vuelva intolerable, si puede ser rechazada como algo peligroso, si se la puede comparar con un monstruo, si despierta odios, entonces vale la pena verla y pensarla.

Yo la vi y la pensé y me parece que Autohystoria (2007) es un auténtico, áspero, chirriante, inquietante film de horror del siglo XXI. Por eso me parece la mejor opción para cerrar esta historia del cine, la más extraña jamás contada.

Después, tuve oportunidad de cambiar impresiones sobre el cine de Raya Martin con Jean-Pierre Rehm, delegado general del Fesival Internacional del Documental de Marsella y colaborador habitual de Cahiers du cinéma. Y le pregunté:

- Tanto en Autohystoria como en Possible lovers (la siguiente película de RM) la oscuridad, la aspereza, la estridencia y la incertidumbre parecen conducir a una experiencia terrorífica. ¿Puede ser que este horror sea el rasgo más propio de Martin como autor, más allá de que el tema que toque sea en un caso la historia política de Filipinas y en el otro una historia de amor?

- El comienzo del horror que somos capaces de soportar es la manera como una vez el poeta R. M. Rilke calificó a la belleza- me respondió Rehm-. Y la belleza no tiene nada que ver con una perspectiva, sino más bien con su capacidad de abarcar en un abrazo generoso tanto la Historia como los así llamados “destinos privados”. Short film... [la segunda película de Raya] comienza con la hermosa escena en la que esa pareja tiene problemas para descansar, para dormir, y así la totalidad del film puede ser vista como el sueño que la mujer está construyendo a través de las palabras de su marido. Puede ser la relación entre un país y sus artistas. De modo que es al mismo tiempo una historia de amor y la Historia política. De hecho, es amor por la Historia, pero un amor que no es abstracto, que es muy sensual, muy físico, que se vale de las imágenes no como superficies, sino como cuerpos realmente vivos, sudorosos, activos. Esta es la razón de que no se trata simplemente de oscuridad, sino de la noche: un tiempo específico del día en el que la gente deambula, sueña, duerme, hace el amor, tiene miedo, ve películas, etc. En horas del día, aún violentamente opuesto a la luz diurna y su firmeza tranquilizadora. La oscuridad no es solamente una metáfora, un estado de ánimo, es una noche real que la cámara capta (y entonces aparece esa rudeza del video –como si el video pudiera ser usado contra sus propósitos naturales, haciendo aparecer a la noche como tal; oscura, áspera, irregular, etc. No ver en la oscuridad, sino ver a la oscuridad misma. Como en algún viejo film en blanco y negro). Y sí, estoy profundamente impresionado por la increíble ambición de Raya hacia la épica. También en ese horror que tú señalas, él está muy cerca de la tierra, muy específico, como un amante verdadero, aun cuando nosotros perdamos muchos detalles, por falta de información- terminó diciendo Rehm.

Este sábado a las 19:30 Autohystoria en la Tribu, Lambaré 873. En el mismo programa: Easy Street de Charlie Chaplin.

Muy bien


por oac

Finalmente todo salió a pedir de boca y la proyección de Plan B ofreció un marco inmejorable para la presentación de La otra 21. Se podía palpar en el clima que reinaba en un repleto auditorio La Tribu (haciéndole un corte de manga al paranoia influenza style y a la tarde de lluvia). Adentro todo era sonrisas y caricias. Al partir, un beso y una flor, toda la gente se veía feliz por haber disfrutado de tan grato momento. Y la gente era mucha.

Los planetas Tribu, Plan B y La otra se alinearon para dar un buen augurio al nacimiento de este ciclo de 10 películas de amor, del que aún quedan 9. La idea está puesta: esto no se hace sin amor, se puede hacer sin plata, sin cuit, sin know how, sin barbijos y sin pareja. Pero no sin amor.

Así que gracias a todos los que vinieron.

Y a los que no vinieron que se jodan.

Me voy pero les juro que mañana volveré.

miércoles, 15 de julio de 2009

Voz d`amor



TIEMPO Y SILENCIO

Una casa en el cielo
Un jardin en el mar
Una alondra en tu pecho
Un volver a empezar.

Un deseo de estrellas
Un latir de gorrion
Una isla en tu cama
Una puesta de sol.

Tiempo y silencio
Gritos y cantos
Cielos y besos
Voz y quebranto.

Nacer en tu risa
Crecer en tu llanto
Vivir en tu espalda
Morir en tus brazos.



Cesaria Evora y Pedro Guerra

Voz d`amor

por Eduardo D. Benitez

Alguna relación debe haber entre ese archipiélago, esa geografía imprecisa colmada de islas llamada Cabo Verde y ese género musical que no ancla sus sentidos en ninguno de los géneros que recupera o fagocita; sino que más bien los expande como perdigones, haciéndolos concurrir en una experiencia dolorosamente dulce de cuatro minutos promedio llamada morna. El tango, el fado, los choros brasileños eternamente desplegados y tensados por ese decir caboverdiano, por esa amotinada reunión de violines, violas, guitarras, cavaquinhos y clarinetes.

Cuando este género se canta, lo hace con toda la potencia de una voz lastimera y elegante a la vez: la voz de Cesaria Evora. Esa impactante dama que hace algún tiempo visitó Buenos Aires. También conocida como “la diva de los pies descalzos”, esta cantante africana nacida en 1941 tardó varios años en hacerse conocer, y de esa forma expandir un género musical que estaba casi destinado a quedar velado para el resto del mundo.

La voz popular cuenta la historia de esta manera: que un músico caboverdiano radicado en Francia la escuchó cantar en algún bar desperdigado por alguna calle de Mindelo, que quedó repentinamente prendado e inmediatamente produjo su primer disco en 1988: La Diva aux pieds nus. A partir de ese momento inciático, los discos producidos fueron diecisiete. Un recorrido aluvional que llega hasta la edición de Radio Mindelo, su disco número dieciocho, que recoge sus primeras grabaciones en los años 60 para la Radio Barlavento, cuando apenas comenzaba a dejar de ser esa adolescente desangelada que cantaba en bares de mala muerte para poder sobrevivir.

De esa infancia sufrida quedan: la experiencia de cantar con asumida resignación al amor, la nostalgia, la noche, el alcohol, en clave de dialecto crioulo; una voz dispuesta a soportar las melodías más melancólicas de la tierra, o también una felicidad que se agita en el centro mismo del cuerpo caboverdiano, cuando la morna se acelera y se convierte en coladeira, ese derivación del género algo más juguetona.

Ir al encuentro de esos ritmos y de esa voz, los que continen discos como Café Atlântico, Rogamar o Miss perfumado, es hacer un viaje sentimental sin parangón. Un viaje sin pasaje de vuelta.