martes, 20 de abril de 2010
El amante, la FUC, el Bafici, etc.
(Nota: este post iba a ser un simple comentario en respuesta al mensaje que Gustavo Noriega dejó escrito acá), pero el dispositivo Blogger no permite comentarios tan extensos, así que, para que mi respuesta no perdiera su unidad, lo publico como un nuevo post).
Estimado Noriega:
Vos escribiste aquí:
"... me gustaría desbaratarte una idea. Esa idea es la de que le prestamos más atención a la FUC que a otras vertientes del cine y de que lo hacemos programáticamente.
La afirmación de Filipelli sobre la FUC, el Bafici y El Amante creo que es correcta en un sentido débil. La revista fue importante a mediados de los 90 en la aparición del NCA, de la misma manera en que lo fueron el Festival y la Universidad del Cine.
De ahí a suponer que nos encerramos en un triángulo diabólico para encorsetar al cine argentino hay un paso muy grande que vos das demasiado livianamente, sin que se vea verificado en los hechos.
Si te fijás, mis impresiones sobre Castro y Todos mienten son parecidas a las tuyas, así como con La tigra y con Excursiones. Es probable que vos te hayas dado cuenta de que algunas de esas películas eran interesantes antes que nosotros. No tengo ningún problema en admitirlo y no me genera ninguna inquietud.
No sabría cuál película habríamos dejado de lado especialmente por culpa de alguna de la FUC. Sinceramente no creo que sea así.
Y en todo caso está el tema de los gustos. A mi Historias extraordinarias me parece fabulosa y a vos no. So what? Eso no me obliga a que me gusten las películas de Matías Piñeiro ni me convierte en un conspirador. Aprecio algunas de tus críticas particulares pero los sistemas que armás a veces me parecen muy disparatados y este triángulo diabólico es uno de ellos...".
Respecto del Triángulo de la Muerte (je), no es un sistema armado por mí, sino publicado en tu revista: n° 199, diciembre de 2008, Dossier "Cine y democracia". Como sugiere el título, el dossier se dedica a analizar lo que "pasó con el cine [argentino] desde el fin de la dictadura hasta el presente". Dice tu nota que Filippelli es protagonista de esa etapa "al relacionarlo, desde la FUC, con la generación de cineastas que le cambiaron la cara al cine argentino". En la citada nota te referís a la película que Filippelli hizo sobre el Bafici en su 10 edición (película que "pone en el centro a las entrevistas a Quintín"). Filippelli es protagonista según vos del NCA por su lugar en la FUC en relación con las jóvenes generaciones de cineastas. Filippelli dice que "estos pibes" del NCA aparecieron gracias a la gestión de Antín primero en el INC y después en la FUC.
Entonces: vos designás a Filippelli como protagonista del NCA; Filippeli (además de colmar de elogios a "sus discípulos" -así los llama- Trapero y Llinás -a quien compara con Straub-) lo designa a Antín como el artífice del NCA.
En las páginas siguientes, El amante nomina como "protagonista" de esta historia (la nota se llama "Cambiar la historia") a Manuel Antín: el copete dice que MA es "quizá el portagonista que mejor incidió en el devenir cinematográfico en estos 25 años", por su labor en el INC y como fundador de "la casa de estudios donde se educaron gran parte de los mejores directores de estos últimos años".
A su turno, Antín dice quiénes son, para él, los protagonistas de esta historia:
“Quiero decir: al papel de la cancillería de Caputo -esto mucha gente no lo recuerda, o hace que no lo recuerda, o algunos no lo saben- en el triunfo argentino en muchos festivales la gente no lo reconoció lo suficiente. Ahí hay una relación importante, se fueron sentando ciertas bases para que se diera este fenómeno. Es cierto que hace eclosión 10, 15 años después, pero yo no sé si habrían aparecido estos pibes sin escuelas de cine. Yo creo que ahí hay tres variantes: la Universidad del Cine, el Bafici y El Amante. Yo creo que ése es el pilar del Nuevo Cine Argentino”.
Este sistema, por lo visto, no está armado por mí: el lugar de su formación es la revista que dirigís y los copetes de las notas no dejan lugar a dudas sobre el círculo de autorizaciones recíprocas: son un puñado de protagonistas (Antín, Filippelli, Quintín, El amante, la FUC, el Bafici, los discípulos de Filippelli), que se consagran unos a otros en apenas unas pocas páginas, con motivo de una efemérides (los 25 años de democracia).
Este año el Bafici decide darle a Filippelli la apertura del Bafici. Wolf dice que Filippelli goza de unanimidad entre los 4 directores que tuvo el festival. Peña y Di Tella salen a desmentirlo (entonces: Filippelli goza del unánime apoyo de Wolf y Quintín). Desde la tribuna oficial del Bafici, Filippelli toma la palabra y dice una vez más que el trípode fundante del NCA está constituido por el Bafici, El Amante y la FUC. El ámbito desde el que lo dice no es el de un opinador cualquiera, sino desde la ceremonia oficial de apertura del Bafici, donde Filippeli goza de "unanimidad".
¿Te parece que soy yo el que armó este sistema? ¿No ves que se trata de una operación política de apropiación de un movimiento artístico? ¿No leés lo que ustedes mismos escribieron en sus copetes y la manera como sus entrevistados les devuelven las gentilezas?
Creo que vos siempre te inquietás cuando se describe estas operaciones políticas (quitándole a estas palabras una connotación conspirativa) de las que El amante participa y de las que parece no querer hacerse cargo. A mí no me parece mal que ustedes (Filippelli, Antín, Quintín, vos, los directores del Bafici) se tiren flores y se consagren unos a otros como protagonistas de un movimiento. Pero creo que los auténticos protagonistas del NCA no son ninguno de ustedes, sino Martín Rejman, Andrés Di Tella, Lucrecia Martel, Adrián Caetano, Lisandro Alonso, Pablo Trapero, Ezequiel Acuña y otros que aparecieron después: Celina Murga, Ana Poliak, Federico Godfrid, Juan Sasianín, Santiago Loza, Marco Berger, Iván Fund, Jorge Colás y varios otros; y no es cierto, como dice El Amante, que "gran parte de ellos se educaron en la FUC". Porque muchos de ellos salieron del ENERC y otros están saliendo de la FADU, el CIEVYC y de otras escuelas, o de ninguna escuela.
Creo además que en este reparto que aparece en tu revista y en la Ceremonia Oficial del Bafici se omiten nombres y circunstancias importantes: por ejemplo, Lisandro Alonso se formó como cadete de Nicolás Sarquís, cuando este ya fallecido cineasta dirigía una sección del festival de Mar del Plata, Contracuadro, en la que programó por primera vez en el país a Kiarostami, Sokurov, Tsai Ming-liang, Wong Kar-wai, entre otros. Me parece que Alonso no está hablando sólo de su experiencia personal, sino que señala a un "protagonista" y a la sección de un festival que quedan afuera del relato que arman entre Antín, Filippelli y El Amante. Sarquís, curiosamente, se desempeñó en el marco de un festival que se realizaba bajo la órbita de Julio Mahárbiz. Obviamente que Mahárbiz no es uno de los artífices del NCA; sin embargo, lo es tanto como podrían serlo Antín o el canciller Caputo.
Por otro lado, ni Mahárbiz ni Sarquis inventaron a Kiarostami, Sokurov o Tsai: simplemente estos cineastas forman parte de una época que cambió la modalidad de concebir y producir el cine, cambio propiciado por las nuevas tecnologías que permiten filmar de un modo artesanal y desligado del esquema industrial. Creo que Lisandro o Lucrecia no le deben nada a Filippelli o a Antín, que su cine está mucho más naturalmente vinculado al que hacen Apichatpong, Wong, Hou Hsiao Hsien, Jia Zhang-ke, Raya Martin (quienes no estudiaron en la FUC).
Me da un poco de gracia ver a algunos señores mayores repartiéndose estos laureles. No creo que se trate de una conspiración, sino de una apropiación ilegítima. Me resulta un poco molesto que cuando se señala la naturaleza política de esta operación, pretendas refugiarte bajo la máscara de un simple opinador. Uno puede quedarse callado al verlos a ustedes repartiéndose los diplomas, las medallas y los besos, o interpretar esa ceremonia en términos políticos, sin que esta atribución tenga un carácter satánico. Si te permitís decir qué rumbo "deberá tomar" el NCA, no te ofusques si alguien interpreta que de este modo estás jugando un rol político y que en ese rol contás con determinados aliados.
Gracias, Noriega, por mantener este respetuoso intercambio.
oac
Oscar, oscilás entre dos enunciados, uno fuerte y el otro débil. El fuerte dice que nos apropiamos, junto con la FUC y el Bafici, del cine argentino y que lo que no entra dentro de ese triángulo es ignorado. El enunciado débil dice que somos tres pavotes vanagloriándose. Cuando tus ejemplos quieren sustentar el enunciado fuerte, fallan. Si buscás lugares donde elogiamos a la FUC y al Bafici, y viceversa, seguramente vas a encontrar a montones.
ResponderEliminarLa diferencia es fundamental. Basado en tu enunciado fuerte, pronosticaste que le íbamos a dar bola a Castro y Todos mienten y no a Excursiones o La Tigra. La cita la trajiste vos, no yo. Y la citaste como muestra de que habías acertado. No lo habías hecho.
Desde ya que pienso que lo importante son los directores y no nosotros, y de ninguna manera pienso que el mundo se acaba en la FUC. Mil veces hemos saludado la sección Contracampo, de Sarquís en Mar del Plata. No quiero entrar en el juego de ir a buscar las citas para que vos me corras el arco de nuevo y tenga que buscar otras tantas.
También estoy de acuerdo en que la crítica hace una intervención política solo que no creo que sea la que vos imaginás (y no podés probar). Nuestra pretensión política es que el espacio abierto por los nuevos directores no se cierre. Y que ese espacio sea lo más diverso posible. No hay mucho más que eso. Y después, dentro de ese marco general, entran los gustos. Ahí es donde yo puedo escribir el manifiesto ese (es verdad que el último párrafo es muy imperativo, un punto para vos aunque creo que exagerás su lectura. De paso, lo que escribiste sobre Ocio es bastante parecido), o hacer loas de HHEE, o declararme decepcionado por Castro o Todos mienten. Otros disienten conmigo y así.
Saludos.
Oscar:
ResponderEliminarEstá bien señalarlo por si alguien está distraído y se la cree pero realmente, éstos que se erigen en los hacedores, ahora ...son tres sellos de goma.
Los hacedores son otros.
Martha
Dicho trío mentado son como los radicales, nunca haciéndose cargo de lo que dicen, menos de lo que hacen; entonces me pregunto: quién/es decidió/eron que una pélicula que trasunta el grotesco como "Secuestro y muerte" sea la apertura de un festival cada día mas esnob??
ResponderEliminarCabe decir, además, que el director de esa pelicula, "guia del NCA" explicita su película a traves de la Teoría de los dos demonios, tal como hemos leído en un reportaje publicado hace dos semanas atrás.
Saludos y muy buen blog!
¿teoría de los dos demonios?
ResponderEliminarMe desconcierta esa información.De esa época,1970,¿a tres años de la asunción de Cámpora?
Lo que observo es que no es necesariamente que ciertas películas que se exhiben sean malas,, es que no son películas típicas del Bafici. eSTO OCURRE POR EJEMPLO CON LA DE mARCO bELLOCCHIO. Tendra su mérito pero no es, NO ES, lo que a mí - 10 baficis en mi haber- me interesa encontrar en este festival. Es de esas películas que uno ve a la mañana en las privadas y se aburre como ostra, pero se queda por profesionalismo.yO CREO QUE LA CANTIDAD NO ES CALIDAD, no sé quién los convenció a ciertos organizadores de qué es así.
ResponderEliminarQué siga el Bafici- eso ni se discute- pero con ciertas características que le son propias y a las que no hay que renunciar nunca. Martha Silva
aclaración: quise decir que el director Filipelli cuando habla en el reportaje realizado por pagina12 sobre su película, lo que se lee es Teoría de los demonios. No creo que sea necesario explicar dicha teoría, amigo Hugo A, digo x su chicana.
ResponderEliminarY una cosa mas: me harté de sesudos como Filipelli, Sarlo y LLinás, a la sazón guionistas de este esperpento dignos del gorilismo mas rancio,"intelectuales" de prosapia que sólo sirven para terminar siendo lo que son: la "élite" del arte y pensamiento porteño en desmedro de todo lo que sea nacional y popular, palabras que siguen causando horror en la "intelligentzia" argenta.
Cada día que pasa extraño mas el cine de Favio!
Obviamente, Secuestro y muerte no es un film en el que haya que buscarse un contexto histórico, es una operación política concebida desde la presente coyuntura, por lo que no resulta difícil encontrar esta reprise de los dos demonios que intenta la derecha argentina, de la cual Sarlo, Llinás y Filippelli son cabales exponentes.
ResponderEliminarSi extrañamos a Favio es porque extrañamos el cine auténticamente genial. martha
ResponderEliminarYo no ví la película Oscar,lo pregunté sinceramente.Si a mi me dicen que la teoría de los dos demonios puede contextualizar un suceso historico como el que cuenta la película, y se desarrolla en la Argentina entre digamos 1968 y 1973 no tiene ningún asidero. Viví en esa época, y se me aclara si se me contesta que se cuenta desde una coyuntura actual o se afirma que tal teoría es "lo que se lee" en un reportaje; (reprochable cuando se toman datos ciertos de filiación,etc ). De todas maneras habré de verla y sacaré mis conclusiones como siempre alejado de chicanas que no van con mi estilo.
ResponderEliminarHugo.
Hugo:
ResponderEliminarla teoría de los dos demonios es una tesis acerca de los conflictos políticos de la década del 70. ¿Qué tiene de raro que una película que trata sobre el secuestro de Aramburu esté pensada desde esa teoría? Yo puedo hacer una película sobre el imperio romano y plantear el conflicto según un esquema marxista (salvando las diferencias).
saludos