por oac
1- ¿Es posible que Cristina no se presente a la reelección?
- Sí, es posible, eso es lo que ella dijo ayer.
2- ¿Es probable que no se presente?
- No, es mucho más probable que se presente.
3- ¿Cómo se interpreta entonces la frase ““Yo no estoy muerta por volver a ser presidenta, muchachos. Yo ya di todo lo que tenía que dar, a mí no me van a correr”?
- Cristina introduce un factor de incertidumbre en el cuadro político. El de su decisión libre. No está atada al destino de la reelección. Hoy por hoy todo el sistema político argentino, por dentro y por fuera del kirchnerismo, parece moverse en función de la inevitabilidad de la reelección de Cristina y trabajan para posicionarse a partir del primer día del segundo mandato. Cristina se viene reservando el anuncio de su candidatura, pero creo que algo más: se viene reservando la decisión de ser candidata. Mientras todos parecen haberse sentado a esperar la reelección para iniciar desde allí una tarea de desgaste, Cristina recuerda el momento, nada desdeñable en política, de la decisión subjetiva. A diferencia de otros dirigentes, ella puede elegir qué va a hacer. Mientras, los otros parecen moverse en el plano del “no tengo más remedio que…”. Pero ser libre para tomar una decisión es más que estar obligado a tomarla.
4- ¿A quién se dirige Cristina en su discurso de ayer?
- El mensaje tiene múltiples direcciones. La ortodoxia peronista, que quisiera descansar sobre la idea de una identidad peronista indestructible e inevitable, preferirían creer que se refiere a un gremio periférico, la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles, encuadrado –según aclaró el Ministro de Trabajo Tomada- dentro del grupo sindical de Barrionuevo. Pero Cristina dice también: ““Estoy cansada de los que dicen ayudar y vivan el nombre de Cristina y al otro día hacen exactamente todo lo contrario para que esto tenga problemas o se derrumbe.” Ese sayo no le cabe al barrionuevismo. Piumato se hace el boludo: “"La presidenta está aludiendo a los sindicatos que no son solidarios. Al que le quepa el sayo que se lo ponga”; y de paso lanza una amenaza: "nadie se suicida y menos la jefa", como si cuestionar el poder moyanista fuera un suicidio. Quizá Piumato comete, entre otros pecados, el de soberbia: el de creer que el moyanismo es un factor inevitable de la CGT. Pero Cristina parece discernir una diferencia en donde todos los otros ven una fatalidad: contar como aliado a la CGT no necesariamente implica estar aliado a Moyano. La primera cosa parece inevitable para un gobierno que aspira a ser popular, lo segundo no. Si todos se mueven en función del post-cristinismo, Cristina parece concebir una CGT post moyanista. O sea: Moyano necesita de Cristina más que Cristina de Moyano. Y esto se basa en una constatación objetiva: la intención de voto, el ejercicio de la autoridad, no dependen hoy por hoy del poder extorsivo de un grupo sindical que ya dos veces en los últimos meses amenazó con “parar el país”. Enfrentarse así a Cristina en este momento puede ser para estos dirigentes ascender más aún en su índice de impopularidad y fortalecer la imagen positiva de Cristina. ¿Quieren lugares en la listas de candidatos los moyanistas? ¿Por qué no se presentan en una interna enfrentando a Cristina? Las palabras de Cristina también pueden estar dirigidas hacia los sectores medios en los que los métodos del moyanismo son altamente cuestionados. Y por último, en una reacción típicamente kirchnerista, los dardos contra el moyanismo no van dirigidos a los sindicatos. Allí donde la ortodoxia peronista llama a cerrar filas, la heterodoxia kirchnerista pretende abrir el juego: "A veces veo que los dirigentes de los sectores que mejor están nos someten a prácticas que les hacen mal a ellos mismos porque terminan desprestigiando al movimiento sindical". Y el punto flaco del poder moyanista (acá se podría decir también cegetista) es que después de la crisis del 2000 hay amplios sectores de las clases populares que no están encuadrados en los grandes gremios industriales. Entonces Cristina busca marcar las debilidades de representación de un poder más bien fundamentado en el poder extorsivo.
5- ¿Habría hecho Néstor esto de desafiar públicamente la legitimidad moyanista?
- Es difícil decirlo. Sobre todo porque las relaciones de fuerza actuales son drásticamente distintas de las que Néstor Vivió en sus últimos meses. Lo que puede verse es que Cristina puede pensar el momento en soledad. Tener respuestas nuevas ante problemas viejos. ¿Llamamos a eso kirchnerismo o cristinismo? Yo creo que en muchos sentidos, la audacia de Cristina es de escuela netamente peronista.
Muy sincera e inteligente la presi!!
ResponderEliminarQuien quiera oir que oiga..
Quizás no estaría mal que todos los que decimos apoyar a este gobierno, los que nos sentimos representados por primera vez en nuestra larga historia, pongamos el cuerpo y hagamos un explícito acto de apoyo, digo, para hacer algo más que lamentarnos por "lo que nos pasa" cuando nos pasa.
ResponderEliminarNo creo que Cristina nos vaya a decir que "la casa está en orden".
De acuerdo, Carlos. Creo que uno de los sentidos del discurso de Cristina fue recordarnos que no tenemos que sentarnos a esperar a que otra lo haga por nosotros. Y que no lloremos algo después de perderlo. Recordemos a Néstor y de lo mezquino que fue el pueblo argentino. hoy sin ir más lejos me entero que Beatriz Sarli sale a decir que Néstor era un "objeto muy interesante" en la política argentina. Es lo máximo que podemos esperar de una anciana resentida como ella.
ResponderEliminarimpecable tu analisis oscar. mandalo a la lectora provisoria, je.
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