martes, 12 de noviembre de 2019

El neoliberalismo

La otra.-radio del domingo, para escuchar clickeando acá


El neoliberalismo
se postula a sí mismo
como un método imperfecto
de vivir pero con una salvedad
que a pesar de sus defectos
y con todos sus problemas
es el único sistema
que puede hacer funcionar la sociedad.

Por favor que conste en actas
que hay dos cosas inexactas
en esa nueva teoría
dos mentiras hay en esa afirmación:

Una es su señoría
que la sociedad funcione
y la otra, usted perdone,
si al decirlo se me pianta un pokemón
pero el neoliberalismo
ni siquiera es eufemismo
sino que es directamente
el mas práctico sinónimo que hay
de la muerte y quien lo cuente
como método de vida
puede que ande por Florida
pero no por Argentina o Uruguay.

El neoliberalismo
desde su mismo bautismo
o en el útero prestado
del capitalismo que lo reparió
ya venía vacunado
contra el hombre no rentable
que si no era tan amable
de morirse solo él siempre lo ayudó.

El neoliberalato
tiene cuerda para rato
y con ella anuda el moño
del regalo de la globalización.
Nuevo y último retoño
de la trinidad profana
que en relevo de la otra
y más de mil te afanan
matan y establecen su ritual de adoración
con un nuevo calendario que en vez de los santos
tiene las fechas de vencimiento
estipuladas en la carta de intención
que no explican la intención de lo que dicen
porque al igual que los del otro son oscuros
los designios del nuevo señor.

Este culto que se expande
como un gigantesco glande
en lugar de fecundar esteriliza
todo lo que alrededor
le sostenga la importancia
a algo que no de ganancia
y hasta los más afectados
por las consecuencias de la enfermedad
se acostumbran a luchar por el triunfo
de los que triunfan sobre ellos
convirtiéndolos en terminales
de un sistema que es el que se expresa
cuando hablan convencidos
de tener ideas propias
si las tienen porque alguien se las vendió.

El neoliberalismo
se libera a sí mismo
de las trabas que les ponen
los estados que una vez estatuyó
y en las nuevas condiciones
se estatuyen estatismos
no estatales, son quietismos
como el de la estatua de la libertad.

El neoliberalismo
se contempla a sí mismo
como aquel de la leyenda
que se ahogó en el agua que lo reflejó
pero hay una componenda
la división del trabajo
da que no se hunda el majo
sino cualquier otro que ni figuró.

De este modo se expresaba
un fiscal que presentaba
en un juzgado los cargos
contra la patota neoliberal
pero el juez que estaba a cargo
dio todo por anulado
dijo que estaba implicado
en el caso este mismo señor fiscal
porque acababa el estado
de quedar privatizado
y él solo era otro cesante
y si algo tenía para reclamar
que llamara en adelante
y en un tono más paciente
al servicio de atención al cliente
bien dispuesto a aguardar en línea
 hasta que la primera ave de rapiña
disponible con suerte lo fuera a escuchar.



El programa del domingo pasado estuvo dedicado a pensar en el períodos de aceleradísimos cambios políticos y turbulencias sociales que esta viviendo nuestra región, prestándole especial atención al golpe de estado que se impuso en Bolivia, la liberación de Lula y el cercano fin del régimen macrista, vencido en las urnas por la fórmula del Frente de Todos, según una línea editorial que ya expuse en el post anterior, acá.

El programa estuvo enteramente musicalizado por canciones extraídas del disco Signos: Pronunciamiento global por un no al neoliberalismo, de artistas varios. Recientemente aparecido en la web, el disco se puede descargar gratuitamente acá: 
www.signoscontraelneoliberalismo.com.ar 

Un fragmento del texto que acompaña el lanzamiento del disco dice: "Es inabarcable, contradictoria y larga como larga es la historia de la explotación de la humanidad por la humanidad misma la suma de literaturas, reflexiones, críticas, defensas, resistencias y luchas que el neoliberalismo ha suscitado. Ya no parece posible hacerse de certezas a las que no les quepa sombra. Con todo, si por aseverar se ganara algo, hay una certeza de la que podemos envanecernos. Una certeza que es triste, pero que es también la herramienta primera si lo que se desea es la transformación de nuestro mundo y nuestras vidas, y si recordamos (o decidimos) que nada es siempre: ni nuestras derrotas ni sus triunfos". [Ver versión completa acá].

El bloque del programa en el que pasamos la canción de Leo Masliah que encabeza este post, junto con la primera parte de nuestro análisis político, se lo puede escuchar clickeando acá.

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