domingo, 10 de noviembre de 2019

Una herida en el corazón del continente




Hace unas horas se consumó el golpe cívico-policial en Bolivia. No lo imaginábamos hace unos días, cuando estábamos celebrando la liberación de Lula en Brasil. Lo que sí es una triste certeza es que los fascistas blancos van a destruir la Bolivia que Evo construyó. Son feroces, también los conocemos aquí. Con la misma ferocidad destruyeron la obra de la Tupac acá en Jujuy, allá en Jujuy, cerca de Evo. Una herida en el corazón del continente.

Son días vertiginosos en nuestro continente: tampoco esperábamos hace unas semanas que Lula saliera de la cárcel con el temple de lucha que mostró en estas horas. Prestamos mucha atención al estallido social que sigue manifestándose en las calles de Chile, la niña mimada de la derecha feroz en el sur de América, el pueblo en la calle le marca el límite a la desigualdad naturalizada por el postpinochetismo. Semanas antes fuimos sorprendidos por la rebelión indígena en Ecuador, con una crisis cuyo resolución no se vislumbra.

Hace unos meses no estábamos seguros para nada de que el macrismo se iba del gobierno el 10 de diciembre ni que íbamos a ganarles en elecciones libres y democráticas. El macrismo saliente no llama al golpe boliviano por su nombre: es previsible que no lo haría. Sí lo hacen los dos integrantes de la fórmula electa que asume en Buenos Aires el 10 de diciembre. También lo expresa con toda claridad la Cancillería mexicana.




Hay algo seguro en todo esto: este proceso se precipita más allá de nuestra capacidad de asimilación de estas convulsiones. La pregunta inquietante: ¿qué hacemos nosotros, el pueblo argentino, para preservar nuestro camino democrático y pacífico hacia la justicia social?

Con todo, tenemos que hacer el programa de esta noche a las 12 en vivo. Radio Gráfica, 89,3. www.radiografica.org.ar

1 comentario:

  1. Templanza, prudencia, justicia y fortaleza,
    Todo lo demás tiene patas cortas.
    Avísenlé al Departamento de Estado.

    ResponderEliminar