viernes, 15 de agosto de 2025

Menem, farsa y tragedia


Análisis de la serie Menem, el show del presidente (Ariel Winograd, Prime Video, 2025), a cargo de Oscar Cuervo, en conversación con Maximiliano Diomedi, en Patologías Culturales, FM La Tribu, 9 de agosto de 2025.

 
"Es entretenida" dicen los sagaces comentaristas, como si pudiéramos distraernos con nuestra tragedia.
 

Menem no fue un personaje farsesco o no fue solo eso. Fue quien encabezó un proceso de destrucción de la soberanía popular y el PJ de hoy todavía se debate en esa agonía. Como sujeto histórico, no fue solamente un pícaro o un farsante, fue además un trágico, que perdió toda dignidad al traicionar. Lo que estaría a la altura de tal personaje sería un relato sobre la traición, encarnada por un tipo que fue renunciando a todo respeto por su historia y su origen. Pero no se trata solo de un personaje, también hubo una dirigencia política acoplada a esa traición, hasta hacer que el peronismo ya no signifique nada, como lo muestra la foto.


Ninguna de estas complejidades preocupan a los productores y el realizador de la serie: declaran desde la placa inicial su desentendimiento por el rigor histórico, ya que, dicen, todo está al servicio del interés dramático. Pero el drama tampoco funciona. Winograd elige respetar el género farsesco con que el menemismo de los 90 se narró a sí mismo. Pero la farsa menemista era sólo un recurso para manejar la conversación -la mentada pizza con champán- mientras se procedía a la tragedia social y la traición histórica. Entonces lo que podría haber sido un desafío formal, agazapar la traición y la tragedia detrás de la farsa, termina siendo un acople inconsistente de episodios rendidos a la retórica televisiva noventista. Quizá el menemismo algún día dé lugar a un relato a la altura de nuestra tragedia. Mientras tanto, seguiremos repitiendo los síntomas sin apropiarnos del significado.

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