por Oscar Cuervo
Dos frases: "Esta ha sido una elección rara", del socialista Juan Zabalza ayer al conocerse los resultados; y "nunca fui kirchnerista" de Reutemann el lunes pasado, terminan condensando el significado político de la elección de ayer y sus proyecciones hacia el escenario nacional.
La de Reutemann habilitó a sectores del peronismo no kirchnerista a desentenderse por (o más bien hundir) la suerte de Agustín Rossi, candidato a gobernador kirchnerista. En esa misma frase, el Lole le soltó la mano al sector del reutemismo que había participado de la interna peronista santafesina y llegó a un acuerdo con Rossi y Rafael Bielsa para presentar lista única en la elección de ayer. Miguel del Sel interpretó la frase de Lole como un apoyo a su candidatura. Del Sel, que se define a sí mismo como "un vago apolítico" que "le dio felicidad a la gente con tantos años en Midachi", se convirtió en la gran revelación de la política argentina 2011: segundo y muy cerca del ganador socialista Bonfatti, en uno de los distritos más grandes del país. Del Sel cerró su campaña en el programa de Susana Gimenez y su lanzamiento político puede considerarse una invención del laboratorio de Durán Barba, el mismo que está sospechado de organizar una campaña difamante con cientos de miles de llamados telefónicos contra el padre de Daniel Filmus, mientras aconseja a sus candidatos ir a la televisión, bailar, hablar de felicidad, decir la frase "bajemos el nivel de agresión" y no hablar de política. Dos éxitos en pocas semanas para Durán Barba, que anticipan un tercero el domingo próximo en la segunda vuelta de CABA, con más globos, más Gilda y más amarillo. Quizá se esté empezando a configurar la cara de la nueva derecha argentina, una berlusconización con la que habrá que enfrentarse en los próximos años (cuando vaya caducando la camada de Duhalde, Alfonsín y Carrió). Una derecha al borde de la afasia, construida desde el marketing, con personajes mediáticos que no declaran una ideología pero le hacen guiños a la xenofobia, al racismo y a la Sociedad Rural. Pero los "vagos apolíticos" como Macri y Del Sel, que se conectan con el televidente, cuentan además con un apoyo territorial provisto desde el peronismo antikirchnerista (Duhalde, Reutemann, el Momo Venegas, Cristian Ritondo, por caso). El dilema de Durán Barba es si, para aspirar a una proyección nacional (ayer logró sacar al Pro de su encierro capitalino y empezó a transformarlo en una fuerza nacional, con vistas al ¿2015?), mantiene su consejo de desperonizar sus imágenes o si tienen que empezar a neoperonizarse. O acaso a combinar una doble táctica: desperonizar las apariciones televisivas y reperonizar su inserción territorial. Ritondo sabe hacerlo en Capital. Reutemann lo logra con sus sentencias oraculares de seis palabras emitidas una vez por año. ¿Habrá alguien que lo intente en la provincia de Buenos Aires? La respuesta podría empezar a develarse en la elecciones primarias del 14 de agosto.
Una elección rara: si el gran perdedor es Agustín Rossi (a 13 puntos del segundo y 16 del primero), resulta sorprendente que María Eugenia Bielsa, de su mismo partido, gane las elecciones a diputados con un 35 % de los votos, superando no solo a sus competidores del socialismo y el Pro, sino dejando muy atrás a su propio candidato a gobernador. Bielsa no responde, en la interna santafesina, ni al reutemismo ni al rossismo, sino a su hermano el ex-canciller Rafael Bielsa, que hace pocas semanas había sido el gran derrotado en las internas provinciales del justicialismo. ¿Cómo se entiende este intríngulis? Hay que ser experto en peronismo santafesino, una disciplina de alta complejidad. Podrían decirse a las apuradas algunas ideas: que gran parte de los votos que ganó Bielsa y perdió Rossi fueron a parar a Del Sel, que ese 35 % es el porcentaje que sacó Cristina en las elecciones de 2007, antes del conflicto sojero, que ese 35 % es el piso al que Cristina aspira a consolidar en octubre (o mejor dicho en agosto), que Rossi tiene los votos para ganar la interna pero su figura está muy desgastada en el epicentro de la rebelión agrogarca, pero que ese desgaste no alcanza a Bielsa... Aún así, estos resultados dejan demasiados cabos sueltos.
Por ejemplo: ¿cómo se lee esta seguidilla de éxitos antikirchneristas en términos nacionales? Los medios de la derecha están exultantes: cada lunes pueden titular con sintagmas como "derrota aplastante del kirchnerismo", "fracaso K delmoledor" y otros por el estilo. Parte de su táctica consiste en instalar un clima triunfal en las semanas previas a las primarias. ¿Triunfal para quién? Es difícil de responder, quizá haya que pensar en términos mediatos, no necesariamente en octubre. Porque la verdad es que no hay un candidato a presidente que pueda capitalizar en forma directa estas derrotas kirchneristas. Macri se consolida como la gran esperanza blanca de 2015, incluso Durán Barba parece preferir que la imagen triunfadora del Pro no se ponga en juego en octubre.
Pero la derecha pura y dura, la que está haciendo golpismo desde la asunción de Cristina en 2007, no quiere ni puede esperar cuatro años. Tiene sed de sangre súbita. Lo prueba el tono truculento del discurso de Biolcatti en la Rural el sábado. En ese palco estaba toda la oposición, excepto el socialismo. Los resultados de ayer no despejan un ganador en el arco opositor: Binner ganó, pero no tanto, porque Duhalde es el candidato apto para capitalizar una parte del éxito santafesino de Del Sel, sobre todo hacia el interior del peronismo descontento con Cristina. Ricardito hizo otro papelón, apareciendo a la noche en el bunker socialista para decir ante las cámaras de la tele un patético "¡¡¡ganamos!!!", similar al que manifestó hace dos semanas cuando ganó Macri. De esto se podría inferir que ayer Alfonsín retrocedió varios casilleros en la competencia para captar el voto anti-K en octubre. Rossi sufrió una derrota casi irremontable, pero Cristina quedó mellada, por su intervención en la última semana, en contra de Binner y tibiamente a favor de Rossi. Es lícito pensar que la intervención de Cristina le hizo perder votos a Rossi, pero eso no explica la insólita victoria de María Eugenia Bielsa.
La derrota kirchnerista puede ser matizada por ciertas consideraciones; por ejemplo, comparar el resultado con el de las elecciones de 2009:
FTE. PROGRESISTA CIVICO Y SOCIAL (Socialistas, radicales y Coalición Cívica): 39,86%
AL. SANTA FE FEDERAL (peronismo disidente): 39,82%
FTE. PARA LA VICTORIA (kirchnerismo): 9,57%
El 22 % actual de Rossi y el 35 % de Bielsa significan un importante crecimiento kirchnerista en términos relativos, aunque esta semana los medios derechistas hablarán de la "aplastante derrota". En esta comparación, puede suponerse que el socialismo santafesino mantuvo sus votos y que los del peronismo disidente se repartieron entre el Pro y el kirchnerismo.
Las primarias de agosto entonces acentúan cada semana su caracter decisivo. Por dos razones: se define quién puede ser el opositor que la derecha elija para castigar a Cristina, aspirando a polarizar en la primera vuelta y obtener la chance de una segunda (que sería tercera, si contamos las primarias de agosto... ¡ufff!). ¿Duhalde? ¿Alfonsín? ¿Binner? El socialista arranca un poco atrás, pero hoy aventaja a Alfonsín por haber refrendado su gestión en Santa Fe. Alfonsín se desdibuja en sus zigzagueos, que le hacen perder el perfil radical y lo muestran como un oportunista sin una gestión ejecutiva para reivindicar. Duhalde succiona votos del peronismo despechado contra Cristina, pero tiene una altísima imagen negativa que le restan chances en una segunda vuelta (pero en la política argentina nada es imposible). Es difícil imaginar un país gobernado por el hijo de Alfonsín. Pero Duhalde ya lo gobernó. Binner es la figura más coherente y prestigiosa de estos tres aspirantes, pero carece de proyección territorial más allá de Santa Fe. Y es el menos funcional a la derecha. Si la primaria de agosto deja a un segundo recortado del resto, ¿será Duhalde el rival de Cristina en octubre? ¿Y si las primarias de agosto no dejan un ganador claro, sino tres fuerzas parejas? La derecha tendría que optar en los próximos días por favorecer a uno de estos aspirantes; el triple empate no le conviene. A Macri le conviene mantenerse apartado.
La otra incógnita a despejar es el desempeño de Cristina en las primarias de acá a tres semanas. Por arriba del 40 %, Cristina se posiciona bien para octubre y crece la posibilidad de una victoria en primera vuelta; si saca menos de 40 % su panorama se complica.
En esta seguidilla de elecciones locales hay fuerzas que se licuaron: la Coalición Cívica, el Proyecto Sur y la izquierda dura están al borde de la extinción. La etapa idílica que Cristina gozó entre el Bicentenario y la muerte de Néstor cesó y dio paso a este clima de contra-ataque de la derecha. Cristina conserva aún una importante intención de voto, si confiamos en las encuestas (sobre todo en las de Poliarquía, las únicas que permanecen invictas). Pero esta serie de reveses, aún parciales, son indicadores de errores importantes en la construcción política del kirchnerismo. Lo más obvio: cada territorio del país tiene su caracter específico que la Casa Rosada no siempre parece comprender. La presidenta tiene unos días para interpretar estos reveses y tres semanas para repararlos. Debe emitir señales en dos direcciones: hacia su frente interno, para evitar fugas masivas hacia Duhalde, y hacia la sociedad, que se está expresando cada semana de manera compleja. Una tesis que se mantiene es que están ganando los oficialismos, pero esto no es una verdad infalible.
Y finalmente: aún ganando Cristina en agosto, octubre y noviembre, la derecha será despiadada a partir del primer día de su segundo mandato, trabajando para una salida anticipada.
6 comentarios:
Otra razón para explicar el voto a Maria Eugenia Bielsa (y que de hecho seguramente favoreció al mas imbécil de los midachi) fue la boleta única. El formato favorece al mas conocido; ya no se vota partido a lista cerrada, sino que se elige al candidato. Una iniciativa que viene a remediar los problemas de la falta de boletas y las maniobras manipuladoras del clientelismo incuba un problema aún mayor: la personalización de la política.
Sobre el 35% de Del Sel: leer el primer capítulo de Sarlo de su último libro ("Celebrityland") y matizarlo con su "polémico" comentario: al 70% de la gente no le importa la política. La mitad de ese 35% en Octubre vota Cristina. Lo mismo que un porcentaje del voto porteño que asquea a Fito. La "corpo" va a salir a limar, pero me parece que no le alcanza. 30% CABA + 30% Santa Fe + nada en Cordoba + casi todo el NEA + casi todo el NOA + 50% patagonia + 50% conourbano, ganas sin despeinarte.
César:
eso que B. Sarlo llama Celebrity Land es una caracterización insuficiente de un fenómeno político, no solamente mediátcio ni estético. El voto a Del Sel es tan politico como el del 0,50 que vota al trosquismo. Es una política que no osa decir su nombre. Decir que a ese votante no le importa la política es como decir que a Del Sel y Macri no les importa la política, porque ellos se muestran como no políticos, o como dice Del Sel, que es un "vago apolitico".
La tesis de que el 70 % no hablan de política se basa, en realidad, en alguna encuesta en la que se pregunta "¿Le interesa la política?" y, pongamos que el 70 % dice: "No". El resultado de esa encuesta sería, objetivamente, que un 70 % DICE que no lo interesa la politica. Traducir ese resulado en "al 70 % no le interesa la política" es una notoria imprecisión (para no decir que hay mala fe) en alguien que como Sarlo se especializa en la interpetación de los signos. Una hipótesis no falsable por su imprecisión y ambigüedad, que esconde una posición política encubierta. en realidad es la posición política que a Sarlo le interesa trasmitir y disfraza de "estudio sociológico objetivo".
Si, de acuerdo con que no hay posiciones apolíticas, y que incluso la aparente o manifiesta apoliticidad es una toma de posición en un sentido positivo en relación a muchos temas (como el chiste psicológico del anoréxico que come "nada", "nada" es su alimento, lo que convierte en un imposible la no-alimentación).
Lo que trataba de decir en mi intervención anterior es que el voto midachi bien puede contener ese rechazoa-la-politica en los términos corrientes a través del apoyo a un sujeto que se desmarca desde el punto de vista simbólico del perfil del político tradicional y de esa falta hace su virtud. El 70% de Sarlo en realidad es la gente a la que no le interesa la política como tópico; gente que no lee diarios, gente que no discute de política. Vos o yo podemos interpretar que el voto midachi es político y nos sobran argumentos para sostener esa idea, pero quien lo hace, quien vota a Del Sel probablemente entienda su acto de otra manera y le atribuya una significación distinta a la que le damos nosotros. Lo que viene a demostrar, me parece, lo de ayer es algo que venimos discutiendo hace rato desde posiciones divergentes: que la "repolitización" de la sociedad es de corto alcance, que es una corteza visible para una parte de la sociedad que quiere verla así, pero que aún subsisten -y dudo que cambien- los núcleos duros de desconfianza, escepticismo, indiferencia que esperan ser interpelados. Por eso pienso en que el gran desafìo del 2011 y de ahi en adelante será hablarles a los otros y no tanto repetir el soneto de los convencidos.
"El 70% de Sarlo en realidad es la gente a la que no le interesa la política como tópico; gente que no lee diarios, gente que no discute de política".: gente que DICE que no le interesa la política. Que DICE que no discute de política. Pero decir eso ya es hablar de política. Y obvio, hay gente que no lee los diarios o que lee la sección Deportes y la farándula. Pero no leer los diarios no se identifica sin más con no hacer política. Llamar a eso "no política" o "post-política" es, por parte de una experta en signos como Sarlo una tergiversación deliberada, descartando que sea una simple distracción.
Una manera muy simple de ponerlo es decir que a Sarlo le interesa la política y a Del Sel no. Obviamente en esa frase lolos dos usan la palabra "política" en un mismo sentido.
No entiendo de qué forma el voto a Del Sel puede ser apropiado por Duhalde.
El voto fue a Del Sel, casi en exclusiva, por boleta única; de "su" lista de diputados y senadores, provistos por la estructura del peronismo no kirchnerista, no metió un tipo.
Fue un voto testimonial hacia alguien sin partido, sin estructura, y "apolítico".
¿Que se vayan todos?
Carlos G:
creo que las cosas son más complejas. Está Durán Barba, Macri y una parte importante del reutemismo. Todo esto no fue un fenómeno de generación espontánea. Y creo que es una obligación del kirchnerismo ir previendo cómo se pueden articular todos estos movimientos locales en relación a las nacionales. Seguro que no es "que se vayan todos", porque si se va Cristina la derecha va a saber muy bien cómo ocupar el espacio. La naturaleza le tiene horror al vacío. Y seguro que no va a ser Del SEl el que lo ocupe. Del Sel agradeció a UATRE y a los Gastronómicos. O sea a Barrionuevo y Venegas. O sea a Duhalde.
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