por Oscar Cuervo
Una vez leí que alguien decía algo así como: "a Gargarella por izquierda no lo pueden correr, je...". Y me quedó flotando la inquietud de qué tan invulnerable sería, ante los intentos de correrlo por izquierda,
Gargarella, Roberto. Filósofo, jurista, escritor y académico argentino especialista en derechos humanos, democracia, filosofía política, teoría constitucional e igualdad y desarrollo, que coordina un Seminario de Teoría Constitucional y Filosofía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Todo eso.
Una vez leí un texto de Gargarella sobre cine argentino. Y me pareció una huevada. Pero, bueno, un especialista en tantas cosas no tiene por qué hacer también análisis cinematográficos inteligentes.
Anoche recalé finalmente en su blog "
SEMINARIO DE TEORÍA CONSTITUCIONAL Y FILOSOFÍA POLÍTICA. UNA MIRADA IGUALITARIA SOBRE EL CONSTITUCIONALISMO. Y me detuve en un post que hace una suerte de autorretrato moral del Dr. Y que sirve muy bien para retratar, en su vuelo rasante y su tosca politicidad, a todo un sector de la pequeño burguesía (semi) ilustrada que hace pasar la indignación cualunquista como un ejercicio de crítica intelectual. El post al que me refiero se titula "
Kirchnerismo y amigos" y el Dr. lo escribió para ser incluido en un libro
Holy fuck (libro escrito en castellano, contra lo que el título aparenta) que recopila textos antes publicados en el blog
TP, coordinado por Huili Raffo, "el mejor de todos", según Gargarella, Roberto. El libro incluye textos de E. Semán, Raffo, Estebitan Schimdt, Quintín, I. Steiberg, E. Brener, S. Llach, H.Iglesias Illa, F. Casas y Gargarella, Roberto. Y fue presentado hace apenitas unos días por un panel integrado por Estebitan Schmidt, F. Casas y Gustavo Noriega ("ídolo", según Gargarella, quien no escatima elogios hacia los que se le parecen mucho). Ampliaremos.
El texto del Dr. gira alrededor del kirchnerismo en particular y de "una dificultad que genera el poder entre aquellos que se encuentran, por la razón que sea, cerca suyo" en un sentido más general. El tono del texto es algo plañidero, un poco bastante apesadumbrado. Gargarella se lamenta de los amigos que perdió por culpa del kirchnerismo: "la cuestión de la que vamos a hablar se agrava o modera de acuerdo al carácter más o menos extremo del gobierno de turno, y el kirchnerismo ha sido una experiencia en este sentido extrema [...] porque el kirchnerismo pobló sus filas de mucha gente por quien siento o sentí cariño". (
Ayer a la noche en TN Adrián Suar dijo: "tengo amigos con los que hay temas que no puedo hablar. Y eso es el aporte que ha hecho el kirchnerismo. La cosa se puso brava. O estás en contra del Gobierno o favor". Al Chueco le pasa lo mismo que al Dr.).
Gargarella está, digámoslo así, triste, porque el extremismo de este gobierno le hace dudar de si aún siente cariño, o acaso ya no, por personas a las que quiso muchísimo, pero que en sus palabras hace quedar como cretinos.
El especialista en derechos humanos, democracia, filosofía política, teoría constitucional e igualdad y desarrollo (creo que no se me olvidó nada en la enumeración) está herido y nos lo cuenta, porque ha sentido a algunas "personas queridas" defender a este gobierno. "Uno se tapa las orejas por dentro, entrecierra los ojos, y se dice a sí mismo: 'no, no, por favor, no lo digas, no sigas...' Pero el hecho ocurre" cuenta, pobre, Gargarella, en un párrafo que titula "La superioridad moral", para referirse a su superioridad moral.
Lo que más le molesta es que no lo dejen criticar. Bah, criticar, critica, pero es como si sus seres queridos no lo hubieran dejado hacerlo. En realidad, puesto que Gargarella ha escrito esto que comento, los amigos al final lo dejaron criticar, pero le deben haber puesto cara fea, lo que le dolió mucho.
Parece que estos queridos son kirchneristas que defienden a Zanola y Pedraza. Ante ellos, Gargarella se siente dolido: "Los Zanola no nos gustan porque estamos en contra de que alguien se enriquezca vendiéndoles medicamentos falsos a nuestros abuelos -dice Gargarella en uno de los momentos más emocionantes de su texto, refiriéndose a sus pobres abuelos-. Los Pedraza no nos gustan porque nos parece mal que a la oposición de izquierda se le dispare". A los amigos de Gargarella sí les gustan Pedraza y Zanola, o al menos parecería que no encuentran muy malo que se les haga daño a sus abuelos o que se le dispare a la oposición de izquierda.
Kirchneristas raros los amigos de Gargarella, ya que se empeñan en defender a Pedraza y Zanola, aún cuando estén presos desde hace meses y no parecen haber sido defendidos por nadie más que por sus abogados defensores (¿serán los amigos de Gargarella los abogados defensores de Zanola y Pedraza?). Incluso esos amigos parecen haberle llegado a insinuar que "necesitamos Zanolas y Pedrazas para conseguir Asignación por Hijos y Matrimonio Igualitario [porque] ...son pasos necesarios para conseguir algo de lo que queríamos". Raro, pero, bueno, no vamos a criticar a los amigos de Gargarella porque los afectos son así, uno también siente cariño por personas raras .
Lo más detestable del kirchnerismo, le parece a Gargarella, es que haya polarizado falsamente el mundo político local, dividiendo a las personas entre buenos buenos y malos: "el mundo político local no está así polarizado -rezonga con razón-, no se divide en dos, y encuentra a buenos y malos dirigentes en todos los frentes".
Cinco renglones más abajo al Dr. se le escapa una tortuga: "Frente a los que se pasaron al otro lado...". Entonces hay dos lados, parece. Releyendo la nota se advierte que en realidad él divide todo el tiempo el universo de sus afectos entre "ellos" (los defensores de Pedraza y Zanola) y "uno" (él).
Gargarella no habla mucho de política en su post, a pesar de hacer de cuenta que sí. Apenas da unas pocas pistas: dice sentirse "de izquierda": "Nos señalan, entonces, como ya lo han hecho, porque las críticas que hacemos, desde la izquierda, sólo favorecen a la derecha". Ahí me acuerdo de lo que antes leí, eso de que a Gargarella es imposible correrlo por izquierda. Es, entonces, un izquierdista.
Otra pista de la política gargarelliana es su diagnóstico del momento: este gobierno teje alianzas delictivas con el narcotráfico, amenaza con armas a la oposición de izquierda, organiza sistemas de espionaje interno, reprime a los jóvenes, persigue a los maestros... Cosas terribles que los amigos de Gargarella pareciera que minimizan respondiendo que al hablar así Gargarella le hace el juego a la derecha destituyente.
Es comprensible, entonces, que él se sienta mal, y uno puede compartir algo del desasosiego que le invade: "Cómo puede explicarse que nuestros amigos se callen, una y otra vez, frente a lo que siempre repudiamos? Cómo es posible que nuestros amigos entierren sus críticas debajo de una pila de párrafos llenos de elogios oficialistas, como pidiendo permiso y perdón, por lo que apenas sugieren? Cómo puede ser que nuestros colegas, los más informados, hayan pasado a trabajar ahora en el ocultamiento deliberado de información imprescindible?".
Gargarella enseña Teoría Constitucional y Filosofía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Es de esperar que existan estudiantes de Derecho que puedan aprender algo con Gargarella, ya que es muy difícil pensar qué se podría aprender de él.