la máquina de escribir, que compré en la pescadería, pesa unos 200 kilos
está apoyada arriba del “tripé”,
que es la mesa,
que en verdad es un acordeón
de plástico y madera, muy liviano
que se despliega
para vender en la calle, en la feria o en la luna,
la única silla de la casa es el banco de la batería de Jorge (Albornoz) que pesa 300 kilos y que llevamos en colectivos unos miles y miles de kilómetros buenos aires bahía río brasilia río sao paulo río bahía río sao paulo
Lo que escribo es “Blenorrago”, historias inverosímiles sobre una realidad brasilera inverosímil y muy insímil y muy verdadera como lo son la palpabilidad de la mentira y las conversaciones con los Orixás
observo algunas características constantes
no hay mesa
la casa es rodante y siempre otra
la máquina de escribir es más pesada que la casa
la pescadería de enfrente que me la vendió
también tiene el único teléfono público y privado
atiende todo el barrio y en el caso de que sea para vos, te llaman a los gritos y una acude a las zancadas dando gracias a la gritos (muy velozmente porque quién sabe si no es comunicación internacional pescadería a pescadería)
Lo que rodea la casa, a la pescadería y a la máquina de escribir es una selva que entra por la cocina hasta volverse inalcanzable
además de 1 infinidad de lagunas saladas
1 ruta peligrosa
55 kilómetros de baches hasta Río
mares succionadores como sopapas
personas matadas y descartadas allí
tierra roja
bananeros glucosos
cuchicheos con pistolas
aullidos, ladridos, monerías, yaguareterías, sapos boi compositores de óperas
todo es un poco aéreo
un poco suelto
un poco volátil
y bastante claro
la realidad es polifónica
las mesas son improbables
la comida, una obligación que da risa si no fuera mortal
Boicot a la salud de Larreta: CABA tiene las vacunas pero no las aplica
Dice Luana Volnovich:
"No puedo creer lo que ven mis ojos. En la Ciudad de Buenos Aires tenemos las heladeras llenas de vacunas contra el COVID; pero los puntos de vacunación, vacíos. Vine personalmente a ver qué estaba pasando.
"Breve repaso: el lunes abrimos 3 vacunatorios para vacunar 1200 personas mayores por día.
"Pero ¿saben qué pasó? Solo vino el 30% de la gente. 7 de cada 10 faltaron. ¿Raro no?
"¿Saben cuántos turnos tenemos asignados mañana? Cero. Sí, cero. Y en la heladera cientos de vacunas.
"Muy raro. Para entender lo que pasaba nos pusimos a llamar a las personas que tenían "turno asignado". ¿El resultado? No salgo de mi asombro:
- personas que nunca se habían inscripto
- personas fallecidas
- personas que no sabían que tenían turno asignado
- personas ya vacunadas
"Esto me hace dudar de toda la campaña de vacunación en CABA: ¿Cómo asignan las prioridades? ¿Cómo distribuyen turnos y vacunas? ¿Por qué hay personas mayores que esperan hace dos meses y otros se vacunan en 48 hs? y ¿Por qué no asignan más turnos a los vacunatorios de PAMI?
"¿Qué está pasando en la Ciudad? Hoy leí que Horacior Rodríguez Larreta dijo que tiene toda la logística preparada para cuando lleguen más vacunas. Yo veo lo contrario: tenemos vacunas pero falla la logística de la Ciudad".
Ciertas políticas de derecha son similares, al menos lo son en Italia y en Argentina. Se montan en la zona de la dicotomía confinamiento-apertura porque allí se juega la centralidad visible de la política en pandemia. Por un lado, porque la gente sufre con el lockdown y la apertura es reclamada por los perjudicados por el cierre y por la gente cansada de la situación. Por otro lado, es el frente con que atacar a los gobiernos que practican políticas de cuidados porque es su costado débil, ya que no tienen chance. O cierran para cuidar o abren para que entre el virus. A la derecha o aperturistas libertarios no les interesa en definitiva esa dicotomía sino porque allí desgastan las medidas de los gobiernos que cuidan, es decir, están haciendo campaña electoral. Si el juego democrático elige un gobierno popular este será desgastado, atacado y, como en Italia, destituido con golpe de palacio. En Argentina, con métodos un poco más inescrupulosos hasta algún juez se llega a oponer a leyes del Estado. Los medios de comunicación están en todos lados trabajando para el Poder, es decir, cualquier partido, movimiento o gobierno con aires de defender intereses populares son atacados con un poder de fuego colosal y fraudulento.
Estamos habituados a personificar en un Hitler, Stalin, Mussolini el autoritarismo y el totalitarismo. La suma del poder público de los poderes corporativos del neoliberalismo es invisible. Su totalitarismo y su autoritarismo están diseminados por doquier: lawfare, hegemonía mediática, cierta política, la colosal maquinaria de las redes sociales, plataformas digitales, finanzas, etc. No creo que la ‘gente’ o el ‘público’ se esté derechizando. Quienes están recurriendo a métodos fascistas son los poderes y sus empleados, a los que no los detiene ni la legalidad, ni la constitución, ni las normas de convivencia democrática. Crean subjetividad. Si el sistema democrático erige gobiernos que no les convienen, usan toda la potencia de sus armas inescrupulosas y delincuenciales para horadarlo y/o destituirlo, lo que convierte al estatus democrático en quasi ficcional.
Un tribunal municipal manipulado por el macrismo emite un fallo que se arroga una competencia que no tiene y sobre ese fallo anómalo sale Larreta a dar por caída la vigencia del DNU que el presidente había emitido para evitar una emergencia sanitaria que Larreta contribuyó a generar. Ya hay dos docentes y un estudiante muertos en el altar de la "presencialidad cuidada" de Larreta y Acuña. Acerca de cómo cuidó a la comunidad educativa este dúo siniestro hay evidencia acumulada desde 2007: subejecución del presupuesto, pérdida sostenida de vacantes en la escuela pública, deterioro edilicio, fondos originalmente asignados a la educación desviados hacia negocios inmobiliarios y ahora tres muertos. Por lo menos.
Mientras la noche del domingo languidece, Larreta, Acuña, Quirós y Santilli ponen en escena su sedición en el prime time promovida por la pata mediática del golpe y someten a la comunidad educativa a su capricho mortífero. Por esas horas, los grupos de whatssap de las escuelas porteñas ardían con mensajes de docentes contagiados o con síntomas de posible contagio y un pánico generalizado por la presencialidad cuidada.
Queda manifiesto a la luz cruda algo que sospechábamos desde hace mucho. Larreta no es la derecha institucionalista con la que se puede dialogar. Promueve un aumento de contagios que excede al territorio que él gobierna y afecta al conurbano bonaerense expuesto al peligro infeccioso porteño. La maniobra tiene la marca de agua macrista que asoló al país durante cuatro años, ahora recluídos en su guarida porteña, con jueces que operan sincronizadamente con los medios que apuestan a la bolsonarización de la pandemia. Quieren muchos muertos para lograr los objetivos políticos que perdieron en las urnas.
Falleció por COVID-19 otro miembro de la comunidad educativa de la Ciudad de Buenos Aires.
En La otra ya lo marcábamos desde hace casi un año.
No es ni la gorilez de CABA ni la villa 31, sino el hundimiento argentino en la mierda mundial.
Sería un crimen estúpido si eso ocurriera porque Alberto quiere cerrar la grieta con Larrata.
Larrata es el enemigo disfrazado de cordero y el instrumento para quebrar la democracia, si Alberto no le suelta la mano a tiempo.
Fernández no solo se juega su presidencia en esto, sino el futuro del movimiento popular. Que no se haga el distraído porque la pagamos todos. (20 de mayo de 2020)
Larreta / Acuña: No hay palomas PRO, son todos PRedadores.
El maltrato larretista hacia el sistema previsional se muestra otra vez en la reciente decisión de dejar expresamente al PAMI fuera del plan de vacunación. Conozco a ancianos de cerca de 90 años beneficiarios de PAMI y hasta el momento solo lograron obtener una captura de pantalla de "estar empadronados" para una presunta vacunación, sin que figuren sus nombres, sin número de registro ni comprobante de trámite, lo que no otorga ningún derecho ni compromiso concreto por parte del estado porteño. Mientras tanto, nos enteramos de que Larreta distribuyó las vacunas entre algunas prepagas, con un desprecio de clase que los habitantes de esta ciudad no perciben o lisa y llanamente aprueban. (Larreta y el fascismo de las bolsas negras son dos caras de la misma moneda, 20/2/2021)
–Los chicos no contagian.
—Por supuesto que sí.
–Pero en las escuelas no hay contagios.
—Todo indica que sí.
–Pero los casos no subieron cuando abrieron.
—Sí subieron.
–Pero es importante que los chicos vayan a la escuela.
La racionalidad política de las medidas que Alberto anunció anoche confirma que no podés gobernar cediendo todo a los poderes que te quieren voltear, porque te van a voltear más rápido si abandonás a los que te eligieron. La lección alfonsinista: el pueblo acude a tu llamado hasta ver que terminás haciendo lo contrario de lo que decís. Un resto de racionalidad en esta sociedad permite abrigar una esperanza de que la calamidad no resulte tan alta como en sociedades cercanas.
Además de resolver nuestros dilemas principistas en favor del sistema sanitario, por añadidura vino el efecto pragmático: los que anoche caceroleaban por las medidas restrictivas anunciadas, incluida la suspensión de las clases presenciales en las que estaban hostilmente empeñados tanto el larretismo como el propio ministro de educación de Nación Nicolás Trotta, dentro de unos días cacerolearían de todos modos por el colapso sanitario, si llegara a producirse. No se gobierna teniéndoles miedo a estos televidentes neurasténicos ni a los que los estimulan con una campaña mediática terrorista.
Lo que sucedió anoche es un pequeño triunfo de la racionalidad política en medio de una calamidad mayor. Esta calamidad ni siquiera es argentina. Lo que está crujiendo es la civilización planetaria y la está haciendo crujir la primera pandemia auténticamente global de la historia. La calamidad no radica solamente en el poder del daño del virus, sino en que el bicho se coló por las rajaduras del sistema. Lo que se está tambaleando es la civilización planetaria tal como la conocimos, la llamada vida moderna. El sueño del progreso engendra monstruos. No es la ya conocida anomalía argentina. El modo de vida diseñado a partir del desarrollo tecnológico consumista se topó de pronto con un alien que atraviesa con su rayo despiadado todas su precariedad. Si alguna enseñanza dejan estos meses de espanto, es que el mundo moderno -del que la postmodernidad es su versión indexada- es precario y se inclina con más facilidad hacia el espanto que hacia el cálculo de bienestar distribuido entre la mayor cantidad de personas, tal como lo soñó cándidamente el utilitarismo. El monstruo no es el virus, sino el mundo sacudido por el virus.
Argentina intentaba salir de la calamidad macrista, estábamos a punto de tomarnos un respiro después de cuatro años de crueldad ejercida con arrogancia y torpeza, cuando apareció una calamidad mayor. Porque nuestro instrumento para protegernos del daño producido por el orden mundial y el lugar que nuestras clases dominantes nos propusieron dentro de ese orden fue -quiero decir: fue y todavía sigue siendo- el peronismo. El peronismo, con el liderazgo de Cristina y la capacidad popular de resistencia, venció a esa constelación del poder desquiciada. ¿Cómo habría sido un gobierno del Frente de Todos sin pandemia? Es una pregunta imaginaria, más vale no perder tiempo en eso, porque ahora lo que hay es la pandemia que sacude la estantería de un mundo precario. El peronismo estaba preparado para muchas cosas pero nada estaba preparado para la pandemia, que todavía no sabemos cómo y cuándo termina. Tampoco quién va a quedar para contar el desenlace.
¿Cómo hubiera sido la pandemia gobernada por el macrismo? No lo sabemos, pero da miedo pensarlo. Un botón de muestra lo tuvimos por el sinuoso boicot que Larreta empezó a ejercitar al poco tiempo de aparecer sentado en la famosa mesa de tres junto a Kicillof y Alberto. El presidente vio en el comienzo una posibilidad de "cerrar la grieta" frente a la amenaza exterior, suponiendo que todos iban a reaccionar razonablemente para preservar la comunidad organizada. Se hizo mucha fuerza para mantener esa ilusión hasta ayer. Revisen la penosas apariciones de Trotta y hagan toda la fuerza que puedan para distinguirlo del discurso larretista. Hoy el ministro hijo, de un represor militar, aparece como la pieza mellada de ese forzamiento. En La otra marcamos desde mayo pasado que Larreta actuaba como el enemigo cerca, que estaba ahí para corroer el plan sanitario. Alberto no lo supo o no lo quiso ver hasta ayer.
Esta semana la cosa se puso tan fiera, los enemigos tan hostiles, el negacionismo tan intenso, la curva tan empinada, los muertos tantos como para que fuera evidente que la ilusión albertista de lograr esa sutura se viera imposible. Alberto tenía que elegir y eligió bien. Las restricciones rigen para el AMBA que es el núcleo inestable por el que siempre empieza todo.
Larreta manejó el ritmo del colapso y Alberto lo dejó
El crecimiento exponencial del Covid en el país era previsible en mayo de 2020. Alberto se dejó manejar los tiempos por Larreta que, para diferenciarse de las restricciones duras que propiciaba la provincia de Buenos Aires, empezó a abrir prematuramente las actividades, sin haber tendido ni una línea de ayuda estatal a los sectores porteños perjudicados por los efectos de la recesión económica que las restricciones provocaron.
Esta lógica perversa, ya en el invierno pasado, provocó un crecimiento preocupante de los contagios en el AMBA. Las decisiones de Larreta están separadas por el cruce de una avenida de la provincia gobernada por Kicillof. Ese incremento después se extendió al resto del país. Alberto intentó aparecer como el término medio entre Larreta y Axel. La foto que en marzo pasado hizo volar por los aires los índices de aprobación del presidente escondía el peligro evitable que ahora se acerca: la curva de contagios no encuentra techo y el sistema sanitario argentino se aproxima cada día al colapso evitado el invierno pasado. Si en pocas horas el colapso se produce -de hecho ya se registra en las clínicas privadas de CABA-, el gobierno del Frente de Todos habrá perdido su principal logro. En unos días Argentina puede empezar a ofrecer las imágenes terroríficas que nos llegaron durante meses de Brasil.
Cuando en el invierno pasado Alberto se propuso aparecer -con las famosas conferencias tripartitas- como el justo medio entre Larreta y Kicillof, el jefe de gobierno de la ciudad autónoma ya trabajaba para boicotear el plan sanitario nacional. En ese momento y en esa mesa, Larreta instaló el tema de los runners para congraciarse con el gorilismo porteño.
En la derecha no hay halcones y palomas
A principios de 2021, Larreta y Acuña doblaron la apuesta: impusieron una apurada vuelta a la presencialidad con protocolos objetivamente incumplibles. Una maniobra de marketing político puso en riesgo la salud pública nacional. El gobierno de CABA hizo que las clases empezaran un mes antes de lo habitual, sin margen para gradualidad alguna. Acuña se jactaba de que la presencialidad tenía que ser para todos los chicos todos los días. Si a alguien le quedaban dudas de la hostilidad contra los gremios docentes, el larretismo avisó que los docentes no tendrían prioridad en el plan de vacunación pero la presencialidad sí.
¿Cómo podría el gobierno nacional ponerse como término medio entre dos posiciones si las decisiones de Soledad Acuña llamaban a una segunda ola de contagios prevista por todo el mundo? El larretismo salió a hablar de "cuidados y protocolos". Gobiernan la ciudad desde 2007 y no es un secreto que la destrucción de la escuela pública es su política sostenida, no una serie de errores desafortunados. La inscripción online tuvo desde el comienzo resultados desastrosos, las vacantes de la escuela pública se fueron achicando permanentemente y el negocio de las privadas crecía. Gran parte de la clase media porteña naturalizó que sus hijos fueran a la escuela privada. Desde siempre el larretismo excluyó a los diversos miembros de la comunidad educativa de la mesa de las negociaciones. ¿Alguien podría creer que Acuña iba a cumplir el protocolo?
Larreta se dedicó desde enero a hostigar a las autoridades de las escuelas y sus docentes. En las reuniones virtuales del verano los propios directores de las escuelas confesaban la inviabilidad de los protocolos pero aceptaban sumisos los aprietes, "hasta que la cosa explote". La falsa conciencia política del docente porteño es un fenómeno tortuoso, con su sumisión a las "órdenes de arriba". Las posturas claudicantes de los sindicatos tienen el margen de maniobra que sus propios afiliados les conceden. Eso, en épocas normales. En pandemia todo se agrava. Las decisiones del funcionamiento escolar pasan a incidir en la salud pública. Por la enorme masa que la comunidad educativa saca a las calles, cualquier saturación en el tránsito hacia las escuelas compromete a la totalidad de la población. La presunta seguridad que ofrecerían los protocolos simulados de Acuña afecta a otro espacio que ya no está en su jurisdicción.
Yo te avisé
En febrero Acuña anticipaba el desastre para cualquiera que estuviera atento: "...la ministra informó que también se tuvo en cuenta un refuerzo de los medios de transporte para llegar a las escuelas. Los datos oficiales indican que los alumnos de primaria el 70% utilizan medios propios, auto o caminando, y solo el 30% usa el transporte público. Y en el caso de la secundaria es el 40%, pero en ambos casos usan el colectivo. Se trabajó con Nación para que haya prioridad para estudiantes y docentes en el uso de transporte público, y ahora se está trabajando en la ampliación del transporte interurbano, para los chicos que vienen de Provincia a Ciudad”. [completo acá].
Los "datos oficiales" son de verosimilitud dudosa pero esquivan deliberadamente lo obvio: no hay burbuja posible si un docente viaja de una escuela a otra y está en contacto con centenares de chicos. En la escuela media, los chicos tienen tantos docentes como materias. ¿De qué burbuja hablamos? Aunque los protocolos dibujados se cumplieran a la perfección -hipótesis improbable- el transporte público sobresaturado es un espacio de contagio masivo más gigantesco que cientos de fiestas clandestinas. Las restricciones nocturnas no van a cambiar significativamente el rumbo hacia el colapso. Antes de que las temperaturas disminuyan y las variantes más contagiosas tengan circulación comunitaria era previsible el rebrote que ahora vivimos. Para Larreta nada de esto fue un error. El comienzo de las clases adelantado por Larreta ante la indolencia del gobierno nacional tenía que reflejarse en una curva brutal y así fue.
La línea amarilla describe el nivel de contagios de CABA desde enero hasta hoy. Después de meses de una meseta alta, los contagios empiezan a subir el 5 de marzo de manera sostenida y el incremento se vuelve exponencial. La ciudad más rica del país, con una geografía fácilmente abarcable y una población sin crecimiento desde hace décadas es por lejos la región del país de mayor contagiosidad. Los comportamientos de las curvas de la provincia de Buenos Aires (línea azul) y el promedio nacional (línea roja) se ven arrastrado por el de CABA 20 días después. Como el año pasado: la pandemia entra por esta ciudad y enferma al país.
Pregunta inquietante: ¿no sabía Alberto Fernández que una alteración brusca en CABA arrastraba al resto de la Nación que preside? ¿Ignoraba que cuando el colapso se produzca -lo que en febrero se podía haber evitado- el costo político no lo va a pagar el que dio la señal de largada sino el que dejó hacer? Peor todavía: ¿no registró Alberto que haber evitado el colapso sanitario es el único logro indiscutido de su gestión y está a punto de perderlo?
El amigo Horacio
El gobierno nacional tomó hace varios meses la descentralización de la política sanitaria, tal vez especulando con que cediendo la gestión de la emergencia a los diversos distritos consolidaba su perfil dialoguista. La descentralización de las políticas educativas durante el menemismo le hizo un enorme daño a la educación pública, transformó al Ministerio de Educación en un organismo sin jurisdicción. Eso pudo evaluarse con el correr de los años. Aplicar el mismo criterio a la gestión de la pandemia deja a los habitantes de los diversos distritos del país a merced de especulaciones de politquería mezquina. Eso y no otra cosa hizo Larreta. Protegido por la casi totalidad de los medios, las decisiones que él tomó terminaron imponiendo la agenda sanitaria. El ministro de educación de Nación Nicolás Trotta, por intereses compartidos, por formación ideológica o por miedo a las críticas se allanó a todos los caprichos de Larreta y Acuña. Resulta difícil pensar que Trotta tiene semejante autonomía cuando es alguien del grupo político más cercano a Alberto. Es inquietante seguir el derrotero de Trotta porque no se encuentran diferencias ni siquiera gestuales con el larretismo.
Para la derecha la cosa está fácil: viene la segunda fase: proclamar el fracaso sanitario del gobierno nacional. Le harán todo el daño que puedan, a costa de los muertos que hagan falta. ¿No se la vio venir Alberto?
Marcelo Rodríguez me comenta: "¿qué cantidad de casos nuevos de covid debería haber por día para que se considere la posibilidad de suspender las clases presenciales, que son la causa más obvia y evidente de esta disparada? Digo, se me ocurre: dos semanas nomás. Si el ritmo de contagios disminuye, habremos encontrado una válvula para ir conteniendo la explosión de casos, sin represión, sin sacar la gendarmería a la calle, sin cortarle el laburo a nadie, hasta que vayan apareciendo más vacunas. Y si el ritmo de contagios no baja, entonces tendremos evidencias de que no es esa la causa, y al menos nos ahorraremos la vergüenza de seguir participando de este proceso de negación colectiva, que va a ser muy difícil de explicar a las generaciones a las que pretendemos educar, si seguimos vivos, claro. ¿El costo? Serían dos semanas más de virtualidad escolar, que sí, de acuerdo, a todos nos embola, pero no es la muerte de nadie".
UTE, el gremio que hasta ahora la vio por televisión, parece que se despierta cuando nos tapa el agua.
Apenas dos semanas después del BAFici la "polémica" sobre la de Llinás parece ya más vieja que Rompan Todo de Santaolla. Lo que me lleva a pensar que he visto a las mejores mentes de dos generaciones perder el tiempo como zonzos mascando fast food. Se empeñaron los instrumentos más sofisticados de la crítica, paradigmas sociohistoriográficos, semioticos y hermenéuticos para discutir algo cercano a la nula nada. ¿Alguien retendrá en 2 años en su memoria la gauchesca del matón de El Tala? ¿Las torsiones retóricas desperdiciadas para asignar arrojo estético a una estupidez arrogante? Fue humo para hacer de cuenta que en el BAFICI pasaba algo, la ilusión de que el cine argentino tenía algo que morder que no fuera simple bruxismo.
Ni hablar de la película de cierre, el no va más de Filippelli/Sarlo&co: parece que el título es performativo en sentido amplio: el Bafici tal como lo conocimos ya fue, Filippelli como un Godard outlet organizó para sus amigachos su propio sepelio; coincidentemente con la incineración intelectual de BETTYSARLO, en su total fracaso de vivir. Así ajada termina la flor más bella del maoismo argentino.
El cine antiperonista gastó sus últimos cartuchos.
Adentro el par y bacaneo vacileo pariseo le perreo
Con lo ojo colorao mientra al otro le mando fuego
Y me re cebo me re vuelo
Si me pego pa lo oscuro le meto sin disimulo
Pa otra gira que me sumo tumbando adentro del humo
Más el humo que me fumo me siento el número uno
Cuando ella mueve el culo eh (puta)
Y lo pega pa la paré (bien duro)
Parece que le hace rakata rakata y
Sonando L RKT je
Y e que la noche me busca a mí
Salimo en un coche corte Rally
No tire reproche y ponte pa mí
Que vamo a ir
Pa prender fuego la pista
Cuando la cosa esté lista
Y cuando subamo la nota
Y cuando la gata esté lista
Ve como cacha rebota
Pa que yo no me resista
Y si su amiga se alborota cuando nos vamo a la disco
Nos paramo fuma mota y cada vez toy más arisco
La mente ca vez más loca enrolándome un churro mixto eh
¿Te va gustando ahí?
Ja
Esto lo hago to lo día
Tranqui quemando María
Parando siempre en la esquina
Y lukiando con la má fina
Yo le mando a todo trapo
También le meto en la calle
Aunque yo no sé si Papu me permite dar detalle
Veinticuatro siete activo endemoniado to prendemo pa
Pregúntame si jodemo
Le metemo con to to to to to
Fuma uno fuman to to to to to
Tomándome un tinto to to to to
La noche se prestó la nota me explotó
La rica me mató la base detonó
Tu novio guacho quebró y L-GANTE la rompió
Será porque somo GG GG
Acá llueven la mishi mishi
Lo alumbro con mi brillo brillo
Ahora sí gasto bille bille
Yeh yeh yeh
Este e L-GANTE ¿que lo qué?
Wah
Tamo claro perri
Papu DJ
Esto no e letra e rutina
Session
eh.
Elian Ángel Valenzuela es conocido artísticamente como L-GANTE KELOKE. Este lunes 5 de marzo cumple 21 años, está con su novia esperando un hijo. De madre sola y padre ausente, tiene dos hermanos y una hermana de otro padre, uno de sus hermanos falleció. Elian nació con el siglo en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires.
"Como mi viejo nunca estuvo, con mi mamá me cagaba de risa, no había quien me ponga los puntos. Entonces eran las 12 de la noche, tenía 11 años y andaba por la calle. Me acuerdo que íbamos a caminar por todo Rodríguez con amigos, tirábamos piedras, desastre mal. Varias veces nos agarró la policía, mi mamá de buena onda entiende todo eso".
En su adolescencia tuvo una netbook del plan Conectar Igualdad durante el segundo mandato de Cristina. Como es un apasionado de la música, aprovechó su acceso a internet para escucharlo todo, la cumbia, el rap, el reggaeton.
De chico era ya tan fanático de la música que se levantaba de dormir y se conectaba vestido así nomás. La madre con la que todavía vive, a la que en sus conversaciones nombra a cada rato, cuyo año de nacimiento, 1961, él tiene tatuado en la frente, lo veía sentado en la netbook todavía en piyama, pasaba y le comentaba con ironía: "qué elegante, ¡eh!". De ahí viene su nombre artístico. KELOKE, una pregunta, es la forma en que lo llaman sus amigos. ¿Qué es lo que es? Esa pregunta ya se la hacía Aristóteles y va a través de los siglos por gracia del habla. Ironía y pregunta le dieron nombre.
Rápido comenzó a hacer su propia música con su habilidad para manejar la netbook y un micrófono barato. Siempre quiso hacer cumbia. Cuando le preguntan qué es lo que es, él dice: "soy cumbiero, no hay otra forma. Siempre me gustó la cumbia, siempre pensé ¿tan difícil es tener un estilo más de acá, de Argentina? Lo que siempre me pareció es como que imitaban música de las culturas extranjeras y yo insistía, insistía, quería mezclar, era un objetivo digamos, que el reggaetón suene como la cumbia acá en Argentina". A algunos cumbieros de actitud ortodoxa les desagrada que diga eso. Ortodoxos hay también en los lugares menos pensados, siempre alguien dice esto acá no.
Explica qué es el RKT: "Principalmente, un dato muy importante que veo que lo notan mucho cuando reaccionan extranjeros, ¿no? Dicen: 'pa, que este reggaeton suena extraño, ¿qué es esto?'. Es el RKT, ¿no? Pero lo que tiene de diferente es que golpea un tiempo más hacia atrás. Se les hace raro, sienten que está a destiempo, pero no dicen que está a destiempo porque le queda bien el tiempo ese raro que tiene". Así L-GANTE explica la apropiación de un elemento ajeno que es reproducido de manera un poco defectuosa, de modo tal que el error inicial se vuelve un acierto. Ese concepto serviría para explicar cómo nació el reggae, el ska, el tango, el cuarteto, el chamamé, el vals, casi cualquier género mestizo. La música es el arte de la escucha.
Elian es muy prolífico, graba sus rimas todo el tiempo. Es un pendejo del siglo xxi pero sigue un impulso antiquísimo: escuchar el habla de la calle y volcarlo en ritmo y verso. "Estamos ganando gente a la antigua, así, de corazón. ¿Por qué a la antigua? Porque yo siento que el Indio Solari, para tener toda esa gente que lo sigue, no había Instagram. No había para estar desde tu casa y... '¡conózcanme mil personas! No, había que ir a mil lugares". Se maneja en la red como pez en el agua pero también se mueve por el territorio, a la antigua.
Él mismo hace los videos de sus canciones, es multidisciplinario, dirían otros, también diseña su vestimenta, sus tatuajes, el corte de pelo de sus amigos. Todo con la computadora. Yendo para adelante se hizo popular, subió los videos a youtube y empezó a propagarse. Ahora sus temas tienen millones de reproducciones. Va y toca por todo el país. Cuando en la pandemia se puso difícil, diseñó barbijos y salió a venderlos.
El 9 de marzo pasado fue a tocar a San Juan en varios boliches y juntó una buena plata. Iba por la noche con sus amigos en el auto y una patrulla policial los paró, los trató como sospechosos. Iban alegres los pibes y además son morochos y tenían plata: esa combinación en Argentina se llama presunción de delito. Se lo llevaron a la comisaría por desacato. Lo acusaron de no llevar barbijo en la vía pública, pero era la misma yuta la que lo había hecho bajar del auto sin darle tiempo a que se ponga el barbijo, "por averiguación de antecedentes". L-GANTE se calentó y lo arrestaron. El cana que quería que se sacara los anteojos oscuros también llevaba anteojos oscuros. "¿Justo vos me venís a decir que me saque los anteojos? ¡No!". La ley no es pareja. Lo metieron unas horas en el calabozo, que estaba re-explotado. Los otros presos lo reconocieron y estaban a pleno, decían: "¡cumbia cuatro veinte, man". "¡L-GANTE, cantate un tema!" le gritaban. Y se pasaron la noche cantando sus temas en el calabozo. La noticia salió en las páginas policiales.
El día siguiente el productor BIZARRAP lanzó en su cuenta de Instagram el trailer del nuevo tema que hicieron juntos, "L-Gante: BZRP Music Sessions #38" que alcanzó un millón de visitas en un día. Hasta el momento tiene 56 millones de visualizaciones.
Cumbia cuatro veinte
Pa lo negro.
Eh L-GANTE KELOKE
BIZARRAP
Grabá este villarrap
Si me avisa en cinco estoy
Porque sabe cómo soy
Su gato no le da entonce me llama y voy
Pide que le haga de to to to
Mientras yo me pico otro co co co co co.
Y arranco al toque roque
Mientras fuma en el baile la rompe
Le doy un beso pa que ella se monte
Sin saber porque
No tiene compe
Eh?
Dos de Tetra Brik una jarra y picándome el rick
Andamo con el Biza en la villa un tintín
Los má duros tomando un puntín
moviendo los bricks
Una reposera y una sombrilla
Todos los gato bien en capilla
Acá no compramo con los rastrillo
Y de noche en el coche las soga brillan.
Dale turra atrevete que llegó el que más le mete
Nos cruzamo por las rede pero no fuimo al garete
Mi combete siempre activo amigo
veinticuatro siete
Siempre donde no hay testigo sigo metiendo caliente
Cero Cero Cero berretine
Ranchando en la esquina con los grande y los guachine
El sábado pasado volví a participar en Patologías Culturales (sábados 18:00 hs en FM La Tribu) y, a propuesta de Maxi Diomedi, hablamos de Rompan Todo, la serie de Netflix producida por Gustavo Sanatolalla.
Apenas un par de meses después de su estreno Rompan Todo ya parece algo viejo. Es que participa de esa caducidad rápida que tienen los productos pensados para el consumo rápido y el olvido. En un intento de defensa de la legitimidad de esta serie, hace poco el periodista Claudio Kleiman -que figura en los créditos como su consultor histórico- resaltaba que algunas semanas después del estreno todavía se ubicaba sexta en el ranking de las series más vistas de Netflix a nivel global. No es el tipo de argumentos que Kleiman hubiera esgrimido en defensa de un disco de la Incredible String Band o de Dylan en la época que escribía en Mordisco.
La producción de Santaolalla se publicitó como la "historia del rock en castellano", aunque lo que mejor logra mostrar son los mecanismos del documental de formato que Netflix aplica tanto a la muerte de María Marta García Belsunce como a la secta de Jim Jones. Solo que esta es nuestra historia, escrita por los que ganan. Eso quiere decir que hay otra historia. Conocemos la genealogía del rock argentino porque nuestra sensibilidad está moldeada por él. No seríamos los mismos si de muy tiernos no hubiéramos escuchado "No pibe" o "Es una nube, no hay duda". Hay un sabor único en estas canciones que desbordan los límites de lo que se entiende por "género musical". Esto habla también de la manera argentina de procesar los estímulos artísticos universales. No es simplemente "rock en castellano": en la manera de decir, en el pulso, en la lírica de Manal, Moris, Tanguito, Vox Dei, Pappo o Charly hay algo que no se parece a nada en el mundo y que Rompan Todo no supo captar, a pesar de estar hecha por argentinos. El formato es el sujeto. Mejor ver Mandioca, la madre de los chicos producida hace unos años por la TV Pública.
Para eso más que nada sirvió conversar el sábado de Rompan Todo: para recordar, recomendar y volver a ver Mandioca. La madre de los chicos.