Cuando Santiago se sacó esa foto vaya a saber a quién miraban esos ojos. Es una mirada luminosa, una sonrisa confiada y reclama el contacto íntimo. De pronto hoy nos mira a todos nosotros y a cada uno. No nos dice nada: nos mira. Imposible olvidar que nos mira y cómo nos mira. También es imposible enumerar a cuántos mira: en principio yo siento que me mira a mí, no por alguna particularidad mía: él no me conoce pero su mirada sabe reclamarme: que lo mire. Me mira como parte de una comunidad. Su mirada hace patente el pensamiento de nuestros corazones. Revela algo de nuestra propia condición, que a través de sus ojos sale a la luz. Su mirada también nos espera: espera ver qué será de nosotros, cuánto tiempo seremos capaces de sostener su mirada, qué seríamos capaces de hacer para olvidarlo. O para no olvidarlo. Difícilmente sus ojos dejen de mirarnos por el tiempo que nos queda como pueblo.
También mira a otros: en principio a los que se lo llevaron. Vaya a saber qué abismos hay de ese otro lado que queda fuera de campo. ¿Qué percepción pueden tener de su mirada sus desaparecedores, los que saben dónde está y cómo está? ¿Cómo abren sus propios ojos cada día y cómo logran cerrarlos cada noche? ¿Cuánto tiempo podrán sostener su mirada?
Están también otros que no intervienen directamente en su desaparición, pero desde el primero de agosto trabajan para que su mirada desaparezca del alcance de la nuestra: que lo olvidemos. Esos piensan cada día cómo hacer para borrar no exactamente su imagen, sino más precisamente su mirada. Porque Santiago también los está mirando a ellos.
El dibujante Hermenegildo Sabat trabaja desde hace décadas para el diario Clarín. Generalmente sus dibujos aparecen en la página 3 del diario. Nadie que haya tenido alguna trascendencia en la historia de la política argentina de los últimos años ha sido dejado de dibujar por Sabat. Para poner un par de ejemplos: durante meses dibujó a Hugo Moyano con las manos ensangrentadas. A Cristina la dibujó más de una vez, casi siempre en situaciones degradantes: golpeada, descabezada, amordazada.
Se dice que Sabat con sus dibujos editorializa. Expresa la línea editorial de Clarín sin decir palabra. Los títulos los ponen otros ("La crisis causó dos nuevas muertes", por ejemplo; "El caso del tatuador", por ejemplo). Por solamente dibujar, parece que Sabat está eximido de las responsabilidades que implican la palabra: ¿qué dijiste?
Sabat no habla, dibuja. Pero sus dibujos editorializan.
Para dibujar hay que manejar al menos dos destrezas: mover la mano en trazos definitorios, de modo que el movimiento quede trazado en el papel y expuesto a la mirada de otros. Pero el dibujante primero tiene que mirar. De su mirada a su mano y de la mano al papel hay todo un recorrido. ¿Qué ve Sabat? ¿Qué le pide a su mano que sus ojos no han visto? Recordemos: Sabat editorializa. Es decir: su mirada y su mano no están solas, a pesar de que pretenden decirnos que están mudas, que no dicen nada sino solo muestran. No es verdad. Cada dibujo suyo forma parte de un texto mayor al que completa y en cierto modo simplifica: Sabat dibuja lo que los escribientes de Clarín no pueden llegar a decir: por ejemplo que hay que amordazar a Cristina o que Moyano es un asesino. Los textos que lo acompañan tampoco lo dicen, pero Sabat ayuda a que el lector complete la faena a la que él incita a pedido de Clarín.
A veces se olvida esto cuando se dice: "no, pero el gran maestro del dibujo uruguayo...". Olvidándose el sentido crucial que impone el soporte en el que sus dibujos se distribuyen de a cientos de miles cada día: Clarín. Cada dibujo de Sabat, además de mostrar a quien muestra, dice "Clarín".
¿Qué ve Sabat en los ojos de Santiago? Detengámonos por un momento en mirar sucesivamente la foto de Santiago y el dibujo de Sabat, para pasar desde aquella mirada que no podía saber cuál sería el signo en que se convertiría para nosotros hacia el dibujo que editorializa. Esta diferencia es importante: cuando Santiago posa para la foto no sabe hasta qué punto nos va a terminar mirando a todos. Sabat sabe, en cambio, perfectamente, que Santiago está desaparecido y él lo dibuja para editorializar lo que Clarín no puede decir en palabras. Hay un vínculo asimétrico entre las dos miradas: una mirada abierta, juvenil, que se dispone a mirar lo que no sabe que le espera y una mirada vieja, sesgada, cercana a la muerte. La paradoja consiste en que la mirada cercana a la muerte es la de Sabat: su futuro ya ha pasado. De algún modo, Sabat se encargó de cerrarse el futuro a puro dibujo: al final de todos sus editoriales quedará dibujado su propio rostro. El destino quiso que al final de su fatigada carrera tenga que llegar a complicarse con los desaparecedores al dibujar la mirada de Santiago. Su historia sería seguramente otra si no hubiera tenido que dibujarlo: al hacerlo, Sabat avanza un paso hacia la muerte: nada en el mundo podrá borrar lo que él dibujó, terminará siendo el que dibujó a Santiago con una mirada diabólica. Por una apertura del lenguaje "con una mirada diabólica" señala en dos direcciones: el carácter con el que él quiso dotar a Santiago y su propia mirada, su diabolismo editorial.
Allí donde en los ojos de Santiago encontramos expectativa, frescura, proyecto, luz, la serena ternura de sus cejas, en la versión de Sabat todo es sombra, amenaza y violencia. Sus deberes editoriales se subordinan a un plan de muerte, se lo exige Clarín. En esos trazos negros hay futuras persecuciones, policías golpeando a manifestantes, presos políticos, generaciones de argentinos pagando una deuda sideral, chicos con hambre, una empresa que sigue ganando poder, ¿más desaparecidos? Eso es lo que Sabat dibuja en esas cejas y en la oscuridad tenebrosa de esos ojos.
La mirada de Sabat muere muerta: pronto será olvidada, quizás antes de que él mismo muera. Hasta es posible que en el futuro breve que le resta tenga todavía que descender un peldaño más hacia su muerte en vida.
La mirada vivaz de Santiago nos seguirá mirando por todo el tiempo que nos espera.
17 comentarios:
Siempre estuvo con los desaparecedores, hay un cuadernillo de Sabat, de Página creo, que toma dibujos de esa basura durante alrededor de treinta años, lapso que incluye toda la dictadura, donde se ve que solo hay atisbos de crítica sobre algún integrante de esas sangrientas juntas cuando es reemplazado, o su patrón necesita sacarle algo. Ver ese cuadernillo en clave política impresiona e instruye, por sobre esa idea bondadosa de los periodistas sobre éste ser infame.
Nunca menos y abrazos
Muy bueno tu análisis
No hay que suponerle otra cosa a Sabat
Ha producido ya demasiados ejemplos pata darse cuenta de que lado estuvo y está.
Hay quienes lo llaman "artista" y podría ser, hay cierta habilidad para el plumín y la tinta china pero, no jodamos, su mirada como "editorialista" es la de un mercenario roñoso al servicio de mugres peores. Para decirle artista, es un pésimo ejemplo.
Qué bien expresado el contraste Oscar! Me gustó mucho el texto, por contenido y forma.
En mi ignorancia, no conocía al 'ilustrador' o caricaturista editorial del clarinete, hasta aquella recordada respuesta de Cristina en la plaza con "qué me quieren decir?" cuando le taparon la boca, o cuando era la presidenta de dos cabezas, una propia y una de Nestor. Ahí lo ví. Y después que uno toma conciencia es difícil volver a la tierna inconciencia, no? No se puede volver a la leve ingenuidad cuando una ya supo, cuando aprendió a saber y dónde mirar.
Recuerdo las respuestas airadas a la respuesta de Cristina: es una autoritaria!, está queriendo censurar! pero cómo se va a meter con el pobre "menchi"!
Y no, responder a la postura de otro, no es ni censura ni autoritarismo, carajo. A ver si lo entendemos. Con el poderío mediático, con todo lo que dice e insulta un 'dibujito', con todo lo que ofende y discrimina sin decir palabra, con todo lo que degrada a amplios sectores sociales, las respuestas son necesarias para la democracia. No sólo no fue poco democrática Cristina, fue democratizante al responder. Cosas que los Tenembaun no entienden (lo recuerdo criticándola por eso).
Y así caricaturizada Cristina, fue la presidencia más democrática, republicana e institucionalista que yo pueda apreciar en la historia argentina.
Las miradas tan bien expresadas en este texto, son las mismas miradas de diferentes construcciones de país. No es la 'grieta', es el abismo de proyectos contrapuestos. Porque al fin y al cabo la grieta no es más que el invento de un titulador gráfico y conductor de comedia que posa de periodista, pero la misma idea de clivaje en política remite a 'fisura'. Es clásico, no un invento actual ni mucho menos. Simplemente con astucia el tipejo le cambió el nombre para un titular más pegadizo.
Fisuras en la construcción político social que siempre están y se las rastrea en la historiografía.
Me vino a la mente con sus palabras y esta contraposición tan fuerte de las miradas, la mentada 'posverdad'. Alguno dijo que en el barrio le dicen mentira. Pero de nuevo, palabras nuevas para conceptos viejísimos. Alguno más dijo que toda la filosofía occidental ya estaba pensada por Aristóteles en la Antigua Grecia. Y lo que no tocó él es porque ya lo había tocado Platón. Será...
Pero no habrá en este no decir con palabras de la caricatura, con su contraste de miradas, algo de eso? Lo que se presenta y lo que se esconde de la mirada. Lo que se hace presente y lo que se des-historiza (no se muestra, se saca de la historia, se anula)?
Alguien más podría decir que la posverdad así expresada, no es simple mentira, es intentar la presentación de las cosas de la manera más conveniente, independientemente de la verdad. Como cuando alguien se emperifolla para determinada situación, o cuando presenta su CV "adecuado" al trabajo al que aspira. O cuenta una situación de la manera más proclive al propio interés. Hay falsedad en ello? A veces sí, entonces es mentira. Pero a veces no se miente, se dice algo diferente. La mirada de la caricatura no es "mentira", es una caricatura dirá alguien. Pero es posverdad, dice algo intencionado que no "está ahí en lo real", por eso el contraste con la foto real de Santiago, tan tierna y tan demostradora.
La posverdad no es muy diferente a lo que los antiguos llamaron sofisma. Qué cosa más parecida a un sofista que un periodista actual, no? Le importa más cómo presenta y con qué sentido, que la verdad que debiera estar sustentando.
Gracias por este texto. Me provocó todo esto. Espero no haberme extendido demasiado.
Saludos y gracias
Ladislao
No creo que Sabat sea un mercenario, compañeros. Eso lo dejaria a tiro de jornal, nada mas y contribuiría a desresponsabilizarlo. Es un devoto converso, por el contrario.
Maravilloso tu post, Oscar. Y que bien interpretadas las cargas de esas dos miradas (la real, pristina; la ficticia, vindicante).
Salvo excepciones honrosas (individuos que aprendieron, realmente, algo de la vida), muchos ancianos que le temieron a la vida sienten aún mayor temor por la muerte y batallan contra ella sirviéndose de los peores estereotipos y recursos. Envidiar a los jóvenes, es uno de ellos. Y que, en el probable y tristisimo final de la vida de un joven digno, este nos legue una mirada de tal significado, magnífica la envidia de un viejo decadente. Porque además de un conversó, Sabát es un decadente con mayúsculas. Y eso, el debe presentirlo cada noche en la que cierra sus ojos, aterrorizado. Saludos.
Sabat históricamente le saca en sus obras, las peores interioridades a quien retrata, quizás se autorretrata una y otra vez ... es un verdugo,
Servil e inútil perseguidor de otros lápices que siempre mantuvieron una actitud irónica o sarcásticamente crítica hacia el verdadero Poder...
El post y los comentarios precedentes dicen todo lo que yo querría decir (y lo dicen mejor).
Muchas veces uno, dentro de todo un conjunto de cosas, se concentra en un detalle y le da mayor categoría que a otros.
http://www.infonews.com/nota/305460/golpeada-tachada-silenciada-la-persistente
Cristina se ve empequeñecida (o mutilada) frente al gigante Griesa.
El detalle: Griesa gigante... y casi erguido.
Cuando en la realidad está doblado.
Además de la misoginia y el fascismo... creo que pocos cipayos han sido tan elocuentes y han exhibido tan impúdicamente su cipayismo como Sábat con el Griesa erguido.
Porque es algo que va mucho más allá del odio a Cristina.
gracias, un abrazo, lo copie en nuestra aldea
gracias, msaludos. publique en nuestra aldea
Excelente, profundo y sentido comentario.
Aunque coincido con Claudia, Sabat es un devoto converso, lleno de resentimiento por las causas populares, en un rictus aristocrático y decadente.
la propia vida se tomara revancha,la propia conciencia hara mella en el,aunque crea que tiene el perdon dbera rendir cuenta algun dia,y no servira el me parecio,creia que,yo no hice nada malo solo dibuje.-Alla arriba no valen las excusas
Sabat es un excremento más, localizado en esa cloaca que es el multimedio Clarín.- Sabat es Morales Solá, es Larrata, es Leuco (y Leucocito), en definitiva es Magnetto del cual casi no se conoce su voz ni puede recordarse algo más que una frase tirada por allí cuando tuvo ganas.- Magnetto manda, ordena y sus esbirros ejecutan; es el que estuvo siempre a las sombras y desde allí construyó su infame poder omnímodo y necrótico.- Y cuando ya estaba en la cumbre de su imperio y su crapulencia, allí se quedó, evitando las luces pero siempre digitando a sus marionetas, como los nombrados, como Macri, como el engendro Carrió.- Todo aquel /aquella que se le puso en su camino, terminó de mala manera.- Los Kirchner duraron 12 años y nunca pudo con ellos.- Son los únicos (a Alfonsín se lo fumó en pipa) que evidentemente lo hicieron enojar y por los que tuvo que gastar ingentes cantidades de $$.- Y cerca estuvieron, a un pequeño 2%, de ganarle la pulseada.- Aunque el gobierno de Scioli hubiera sido una embarazada de 15 meses caminando descalza sobre vidrio.- No puede esperarse nada bueno ni noble ni humano de esa porquería llamada Multimedio Clarín o sus ramificaciones.-
Mmmm, hacer otros analisis... Lo conocias??? Hacia algo por vos???? Jajaja... Solo creaste la nota para tener visitas a tu blog, aprovechando a quienes estan ciegos y sordos, buscan sobre este varon
Sole... ni siquiera podés nombrar por su nombre a la víctima. Santiago se llama el..."varón" (qué próxima está tu deliberada ambigüedad a una calificación como N.N. ¿verdad?... más te gustaría que lo fuera, como en los viejos tiempos. Que seguramente nunca viviste porque sos una borrega con información de pésima y segunda mano y aún peor ánimo).
Andá, Sole, andá a buscar "caucásicos" o "trigueños" en algúna revista de peluquería. No tenés mucho que hacer por acá, donde realmente se piensa. No hay más sorda ni ciega que vos... pendeja (te devuelvo la ambigüedad insultante).
https://youtu.be/CEVJT6t0jzU
Muy bueno tu omentario sobre "El empleado que dibuja para Clarín", siempre hubo gente del gremio del ARTE, como de todas las profesiones, que trabajaron a pedido de un amo, pienso en Leonardo y tantos,,,,solo que incluso el Artista, encuentra vertientes que hacen que el "poder económico en juego" quede expuesto..... yo....y muchos....pensamos solo en el identificado con el poder de turno. 0 sea que....de artista..(?)
Gloria Fontal
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