Hasta donde entiendo, Soleimani fué el tipo que supo encontrarle la vuelta a la ensalada de Medio Oriente. Es como que hubiera dicho: ¿Cuál es el problema? Estados Unidos combate al Estado Islámico, nosotros también combatimos al Estado Islámico.
O como se menciona por sus siglas: "EI".
Al fin y al cabo el EI, un estado sin territorio, no es otra cosa que la sombra fanstasmal del EEUU, un país sin nombre, como decía Godard.
Soleimani no sólo fortaleció alianzas y alineó suficientes fuerzas para combatirlo, sinó que además lo hizo efectivamente, no en clave de parodia extendida.
Lo hizo mientras Trump aún decidía no gastar pólvora, dinero y costo político en mantener conflictos en el exterior. Pero sucede que ahora le viene pisando la cola un juicio político y para colmo vienen las elecciones. Los amiguitos del consorcio industrial militar lo pusieron contra las cuerdas: "¡Mirá lo que hizo éste cretino con nuestra gran creación!¡Éste maldito va a pacificar y unir a medio oriente! ¡El terrorismo ya no es lo que era antes!" Y así fue como Trump, amaneció medio loquito y dijo "sí, demosle rosca". Lo mandó a bombardear con unos drones y no quedó nada. "¡Que se termine ésta mala costumbre de pacificar y unir! ¡Queremos terroristas de verdad!".
Lo único positivo de todo esto es que la sociedad norteamericana comenzó a movilizarse contra la guerra en Irán como no se veía desde los tiempos de Vietnam. Tendría que corroborar si no lo hicieron con el Golfo, con Kadafi, etc. No recuerdo haberlo visto.
Marcharon hasta la mismísima residencia del presidente.
En Irán millones de personas despiden al general Soleimani, mientras en Irak el parlamento aprueba resolución que pone fin a la presencia de tropas extranjeras en su territorio, yankes go home!! pic.twitter.com/sBVhDEMOEi— Diego Ciafardini (@eltanomdp86) January 5, 2020
En cierto caso el concepto que trasciende mediáticamente de esas marchas es que lo consideran un loquito impredecible y que va a desencadenar una guerra por torpeza. Siempre hay que dar el toque naive.
Manifestación en contra de la guerra en New Yorkpic.twitter.com/DCnx1yKqJI— Mayke Schultz (@MaykeSchultz) January 5, 2020
Pero algo de eso hay, en este contexto en el que los brotes de extralimitación del "porque sí", un extra-poder más allá, no sólo de toda norma jurídica internacional sino de todo tipo de código hasta de los más elementales, son una amenaza latente para el planeta entero. México ha declarado ya que ni siquiera Pinochet osó tal cosa como hostigar a su embajada como lo ha hecho la runfla que ha tomado el poder en Bolivia. Que una persona, con el apoyo de las fuerzas armadas y la policía, sin legitimidad constitucional alguna, se autoproclame presidenta, impida a los legisladores sesionar con gases lacrimógenos, tome el control absoluto de los medios de comunicación, reprima a los tiros, mate, encarcele y desaparezca gente, hostigue a los diplomáticos de las embajadas, es al decir de Zaffaroni algo no sólo fuera de códigos, es "algo fuera del planeta". No hay referencia histórica, no hay calificación jurídica para definirlo, tendremos que inventarla. Se trata de una estado de "no derecho" ensaya Zafaroni, mientras otro abogado califica de "estado de pura fuerza bruta".Todo este clima global, con el desboque de Trump a la cabeza, hace que la decisión de Alberto de traerlo y poner la cara por Evo se agigante. Se le suma a la decisión de respaldar jurídicamente a Evo por parte de Zaffaroni y un equipo de abogados, cuya conferencia de prensa recomiendo ver.
Mientras tanto en algún lugar de San Telmo, un aniquilado como yo, parado frente a un precipicio veraniego, se congratula por la noticia de un bonito a cuenta de futuras paritarias, que le permita poner un puente, una tablita, un hilito aunque sea, para cruzar haciendo equilibrio y rogando que no sople mucho viento en contra, para llegar medianamente entero del otro lado.
Somos muy poco y a la vez somos mucho.