Otoño en Baviera (Wassily Kandinsky, 1908)
por Liliana Piñeiro
Con la sabiduría que adquirimos cuando algo declina, el otoño hace ejercicio de seducción. El paisaje, abandonado por el verde, busca otros colores para agradar al sol. Y lo logra, cuando el dorado triunfa sobre el rojizo de las hojas y cubre la calle.
¿En qué momento una pintura se vuelve temperamental? ¿Tal vez cuando el ojo, insuficiente, no da abasto para la belleza?
Bienvenida la pasión, que guarda el exceso.
2 comentarios:
Me subyuga la pintura de Kandinsky y me gusta mucho el escrito de Liliana
Amo al otoño, sus frescos matinales y el crujir de las hojas al caminar sobre ellas. Es la estación que genera mas varidad de tonos de un mismo color. La patagonia por estas epocas cobra colores indescriptible, este año no me la pierdo..
El Kandinsky racionalista me aleja un poco. Esta etapa de el(la del post) me atrapa.
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