jueves, 11 de septiembre de 2014

Cerati y Nietzsche


por Esteban Dipaola

Canción animal es quizás un título de disco más deleuziano que nietzscheano, pero allí también Cerati atraviesa con sus letras la experiencia del pensamiento del filósofo alemán. Sueles dejarme solo, quinto tema de ese disco de Soda Stereo, es un tema nietzscheano desde su propia fuerza rítmica, podría decirse, incluso, que es un tema armónicamente nietzscheano, un “cambio de piel”. En esa canción, y con esa letra, Gustavo Cerati canta, casi grita –en el mejor sentido–: “Nena nunca voy a ser un superhombre… y sueles dejarme solo”; lo primero que nos atraviesa, nos llama y convoca es la idea del “superhombre”, ahí la referencia es literal, exacta, específica, casi que se la podría hasta soslayar admitiendo que todos conocemos que el superhombre es un concepto nietzscheano, que precisamente refiere a la fuerza material y práctica de interpretación, etc. Pero aquí Cerati atraviesa la literalidad del texto nietzscheano y lo transforma en una experiencia amante: Nena nunca voy a ser un superhombre y sueles dejarme solo, dice. Es a la mujer, a lo amado que Cerati expone la fuerza de la idea nietzscheana, y acaso ¿no podría pensarse que es Nietzsche quién más de una vez refirió esa idea –esta misma idea de la imposibilidad de ser un superhombre y la soledad– a esa mujer amada que es/era la verdad y que los filósofos a lo largo de toda la historia jamás han entendido, según el propio pensador expresa?..

La misma canción de Soda stereo dice: “afuera el frío embiste, adentro el vértigo”; mientras en Así habló Zarathustra, Nietzsche hacía decir al profeta: “allí afuera el frío existe, aquí adentro es el vértigo”. La palabra de Nietzsche se convierte otra vez en metamorfosis de la poesía de Cerati, por eso, nuevamente debe decirse que no se trata de una simple cuestión de cita, sino, en términos nietzscheanos, de una “voluntad”, una “fuerza natural” que transforma la poesía por-venir, como un impulso, una “fuga del sentido”, un “eterno retorno”, porque, a fin de cuentas, “todo lo profundo ama el disfraz”.

(Fragmento de una nota aparecida en el blog Un Largo).

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