Como olvidar cuando Capusotto, Alberti y Saborido anticiparon el (nuevo) acuerdo de Toto Caputo con el FMI en "Todo por dos pesos" hace 25 años pic.twitter.com/7BgYY36Tgv— Santiago Campana (@santi_campana) April 11, 2025
Como olvidar cuando Capusotto, Alberti y Saborido anticiparon el (nuevo) acuerdo de Toto Caputo con el FMI en "Todo por dos pesos" hace 25 años pic.twitter.com/7BgYY36Tgv
Excelente post. A la comunidad "psi"...nos cuesta hacernos cargo de nuestros propios demonios, lo cual obtura la posibilidad de pensarnos.
Bueno, por fin leo algo interesante sobre este tema.Profunda paradoja la de la sociedad argentina, que alberga al psicoanálisis como en ningún otro lugar de la región y sin embargo prefiere la represión o la denegación de sus discursos al riesgo de anclar sus propias raíces para pensarse a sí misma. Opinamos, etiquetamos y encajamos cualquier fenómeno de la realidad en una más que endeble lógica de causas y efectos. Somos deterministas; nos seducen más las respuestas que las preguntas.Muy buen artículo.Saludos,Hernán.
Me quedo con lo que dijiste sobre lo que se ventila en los medios, y lo que queda en el instituto del saber. En la Argentina (al menos lo que conosco) hay un fuerte división entre el saber universitario y lo que sale afuera de la universidad. Parece que los que salen a hablar mediáticamente, tienen en claro que ahí no pueden discutir esos temas y quedan relegados a las aulas. Yo creo que lo discuten, e incluso resuelven el problema en ese contexto. Pero igual no se hace una verdadera autocrítica de esa institución social del saber. Es decir, lo que pasa es claro, no se quiere desprestigiar un saber de décadas de investigación por un tipo que rompió con ese saber institucional, que encarnó la depravación teórica. Me parece que existen pocos teóricos que pongan en dudas el saber en tanto que tal, uno podría ser Foucault, y yo creo que siempre es algo saludable.Me gustaría saber que piensan los propios psicoanalistas, hasta donde llevan las discusiones, hasta donde ponen en duda ese saber-poder que encarnan, como plantean esta cuestión paradójica y hasta que punto se replantean las cosas, si es que lo hacen.Saludos.
Yo no soy psicoanalista, pero igual me meto. Yo estoy en la UBA en el campo de la Filosofìa y Epistemología. Y creo que en el saber académico no hay casi discusión. Quizá exista la ilusión de que los universitarios discuten, pero mi experiencia me indica que sólo aparece la discusión en situaciones excepcionales o por iniciativas individuales. El saber académico no está orientado a la discusión ni a la reflexión, sino a la reproducción: papers, congresos, tesis, tesinas, parciales, son todas mercancías, objetos que se producen de acuerdo con un formato preestablecido, citando bibliografía de acuerdo con las modas. En el siglo 19 Nietzsche presentó EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA dentro del ámbito filológico alemán. El rechazo que sufrió fue completo, el aula en el que daba sus clases quedó casi vacía. Tanto lo ningunearon que se tuvo que terminar yendo de la Universidad de Basilea. Y eso que estoy hablando de Alemania del siglo 19, la elite del saber. Creo que en la Universidad no se discute. Un síntoma de esto es que hoy los "pensadores" políticos hablan de la política como Gestión, Administración, del Bien Público y de los Valores Republicanos... Lo más avanzado parece ser Adam Smith, cuando no simplemente Santo Tomás de Aquino.Para ellos no sólo no han existido Deleuze o Foucault, ni siquiera Nietzsche, Hegel o Marx. Los opinólogos de la Filosofía y de la política terminan sin diferenciarse de un Nelson Castro.Bueno, eso sólo para referirme al campo de la Filosofía. Si se discute en la facultad de Psicología, no lo sé.
Fede:te cuento que yo, que escrib� este post,soy psicoanalista. Obviamente no existe como unidad esa categor�a que vos llam�s "los psicoanalistas", y es por eso que cada uno pone en duda, se replantea y se pregunta hasta donde le d� el cuero, como hacemos todos en este mundo.Corina
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5 comentarios:
Excelente post. A la comunidad "psi"...nos cuesta hacernos cargo de nuestros propios demonios, lo cual obtura la posibilidad de pensarnos.
Bueno, por fin leo algo interesante sobre este tema.
Profunda paradoja la de la sociedad argentina, que alberga al psicoanálisis como en ningún otro lugar de la región y sin embargo prefiere la represión o la denegación de sus discursos al riesgo de anclar sus propias raíces para pensarse a sí misma. Opinamos, etiquetamos y encajamos cualquier fenómeno de la realidad en una más que endeble lógica de causas y efectos. Somos deterministas; nos seducen más las respuestas que las preguntas.
Muy buen artículo.
Saludos,
Hernán.
Me quedo con lo que dijiste sobre lo que se ventila en los medios, y lo que queda en el instituto del saber.
En la Argentina (al menos lo que conosco) hay un fuerte división entre el saber universitario y lo que sale afuera de la universidad. Parece que los que salen a hablar mediáticamente, tienen en claro que ahí no pueden discutir esos temas y quedan relegados a las aulas. Yo creo que lo discuten, e incluso resuelven el problema en ese contexto. Pero igual no se hace una verdadera autocrítica de esa institución social del saber.
Es decir, lo que pasa es claro, no se quiere desprestigiar un saber de décadas de investigación por un tipo que rompió con ese saber institucional, que encarnó la depravación teórica.
Me parece que existen pocos teóricos que pongan en dudas el saber en tanto que tal, uno podría ser Foucault, y yo creo que siempre es algo saludable.
Me gustaría saber que piensan los propios psicoanalistas, hasta donde llevan las discusiones, hasta donde ponen en duda ese saber-poder que encarnan, como plantean esta cuestión paradójica y hasta que punto se replantean las cosas, si es que lo hacen.
Saludos.
Yo no soy psicoanalista, pero igual me meto. Yo estoy en la UBA en el campo de la Filosofìa y Epistemología. Y creo que en el saber académico no hay casi discusión. Quizá exista la ilusión de que los universitarios discuten, pero mi experiencia me indica que sólo aparece la discusión en situaciones excepcionales o por iniciativas individuales. El saber académico no está orientado a la discusión ni a la reflexión, sino a la reproducción: papers, congresos, tesis, tesinas, parciales, son todas mercancías, objetos que se producen de acuerdo con un formato preestablecido, citando bibliografía de acuerdo con las modas. En el siglo 19 Nietzsche presentó EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA dentro del ámbito filológico alemán. El rechazo que sufrió fue completo, el aula en el que daba sus clases quedó casi vacía. Tanto lo ningunearon que se tuvo que terminar yendo de la Universidad de Basilea. Y eso que estoy hablando de Alemania del siglo 19, la elite del saber. Creo que en la Universidad no se discute.
Un síntoma de esto es que hoy los "pensadores" políticos hablan de la política como Gestión, Administración, del Bien Público y de los Valores Republicanos... Lo más avanzado parece ser Adam Smith, cuando no simplemente Santo Tomás de Aquino.
Para ellos no sólo no han existido Deleuze o Foucault, ni siquiera Nietzsche, Hegel o Marx. Los opinólogos de la Filosofía y de la política terminan sin diferenciarse de un Nelson Castro.
Bueno, eso sólo para referirme al campo de la Filosofía. Si se discute en la facultad de Psicología, no lo sé.
Fede:te cuento que yo, que escrib� este post,soy psicoanalista. Obviamente no existe como unidad esa categor�a que vos llam�s "los psicoanalistas", y es por eso que cada uno pone en duda, se replantea y se pregunta hasta donde le d� el cuero, como hacemos todos en este mundo.
Corina
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