“Yo le cuestiono al progresismo su renuncia a pensar el país”. Lo dice en revista La otra n° 26,
que se presenta el sábado a las 19:30 en La Tribu, Lambaré 873
que se presenta el sábado a las 19:30 en La Tribu, Lambaré 873
"En el libro en el que trabajo -dice Lucas- quiero encontrarle la vuelta a la efervescencia cultural que se ha producido [en la etapa kirchnerista]. Que tiene, me parece, dos modalidades: una desde una perspectiva progresista, que quebró muy fuerte el campo de lo decible y también impactó en las relaciones personales. Y después hay otra modalidad, que es lo que yo cuestiono del progresismo cultural, que es la renuncia a pensar el país, donde también ha impactado fuertísimo el kirchnerismo. Donde, para decirlo de una manera yo no sé si provocativa, Julio De Vido es el ministro que está más a la izquierda. Supongamos que el kirchnerismo, considerando donde impactó fuertemente, sea el 10 % de la sociedad. De ese 10, un 7 % le da más importancia a De Vido y a 678 que a Coscia y a María Seone. Es el rol de la obra pública, porque el kirchnerismo se sostiene en buena medida a partir de la obra pública. Haber puesto la obra pública como el eje central del discurso -eso era Néstor Kirchner- fue una cosa verdaderamente novedosa, que impactó muchísimo en el plano cultural. Dio vuelta las categorías del discurso político, porque le quitó el casete a muchísimos. Y me parece perdurable al interior del peronismo. Yo creo que esos cambios son mucho más importantes que los debates culturales que se producen en torno a la familia progresista. Pero también me parece que hay todo un semillero de pibes a los que se los intenta reducir constantemente a la Cámpora, pero que van más allá".
Lucas Carrasco postea sus textos cada amanecer a eso de las 5 de la madrugada y al leerlo uno tiene la sensación de que no es lo primero que hace en el día sino lo último que hizo esa noche. Por otro lado, no es fácil prever con qué se va uno a encontrar cada mañana en su República Unida de la Soja: puede tratarse de agronomía o de desesperación, de una declaración de amor o de abstinencia alcohólica o sexual, de una broma o una evocación de su infancia, de un desborde de odio contra los porteños o el capítulo de una novela negra que jamás será completada.
Su escritura, demasiado manchada de marcas coyunturales como para considerarla literatura, demasiado anárquica como para considerarla militante, demasiado desgarrada como para considerarla política, demasiado caprichosa como para considerarla periodismo, es todo eso junto: literatura, militancia, política, desgarro, periodismo. Pero también es algo distinto a la simple suma de esas cosas.
Puedo imaginar que si cuando todo haya pasado alguien quisiera comprender cómo era la Argentina kirchnerista, podría leer los posts de Carrasco con mayor provecho que los textos de Jorge Lanata, Marcos Aguinis, Beatriz Sarlo o Nelson Castro.
Este número de revista La otra -que se presenta el sábado a las 19:30 en Lambaré 873 y estará en los kioscos a partir de mediados de la semana que viene- contiene una extensa entrevista a Lucas.
En la presentación de este sábado a las 19:30 en Lambaré 873 también se proyectará Vida sin prinicipios de Johnnie To, elegida por La otra 26 como una de las mejores películas de 2011.
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