miércoles, 28 de julio de 2021

Dylan McCartney

 

No sé si están viendo McCartney 3,2,1, la serie de Paul que tiene seis capítulos de media hora en los que repasa distintas canciones de su obra,  algo genial. Justo sale al mismo tiempo que el streaming de Dylan, Shadow Kingdom, casi simultáneamente. Esa simultaneidad permite apreciar que son las dos personalidades más opuestas que puedan haber existido y de la combinación de ambos Dylan/McCartney, sale todo lo que queda en el medio, o sea el rock. 

McCartney es el rey Midas y todo lo que toca, los más sencillos acordes, los convierte en oro. No tiene una personalidad enigmática, parece un tipo común, un par que habla de hacer canciones, como un panadero que explica cómo hace el pan, lo que pasa es que hace las canciones que uno jamás podrá olvidar: "Blackbird", "Hey Jude", "Here, there and everywhere", "Eleanor Rigby", "Band on the run". Con una sola de las mil que hizo habría pasado a la historia, pero él las cuenta como si no hubiera un misterio y cualquiera pudiera hacer una cosa tan fácil.

   
 
Creo que no es casual que haya aparecido esta serie a mediados de año, porque Peter Jackson, el neozelandés de El Señor de los Anillos, está desde hace dos años montando un documental con muchísimas horas descartadas de la grabación del disco Let It Be, un material que parece ser joya y durante años nadie le había dado bola, porque los Beatles se pelearon después de eso y la película oficial Let It Be a ninguno de ellos le había gustado. Jackson se encontró con un metraje alucinante que se iba a estrenar en cines el año pasado cuando se cumplían 50 años de Let It Be, pero por la pandemia pararon el estreno y Jackson siguió trabajando. Es tanto el material que decidieron que sea una serie de varias horas en lugar de una película para los cines. Cosas de la época. Seguro que va a ser extraordinaria, vamos a volver a verlos mejores. Pero como hizo otras veces Paul habrá pensado que tenía que adelantarse a ese acontecimiento beatle y largó esta serie solo él conversando con el productor Rick Rubin, de toda su obra, no solo los Beatles, un patrón de conducta típicamente McCartney. Es sensacional cada episodio, el intimismo que logran solos con Rubin escuchando los canales separados de esas canciones eternas, los pequeños truquitos inaudibles, los yerros que se convirtieron en aciertos geniales. 


Por estos mismos días Bob Dylan anuncia su broadcast Shadow Kingdom, el reino de la sombra, que genera una expectativa descomunal como todo lo que hace. Salió el domingo pasado on demand, u$s 25. ¡Todos esperando un show on streaming! Y él una vez más muestra toda su oscuridad y su misterio  impenetrable, que solo habla por las letras de sus canciones. En sus shows ni dice "good night", el tipo más hermético que existe. Hizo esta especie de film noir que alguien definió como "Rough and rowdy ways meets Twin Peaks", parece sacado del capítulo 8 de la tercera temporada de la serie de Lynch. Un bar de mala muerte, oscuro y polvoriento, las cortinas rotas, la luz que viene de afuera, el aire denso, el público escucha impávido, no aplaude ni nada, como si estuvieran tocando los músicos de un bar de ruta, una banda acústica. Los parroquianos fuman sin parar, el local lleno de humo, algo que ya no se puede en ninguna parte. Una banda acústica. Lo insólito es que todos los músicos tienen barbijos, no se les ven las caras, y es totalmente incongruente con el público fumando. Muchos de los fans después de 60 años todavía no lo entendieron y comentaron en las fanpages que toda esa gente fumando era una falta de respeto a las medidas sanitarias. La combinación del público fumando sin parar y los músicos con barbijo es absurda pero nadie se ríe. Bob canta sin barbijo, obviamente, hace sus clásicos de los años 60, "Early songs" dicen los títulos, pero en versiones nuevas, arreglos muy folkies. En las páginas de fans se arman discusiones porque algunos esperaban un streaming normal y dicen que no se ve bien si la boca de Bob está en sincro con voz o hace playback. Cuando su cara no está en un contraluz completo, la boca está tapada por un micrófono antiguo.

   

Los quejosos decían que habían pagado sus 25 dólares y querían un show como se debe y no esta película que parece una pesadilla. A pesar de todos estos años todavía hay quienes esperan que haga lo previsible y Bob siempre hace algo mejor. Deberían seguir a Bon Jovi, que siempre les va a dar lo que esperan. 

En fin, para decir que Bob y Paul hicieron casi al mismo tiempo dos cosas que son una el extremo opuesto de la otra porque ellos son opuestos y sin ellos el rock no habría existido. Paul transparente y amable, Bob opaco e impenetrable. Pero también puede ser al revés: hay algo de cálculo en la naturalidad de Paul y mucho de pulsión involuntaria en la antipatía de Bob. Igual es el mismo concepto: ellos son los extremos y en el medio lo demás.


Bob Dylan habla de McCartney: “Quiero decir que McCartney me asombra. Él es el único que me asombra. Pero me asombra. Puede hacerlo todo y nunca se rinde, ya sabés. Tiene el don de la melodía, tiene el ritmo. Puede tocar cualquier instrumento. Puede gritar y grita tan bien como cualquiera y puede cantar la balada tan bien como cualquiera, sabés ... Y sus melodías salen, ya sabés, sin esfuerzo. Estoy asombrado por él, solo porque todo lo hace tan malditamente bien y sin esfuerzo. Quiero decir, solo desearía que se retirara, ya sabés. Cada cosa y todo lo que sale de su boca tiene melodía". 


A Paul le preguntaron qué le pareció el último disco de Bob:  “Siempre me gusta lo que hace. A veces desearía ser un poco más como él. Es legendario... ¡y no le importa un carajo! Yo no soy así. ¿Su nuevo disco? Pienso que es muy bueno. Escribe muy bien. Me encanta su forma de cantar, llegó a través de esos álbumes de standards como todo un crooner. La gente me pregunta de quién soy fan y Bob Dylan y Neil Young siempre están en la lista".

lunes, 26 de julio de 2021

Palo Pandolfo: Viajero naciendo

La otra resiste un archivo: Antojo Palo 


Fotografías: Diego Trerotola

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En estos meses de encierro en pandemia me acostumbré a subir todas las madrugadas una historia en Instagram y Facebook amoldándome a los límites del formato: una sucesión de imágenes de no más de 15 segundos, con un filtro preformateado y música a piacere, que los cortes caigan justos y se arme algo lindo. Trato de despuntar mi vicio de editor y musicalizador. Busco planos de películas que amo. También las canciones, pero trato de hacer asociaciones distantes. Este jueguito me lleva media hora antes de dormir. Después de 24 horas -es lo que duran en IG- miro quiénes que entraron a ver, amigos directos y algunos músicos y cineastas. Durante los últimos meses y hasta el martes pasado Palo Pandolfo entraba a ver la historia que yo subía cada noche. Así que tenía esta conexión con uno de mis artistas admirados: armar una pequeña tontería con todo esmero para que alguien como él venga a verla. Yo tengo algunos amigos y algunos artistas admirados, pero además tuve la suerte de hacerme un poco amigo de algunos artistas que admiro. Palo es uno de los más grandes. Tengo que elegir bien las imágenes y canciones, si no los visitantes se cansan al segundo cuadro y dejan. La madrugada del 15 de junio hice el de Elephant con la música de "Viajero naciendo" de Pescado 2 y entonces se produjo el contacto

(Respeto tal cual la grafía con que apareció):

- Lo Todo
- gracias, Palo!
- QUE PELI ES ?
- Elephant, de Gus Van Sant. Ojo, la música la puse yo, no está en la peli
- SI YA SE ! JAJAJAJ
- qué hacés Palo, tanto tiempo
- TERMINE EL PROGRMA ( Q RETOME HOY DESPUES DE 2 MESES ) Y ME PREPARO LA CENA
- donde sale el programa?
- ME MUDE A CAPITAL HACE 2 A. AHORA EN LA PLANTAALTA DE LA ESCUELA DE MUSICA DE MI PROFE DE CANTO. CABALLITO - PQUE CENTENARIO
- ahí vi en tu muro el programa de radio, la proxima lo escucho!

No escuché su programa de los martes. "Lo Todo" es idioma Palo. Puedo suponer qué le habrá gustado la combinación de lirismo y violencia reconocible en su rock, la tremenda canción de Pescado 2 hoy olvidada: Palo es heredero artístico de Pescado Rabioso. No supe si vio Elephant, no lo voy a saber. Pero hasta el martes 20 siguió entrando a ver las historias, la última vez una canción de Magnetic Fields. 

El jueves cuando abro el wassap me empieza a caer una cascada de mensajes, una manera horrible de despertar. El primero que abro es de Maxi: "Lo de Palo ya es demasiado, no?". No entendí, no se me pasó por la cabeza. "Qué pasó? No estoy al tanto". Después empecé a abrir los otros. No me resultaba verosímil. Lo siento vivo, como si me lo hubiera cruzado recién. En estos meses me acostumbré a levantarme con ¿viste quién murió? Una costumbre horrible, pero con Palo no caía.

Palo es uno de los artistas más importantes del rock argentino, el que logra que el rock sintonice con esta época, el que sostiene el espíritu con su cuerpo. Durante los días que siguieron del jueves a hoy en los medios fue hilvanándose un relato establecido del músico de culto que apareció en medio de los 80 y trajo oscuridad a la primavera alfonsinista. Y empieza a citarse  tardíamente su disco maldito, Patria o muerte, un título lamborghiniano -concha de su madre, necesitaría a Horacio González ahora- que en su momento quedó fuera de catálogo y ya muchos señalan como el disco clave de esa década. (Palo nos dijo que Patria o muerte lo hizo contra su padre). Y después se hace una lista apurada: Los Visitantes, la carrera solista, la Hermandad, un par de canciones recién aparecidas y pará de contar. Hay algo que se está escapando. Cuando un artista como él muere hay que revisar su obra, hay que escucharlo desde una perspectiva algo penosa: ya solo cabe esperar discos póstumos, eso con suerte. Tenemos una obra cerrada. Los que tuvimos la suerte de verlo en vivo sabemos que no solo hubo discos: cada noche que tocó se produjo un rito que nos elevó hasta el éxtasis. Los que además lo conocimos de cerca vimos que en la vida cotidiana iba atravesado por ese entusiasmo. Las notas que le hicimos no nos costó nada que se convirtieran en una perfomance artística, Palo es eso.

Su poética está hecha de historia y mito: el rock, la sensibilidad beatle, un Spinetta con mugre, pero también desde los 90 los ritmos ancestrales, la visión cósmica, una mirada sobre la historia argentina, una interrogación que apareció ni bien se puso a hablar la última vez que vino a nuestro programa de radio, en febrero de 2015:

  

- ¿Qué es la canción "Antojo"? ¿Una tarantela?

- Puede ser una tarantela, una fusión. Uno de los nudos de Argentina es la fusión no aceptada, no asumida. No terminamos de fusionarnos en paz. No sé quién se puede sentir europeo pero yo soy fanático de la música inglesa. Una de mis contradicciones más grandes es el amor que tengo por la música inglesa y lo intragable que me resulta la política exterior inglesa hace como 300 años. Es como una especie de fisura en mí. (...) Estoy leyendo Tragedia e infortunio de la epopeya del desierto o El Ultimo Combate del Capitanejo Nehuén, libro de Liborio Justo, publicado con el pseudónimo de Lobodón Garrá, en el que narra con documentos de primera mano los procesos del genocidio contra los pueblos originarios. El abuelo de Liborio era un milico que tenía un rancho en Carmen de Patagones y su libro da claridad sobre el origen de las armas para el exterminio, trajeron la mecánica, los ferrocarriles, armaron al ejército y generaron el genocidio de la Pampa.

A toda velocidad, Palo nos disparaba sus ideas y lecturas sobre los ingleses diseñando una Argentina que responde a sus intereses. Y el Cacique Calfucurá en resistencia, "el verdadero patriota argentino que resistió los fusiles ingleses a lo largo de 30 años". No se trata de un desvío: se puede encontrar estos rastros en sus canciones. Desde hace 35 años que viene siendo bastante más que el flaquito que vino a poner oscuridad en el pop alfonsinista. 

Selva de la Luna,
se hace presente en invierno,
en la pampa viene el sueño marchando,
el desfile de la estela de los muertos.

El inglés es la ley,
duerme ya el burgués.

Una vez, cuna de cielos abiertos,
hoy, huella de muerte, sin sentido
y sin honor del asesino.

Canto de la pampa envenenada,
de la pampa mancillada,
del dolor y la pasión austera y europea.

Esa especie tan colgada de
los huevos de la corona británica.

Y el campo cuidador de las estrellas,
ahogado por la furia de su voz,
mirando para atrás,
veo caminos negros sobre el mar.

El inglés es la ley,
duerme ya el burgués.

Su política es radiante y abierta, sin los remilgos con que a veces tratan de desviarse artistas más calculadores. Palo integra cada vez con mayor precisión y potencia su amalgama de mito e historia y de ahí sale la luz y la energía rockera de sus canciones, también su potencial melódico. Hay en su obra de las dos últimas décadas una tradición rockera renovada y también un vínculo muy fuerte con la cultura argentina, con la topografía de la Pampa, con sus héroes legendarios y reales, con la lucha geopolítica, absolutamente pensado y concreto, sin los atajos que a veces encuentro cuando trato de entresacar sin mucha suerte alguna posición de los cineastas o músicos con que hablo. La mugre de su sonido es también su elemento para pararse en la tierra. En Palo el mito no es un plan de evasión. En el programa de 2015 nos cuenta su larga relación con las Abuelas y su premonición con la aparición de Guido Ignacio Guido Montoya Carlotto. Nos recitó la letra de su Himno a las Abuelas. 

Un año después de nuestro último reportaje, fue de nuevo a La Tribu, a La Mar en Coche, el programa que hacía Diego Skliar:

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- Palo, ¿cómo estás haciendo para trascender la angustia imperante?- pregunta Skliar el 7 de julio de 2016. 

- No, no sé cómo hago. El trabajo siempre es lo que... pero justamente el trabajo es lo que está puesto en duda ahora, como que hay un kilombo con el área laboral, la apertura de las importaciones, el laburo argentino está puesto en tela de juicio ahora. Y yo venía pensando justamente por la calle, si de algo estoy acostumbrado yo, que hace tanto estamos en la música y también en la política, porque nosotros somos la cría del proceso, la generación que vuelve a hacer política después de la dictadura militar, de los desaparecidos, de la tortura, de la masacre, incluso de la extrema izquierda, es un tema delicado pero se puede hablar, yo tengo una visión crítica de la media burguesía extremista, que no son otra cosa que burgueses enloquecidos. (...) ¿Viste eso que dice la gente,  que se vayan todos , que ahora quieren volver a poner en Dilma, lo que hicieron en Brasil? ¿Por qué? Para desestabilizar las democracias sudamericanas, avanzadas, porque son las democracias populares, de defensa de los intereses, desde el discurso  y en acciones concretas.

- Pero esa angustia, ¿la lográs trascender o te pasa un poco al cuerpo?

- Te decía que de alguna manera vivo en situación de crisis. Mi generación vive... Mi viejo que laburó como 30 años en la fábrica como obrero en el 81 quiebra con la política de Martínez de Hoz. O sea, yo vivo en situación de crisis desde que empecé a tocar música. Empecé en el 77 a componer, en el 78 hice la banda. Siempre viví como: la dictadura, la música, después la democracia, la música, después el liberalismo, la música, después el reviente, la música, después el "que se vayan todos", el disco solista, la crisis, el apocalipsis total de la economía argentina, luego el kirchnerismo, la música, ahora el ajuste conservador, la música (ríe)... De alguna manera, como yo generé un oficio, soy un hombre de oficio, yo laburo. Laburé en el 2002, tenía un crédito hipotecario, un hijo recién nacido y un disco independiente. Yo hice el marketing directamente, hice el convenio de difusión con Quique Prosen, de la Rock and Pop, directamente. Emi quebraba y yo difundía en Rock and Pop. Estoy siempre con un pie afuera del sistema, creo que es un instinto de conservación en el fondo. Igual el problema es que nunca gano plata yo, siempre vivo demasiado al día.

El jueves dije que ya no quiero escribir más despedidas, pero en estos días mi cabeza no para de girar alrededor del signo que Palo se constituye para nosotros. Hay algo personal en esto. Esta vez las balas picaron cerca. No es que tenga miedo a la cercanía de la muerte, eso más o menos está sabido. Creo que todavía nos falta entender el cruce entre la finitud y la historia, el tiempo que nos toca. De veras necesitaría hablar ahora con Horacio.

Pocas horas después alguien empezó a improvisar un altar en el lugar donde Palo cayó. Carla pasó ayer a la tarde y me mandó el video:

 

domingo, 25 de julio de 2021

Leandro Santoro candidato del Frente de Todos: La otra resiste un archivo

Leandro Santoro en  La otra.-radio: 24/8/2014 


Finalmente Leandro Santoro, alguna vez presidente de la Juventud Radical, amigo personal de Raúl Alfonsín e hijo de padres peronistas, quedó como cabeza de la lista de precandidates a diputades para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el Frente de Todos. Es un punto de llegada de una trayectoria que ya podía empezar a vislumbrarse cuando en agosto de 2014 le hicimos esta entrevista en La otra.-radio. Santoro aún formaba parte dela UCR pero ya era sumamente crítico de la dirigencia de su partido de entonces. En sus declaraciones puede entreverse su convergencia actual con el peronismo y el kirchnerismo. Los editores de este blog estimamos que Leandro Santoro es une de les candidates con el que el panperonismo-kirchnerista puede lograr el mejor desempeño electoral de las últimas elecciones en este distrito históricamente adverso. 

 

Algunas de las declaraciones que nos hizo hace 7 años LS:

La otra: Los Irrompibles, el sector radical del que formás parte, critica a la dirigencia del partido que se dispone a hacer una alianza con el PRO.

Leandro S.: Es que están las conveniencias y las convicciones siempre en tensión. Hay gente que sabe que el radicalismo surgió combatiendo contra el orden conservador y entonces identifican el PRO con el orden conservador y eso les molesta, pero también leen las encuestas y se dan cuenta que hay mercado electoral para una propuesta como la línea histórica del partido y se empiezan a poner nerviosos. Algunos decimos que hay que actuar en función de nuestras convicciones más profundas y en todo caso que la gente se dé cuenta de que hay una línea histórica y que nos voten cuando nos tengan que votar, y hay otros que dicen "no estamos para bancarnos diez años más de peronsimo, necesitamos construir un gran frente que nos permita ser parte de la gestión, porque en definitiva las identidades políticas se construyen desde la gestión y no desde la oposición". Ese es un debate que se tiene permanentemente.

LO: Me acuerdo de una frase de Alfonsín, del viejo Alfonsín... "Si la sociedad gira a la derecha, nosotros no tenemos por qué girar a la derecha...".

LS: "Si la sociedad girara a la derecha, la UCR tiene que acostumbrarse para perder elecciones", decía Raúl, pero nunca para hacerse conservadora.

LO:  ¿Vos lo conociste personalmente a Raúl Alfonsín?

LS: ¡Sí! Yo fui amigo personal de él.

LO: Pero hay una diferencia de edad importante.

LS: Sí, pero vino a mis últimos tres cumpleaños, yo tuve suerte de estar en su... yo formo parte de un grupo político que en el 97 lo acompañó cuando él estuvo internado en el Hospital Italiano, y nos quedamos ahí durmiendo 40 días y 40 noches, y quedó a partir de eso una relación muy fuerte. Después vinieron los escraches, y armamos un grupo de gente que lo acompañamos a él en esa circunstancia para bancarlo, y la relación se hizo más fuerte. Después fui presidente de la Juventud Radical, y nos hicimos amigos. Tuve la suerte de que haya venido a mis últimos tres cumpleaños y yo estuve en su cumpleaños, en una reunión muy íntima.

Decía Leandro en 2002: "No soportamos que le griten ''chorro'' a un tipo que, aun con sus errores políticos, fue indiscutiblemente honesto. Alfonso no puede estar en la misma bolsa que María Julia Alsogaray y que Guillermo Suárez Mason. Lo nuestro es como un acto reflejo."

LO: Me da la impresión de que los Kirchner son peronistas que aprendieron mucho de la experiencia alfonsinista

LS: Más Cristina que Néstor, me parece.

LO: Bueno, pero viste que ellos se complementaban. Los Kirchner aprendieron.de los aciertos de Raúl y también de sus errores, de los errores del peronismo del 83 que fue derrotado por Alfonsín y de los motivos por los que Alfonsín les ganó. Alfonsín fue el gran líder político que tuvo el país después de Perón y antes de los Kirchner.

LS: Es que vos sabés que yo creo que Alfonsín interpretó como nadie el contexto histórico que le tocó, y lo mismo Néstor. Néstor fue el mejor intérprete de la crisis del 2001.


LO: Sí e interpretó las dificultades con las que se topó Alfonsín y el proceso por el que se fue desgastando. Y los enemigos que se le plantaron a Alfonsín son los mismos que vienen conspirando contra el kirchnerismo. Todos nos acordamos de la pelea en la Rural, con Clarín, la pelea con la iglesia que él tuvo, contra los aprietes del Vicario Castrense en la capilla de Olivos, que produjo una gran conmoción cuando le contestó al cura militar desde el púlpito. Y después le respondió también a un presidente norteamericano...

LS: A Reagan, eso te iba a decir. Los radicales que ahora se asustan porque se le responde al Juez Griesa con la defensa de la soberanía argentina tendrían que recordar lo que hizo Alfonsín. Estaba en los jardines de la Casa Blanca y lo escuchó a Reagan opinando a favor de la intervención de los contras en Nicaragua. El tipo guardó el discurso que tenía en el bolsillo e improvisó una crítica cara a cara, con todo lo que significaba en ese momento la cultura de la Guerra Fría. Fue para nosotros un acto de dignidad política pocas veces visto en el continente.

La otra resiste un archivo, como iremos viendo para desmentir esa norma que afirma universalmente lo contrario. Ahora: durante un cierto período de la primera década del siglo, en su rol de dirigente radical, Leandro participó de un activismo de antikirchnerismo intenso. Es muy posible que en la campaña que comienza los contreras saquen a relucir algunos tuits. De todos modos, es una chicana. Escuchando esta nota se puede apreciar que desde hace muchos años Leandro viene preparando su integración al movimiento nacional y popular, una vez que consideró agotada su experiencia histórica en el radicalismo hoy claudicante. 

La otra banca a Santoro como diputado por CABA.

viernes, 23 de julio de 2021

Antojo Palo

No puedo conjugar en pasado


Disculpame, pero no puedo escribir una despedida más. Ya es bastante. Palo es alguien muy cercano, su aliento vital me rozó y hace pocas horas nos cruzamos en microchats de madrugada, hablando de canciones y películas. Tengo la suerte de estar cerca. Hace unos años no nos vemos, pero cualquier noche de estas estamos conectados, no puedo conjugar aún en pasado, no quiero.

También me pregunto qué pasa cuando una ciudad pierde a uno de sus grandes artistas, los que le dan vida. Qué hueco queda, no sé cómo se vive después con ese hueco. Qué vacío es este, cómo seguir ahora.

Varios veranos de la década pasada nos juntamos todas las noches en la radio, FM La Tribu. Y le pusimos Antojo, claro, por la canción y por lo que dice y por Palo. Ay diosito mío, no quiero despedirme ya.


- ¿Qué es la canción "Antojo"? ¿Una tarantela?

- Uno de los nudos de Argentina es la fusión no aceptada, no asumida. No terminamos de fusionarnos en paz. No sé quién se puede sentir europeo pero yo soy fanático de la música inglesa. Una de mis contradicciones más grandes es el amor que tengo por la música inglesa y lo intragable que me resulta la política exterior inglesa hace como 300 años. Es como una especie de fisura en mí.

- Estoy leyendo Tragedia e infortunio de la epopeya del desierto o El Ultimo Combate del Capitanejo Nehuén, libro de Liborio Justo (publicado con el pseudónimo de Lobodón Garrá) en el que narra con documentos de primera mano los procesos del genocidio contra los pueblos originarios. El abuelo de Liborio era un milico que tenía un rancho en Carmen de Patagones y da claridad del origen de las armas para el exterminio, trajeron la mecánica, los ferrocarriles, armaron al ejército y generaron el genocidio de la Pampa. (De ahí Palo salta al arte del período paleolítico). (...) Lo que me interesa es la cantidad de años que dura el arte paleolítico, es algo que dura 20 mil años. Me parece muy sobrecogedor la idea de 20 mil años de un  desarrollo que no se modificaba cada 25 minutos por un nuevo tuit... Y de ahí llegaba a la revolución industrial inglesa. ¿Qué es si no la revolución industrial inglesa lo que nos está alimentando 300 años después y mueriéndonos de cáncer? 


-¿Conocés la historia del cacique Calfucurá? Son 30 años de resistencia a las armas inglesas y creo que es el verdadero patriota argentino. Calfucurá: piedra azul. 

  

De ahí pasa a cómo compuso "Oficio de cantor": 

- Estaba en mi casa en un asado con todos, agarré la guitarra y me puse a cantar sin pensar, puse el grabador y después lo escuché. Y me puse a llorar. Salió sin querer, yo dije "el amor viene y va". Y yo no quiero eso, quiero que mi mujer y yo estemos bien, no quiero pelearme, no quiero separarme, reconciliarme, no quiero nada de eso, pero lo dije porque pasa. Y dije: "bueno, ahora voy a componer así".

Ah, el canto del zorzal
Su pluma se cayó
Cual lágrima en el mar
La cuidad
No deja ver el sol
La nave de papel
Se voló
Como la pasión
Y el amor
Que viene y va.


- Yo hice cinco temas que son como iluminaciones, los cuento con el dedo de una mano, son temas que vienen así, soy como un chamán, como un medium, vienen de otro lado, yo siempre digo: estos temas no son míos. 


Te estoy esperando ansiosamente
no puedo creer que me estés fallando
¿por qué no venís ya?
Vení pronto
que estoy perfumado estoy picante
¿Será esta noche una noche cualquiera
o será como una primavera?


Estos son solo algunos fragmentos grabados por la cámara de Martín Farina de aquel glorioso Antojo de una medianoche de febrero de 2015, junto a Palo, Martín, Santiago Segura y Maxi Diomedi en Fm La Tribu. 

El audio completo lo vamos a pasar este sábado a las 18 hs. en Patologías Culturales, FM La Tribu, 88,7.

jueves, 22 de julio de 2021

Y en la madrugada viene tu amor


 En su maleta
lo necesario
ella caminaba rumbo a la estación
iba idealizando ese tren marrón.

Que la esperaba
serenamente
el saco cerrado no dejaba ver
que tenía en el pecho un agujero de luz.

En la madrugada
viene tu amor
viene tu amor
viene tu amor.

Acomodada
en su asiento
como atravesada por un cruel obús
debajo del traje un túnel de luz.

Es una puerta
incandescente
el tren no detiene su motor
vida es un viaje angelical.

Todo el universo tiene tu amor
tiene tu amor
tiene tu amor
tiene tu amor.

Y en la madrugada
viene tu amor
viene tu amor
viene tu amor.

miércoles, 21 de julio de 2021

Inteligencia artificial, guerra y poesía

Una conversación con Pablo Weber

Fragmentos desde el exilio (Pablo Weber, 2018)


Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Weber, 2020)

Pablo Martín Weber es uno de los cineastas más interesantes surgidos en Argentina en los últimos años. Con solamente dos mediometrajes (Fragmentos desde el exilio y Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse) adopta una mirada original, que logra articular la pregunta por el cine con la pregunta por su época. Weber es un nativo digital y un nativo cordobés, de lo cual resulta una fórmula de gran singularidad, con una posición política fuerte y a la vez una perplejidad curiosa sobre las imágenes con que trabaja. La inquietud intelectual con que plantea los apenas 50 minutos que conocemos hasta el momento no le resta a sus imágenes una belleza melancólica. Habrá que prestarle mucha atención en lo que viene. Después de haberle dedicado algunas notas a cada una de sus películas (acá, acá, acá) y un podcast (acá), cerramos esta primera aproximación con una conversación que mantuvimos vía messenger:

- En Fragmentos desde el exilio (ver acá) vinculás la producción contemporánea de imágenes con el control policial. Y en Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (ver acá) establecés el vínculo entre la imagen producida por el Estado Islámico y su dispositivo bélico. Además, comentando lateralmente las tesis de Philip Henry Gosse sobre los corales como anticipo al reino de los cielos, afirmás que, a diferencia de la beatitud que Gosee les adjudicaba, no hay paz en los corales ni en ninguna parte del universo. En ambas películas relacionás directamente la digitalidad con la guerra. ¿No podría pensarse que el Estado Islámico hace ese uso bélico porque ya desde el siglo xx el cine formó parte del dispositivo bélico/industrial de las grandes potencias? ¿No es posible pensar al cine mismo como una invención que fue creciendo, más allá de la intención de sus inventores y de los artistas pioneros, articulado con el complejo militar industrial?

- Por supuesto, la historia del cine y la guerra es algo que tiene casi la misma edad que el cine mismo. Recuerdo haber leído, si no me equivoco en Gubern, sobre la utilización de imágenes cinematográficas en contextos bélicos tan temprano como en 1912, durante la guerra entre Estados Unidos y España. Lo curioso era que, en ese caso, unos tipos habían hecho toda una reconstrucción del hundimiento de un buque de guerra yanqui en el techo de un edificio en Brooklyn. Es decir, efectivamente, el Estado Islámico no ha descubierto nada que no haya estado ya en esa reconstrucción de 1912. Cuando la voz en off de Homenaje... dice que “las películas y la guerra se mezclan” o algo así, bueno, eso es una cita directa de algo que dice Farocki en Erkennen und verfolgen y ahí Farocki no está hablando sobre el cine yihadista, sino más bien sobre la relación que se comenzaba a establecer en los modos de articular las imágenes dentro de la producción bélica en Estados Unidos. Como vos decís, “el cine clásico formó parte del dispositivo bélico de las potencias del siglo XX”. Sin embargo, el cine no es solamente eso. Pick Up On South Street no es solamente propaganda macartista, de la misma manera que Entusiasmo no es solamente una oda a las colectivizaciones estalinistas. Hay algo que siempre escapa de esta dimensión y, creo yo, esa es una de las razones por las cuales el cine es una cosa tan grande. El problema, como bien dijo Prividera cuando se estrenó American Sniper de Eastwood, es cuando uno se agarra de esa indeterminación para hacerse el boludo (ver acá). Si creo que es relevante tener en cuenta esta relación a la hora de pensar nuestro arte, aunque no sea el único factor ni el más relevante. 

Pickup on South Street (Samuel Fuller, 1953)

Entusiasmo. Sinfonía del Donbass (Dziga Vertov, 1930)

American Sniper (Clint Eastwood, 2014)

- Respecto de las voces que enuncian en tus dos películas: en Fragmentos… coexisten dos voces: los intertítulos escritos son rótulos generalmente referidos a la (baja) calidad de la señal trasmitida; ese mismo rotulador recibe en el epílogo un último archivo cuya procedencia interpreta mal: lo fecha en 2055, cuando en realidad los archivos documentales corresponden al Navarrazo. La otra voz de Fragmentos... es oral, femenina y además está mediada por un filtro que la vuelve metálica; debajo de su voz se escucha otra voz rota, que podría ser la fuente original que la voz en castellano está traduciendo, es decir: otra mediación. Esta voz crea un fuera de campo, porque es más lo que no sabemos que lo que sabemos de ella, cuál es la misión que le encomendaron, cuándo se desvía de la misión, si se pasa a la insurgencia y también la relación (que yo supongo amorosa, pero puede que no) que tiene con su destinatario. En Homenaje… hay otra estrategia, aparece tu propia voz, con un tratamiento que rompe con varias pautas de lo que se suele usar como voz off en el cine. Hablás en primera persona, con notorio acento cordobés, además, en un tono vacilante, deslizando apreciaciones emotivas que a veces no terminás de explicar (como cuando decís que, a diferencia de lo que pensaba Gosse, no hay paz en los corales ni en ningún otro lugar). Es una voz también precaria, que construye su relato mediante saltos, analogías que carecen de conectores lógicos: los corales son como los fósiles, que a su vez son como las imágenes del Estado Islámico, etc. Como personaje, sos un buceador obsesivo de internet pero a la vez con límites para organizar la cantidad de material que guardás. El personaje está inmerso en una trama más amplia que desborda el homenaje a Gosse. En ambos casos, las voces no despejan el sentido de las imágenes sino introducen nuevos “agujeros” de información. ¿Tomaste como referencia algunos antecedentes cinematográficos o literarios? ¿Es un camino por el que te interesa seguir investigando en futuras obras?

- En el caso de Fragmentos... mi idea era la de construir esta mediación de la que vos hablás. Materializar con sonidos el proceso de traducción del idioma extraterrestre al castellano. En ese sentido, me gustaba la idea de utilizar una voz femenina, porque uno tiende a asociar las voces femeninas con la generación de voces sintéticas, como por ejemplo en el Google Translate. Otra cosa que siempre me pareció muy interesante de la ciencia ficción es esta idea de la arqueología extraterrestre. Alien, una de mis películas de ciencia ficción preferida, trabaja esta cuestión, al igual que 2001: odisea en el espacio. Esta idea de que encontrás un objeto, una ciudad, una pista que te lleva a sugerir toda una civilización extinta hace millones de años. Me parece una idea muy tremenda, pienso bastante en eso y pienso en cuál sería el rol que ocuparían los archivos audiovisuales en una eventual exégesis humana hecha por una civilización en el futuro lejano. Con eso en mente, además de lo de la policía, es que decidí agregar las imágenes del Navarrazo al final. En el caso de Homenaje..., mi idea era construir una voz como la de Godard en Carta a Freddy Buache. Fue una transposición directa que hice, vi ese corto y pensé: quiero hacer algo así. A partir de esto es que fue surgiendo la idea de crear esta voz dubitativa, que hace una especie de asociación libre a medida que va observando y escuchando lo que está en la pantalla. Mi próximo largometraje, al igual que mi próximo cortometraje, están pensados con voz en off, por lo que sí, seguiré expandiendo este recurso que tanto me gusta.



Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Weber, 2020)

- En las dos películas parece que intentaras quebrar la unicidad de la obra. En Fragmentos..., ya desde el título y el epílogo con la interpretación errónea de la proveniencia de los archivos, se hace imposible cerrar el relato. En Homenaje..., los saltos que das desde la obra de Gosse, los corales, los fósiles hacia la cibernética, las películas de reclutamiento del Estado Islámico son todavía más pronunciados. Aparecen unos archivos de la dictadura de Onganía en Córdoba cuya relación con la obra de Gosse y el Estado islámico es aún menos evidente. ¿Te propusiste hacer una especie de boicot sistemático a la unicidad de la obra (planteo, desarrollo, conclusión)? 

- La idea del boicot de la unicidad no me parece que sea algo que yo decido conscientemente. Como dice la voz, gran parte del problema del cine de material de archivo que estoy intentando desarrollar radica justamente en esta imposibilidad para establecer límites claros. La famosa dicotomía señal-ruido me parece una categoría muy interesante y muy importante para pensar las relaciones entre arte y la política. Sobre todo en nuestra época, en la cual es cada vez más difícil establecer narrativas claras y categorías sobre lo que pasa. Además, con el maridaje del lenguaje audiovisual, la inteligencia artificial y la guerra, considero que incluso será cada vez más difícil interpretar siquiera los conflictos bélicos de nuestro siglo. Siria ha sido el primer paso en ese sentido. Me parece inevitable que las películas reflejen un poco esa incertidumbre, esa contingencia radical con la cual se comienzan proyectos como los míos, cuando entro al Premiere o al After, la línea de tiempo está vacía y siento que podrías agregarle prácticamente cualquier cosa: es un verdadero “esculpir (digital) en el tiempo y en el espacio”.



Fragmentos desde el exilio (Pablo Weber, 2018)

- En tus películas, la imagen digital se presenta como tal y no representando otras cosas. En ellas se hace visible la transición de los modelos numéricos hacia texturas, colores y movimientos con diversos grados de acercamiento a una impresión de realidad. Al verla se me hace inevitable pensar esa mutación como la pregunta misma del ser del cine actual e incluso de la vida humana actual en el planeta. Tus películas no son posibles en la era analógica, así como todavía muchos cineastas podrían pensar que lo digital es solo una manera aggiornada de representar lo que con otro presupuesto podría filmarse en celuloide y la digitalidad sería puramente instrumental. En tu caso, la imagen digital aparece como un obstáculo epistemológico, que conlleva peligros pero también produce nuevas posibilidades creativas. ¿Encontrás un peligro en la técnica o solo encontrás sus oportunidades?

- Entiendo lo que decís con respecto a la instrumentalidad, estoy de acuerdo y de hecho considero que dejar de pensar la dimensión tecnológica de nuestra disciplina desde “los usos” es una cuestión política clave y urgente. Casi siempre que se piensa lo tecnológico se piensa desde esta instrumentalidad corta de miras, que debe ser superada por un pensamiento de las dimensiones existenciales y de las dimensiones de diseño tecnológico. Esto se vio claramente en el affaire de Cristina Kirchner y el rapero: el foco de toda la discusión estaba puesto en la utilización de la herramienta por parte de él. Los dispositivos tecnológicos no son algo que cae desde el cielo como la lluvia, se encuentran inscriptos dentro de lógicas más grandes, que tienen en un polo a un cineasta usando su computadora en su departamento y en el otro, niños trabajando en minas de coltán, etc. Además de que las interfaces con las que interactuamos cotidianamente también, por supuesto, son diseñadas y construidas con determinados objetivos e intereses. En todo caso, se podría decir que mis trabajos buscan de manera consciente ir más allá en eso y plantearse de manera directa la cuestión de la política de lo digital. La política del archivo, entendida tanto como la forma en la que la información digital se organiza como también el archivo en tanto materialidad. Lo que me interesa, para copiar lo que diría algún simondoniano (ver acá), es “el modo de existencia” de una película: no ¿qué es?, sino ¿cómo existe? Es una pregunta que te obliga a mirar a la política de frente. El futuro del cine es una cosa abierta e impredecible. Me parece precisa tu frase: “creo encontrar un continuo toparse con la imagen digital como un obstáculo epistemológico, que conlleva peligros, pero también produce nuevas posibilidades creativas”. Quisiera rescatarla, porque creo que describe muy bien una parte de mis preocupaciones.



 Fragmentos desde el exilio (Pablo Weber, 2018)

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Weber, 2020)

- La tradición dominante del Nuevo Cine Argentino desde mediados de los 90 no permite registrar las convulsiones que se perciben en la calle en toda su virulencia. Menos todavía en las ficciones, que parecen por lo general transcurrir en un limbo temporal sin marcas históricas. Esa es una diferencia que se nota con el cine norteamericano. Incluso sus películas de género tienen continuas referencias al presente histórico o a su historia política. Cuando vi Fragmentos..., del año 2018, me impresionó la frontalidad con la que vos te dejás impregnar por el presente histórico. Y también desde una posición situada: tus películas muestran una interrogación de las posibilidades de la mirada no solo desde el tiempo actual o desde Argentina sino todavía  más específicamente desde Córdoba. La excepción que se me ocurre de una película que tiene referencias directas al tiempo histórico es La hora del lobo (ver acá). En tus dos películas encuentro una abundancia de marcas: la presencia policial en las calles de Córdoba, el triunfo del macrismo, la sorprendente referencia al Navarrazo; los registros de la dictadura de Onganía en Córdoba. ¿Te planteás conscientemente dejarte afectar por las marcas históricas en lugar de evadirlas?

- Todo el debate sobre la relación entre el NCA y su presente histórico me interesa bastante poco, la verdad. No pienso en eso en lo más mínimo. Me desmarco completamente, porque no siento que tenga demasiado que ver conmigo. Yo creo que hay una cuestión generacional ahí, pero también una cuestión geográfica. Muchos de los debates en torno al NCA se dan entre personas que habitan el mismo microclima, un par de manzanas de CABA, que comparten los mismos espacios de discusión, los mismos viejos resentimientos, etc. Y nada de eso me importa. La cuestión del tiempo histórico la tengo bastante resuelta para mis adentros. O vas a estar a la altura del tiempo que te toca, o no. Si no, tus películas serán olvidadas. No hay debate ahí. Es un axioma. A mí, por mis inquietudes, por mis intereses, me resulta inconcebible evitar ciertas cuestiones. El arte que a mí me interesa no las evita. Sin embargo, yo no creo que eso sea necesariamente una marca de fidelidad ni de calidad artística. La hora del lobo, sin ir más lejos, es una película con la que no siento ninguna afinidad ni interés. No defendería esa película, no la programaría, ni creo que sea una búsqueda artística muy interesante. Del presente me interesan las películas de Tatiana Mazú (y el colectivo AntesMuerto Cine) y César González. Yo creo que son obras construidas a espaldas de la cuestión del NCA y me parece que está muy bien. Ni se preguntan la “cuestión del presente”, porque es una cosa evidente.

- En tus intervenciones críticas leí que hacías referencias al peligro que presenta el realismo capitalista. Quisiera que te extendieras un poco más sobre este punto y también como lo vinculás con la creación cinematográfica y su dimensión política.

El Realismo Capitalista es el nombre que le ha dado Mark Fisher a una especie de clima cultural, una marca epocal que atraviesa la producción artística e intelectual de los últimos cuarenta años en el mundo anglosajón. Su originalidad y su rigurosidad teórica están en discusión. Sin embargo, el concepto ha tenido cierta fertilidad y eficacia en tanto que nombra algo que es evidente: la cancelación del futuro, la incapacidad para imaginar otros mundos. Como dije en el blog de Roger Koza, yo creo que hay que tener en cuenta este concepto, pero no creo que sea necesariamente la cuestión central para pensar una praxis cinematográfica periférica. Yo creo que estamos importando de forma muy poco reflexiva conceptos y discusiones de los países centrales, con una voracidad sorprendente, teniendo en consideración el lugar relevante que ocupa el “anti-imperialismo” en las discusiones públicas de nuestro país. En ese sentido, yo creo que es mucho más relevante que nos pongamos a pensar en serio qué fue lo que pasó en nuestro continente desde el NO al ALCA para acá, por qué Latinoamérica es cada vez más irrelevante dentro de las cadenas globales de valor y por qué a 21 años del comienzo del siglo XXI pareciera ser que nuestra única esperanza consiste en acoplar nuestra economía a la de China.

jueves, 15 de julio de 2021

S4D3 x P3RRON3

Estreno mundial de la nueva película de Raúl Perrone desde hoy a las 22 en www.festivalecra.com.br

Perrone, más que un autor una usina energética, constant concept. Hace un año estaba en esta misma mesa a esta misma hora mirando atónito ese prodigio que es 4TRO V3INT3, la joya secreta de la creación artística argentina reciente, obra refundacional que practica un ascetismo áspero a partir del concepto de vigilia juvenil suburbana, con una concisión y una concentración que conmueven. 

Mi mente no abarca toda su filmografía, soy defectuoso en esto, me subí al tren Sarmiento tarde y me enfoqué en un tramo de sus cines, catorce años atrás más o menos: sé que el Perro propiamente dicho explotó a mitad de los 90 y también que muchos lo tienen fichado ahí y desde entonces no revisaron la ficha. Yo no diviso tan bien esa etapa. En cambio, esta última década me hizo recordar la pregunta por la mirada que podía echar sobre lo que él iba filmando, repensar el cine -no solo su cine- a medida de que iba reseteando su autoría.

Ahora bien: S4D3 va para el otro lado completamente de 4TRO V3INT3. Todo lo que tiene de adhesiva al ras del suelo aquella lo tiene S4D3 de voladora. Aunque él nunca se detiene a especular sobre lo que hace, porque no es amigo de explicarse, es palpable su voluntad de rebotar de un lado al otro de los vértices del cine. Todo lo que 4TRO V3INT3 tiene de tersura cruda, como si el cine no pudiera concebirse de otra forma más que como captura de un pedazo de lo real para mirar extasiado la extrañeza del mundo a cierta hora de la madrugada, se contrapone en S4D3 como deriva alucinatoria en la alta noche como espacio onírico fracturado. Todo lo que en 4TRO V3INT3 es gusto de patear la calle vacía sin apuro, en S4D3 es decorado, vidrio, cartón y aserrín. Toda la frescura de la piel de lxs chicxs de 4TRO V3INT3 se contrapone al decadentismo de los maquillajes corridos en S4D3. Cada una de las dos a su manera son formas de atravesar la noche. Y es sabido que hoy el mundo se encuentra atravesando su noche. Dos películas tan distantes como 4TRO V3INT3 S4D3, realidad y artificio, trasmiten similar inquietud de atravesar la noche.

S4D3 expone la gama de posibilidades del artista ante el lienzo vacío, desafío que transfiere al espectador: ¿qué voy a ver ahora? Una de las experiencias más comunes en las películas de hoy en día es la sensación de que a los diez minutos ya vimos todo y sabemos cómo va a seguir de ahí en más, como si el cineasta no se hiciera cargo del problema del paso del tiempo que nos demanda. S4D3 juega con el suspenso de la forma, que no es intriga narrativa en sentido clásico, porque no hay un cuento que contar, sino una continua ruptura de las tonalidades. La película parece estar pensando insistentemente sus términos visuales y sonoros: ¿cómo luzco? ¿cómo sueno? ¿de dónde salen esas voces? ¿qué espacio es este? En sus 48 minutos hay como cinco o seis rupturas de sus convenciones, desde su gama cromática hasta los diversos grados de enfoque, los acoples y desacoples entre la visión y el sonido, las voces y la música. Si al principio es ostensible el artificio espacial, la perspectiva simulada por el decorado, más adelante vamos a preguntarnos por la profundidad de campo, qué cosa está delante de otra, qué plano se funde con cuál en un encadenado indescifrable, cómo se derrite la consistencia de las cosas. Si uno acepta dialogar con las variadas lenguas en las que S4D3 nos habla, se nos aparecen los elementos del cine: el sentido de un corte, de una (des)composición del cuadro, la densidad de las sombras.

En las placas de títulos iniciales de sus películas, Perrone pone algunas claves en el lugar donde otras películas enuncian sus fuentes de financiamiento. "Anticine", "Les Envies que Je Te Désire", "PELICULAS ANTI-​AUTOR" son ironías que sugieren la exterioridad de su obra respecto de los distintos sistemas de producción establecidos. Lo que las películas nos dicen en esas placas del comienzo es el respaldo económico que las auspician e involuntariamente nos confiesan a qué founding le rinden pleitesía y cómo se acomodan a las reglas de circulación de los bienes culturales. En Perrone esas placas nos avisan de su negativa a esos vasallajes.


S4D3 tiene su estreno mundial en la Selección Oficial del 5º Festival ECRÃ de experimentaçoes audiovisuais, desde hoy jueves 15 a las 22 hasta el domingo 25 de julio en modo online, con acceso gratuito a más de un centenar de obras de los cinco continentes.

domingo, 11 de julio de 2021

Quintín, Seúl y los espectros

Cinefilia de derecha y crítica política 


La nota que sigue debe leerse teniendo en cuenta los siguientes antecedentes: 

- Editorial de Roger Koza de su programa de radio La oreja de Bresson (primeros 24 minutos):
 

- Nota "Ficciones peligrosas" por Roger Koza, acá.

- Nota "Los verdugos también lloran", por Nicolás Prividera, acá.


En la estructura subjetiva predominante en la crítica cinematográfica argentina actual la operación Quintín/Seúl no se considera algo que concierna a la crítica: parece suponerse que la crítica cinematográfica sólo consiste en hablar de películas y la crítica misma no es objeto de reflexión. Parece un enredo pero es uno de los problemas más interesantes que un crítico tiene para pensar: sobre qué fundamentos se basa su juicio estético. Si solo habla de películas, su objeto está bien planchado, no corre riesgo de que se cuele el mundo. Cuanto más cerrado el plano, más mundo fuera de campo. Pero la operación Seúl/Quintín es un asunto de la crítica cinematográfica porque hace al vínculo del cine con el mundo.

Lo que impera, en cambio, es una especie de pacto de caballeros muy careta: «querido Tal, estimado Cual», según el que es preferible no entrar en problemas y reducir la escritura sobre cine a escribir sobre películas. Pero la producción cinematográfica no es autónoma, no habría películas sin aparato de producción, distribución y exhibición. Tampoco habría crítica de cine sin un aparato que la sostenga: por un lado, la tradición crítica en la que la crítica se inscribe; por otro, el proyecto político -en sentido amplio, no de filiación partidaria- desde el cual escribe. Cuando un crítico habla sobre películas lo hace en el mundo, con otros, para otros, contra otros. Pero en muchos textos se ven las huellas del empeño por desalojar el mundo del texto. Un recurso de moda es hablar de las sensaciones que el crítico tiene al ver una película, lo que no es irrelevante, pero tampoco sale de la nada, también se funda en una posición.

La clave es esta: el crítico de cine mira y escribe desde una posición pero pensar las posición propia es algo molesto, hay una tendencia fuerte a eliminar todo pensamiento sobre eso. Entonces se apela a metáforas espectrales en las que parecería imposible detectar la posición del que escribe.

Igual no es posible: el que se hace espectral cuando escribe sobre cine lleva a cabo un acto muy concreto de irrealización de sí mismo, lo cual no deja de ser una posición política alienada.

miércoles, 7 de julio de 2021

Nuestra despedida a Horacio González

Una conversación que tuvimos con él en otoño de 2014


por Oscar Cuervo

Para saber cómo es la soledad hay que sentir cómo le duele a uno la muerte de un compañero de ruta. No voy decir que Horacio González era mi amigo, solamente hablé cuatro o cinco veces con él, pero sí puedo asegurar que después de diez minutos de conversación Horacio te daba la sensación de que se había hecho amigo tuyo. 

Estos últimos meses fueron un azote de Dios para nosotros, el tener que acostumbrarnos a despedir cada tantos días a seres que uno quiere figurarse siempre ahí, a cualquier hora, dispuestos a empezar a charlar con una ocurrencia casual, con la confianza de que el pensamiento se va a ir abriendo camino. Ya no quiero nombrarlos uno por uno porque duele más. 

No fui su amigo, pero tuve la suerte de conversar algunas veces con él y pude ver cómo cada pregunta difícil la recibia con una sonrisa. Esa conjunción entre la pregunta difícil y la sonrisa amable es, creo, lo que mejor lo define. Su sonrisa al pensar. No es que González fuera amigo de cualquiera sino que era amigo de las preguntas difíciles que decía sonriendo. Viéndolo entusiasmarse al escuchar una pregunta inesperada uno puede comprender el significado más tangible de la palabra filósofo. La actitud de la philía ante la incertidumbre, el gesto amistoso al pensar juntos. Conozco gente culta, ingeniosa, informada, que ante una pregunta difícil se ponen hostiles. Te hacen ver en sus ojos una sombra de odio. Lo contrario me pasó cada vez que conversé con Horacio.

Cuando en 2014 nos dijo que Scioli lo había llamado para conversar, la misma semana en la que él declarara en Carta Abierta que el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires no era un candidato que le produjera entusiasmo, cuando meses después dijo que iba a votarlo con desgarro, con cara larga, muchos de nuestro propio lado le reprocharon la inoportunidad de sus dichos. Un pequeño poeta irascible que hace poco dibujó unas líneas sentimentales ante la muerte de Horacio, unos años antes, cuando Horacio había dicho lo del voto desgarrado, se hizo el piola off the record. No me lo contó nadie. Personas que piensan aferradas a la avidez de novedades, que declaran abiertas y cerradas las épocas de un mes a otro, apuradas por editar un ensayo todos los años, no podían aguantar que un hombre diga lo que muchos sentíamos: que a Scioli solamente se lo podía votar con desgarro. A pocos les gusta sentir el desgarro, pero a menos les gusta decirlo. Muchos admitían por lo bajo que era verdad, pero a la vez: eso no se dice. Apreciar el valor necesario para mostrar ese desgarro ayuda a entender qué tipo de hombre se fue con Horacio, lo imposible que será habitar ese vacío. Sus palabras, más allá de la oportunidad electoral, eran ciertas. Tener a Scioli como candidato a presidente ya era una derrota. ¿Cuándo empezó a gestarse la derrota? Es difícil marcar un comienzo, pero cuando Horacio lo manifestó la suerte estaba echada. Cuando en un aparte de la entrevista que reproducimos a continuación Horacio nos dijo que había recibido un llamado de Scioli y que estaba dispuesto a hablar con él, lo dijo con la misma sonrisa que ponía ante las preguntas difíciles. La tensión que se producía entre su ceño fruncido al votar y la sonrisa con la que se declaraba dispuesto a conversar definen su rara integridad. Horacio González portaba una actitud de amistad con la verdad que no es frecuente entre nosotros. También por eso lo vamos a extrañar.

Hasta hace un par de meses yo podía figurarme ir caminando una mañana a su casa -vivimos lo bastante cerca como para prescindir del colectivo o el taxi-, tocar a la puerta y quedarme un rato conversando con él: de Macedonio, de Borges, de Viñas, del diario La Nación, de Fito Páez, de Heidegger, de Godard. Él nos habilitaba la soltura para deslizarnos por senderos del pensamiento que no se sabe adónde nos llevan a parar. El podía vincular con naturalidad la escritura vitriólica de Vicente Fidel López con el estilete hiriente de un columnista de la derecha como Carlos Pagni. Esas asociaciones eran posibles porque González se complacía en rastrear los linajes, por lejanos que nos parecieran: practicaba un estilo oblicuo que le permitía unir esos lazos. 

Cuando me enteré de su enfermedad quise tranquilizarme pensando que ya había recibido la primera dosis de la vacuna, por lo que mi angustia se asordinó. "Ya volveríamos a vernos". Supe cotidianamente de su pelea y no perdí la esperanza de que iba a salir. Pero la internación prolongada dio lugar a un virus intrahospitalario que minó su organismo frágil de estos últimos años. Hasta horas antes de enterarme de su muerte pensé que podía salir, que íbamos a volver hablar. Pudo ser posible, pero por un pelito no fue. Me quedaron algunas cuestiones, cosas que quería preguntarle. Ahora me estoy haciendo a la idea de vivir con esas preguntas, no encuentro todavía a quién hacérselas. Ahí me doy cuenta lo que deja de ser cuando alguien se muere. 

La sensación de cercanía que él generaba al conversar, ese ánimo a preguntar sin miedo de meter la pata deja una huella persistente. Nunca ha de morir.

Esta entrevista se la hicimos en el otoño de 2014 en su casa del barrio de Boedo. Fuimos Maxi Diomedi y yo. El arco de la conversación va desde La lengua del ultraje -un libro suyo que había aparecido hacía poco- hasta la obra de Fito Paez, desde los medios de comunicación hasta Borges y Bioy, desde sus intervenciones poniendo el cuerpo en la televisión hostil a sus diferencias con Beatriz Sarlo, que de todos modos no le impedían seguir conversando con ella, de la controversia sobre la monolengua de 678 hasta la figura ambivalente de Ernesto Sábato. 

Volvimos a pasar la entrevista hace un par de semanas en Patologías Culturales -FM La Tribu, 88,7, sábados a las 18. Como preludio a esa charla dejamos una conversación entre Maxi y yo donde recordamos aquel mediodía y tratamos de pensar -no sin dolor- lo que significó HG para estas pampas.