todos estamos igual

lunes, 30 de abril de 2012

Hay amarillos y amarillos

¿Tributo o vampirismo?



Ojo el ramo, nena
las flores se caen, tenés que parar
ví la sortija muriendo en el carrousel
Vi tantos monos, nidos, platos de café
platos de café, ah

domingo, 29 de abril de 2012

Mira al pájaro: se muere en su jaula

Desagravio a Van Gogh y Spinetta


Aznar y el PRO ultrajan la obra de Spinetta


El camino del infierno puede estar empedrado de descuidos imperdonables y mucha estupidez. Esta es la senda que por el día de hoy está transitando Pedro Aznar, permitiendo que el legado artístico de Luis Alberto Spinetta, uno de los bienes más más amorosa y delicadamente cultivados de la cultura argentina, se vea ultrajado por el horrendo marketing del PRO.

Está claro que esto sólo es posible porque Spinetta se murió, porque durante su vida mantuvo la frágil belleza de su música al margen del bastardeo. Está claro que el truculento negocio que hoy llevan a cabo Aznar y el macrismo, al asociar la expresión spinettiana "puentes amarillos" al marketing del PRO, no puede mancillar esa belleza, pero los transforma a ellos en bastardos. Está claro que Macri, Lombardi y sus secuaces tienen nada que perder en este bastardeo. Está claro que Aznar cobra un cachet por posar bajo una luz amarilla y por manosear el legado de Luis Alberto, pero queda ubicado por ello en una zona imprecisa entre la pelotudez y el cretinismo. 

Unidad y organización‏

Este domingo a la medianoche en La otra.-radio. FM La Tribu. 88,7. Online



Alerta, alerta, alerta que están vivos

todos los ideales de los desaparecidos

por Willy Villalobos

Cristina recordó emocionada en su discurso del viernes que Hebe le había dicho unos días antes que en el acto iban a estar Néstor y los 30 mil. La cancha estaba llena de hombres y mujeres que todos los días defienden a esta mujer que no se achica ante las presiones de los que siempre tuvieron la sartén por el mango y el mango también. La multitud festejaba la recuperación de YPF, la última conquista, y estaba clarísimo que el gobierno no hubiera podido hacerlo sin el amparo de todos esos miles de militantes. Eso era lo que impresionaba, la militancia. Creo que hay un antes y un después de este acto. Y ahí estaban los 30 mil y Néstor, en ese estadio lleno de pibes que bailaban, que levantaban con alegria y orgullo sus banderas, ahí estaban, cantando sus canciones y festejando esta nueva época en que no son las armas sino la paz y la justicia las que enseñan el camino. En Velez quedó claro que a pesar de las bombas, de los fusilamientos, de los compañeros muertos, los desaparecidos, no nos han vencido. 

Nuevamente la Loca de Plaza de Mayo tenía razón.

sábado, 28 de abril de 2012

Lucas Carrasco, Foucault, Cerati, Nietzsche, Godard, Ricagno, Aloras y los otros en La otra

Número extraordinario de revista La otra (nueva época)


Lo que dicen en La otra:

LUCAS CARRASCO: "Una resaca es interesante bien contada, pero bien vivida es una cagada, porque a nadie le gusta tener esos síntomas. Y no quiero decir que yo la cuente bien, sino que disfruto intentando contarla bien".

FABIÁN CASAS: "El Kirchnerismo vacía de contenido todo, es una épica de juguete para una época oscura. Como Puerto Madero, una ciudad de diseño, de maqueta, cruzada por calles con los nombres de los mártires políticos, para tranquilizar la conciencia, esa abuela que, como decía Spinetta, regula al mundo. ¿Pero entonces qué hacemos, bichitos de luz? ¿Nos volvemos republicanos?".

GONZALO ALORAS: "El último disco editado por Gustavo Cerati, Fuerza Natural, dibuja un horizonte en el devenir del pop-rock argentino, transformado en las últimas décadas en algo más “simpático” que musical, y más destinado a sostener banderas barriales -aunque sean las banderas lánguidas de Palermo Hollywood- y de marketing de turno, que a sensibilizar los oídos y abrir mundos perceptibles en la juventud. Hay en cambio, en este material de Cerati, canciones que producen un verdadero viaje-viraje, timoneado por este importante músico de cincuenta años, queatraviesa invicto, con su recorrido ascendente, casi toda la historia del rock local...".

ESTEBAN DIPAOLA: "En el segundo tema de Fuerza Natural, Gustavo nos anticipa: “todo es mentira, ya verás, la poesía es la única verdad” y añade, casi para dejar en claro su manifestación poético-filosófica: “sacar belleza de este caos es virtud”. Es posiblemente, si se me admite algún nivel de exageración (o no), uno de los momentos más nietzscheanos de eso que, con precisiones contrapuestas, podemos llamar rock nacional. Que la canción en cuestión además se llame Dejà vu otorga un carácter necesariamente y aún más filosófico a la cuestión".

ALEJANDRO RICAGNO:
 "Me escuece el guardapolvo del polvo de la “nouvelle critique argentine”- los compañeritos- hecha polvo, pomada para zapatos, suciedad del pensar de la falsa tolerancia; los otros alumnitos burlones se tiran, mientras tanto, con dvds de comedias escatológicas norteamericanas, se ríen del profesor suizo con barba de tres días, anteojos culo de botella y olor a cigarro...".

JEAN LUC GODARD: 
el cine es dramático
como el intercambio
indiferente y continuo
entre
todo lo que nace
y todo
lo que muere

el grado cero
del otro
se instala
en cuanto se pronuncia
la palabra hombre

MICHEL FOUCAULT: "Para terminar, querría insistir en esto: no hay instauración de la verdad sin una postulación esencial de la alteridad; la verdad nunca es lo mismo, sólo puede haber verdad en la forma del otro mundo y la vida otra”.

¿Dónde conseguir revista La otra n° 26?
- En el videoclub de Liberarte (Corrientes 1555)
- Librería Fedro (Carlos Calvo 578)
- Librería Sudeste (Corrientes 1773)
- Kioscos: Corrientes 1486, Corrientes 1505, Corrientes 1587, Corrientes 1596
Y otros kioscos del Centro, Barrio Norte, Belgrano, Palermo, Once y Retiro.
Para averiguar dónde más encontrarla, comuníquense a distribuidorasinfin@gmail.com - TE 4308-1813

viernes, 27 de abril de 2012

La macrización del BAFICI


por Oscar Cuervo

El avance del amarillo sobre la imagen institucional del BAFICI es algo más que un efecto cromático chirriante. Es la señal del fin de la ilusión de que era posible sostener una isla cultural socialdemócrata en medio de una ciudad gobernada por una casta ignorante, prepotente y xenófoba. Sergio Wolf asumió hace unos años la dirección del festival bajo una administración macrista, después de la renuncia del anterior director artístico, Fernando Peña. En el número 26 de La otra, Peña explica así su paso por el BAFICI y las razones de su alejamiento:

- ...yo venía con una presión, porque Quintín había hecho un muy buen festival, le había dado un perfil distinto, un perfil, más Quintín, pero internacional, que Di Tella no tuvo tiempo de darle. Había una tradición en la que insertarse. No era que veníamos de la nada. Y para poder hacer eso vos sabés lo que necesitás. Si no te dan eso, no lo podés hacer. Tenés que estar lo suficientemente desapegado de tu cargo para poder plantear eso: “bueno, si no me das eso, entonces no lo hago, y todo somos amigos”. No se me ocurre otra forma de responderte, pero creo que es así. Podés seguir sosteniendo la ficción de que lo que estás haciendo es lo mejor que se puede hacer en estas circunstancias. Creo que en este caso es una ficción. Para mí el BAFICI involucionó tremendamente, tomando las palabras del propio Wolf, que hizo un análisis sobre mi gestión que a mí me pareció excesivamente generoso en ese momento, pero ninguna de las cosas que él elogiaba de lo que yo había hecho, de lo que nosotros habíamos hecho, porque él era también parte de eso, se mantuvieron después. Entre otras razones porque él aceptó un recorte presupuestario absurdo. Nosotros peleábamos todos los años por más presupuesto. Y él está trabajando ahora con el mismo presupuesto que nosotros hicimos aprobar para el año 2008. Y yo no entiendo qué pasa. No es solamente la política que te dice que vas a trabajar así. Sos vos que lo aceptás y no salís a pelearlo. ¿Por qué? ¿Porque no lo podés pelear, o porque te enamoraste del cargo y no querés salir de ahí? Yo creo que hay un punto en que tenés que decir: no lo puedo hacer. Podés hacer laburar a la gente el doble de lo que tiene que laburar, podés hacer mil cosas para mantener algo que culturalmente es muy positivo para la ciudad…
- Claro, pero la elasticidad no es infinita.
- No, y además va a tener un problema grave la gestión que venga, porque se va a encontrar con un festival pauperizado, que no tiene el poder adquisitivo que tenía para poder traer las películas que hay que traer, completar una programación de 350 ó 400 películas sin plata.

La pauperización del festival se evidencia al constatar que esta última edición no será recordada por ninguna retrospectiva importante, algo que quizá sea inédito en la historia del BAFICI. Ante la imposibilidad de evaluar la relevancia de una masa de 450 películas, los comentarios de los críticos coincidieron en la percepción de que hubo demasiada chatarra que infló la cantidad de títulos y deprimió su calidad. ¿Podría haberse hecho un festival con una programación menos extensa y más sólida? Podría. Un espectador entusiasta puede llegar a ver apenas un 10% de las películas programadas, pero necesita confiar en que el material seleccionado por los programadores garantice un mínimo de calidad. Cuando después de estudiar exhaustivamente la oferta de títulos se llega a ver unas 40 películas y la mitad resulta descartable, empieza a crecer la idea de que se ha apelado a paquetes de relleno para "completar una programación de 350 ó 400 películas sin plata".

El recorte presupuestario es un signo del macrismo en todas sus áreas de gestión (en cultura, educación y salud llega a ser dramático). Peña señala que Wolf se fue amoldando año tras año a esta estrechez y que el deterioro gradual de la calidad se volvería finalmente inocultable. Pero quizá la macrización del BAFICI presente indicadores más graves. La nota de Alejandro Ricagno de anteayer señaló la actitud hostil del personal de seguridad, que generó varios episodios desagradables y enrareció el clima del festival. Como remarca Ricagno, un festival de cine no consiste solo en cientos de películas, sino en un encuentro amoroso con ellas y entre cineastas y espectadores. El territorio del BAFICI 2012 pareció verse invadido por patotas de la UCEP y los trabajadores de prensa -que cumplen una función orgánica en la comunicación entre la masa de películas y el público general- fueron tratados por los guardias como si fueran usurpadores o delincuentes potenciales. El amarillo PRO avanzando sobre la comunicación institucional del BAFICI fue algo peor que un efecto cromático.

Quizá el caso testigo de la derechización del festival sea la exclusión de la película Tierra de los padres. Enterarse de esta falta al comienzo del festival sonó raro. Una vez terminado, no quedan dudas de que no hay ninguna justificación para que se prefirieran tantos films olvidables antes que la notable película de Prividera. Esta ausencia de justificaciones explica el notorio silencio de los programadores ante la repetida pregunta por la exclusión, que solo puede atribuirse a un encono personal que ellos tienen hacia el cineasta o a un repudio ideológico ante el planteo de la película. Es posible también que se trate de ambas cosas. Un crítico español, solidario con los criterios de presunta modernidad aséptica que el BAFICI intenta hacer convivir con la gestión macrista, dijo que la exclusión de Tierra de los padres se justificaba por ser ""una película abrasadoramente de izquierdas".

Hace unos años el festival eligió como película de apertura Secuestro y muerte, de Rafael Filippelli, y como película de cierre Los condenados, del español Isaki Lacuesta. Si la primera era un pastiche a cuatro manos que celebraba la figura del dictador Aramburu como si fuera un demócrata entrañable, la de Lacuesta exhibía la incapacidad del neoliberalismo europeo para urdir una fábula de ex-guerrilleros con acento argentino en una jungla tropical, obsesionados con la búsqueda de restos óseos de sus compañeros y preparándose para una contraofensiva armada. Lo que la película dejaba en claro era la estrechez de la imaginación eurocéntrica para concebir el conflicto político actual. Salí muy extrañado de ver esa película tan floja, no podía entender cómo el festival la hubiera puesto en ese lugar destacado. Casualmente me crucé con Sergio Wolf y le comenté mi perplejidad. Su respuesta me dejó más preocupado: me dijo que Los condenados era una película muy valiente porque cuestionaba los ideales setentistas y que él ya estaba harto de que se glorificara a los militantes de aquella década. Quizá por motivos similares a Wolf le parezca muy valiente ahora dejar afuera Tierra de los padres y permitir que el BAFICI se tiña de amarillo.

jueves, 26 de abril de 2012

El artista vivo más importante del mundo está hoy en Buenos Aires

Bob Dylan empieza hoy en el Gran Rex


Cada paso en el camino nos mantenemos a raya
Tus días están contados, los míos también
El tiempo se apila, luchamos, vamos tirando
Estamos completamente atrapados, no hay donde escapar.

La ciudad no es más que una jungla, más juegos para jugar,
Atrapado en su corazón, estoy intentando fugarme.
Fui educado en el campo, estuve trabajando en la ciudad
Tuve problemas desde el momento en que puse mi maleta en el suelo.

No tengo nada para vos, ni tenía nada antes,
Ni siquiera me queda ya nada para mí.
Cielo lleno de fuego, dolor que cae a cántaros
No hay nada que me puedas vender, nos veremos por ahí.

Todo mi poder de expresión y mis pensamientos más sublimes
Nunca podrían hacerte justicia ni en razones ni en rimas,
Sólo hay una cosa en la que me equivoqué
Me quedé en Mississippi un día de más.

Bueno, el diablo está en el callejón, la mula en el establo,
Decí lo que quieras, ya lo he oído todo.
Pensaba en las cosas que contaba Rosie,
Soñaba con que dormía en la cama de Rosie.

Caminando por entre las hojas que caen de los árboles,
Sintiéndome como un extraño que nadie ve,
Tantas cosas que nunca desharemos
Sé que estás triste, yo también lo estoy.

Algunas personas te ofrecerán la mano, otras no lo harán,
Ayer a la noche te conocía, esta noche ya no.
Necesito algo para distraer mi mente,
Te voy a mirar hasta que mis ojos queden ciegos.

Bueno, llegué hasta aquí siguiendo la estrella del sur,
Crucé ese río sólo para estar con vos.
Sólo hay una cosa en la que me equivoqué,
Me quedé en Mississippi un día de más.

Bueno, mi barco se ha quebrado en astillas y se hunde rápidamente.
Me ahogo en el veneno, no tengo futuro, no tengo pasado,
Pero mi corazón no está cansado, es liviano y es libre
Sólo tengo afecto para los que navegaron conmigo

Todo el mundo se está moviendo, si es que aún no han llegado,
Todo el mundo tiene que moverse hacia algún sitio.
Quedate conmigo, mi amor, quedate de todos modos,
Las cosas deberían ponerse interesantes en cualquier momento.

Mi ropa está mojada, ceñida sobre mi piel,
Pero no tan ceñida como la esquina en la que me retraté.
Sé que la suerte espera el momento de mostrarse generosa,
Así que dame la mano y decime que serás mía.

En fin, el vacío es infinito, frío como la arcilla.
Siempre podés volver, pero no podés volver del todo.
Sólo hay una cosa en la que me equivoqué,
Me quedé en Mississippi un día de más.

Desaliento en las filas de la Libertadora: YPF es nuestra



Gustavo Noriega, Quintín, Huilli Raffo y otros miembros del ala cultural de la Libertadora expresan su estado de devastación por la defección de Estenssoro (se abstuvo en la votación del Senado). Se quedan sin referentes políticos. ‎63 votos sobre 72: 85% de los senadores a favor de la expropiación de YPF y por la soberanía energética. ¿Y si en las próximas elecciones arman una lista con Lanata, Filippelli, Aguinis y Eliseo Verón?

miércoles, 25 de abril de 2012

El Bafici Policial o la interferencia en el amor

Primer balance postbaficiano

Fotografía: Willy Villalobos

por Alejandro Ricagno

con cariño a Elizabeth Perceval y Nicolas Klotz,
por aquel inolvidable Bafici del 2008 donde fuimos hermanos

Una de las últimas películas que entró en mi lista de los 34 films vistos en este Bafici fue Low Life, de Nicolas Klotz y Elizabeth Perceval. No voy a referirme a ella en esta primer posteo post-baficiano, (o en todo caso, lo haré tangencialmente) sino que recojo una frase del propio Klotz sobre su film, incluida en su pagina lowlifefilm.com, para hacer un analogía (les recomiendo ver en la misma pagina, el video Dialogues clandestines, donde me encontré con un sorpresa nacida en nuestro encuentro durante el Bafici del año 2008). Allí, en la presentación de su ultimo obra, dice Klotz :

Low Life es un filme sobre el estado amoroso. El estado amoroso que rivaliza con el Estado Policial".


Y quiero detenerme en la palabra "policial". Y en la frase “estado amoroso”.

Un festival de cine debería ser más que una ventana de tendencias, un muestreo de las últimas tendencias salpicado con "lo viejo" u olvidado. Debería ser más, mucho más que la mención cuantitativa de las entradas vendidas, signo mercantil, con que se ufanan todas las paginas del balance de la última edición del festival que pueblan los sitios oficiales de Cultura del Gobierno de la Ciudad.

Un festival de cine debería ser, parafraseando a Klotz, un encuentro amoroso entre las películas, el publico, la prensa, los cinéfilos, los no cinéfilos, los realizadores, los actores, los estudiantes, los hombres, las mujeres, los trans, cualesquiera. Un encuentro amoroso que, como todo encuentro, tenga sus éxtasis, sus tensiones, sus languideces, sus rispideces, su bella tontería, su latido, su renacer, cada vez. Pero, cada vez más, ya notablemente desde la anterior edición del festival, un fantasma policial rivaliza, obstaculiza, impide la posible armonía de ese encuentro.

Así como el estado francés de Sarkozy –tan admirado en su eficacia de “gestión” expulsora por los think tank de la administración Macri de la ciudad de Buenos Aires- se mete entre las sabanas de Carmen, la estudiante francesa, y Hassan, el afgano con carta de expulsión de la France controladora en Low Life, así análogamente, el miedo disfrazado de guardias de seguridad recorre ostensiblemente las salas del Hoyts, prepotea ante cualquier problema de horario, con cada vez menos tolerancia en las funciones de prensa.

Miedo es la palabra, el Bafici, su organización, pareciera, tiene miedo. ¿A qué?


Miedo de algo que salga de la norma establecida en su cadena de mandos.

Con los guardias que están ahí para intimidar desde su propio miedo.

Guardias en la sala de prensa. En las puertas de las fiestas –“si salís no volvés a entrar” fue la consiga de la fiesta de cierre cuando quise salir a comprar cigarrillos.

Para que nada inesperado suceda. Nada vivo. Ni siquiera el debate.

¿Desde cuando los empleados de seguridad dan vueltas en plena función ¡y dos veces! por lo menos, con mirada intimidante hacia los espectadores buscando ¿qué? Tal vez una subversiva botella de agua -¡horror!-  no comprada a precio de shopping en las instalaciones, como le paso a al colega Cholakian en una de las funciones (ver sus jugosas Crónicas del fantasma en el sitio Fancinema.com.ar -sobre todo ésta que alude explícitamente a lo que a cabo de describir).

Vamos por partes. La salas Hoyts nunca han sido amigas del Bafici, más bien han solido tolerarlo en usufructo de las ganancias de 10 días de salas llenas, aunque con precios más baratos que los usuales en un shopping- y eso ya debe darles una patada en las bolas-, y con una programación que nunca, ni por putas, la misma cadena programaría en condiciones off festival.

Eso ya se sabe. Son las reglas del juego; más de Altnan que de Renoir.

Pero un festival debería imponerse contra el mero mercantilismo burocrático de una cadena de salas. No estoy proponiendo el fin del capitalismo. Estoy diciendo que la organización del festival debería atenuar la impronta policial que de por si tiene este tipo de cadenas, para el cual uno es siempre consumidor antes que espectador, y mucho menos desea que uno sea participe activo de un evento que es para ellos como "algo a tolerar”. Pero en lugar de atenuar la interferencia vigilante sobre el encuentro amoroso, pasional, entre el cine, los ecos del mundo y el público, los ha intensificado.

No quiero circunscribir esto solamente a los Hoyts, donde fue ostensible la multiplicación de personal de (in)seguridad que hasta impedía el libre encuentro entre colegas en la sala de prensa, con la excusa de que solo podías ingresar cuando las máquinas estaban desocupadas, como le ocurrió al colega Jorge García. O que ante cualquier dificultad, como el casi siempre defectuoso funcionamiento de los scanners, un sistema nuevo y perfectible que acreditaba que uno había sacado la entrada online, los guardias estaban dispuestos a despejar la entrada a la sala, para reenviarte dos pisos mas abajo, siempre de mala manera, antes que solucionarte el problema.

Podría dar más ejemplos. Pero para que no crean que este es un post destituyente de un eterno disconforme intolerante y quilombero voy a permitirme compartir unos párrafos extraídos del blog Josefina Sartora, distinguidísima crítica miembro de Fipresci Argentina, que jamás podría ser tildada de quilombera. Allí dice:

“Terminado el Bafici, siendo su fan desde la primera hora, mi sensación es que ha sido el menos estimulante que he visto. Y los he visto todos. No ha sido malo, por cierto, y valoro su existencia como uno de los bastiones donde se refugia el cine imposible de ver en las salas comerciales, y lo más nuevo del cine independiente. Pero entre 449 títulos es imposible mantener un nivel de calidad aceptable. No termino de acordar con que sea necesaria semejante cantidad de títulos. El Bafici podría ser más selectivo, mostrar 200, 250 títulos, como hacen tantos festivales independientes -que muestran aun menos-, y filtrar con un criterio más selectivo. Lo sé, se me dirá que soy restrictiva, y sí, lo soy: siempre creo que menos es más.

"También se me podrá decir que si no vimos películas excelentes la culpa no es del Bafici sino del estado del cine actual, y sobre todo del estado del cine argentino hoy, y eso también es cierto. Los programadores del Bafici eligen entre lo que hay, no son ellos productores de cine, pero sus criterios de elección determinan estéticas, incluso ideologías. (…) 

"Dejo para el final un tema desagradable: el trato inquisitorio que sufrimos los acreditados por parte de los vigilantes del sector y de algunos controles de entrada, sobre todo cuando –como en mi caso- algunos tuvimos durante los cinco primeros días problemas para que “El Sistema” nos aceptara. Algo similar se sentía el año pasado, y este año el maltrato se intensificó. Sobre todo con los colegas varones, como tuve ocasiones de comprobar. Contrastaban esos modales tan poco amables con la cordialidad de programadores y redactores, y sobre todo, con la buena voluntad de los encargados de la videoteca, siempre dispuestos a facilitarnos el trabajo. Evidentemente, las consignas no eran las mismas para unos que para otros.

Por todo, y a pesar de todo, repito la consigna de Sergio Wolf: ¡Larga vida al Bafici!"

Me permito agregar que yo tanbien le deseo larga vida al Bafici.

Porque el Bafici en estos 14 años ha sido parte de la mía.

Y quiero que lo siga siendo.

Y del mismo modo deseo seguir siendo parte activa del mismo.

Pero sin miradas de control por sobre mi hombro, en el libre ejercicio del amor.

Y ahí la policía no tiene nada que hacer, como dirían los protagonistas de Low Life.

(Volveremos sobre el tema. Pero ahora le toca al turno a las películas, a su recuerdo residual, la mejor forma de saber si han dejado en uno la impronta del amor.
O su contrario)

martes, 24 de abril de 2012

Tabú

La memoria del mundo


por Eduardo Chinaski

Un párpado que se abre compensa a un ojo que sueña, y el otro párpado completa el ciclo, cerrándose. Una historia nos mueve, y habita en nuestro pecho: es voluptuosa e irredenta como una ola en la rompiente. Furor de ahogo llevando a cuestas lo inhallado, lo innombrable.

A manera de prólogo, una imagen en blanco y negro nos presenta a una suerte de explorador, de pie, parado, en plena sabana africana, mientras una pareja de siervos negros pasa a su lado. La textura del plano evoca rápidamente al cine mudo de los años 20. Luego se nos contará como ese explorador buscó la muerte, por no poder olvidar a su mujer.

Como el filme de Murnau, el Tabú de Miguel Gomes también está dividido en dos segmentos, incluso comparten títulos: “Paraíso” y “Paraíso perdido” (sólo que aparecen en orden inverso). A continuación, el relato nos presenta a Pilar, una mujer de unos cincuenta años de edad, muy devota, que pasa su vida intentando hacer el bien a su alrededor. El film, durante esa primera parte nos ofrece una austera radiografía de la incomprensible soledad de esta mujer y la anciana vecina de Pilar –Aurora- que vive cuidada por una criada de Cabo Verde y que parece decidida a gastar todos sus ahorros en el casino de Estoril. Luego de la muerte de Aurora, la historia da un giro radicalísimo gracias a un personaje que aparece en el entierro: un anciano llamado Luigi Ventura, que esconde un par de terribles secretos sobre Aurora y él mismo. La aparición de Ventura en la película da pie a un viaje en el tiempo, contándonos un amor de adulterio con Aurora, un apasionado amour fou en la África colonial. Todo este segundo capítulo estará narrado sin diálogos, sólo con la voz en off del anciano Luigi. Pero no es estrictamente cine mudo, sino una forma de narración más relacionada con los discursos de la memoria y la nostalgia, de la fantasmagoría onírica. La presencia del corazón nos va envolviendo en su dolor, y cada recuerdo es un aniversario que una memoria infiel no conmemora: remembranzas de lejanas dichas, de sueños, de inquietudes. Pero el pecado original sigue viviendo, enterrado bajo insondables capas de tiempo que han ido disolviendo su rastro presente. La confesión del anciano, entonces, no tiene tanto de redención como de lamento, de canto del cisne, de última voluntad.

“La memoria de los hombres es limitada, pero no la del mundo”, dice en un momento dado Ventura, narrador y protagonista de su propia tragedia. Lo esencial en Tabú es que toda existencia está basada en un crimen, que todos matamos a alguien, de alguna forma, para ser quienes hoy somos. Mundos rotos, heridas en el pecho, y un olor como a selva concentrada; gritos en la cumbre del paisaje cansado. Un dolor de siglos en las aguas impuras que arrancaron raíces, que ahogaron besos, música, jardines y selvas. Hay un salmo en el viento, y un soplo de amargura. Y donde antes fluía el licor de las rumbas, de las canciones de amor, ahora sólo queda un gemido donde el aire se infecta. En la furtiva comunión de los labios de los amantes escondidos bajo los mosquiteros, acecha el infortunio. Y la noche blanca del recuerdo, hendida hacia atrás, apela a rostros que persisten, ya lejos, lejos…

BAFICI 2012: Ranking de las mejores películas según La otra

con votación del staff *


1 - Photographic Memories de Ross McElwee (51)  
2 - Policeman de Nadav Lapid (36)
3 - Papirosen de Gastón Solniki (32)
3 - Le pont des arts de Eugene Greeen (32)
4 - Tabú de Miguel Gomes (31)
5 - Tomboy: de  Cèline Sciamma (26)
5 - The days he arrives: de Hong Sang-soo (26)
5 - Death Row: de Werner Herzog (26)
6 - Nana deValérie Massadian (25)
6 - As canções de Eduardo coutinho (25)
7 - Warriors of the Rainbow: Seediq Bale: de Wei Te-sheng (22)
8 - Alvorada vermelha  de Joao Pedro Rodrigues y Joao Rui Guerra da Mata (15)
9 - La chica del sur: de José Luis García (14)
9 - Sangre de mi sangre: de João Canijo (14)
10 - Las pibas de Raúl Perrone (12)

* Entre paréntesis el puntaje obtenido

VOTOS INDIVIDUALES:
LILIÁN CAMERA
1 - Nana
2 - Policemen
3 - As canções
4 - The days he arrives
5 - Death Row / Photographic memory  / Tabú
6 - Tomboy
7 - Bestiare
8 - Francine
9 - Alps
10 - This is Not a film

CARMEN CUERVO
1 - Photographic memory
2 - Los pasos dobles
3 - El cuaderno marrón
4 - Death row
5 - Fantasías lusitanas
6- Inni 
(Las demás no las vi o no me gustaron)

OSCAR CUERVO
1 - The day he arrives
2 - Alvorada Vermelha
3 - Papirosen
4 - As Canções
5 - Warriors of the Rainbow: Seediq Bale
6 - Nana / La chica del sur
7 - Policeman
8 - Le pont des arts
9 - El espacio entre los dos
10 - Anna Pavlova lives in Berlin / Las Pibas

EDUARDO CHINASKI
1 - This is not a film
2- Les ecláts
3 - Tomboy
4 - Tabú
5 - Papirosen
6 - La casa Emak Bakia
7 - Nana
8 - Patience (After Sebald)
9 - Warriors of the Rainbow: Seediq Bale
10 - Francine

MARTIN FARINA
1 - Photographic memory
2 - La chica del sur
3 - Tabú
4 - Papirosen
5 - Vol Spécial
6 - Sangue do meu sangue
7 - Warriors of the Rainbow: Seediq Bale
8 - Alvorada vermelha
9 - Tomboy
10 - Le pont des arts

MARCOS VALENTÍN PERILLI
1 - Policeman
2 - Barbara
3 - Le pont des arts
4 - Photographic memory
5 - Tomboy
6 - Dromomanos
7 - Death row
8 - Alvorada vermhela
9 - Tabú
10 - King of comics

LILIANA PIÑEIRO
1 - As canções
2 - The day he arrives
3 - Photographic memory / Death Row
4 - Le pont des arts / Las pibas
5 - Policeman
6 - Vol special
7 - Tabú
8 - Tomboy
9 - Papirosen
10 - About July

ALEJANDRO RICAGNO
1 - Photographic Memories
2 - Sangue do meu sangue
3 - Le pont das arts
4 - Ganhar a vida
5 - L·Apollonide- Souvenirs de la maison close
6 - Noite Escura
7 - Tabú
8 - Lion's Love
9 - El espacio entre los dos
10 - Dromómanos. *

GUILLERMO VILLALOBOS
1 - Warriors of the Rainbow: Seediq Bale
2 - Papirosen
3 - Cape n° 7
4 - Policeman
5 - Nana
6 - Le ponts des arts
7 - Las pibas
8 - Meeting people is easy
9 - Tomboy
10 - Death row

* Nota de A. Ricagno: Más cinco atendibles, disfrutables y/o memorables: TomboyCinema KomunistoDe jueves a domingo, Fuk Fuk a la brasiler, Anna Pavlova lives in Berlin. Detestada: Coeur blue, y todo el foco Gerard Courant (que debía haberse llamado Foco "Curran"). No vi ni Papirosen ni Policeman ni Los salvajes, ni La chica del sur, ni Germania, entre otras de las favoritas y/o premiadas.

lunes, 23 de abril de 2012

BAFICI: balance en la radio

Un programa para descargar, clickeando acá:
Acá 
Con la participación de Roger Koza, Alejandro Ricagno, Cristian Bonomo y el staff habitual de La otra.


Temas de los que hablamos:

- Este BAFICI fue también el de la violencia y persecución contra trabajadores de prensa y público en general.

- Los premios: Papirosen y Policeman.

- Nuestras películas preferidas: The man he arrives, As cançoes, Papirosen, Foco Canijo, PolicemanThe warriors of the rainbow, Cape nº 7, Le pont des artsEl espacio entre los dos, Lions love , É na Terra não é na Lua y otras.

- Algunas películas detestadas.

- La ausencia de Tierra de los padres.

- Eugene Grenn, Claudio Monteverdi. La música de Sigur Ros.

Más allá del BAFICI: la estatización de YPF, la llegada de Dylan, las canciones de Cerati y... Axel Kiciloff (?).

BAFICI: Joy Division


por Alan Dorfman

Fue una banda tan buena que ni el documental ni la ficción la pudieron reflejar. Al hablar de ficción me refiero a Control, la película en la que Anton Corbijn, fotógrafo de la banda en su época, puso en escena los momentos más trágicos de la banda; y es que al hablar de lo trágico me refiero a Ian Curtis, una persona (hoy parece un mito) que opacó a gran parte de la banda, tanto por sus extravagancias arriba del escenario, como por su voz más oscura que la de Jim Morrison, por su conocida epilepsia y sus depresiones que lo llevaron a la más 'trágica' muerte.

El documental Joy Division fue presentado este sábado en el BAFICI por su director, Grant Gee. Ciertamente dijo que Control es una buena película (sin resaltarla demasiado demasiado) pero que, en la etapa de post-producción de la ficción, se les informó a los miembros vivos de la banda (mejor conocidos como New Order) que iban a quedar como unos estúpidos, como un relleno de ÉL, del cantante, del genio, del grosso, del... pibito epiléptico. Y tenía razón: por eso empezaron a mover fichas para armar un documental que, dicho por el director, no tenía mucho archivo, footage, grabado. Había que mostrar a una banda de rock, de punk rock, de post-punk en su máximo esplendor con, aproximadamente, dos temas en vivo. como mucho. Todo lo demás era vinilo, disco, iPod, incluso discos de pasta del propio Grant Gee (él mismo lo dijo, desencadenando un 'uaaaau' en las adolescentes más ardientes).

Técnicamente y narrativamente el documental está impecable, pero lo demás... bien. Si algo está 'bien' es porque algo anda mal. Un trabajo audiovisual no puede estar 'bien', tiene que ser algo más allá, incluso más allá de ese 'bien' y más allá del mal: ese mal es el eje para desglosar la película.

No sé si queda claro qué es lo de más fuera de lo narrativo y lo técnico (refiriéndome más que nada a la fantástica edición): creo que lo que le falta es una buena dosis de música en vivo, reflejándose en los cortes de las secuencias (la ciudad en la que nació la banda, los comienzos, el primer EP, el primer LP, el segundo, la depresión, la muerte, el futuro). Si bien hay música en vivo, es poca. Lo mejor de Joy Division (la banda), a mi forma de ver, son los dos discos de estudio y la recopilación Substance, junto a lo poco que posee la banda en vivo (tanto video como audio). Para escuchar están los discos: en cualquier tienda o para bajar. Acá en el film nos encontramos con un relato que simplemente no refleja a la banda, ni a los discos que escuché veinte mil veces. Me hace pensar que hasta Control la refleja mejor: quizá no desde la realidad de la banda, pero sí desde la poética, la poesía que el mismo Ian Curtis cantaba, aquellas letras que los demás miembros no sabían qué significaban, porque no escuchaban lo que él cantaban, y hoy, viendo el documental, los escucho con una voz triste, lamentando no haberlo ayudado. Soy fiel creyente de que hoy hubiesen hecho lo mismo. No lo ayudaron, no sabían qué estaba cantando su propia banda... digo, no por hacerlos sentir culpables, de hecho no lo son, pero hoy, dos días después de la función, me doy cuenta de que Control es mejor. Sí, es verdad, opaca al sector instrumental de la banda, pero se trata de la poesía, de lo poético: en la ficción se refleja de una manera fría y seca cómo es que murió; en el documental nos limitamos a no saber cómo murió, si es que de verdad importa.

Típico, típico caso de la realidad de la ficción y la terrible ficción del documental.Quizá 'lo real' no debería ni haber existido, prefiero quedarme con la ficción, una auténtica, y no un capricho, para no quedar como un boludo.

Sigur Rós en La otra.-radio



Ángel durmiente

Estoy de vuelta
Dentro de ti
Es tan bueno estar aquí.
Es sólo una parada rápida.
Vuelo bajo el agua
En un hotel directamente conectado a los fusibles y la alimentación
Tjú tjú
Pero esperar me pone triste - la fragilidad se fue de mí
y grita - tienes que irte - ayuda
Tjú tjú
Exploté y la paz se va en el aire
bañada en la nueva luz
Lloro y lloro - desconectado
El cerebro destrozado colocado en el pezón
y alimentado por ángeles durmientes.

domingo, 22 de abril de 2012

La gran ganadora del 14° BAFICI

Dos miradas sobre Papirosen, de Gastón Solnicki


1)
por Martín Farina

La película ganadora de la competencia argentina es el segundo largometraje de Gastón Solnicki: Papirosen, que quiere decir algo (no se qué) relacionado con una vieja canción judía que cantaban su padre, su abuela, y supongo que su abuelo también. No sé si es vieja o antigua o si es lo mismo. En este caso me suena que vendría mejor decir vieja, como raída, venida a menos. Porque algo de esto es lo que resucita Solinicki en su núcleo familiar, y con todos ellos, en buena parte de la gran familia Argentina.
Los 50s, 60s, 70s, 80s, 90s y 00s atravesados por todos los soportes de registro conocidos: 16mm, Super 8, 8mm, VHS, VHS-Compacto, MiniDV entrelazado, MiniDV progresivo, MiniDV progresivo falso, HDV, HD DSLR, y HDfull1080p joya. Todas las home-handycams que le ponen el sello a cada época, contexto político, social, y a los eventos familiares que allí son desprolijamente preservados.

En total, 11 años de trabajo. O de vida, porque en esta película confuyen las dos vertientes que dan origen a una, digamos, nueva forma política de ser en el cine. El hombre que filma su propia vida porque sí, porque sí no tanto y después deliberadamente, como una forma de la resistencia, político-analítica familiar-colectivo-social... bla bla que ¡hay que exorcizar!, tal como dijo el propio director y nosotros adherimos: "con esta película pude exorcizar a mi y a mi familia".

Un relato entrañablemente horroroso de su familia (¿hay algún retrato de familia que no sea horroroso?), una reconstrucción frankensteiniana y una destrucción indestructible de las ruinas y monumentos de su familia. ¿Qué es y de dónde viene eso que somos? ¿Quién tiene la culpa? ¿Cómo librarse de algo de todo eso para seguir?

El cine pude ser la gran respuesta (que da Solinicki) para todas estas preguntas. Nuestras familias, muchas de ellas, atesoran con amor en sus registros de video familiar momentos que desnudan el horror al que pública y difícilmente quisieran compartir. Quiero pensar que Gastón encontró con su cámara una forma de protegerse, o de ocultarse, o de tomar distancia de todo eso, o de no tomar distancia pero mantener un lugar más acogedor (no cómodo, o sí tal vez). Cómo dice su madre... "si sabía que ibas a estar filmando todo el día, no te compraba esa cámara...", y ahí se descubre esta enorme virtud que arrastra el cine-hogar en sus archivos: porque mientras todas esas cámaras fueron compradas como artículos de entretenimiento, símil coche bomba, atari, o vestido de diseño, ellas se vuelven contra los que intentaron calmar a las pequeñas fieras deseosas de entretenimiento... Y entonces asistimos todos al divertido espéctaculo del horror. El desnudo y la valentía de mirar de cerca, sin saber aunque sepamos que nos está viendo hipotéticamente todo el mundo. Casi nunca sucede ese hipotético. Porque no hay una película detrás de un archivo de video. Ni tampoco un director en cada hijo. Pero cuando hay el director en el hijo y la película en el archivo, ahi asomamos nosotros detrás de ese vagón. Nosotros, los que aprendimos a filmar para alejarnos del ridículo y después mostramos el ridículo para alejarnos del horror. Como dice Gastón, para exsorcizar-nos (qué dificil escribir esta palabra).

2) 
por Oscar Cuervo

Gastón Solnicki es uno de los cineastas más talentosos de la Argentina, pero su nombre hasta ahora había pasado un poco inadvertido porque su brillante primer film, süden, no responde al modelo imperante en el Nuevo Cine Argentino: es un documental, tan riguroso como discreto, sobre el último viaje que realizó a la Argentina el músico Mauricio Kagel. En el cine local de los últimos años hay pocos films como süden, con una forma tan precisa y tan ceñida a su objeto: la escucha musical, según la entiende uno de los grandes músicos contemporáneos. Como se trata de un tema tan específico y dado que la película no hace la menor concesión a la demagogia cool, es natural que no se volviera una moda instantánea como sí lo fueron Historias extraordinarias o El estudiante

Cuando entrevisté a Solnicki en ocasión del estreno de süden pude constatar que la perfección formal de su ópera prima respondía a la seriedad con la que él encara su trabajo tanto como a la pasión que le despierta la música. Y creo que süden puede ser considerada sin problemas como una gran pieza musical que Solnicki y su editora Andrea Kleinman (prácticamente co-autora de sus películas, como el propio director remarca todo el tiempo) construyen montándose en la obra de Kagel. En esa entrevista dos cosas más me llamaron la atención: Solnicki me dijo que le encanta el cine clásico de Hollywood (si la memoria no me engaña, mencionó a Frank Capra) por sus cualidades formales, de las que trata de aprender, sin necesidad de caer en la sospechosa pereza de los "homenajes" al cine de esa época. Y también me sorprendió que me contara que estaba filmando desde hace años la historia de su familia y que justo la tarde de nuestra entrevista venía de filmar a su abuela en uno de los momentos más reveladores de toda su historia familiar.

Ahora esa película ya terminada, Papirosen, acaba de ganar el BAFICI, imponiéndose con toda justicia sobre otras películas argentinas que los organizadores del festival se habían encargado de remarcar como los highlights de esta edición. Finalmente el 14° Bafici será el de Papirosen y el de Tierra de los padres, la película de la que más se habló, aunque los programadores la hayan excluido, o quizá porque los programadores la excluyeron. Hubiera estado bueno un premio ex aequo entre las películas de Prividera y Solnicki, habrían configurado juntos una síntesis del clasismo oligárquico y/o burgués en la historia argentina: el Bafici se lo perdió por la mezquindad de sus responsables.

El triunfo de Papirosen es la consolidación de un cineasta del que cabe esperar mucho en los próximos años. Su segundo largo no sigue simplemente la fórmula del primero, evita la tentación de repetir el truco que una vez le salió bien y así expande la onda de su autoría, en pleno desarrollo. Papirosen muestra otro lado Solnicki: el capaz de hacer un retrato implacable y no obstante amoroso de su familia y su clase. No principalmente un realizador virtuoso como mostró ser en süden, sino más bien un artista arrojado. El arrojo de su segunda película no es reductible a una fórmula sencilla puesta a funcionar (se le suele llamar "cine radical" a películas hechas en base a ideas simples y llamativas cuyo ingenio se agota en los primeros 10 minutos). No hay ingenio en Papirosen sino decisión de trasmutar el más hondo malestar personal, histórico y de clase burguesa en materia de humor tragicómico. Muchos cineastas jóvenes se hacen notar retratando realidades sociales que les son ajenas, los que le vale el mote de osados o comprometidos. Solnicki filma a su propia familia y hace cine político de primer orden.

sábado, 21 de abril de 2012

POLICEMAN y PAPIROSEN ganaron el BAFICI


por Oscar Cuervo

Este sábado al mediodía se dieron a conocer oficialmente los ganadores de la décimocuarta edición del BAFICI. El premio Mejor película en la Selección Oficial Internacional fue para la película israelí Policeman (trailer), de Nadav Lapid, quién además obtuvo el premio a Mejor director. El de Mejor actriz para Zoé Heran (Tomboy) y Mejor actor para Martín Piroyansky (La araña vampiro). Además, el Premio Especial del Jurado fue otorgado a Germania, de Maximiliano Schonfeld y la distinción a la Mejor película argentina dentro de la Competencia Internacional correspondió a La araña vampiro, de Gabriel Medina. En la Selección Oficial Argentina resultaron elegidos Papirosen, de Gastón Solnicki como Mejor película y Luis Ortega como Mejor director por Dromómanos. Además, merecieron la Distinción Mejor Tratamiento de la imagen el film Igual si llueve, de Fernando Gatti (Director de Fotografía: Román Cárdenas) y una Mención Especial para la película La chica del sur, de José Luis García. En la Competencia Oficial de Cortometrajes fueron elegidos El amor cambia, de Ignacio Ceroi; Noelia, de María Alché y Pude ver un puma , de Eduardo Williams.

Me alegro, porque Policeman y Papirosen están indudablemente entre las mejores películas de este festival. Me alegro también del premio recibido por Germania, de Maximiliano Schonfeld, porque a pesar de que aún no la vi (cosa que trataré de subsanar este mismo fin de semana), el realizador y su equipo y elenco son mis amigos. E premios para Zoé Heran de Tomboy es muy merecido. Lo mismo que el recibido por la excepcional La chica del sur: en fin, el resultado de la competencia estuvo bastante cerca de la justicia, cosa que no siempre sucede.

Finalmente quiero decir que, más allá de las películas en competencia, también hay que agregar a The man he arrives, As cançoes, Naná y Warriors of the rainbow me proporcionaron hasta el momento los momentos más disfrutables de este festival.

BAFICI: recomendaciones urgentes e imperiosas


Se termina el BAFICI y me siento con la necesidad de destacar algunos títulos que vi en las últimas horas y considero que están entre lo mejor de este festival:


Papirosen. Gastón Solnicki.
La chica del sur, José Luis García
Naná, Valérie Massadian
El espacio entre los dos, Nadir Medina.
Warriors of the Rainbow: Seediq Bale, Wei Te-Sheng

Sobre todas ellas ampliaré comentarios en el programa de radio de este domingo a la medianoche en FM La Tribu y en este blog. Pero ahora les recomendaría que no dejen pasar la oportunidad de verlas.

BAFICI: Barbara

¿Cuánto tardará el remedio del amor en hacer efecto?


por Marcos V. Perilli

Ambientada en la vieja republica oriental alemana, con el trasfondo que ello significa, en donde el comunismo ejercía una solapada tortura sobre los habitantes que no deseaban vivir en ese sistema, buscando la forma de pasarse el bando occidental; este es el lugar elegido para contar la historia de Barbara, una doctora que por alguna razón es enviada como castigo a trabajar en un hospital en las afueras de Berlín.

Bajo esta situación Barbara vive desconfiando de su nuevo entorno y es conciente de que esta siendo vigilada por el régimen, de hecho recibe asiduas visitas al departamento que le asignaron de la policía y un continuo cercamiento sobre sus actos.

La llegada de Stella al hospital, traída por la policía de un campo de concentración por meningitis, hace que Barbara se esmere en atenderla. Es la primera persona con la que mantiene un vinculo de confianza. Esto es visto por Andre, un colega que se ve tempranamente interesado en ella y quien intentará ganar su corazón.

Sin embargo, Barbara tiene una pasión oculta: un amante al cual ve a escondidas, con el que planea fugarse de la RDA. Sus encuentros amorosos se ven reducidos al placer orgásmico, en contraposición con los mimos de Andre por complacerla en todo sentido.

Estos eventos van rompiendo la distancia entre Barbara y ese mundo nuevo en el que le toca vivir. Comienzan a surgir dudas en ella y, llegado el momento, debe tomar una decision con respecto al rumbo que seguirá, debatiéndose entre el amor verdadero y una pasión efimera.

BAFICI: Fantasía lusitana de Joao Canijo


por Carmen Cuervo

Recopilando imágenes de archivo en blanco y negro de Portugal y otros países de Europa y con diversas voces en off -la estridente voz de la propaganda política portuguesa, la voz del propio director y también las voces de intelectuales que pasaron por Portugal en ese momento-, el director nos muestra los cambios producidos en Lisboa durante los seis años de la segunda guerra mundial. La ciudad de Lisboa, tras haber asumido una posición neutral, pasó a convertirse en un lugar completamente extraño.

Haberse declarado neutral, aunque parezca una protección ante el conflicto, sin embargo significa quedar amenazada por la guerra inminente, sospechada de falsa neutralidad en un intento por mantenerse libre de los bombardeos. La ciudad sigue su vida con grandiosos espectáculos culturales y políticos que la muestran inmune pero a la vez triste y trágica, un sitio de gritos y calor inusual, un lugar frecuentado por nazis. Pero también Lisboa recibe miles de refugiados europeos, fantasmas ricos y pobres, hablando sus propias lenguas, tomando café en grandes bares mientras esperan un barco que les permita cruzar el océano para huir. Lugar extraño de verdad y al final una hermosa canción de Amalia Rodrigues.

viernes, 20 de abril de 2012

BAFICI: ¿Es Tabú una obra maestra indiscutible?



por Oscar Cuervo

Suele pasar cuando una película viene precedida de un consenso apabullante: la expectativa es tan alta que toda experiencia que sea un poco menos que un éxtasis se vive como una decepción. Como se trata de un asunto que es totalmente exterior a la película, es bastante hinchapelotas decir que Tabú de Miguel Gomes sea una decepción, pero sí queda como pregunta referida a los quienes como la maravilla excluyente de este año: ¿era para tanto?

Gomes es un cineasta de un talento y una originalidad infrecuentes: La cara que mereces y -sobre todo- Aquel querido mes de agosto lo dejaron claro. Es capaz de avanzar por caminos que al cine no se la ha ocurrido explorar. Tabú lo muestra una vez más. Solo que quizá se trate en este caso de una voluntad de seducción bastante calculada. Una estructura partida en 3, que empieza en el territorio legendario de la ficción clásica (la historia de un intrépido explorador devorado por un cocodrilo), salta abruptamente hasta la actualidad para mostrarnos dos damas dignas de vidas algo opacas, y vuelve a retroceder hacia una zona que no queda claro si es la del recuerdo o de la fábula, en el que una de las damas aparece en su juventud en la dècada del 60 y en territorio africano viviendo un romace prohibido. Estos zigzagueos forman parte del manual del cine "radical" que los festivales nos han acostumbrado a ver. Pero el motivo por el cual me resisto a inclinarme ante la supuesta majestad de Tabú es su falta de auténtico riesgo artìstico, un arrojo que hace para mí la diferencia entre lo bonito y la auténtica belleza. Tabú es un fim bonito,

Gomes apela a algunos recursos facilitadores y lo hace con una pericia excepcional: la hermosa fragilidad del blanco y negro fílmico (la textura fìlmica es una de las cosas que más estoy echando de menos en esta etapa del BAFICI, dado que el predominio casi absoluto del digital me da cada vez ás la sensación de estar viendo televisión HD en una pantalla enorme); el tono suave y la tersura de la voz masculina que relata en off impregna a la película de un delicado misterio; y un oído musical infalible para insertar las canciones (Insensatez, Los Ramones, Be my baby) que puntúan los momentos dramáticos con una emoción irónica. En todo eso Gomes es muy bueno. Pero ¿estamos realmente ante una de las mejores pelìculas de los últimos años? (Acá al lado mío tengo a Gustavo Castagna conversando con otro y volviendo a decir la frase que ya tantas veces escuché esta semana: "la mejor es Tabú, lejos").

Y bueno, para mí la mejor no es Tabú, me quedo con The day he arrives, con As canções, incluso con Nana (Valérie Massadian), que quizá no tengan un encanto tan evidente pero proponen planteos más complejos.

Y de la obra de Gomes, prefiero Aquel querido mes de agosto, que me parece que respira una libertad menos calculada.

El Bafici se està terminando y quiero señalar algunas perlas que no deberìan dejarse pasar: La chica del sur (José Luis García) y El espacio entre los dos (Nadir Medina) son mis dos favoritas entre las nacionales, junto con la ya mencionada Las pibas de Perrone. Y Nana me parece de lo mejor de la competencia internacional. Espero poder ampliar algo sobre cada una de ellas en las próximas horas.

BAFICI: Quédate en Taiwán




por Martin Farina y Guillermo Villalobos

Solo pocos pueden hacer la película más vista y admirada
por la gente de su pueblo en toda la historia del cine.
En la Argentina el mago se llama Leonardo Favio.
En Taiwán es Wei Te Shen.
¿Por qué Cape n° 7 (海角七號) es una gran película?
¿Por qué hay tipos cómo éstos,
que pueden hacer reir y llorar al mismo tiempo a todos?

A pesar de que el público de los festivales suele ser reticente a aplaudir
al finalizar la función, en este caso nadie dudó.
"Estadísticamente" fue la película más
rápidamente aplaudida de todo el festival.
Es decir, nadie dudó ni un segundo
en reconocer con lágrimas en los ojos que acaba de ver una película de esas
que te van a acompañar por siempre.


Si hay algo a lo que generalemente le tenemos miedo es al ridículo.
Todo el tiempo nos esforzamos enormemente para no rozar situaciones
que nos comprometan o que nos dejen en orsai.
Directores como Wei Te-Sheng atraviesan el rídiculo,
lo perforan de tal forma que nos devuelven
la capacidad de amar, como si fuese la primera vez.
Esa primera vez que rompiste las patas de la cama
o sacaste el colchón al balcón por la ventana.
Esa que no se repite nunca más, ¡hasta que se repite!


REITERAMOS!!!

Solo pocos pueden hacer la película más vista y admirada
por la gente de su pueblo en toda la historia del cine.
En la Argentina el mago se llama Leonardo Favio.
En Taiwán es Wei Te Shen.

jueves, 19 de abril de 2012

BAFICI: Las pibas


por Oscar Cuervo

Conzoco poco de la filmografía de Raúl Perrone, a pesar de que estuve al tanto, por comentarios de terceros, de su fidelidad a unas premisas artísticas y productivas que terminaron por convertirlo en modelo de independencia. Siempre se mantuvo al margen de las relaciones públicas que suelen favorecer el acceso de las camarillas a los festivales. Siempre filmó en un esquema de bajo presupuesto que le permitió hacer el cine que se le cantaba, por pura necesidad expresiva. Siempre filma en (y a penas sale de) un espacio geográfico y humano: Ituzaingo, en el oeste del conurbano. Las pibas es su primera película en años que puedo ver en una sala de cine bien equipada.

Perrone reduce el número de eventos narrables al mínimo posible. También  las locaciones y las posiciones de cámara. Dos chicas en el tránsito de definir si siguen juntas, si se separan, si deben cortar todo vínculo o mantener una pareja que hasta ahora no logran encaminar. Están separadas o separándose o volviendo a empezar. El tiempo que se toman en esta dilación no es el que se tarda en informar de la situación a un espectador, sino el tiempo que se tarda en vacilar. La cámara de Perrone está ahí absorta, no tanto en la resolución de la intriga amorosa sino en la rústica  textura del espacio que habitan. Habitaciones de paredes descascaradas, marcadas, manchadas de humedad, oscuras, colores saturados. La cámara de baja definición aporta su propia textura y el resultado es extraño, hipnótico. Creo que Perrone nunca dejó de ser el artista plástico que era antes de ser cineasta. La belleza de sus imágenes no parece ser el resultado de un cálculo, sino del encuentro íntimo entre la fragilidad del mundo y los personajes retratados y la fragilidad del dispositivo de registro. Hay algo así como una posición ética en su búsqueda: la belleza del mundo no puede resultar de operaciones técnicas ajenas al mundo retratado. Una imagen de alta definición tendría algo de obsceno en este caso. Esto solo alcanza para reconocer en unos segundos el cine de Perrone en el marco de todo lo visto en el festival. Este encuentro de forma y contenido para dar un resultado original creo que distingue a la posición del artista de la del impostor.

En la función de estreno en el Bafici alguien le preguntó cómo es que había llegado a tocar un tema "difícil" como el lesbianismo en esta película. Perro respondió que no sabía, que se enamoró de un espejo roto en una habitación oscura y que quiso filmar algo ahí, y la historia de amor entre las dos chicas simplemente llegó a poblar ese espacio.

El plus, lo que hace a Las pibas una experiencia perdurable, es el pudor con el que el amor ente ellas es filmado, la distancia que guarda, la discreción con que se retira cuando hace falta dejarlas solas.

BAFICI: Buenas noches, España


por Liliana Piñeiro

“Otra vez Raya”- pensé, resignada, cruzando las piernas. Se sabe que este director espera espectadores pacientes: por suerte las butacas del Hoyts son cómodas y probablemente, agotada después de un día de trabajo y de ver algunas películas anteriores, me dormiría un rato. En un día de expropiaciones, el título de Buenas noches, España me pareció una feliz coincidencia, y la cita inicial sobre el amanecer de la patria (según recuerdo…) reforzó esta impresión.

Un hombre maneja un auto, el camino, el hombre maneja, el camino es largo, el hombre maneja, el camino…la escena se regodea en la repetición, saturada de distintos colores. El camino sigue, el hombre maneja, el camino es largo y aparece al costado de la ruta la figura de una chica que camina. La chica camina, sube al vehículo, camina, sube al vehículo, camina en distintos colores, dormita, el sonido acompaña, dormita, el camino es largo, el hombre maneja, saturado de color…El procedimiento se repite, el sonido se repite, a veces creo que es el infinito el que asaltó la pantalla. ¿Otro Possible Lovers?

Sin embargo, esta vez los amantes son posibles: las imágenes muestran el encuentro amoroso de una pareja que pasea, juega, atraviesa un bosque. Ellos y sus fantasmas suben los escalones de un museo en Bilbao, se emocionan ante las pinturas allí exhibidas, la cámara se demora en los detalles de las pinturas, la música y el sonido acompañan, todo desenfocado, saturado en distintos colores, en el juego de la repetición. Una frase sobre el colonialismo y la transportación pretende titular, los amantes ponen sus manos sobre una piedra con inscripciones y yo fracaso en darle sentido.

“Viaje a la luna” abre la segunda parte, y el silencio se hace ominoso. En blanco y negro la pareja se pierde en un paisaje desconocido, ven caer las gotas de lluvia sobre un río. Nunca había visto caerlas sin ningún sonido: el silencio se abre en demasía y viene de la pantalla hacia mí. El mundo se ha vuelto extraño y la clave es la inadecuación.

El siguiente título nos informa sobre un soldado filipino perdido hace muchísimos años en Méjico, creo. Así se abre la tercera parte, donde una figura esférica… la luna? cae lentamente, muy lentamente, al centro de la pantalla. La música la acompaña, esta vez, hasta el final.

Me quedo clavada un rato en la butaca. Raya tiene rasgos de genialidad, a veces solamente de provocador, y esta vez me gustó que me provoque así. Todo ha sido inesperado, mi percepción habitual desacoplada, el tiempo tendió a infinito vía la repetición. Me dejé llevar por una experiencia visual y sonora irreal, en fragmentos, donde el sentido huía velozmente delante de mí… tal cual el amor. Tal vez, quizá, una de las formas del colonialismo.

Y no me dormí, claro.