por Martín Farina
(Atención: se revelan detales muy importantes de la narración) Laure/Mickael es la chica-chico que protagoniza está bellísima película que tanto les va a gustar a todos nosotros los travestis. Los que no son travestis como todos nosotros, también la van a amar, pero no sé porqué. Posiblemente porque la película es bella. El problema, como siempre, es la madre de uno.
Y Laure/Mickael no fue la excepción a este problema.
Ya tenía abrochada a su enamorada, y con ella a todos los nuevos amigos. Se había consolidado como futbolista destacado. Había ganado dos riñas entre los varones más pomposos. La hermana menor ya se galardonaba de las innumerables ennamoradas que Mikael había dejado atrás en el nombre del amor que profesaba únicamente por ella, un verdadero encanto... Y Mikael hasta tenía listo un pito de plastiilina verde con la medida exacta de su traje de baño recortado, el cual podía tranquilamente ser guardarlo en la cajita de los dientes de leche en la mesita de luz.
Pero... ¡se enteró mamá embarazada del tercero! ¿Y ahora?
Ahí la película tambalea un poco. El lugar que le dan a la madre es bastante tonto, lejos de justificar la presencia y desición de sus dos hijas entrañables, la pone en un estado de inminencia, como si esto fuese así y ahora para siempre y terminemos con esto ya...
El padre, en cambio, le pide que no culpe a su madre, pero lo hace en silencio. Parecería haber una comunicación más profunda ahí, aunque las riendas las toma mamá claro. Entoces mami le saca las bermudas, le calza el vestido azul, y salen a golpear las puertas de los amiguitos para poner los putos sobres las íes y todas las cosas en su lugar. ¿Todo claro no? ¿Vos ves alguna otra alternativa? Te escucho.
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