todos estamos igual

martes, 31 de diciembre de 2019

Todo está lleno de amor (Año 0)

La otra.-radio del 30/12/2019, para escuchar clickeando acá 

Ilustración: Carmen Cuervo

Último programa del año y, según un consenso discutible, también de la década: el próximo domingo a las 12 de la noche haremos desde Radio Gráfica el primer programa de los años 20. Combinación arbitraria que resulta de privilegiar un punto cualquiera de la elipsis por la que la Tierra se mueve alrededor del sol en lugar de algún otro punto y de ceñirse a la secuencia que impone la aritmética decimal. ¿Decís mal al decir que una década empieza en el año 1 y termina en el 9? Año 0 no hubo nunca. Para ir contra estas imposiciones calendarias en la emisión donde se supone que algo estaba terminándose, nosotros estrenamos una nueva apertura musical que, una vez que oímos en el aire, constatamos que está bien, es sencilla, linda y emotiva y va a quedarse por un buen tiempo.

Los que hacemos La otra.-radio esperamos que el tiempo que viene sea un buen tiempo. Haremos lo mejor que nos salga para que lo sea.

También podemos considerar que este fue el segundo programa del período de Alberto y Cristina. En pocos días pudimos ver cómo el gobierno echó a andar. Mientras la oposición permanente que dirigen los medios corporativos -que también perdieron las elecciones pero siguen peor que nunca- atizaron cacerolazos, tractorazos y otros aumentativos sin demasiado eco, les Fernández no perdieron tiempo y en semanas atravesadas por festividades agobiantes lograron aprobar con mayorías holgadas el instrumento legislativo de emergencia necesario para afrontar el desastre humanitario que nos dejó el macrismo.

En las pocas jornadas en las que el año se extingue, el Frente de Todos mostró cómo se ejerce el poder democrático, de manera precisa, prolija y efectiva. Esa efectividad permite confirmar que del otro lado nos aguardan los enemigos de siempre, sin períodos de gracia, trabajando para minar cada segundo el poder popular. Una frase memorable de Vito Corleone en El Padrino dice que de las malas noticias es preferible enterarse pronto. Ya sabemos que para el poder permanente que no se somete a elecciones no hay otro objetivo que ir limando al gobierno popular. Mejor no engañarse acerca de la naturaleza del enemigo: es así y así es como debemos considerarlo.

Si las primeras movidas de Alberto sorprendieron por su rapidez y eficacia, a los sectores antidemocráticos les tomó unos días recalcular sus procedimientos para lesionar el inicio del gobierno provincial del dirigente político más peligroso para sus intereses: Axel Kicillof. A Axel le trabaron en la legislatura provincial una ley impositiva que beneficiaba a los sectores de menores recursos y gravaba en mayor proporción a dos centenares de latifundistas. Los medios enemigos presentaron una norma claramente progresiva como un "impuestazo", así como antes presentaron la ley de emergencia nacional como un "ajuste".

Creo que es tarea nuestra (todos los que se sientan incluidos en ese nosotros) generar una agenda de discusión que no venga impuesta por los dueños del mundo. Aunque el modelo que pretendieron imponer mostró su inviabilidad económica y su impericia política, la disputa por el sentido común sigue y van a volver a intentarlo. Por ejemplo, los medios confunden deliberadamente los impuestos con las tarifas y la baja del "costo político" con el despido de millones de trabajadores del estado. Al amplio sector social que formamos los que sostenemos este proyecto con intensidad -este es nuestro poder- nos toca asumir el desafío de innovar en nuestros recursos para quebrar el sentido común que los medios dominantes moldean de manera continua. Diez años atrás, durante el conflicto con las patronales agrarias, los blogs fueron un recurso eficaz para romper el cerco que le estaban tendiendo al gobierno de Cristina. Hoy que muchos blogueros se aburguesaron, se pasaron al mainstream, se cansaron o simplemente se murieron, nos toca buscar nuevas formas de intercomunicación que apuesten a una interacción popular inteligente, en lugar de la estupidez y el cinismo que los medios dominantes postulan para sus receptores.

Por ese lado se propone explorar La otra, blog y radio, en el período que estamos empezando.

El programa pasado, que pueden escuchar clickeando acá, lo musicalizó César Colman. Pero de eso hablamos en el próximo post.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Hacelo hasta que estés satisfecho

Remixed en La otra.-radio. Hoy medianoche FM 89,3 Radio Gráfica




Desde que la producción artística pasó a ser una fase decisiva de la creación musical, los diversos tratamientos de las pistas grabadas o su directa supresión, las variaciones en los planos de los instrumentos, la introducción de sonidos que no se hallaban presentes en el original o de ritmos mecanizados para hacer bailable una canción que originalmente no lo era, el remix habilitó una oscilación entre convertirse en un recurso para extender la vida comercial de una canción o una exploración para intervenir las canciones con nuevos criterios creativos. Algunos artistas explotaron el truco comercial de vender dos veces lo mismo con cambios meramente técnicos. Otros (ejemplo eminente: Björk) propiciaron la multiplicación de remixes como una reflexión en acto de las posibilidades de mutación de una canción.

En La otra.-radio de hoy, última emisión de 2019 -seguimos en vivo todo el verano-, vamos a indagar en las grandezas y miserias del remix. Para eso contamos con nuestro especialista César Colman.

Y por supuesto, seguimos el vertiginoso giro de la política nacional a partir de la asunción del nuevo gobierno. Y una pregunta: ¿cómo disputar desde los sectores populares una agenda de información propia, que no sea la que los medios corporativos pretenden imponer para interpretar los conflictos sociales? Lo hablamos con Carla Maglio.





viernes, 27 de diciembre de 2019

TN debería evitar los móviles en vivo porque se filtra la verdad: mejor grabarlos



La reportera de TN llega para agitar el malestar a la fila en que la gente espera cobrar el bono
Primer intento
- Adentro está colapsado, no, señora?
- Viste? Eso es porque Fernández paga.

2° intento
- ¡Está colpsado!
- Y obvio que lo está porque hay varios números que cobran hoy. Y porque, además, al pueblo le deben aunque sea 5 lucas. Por 4 años ustdedes se olvidaron de los pobres. Bueno, hoy nos toca, no importa que estemos amontonados.

3° intento
- La pobreza decís que mostrás? Esta pobreza es la que nos dejó Macri
- Y de eso estamos hablando
- Pero explíquenlo bien
- A ver explíqueme usted! Yo no estoy mintiendo!
- Pero 4 años atrás no vinieron eh? No los vi yo acá, y la pasamos re mal.

Les convendrían sacar los móviles prudentemente grabados y editados. La realidad se filtra.

Fuente: @HacheFergusson

Sábanas de estrellas resbalan sobre mí, oh


Y hace mil
años
leí
tu nombre.

Nadie quiere
pensar
que hay algo
en la nada.

Y el cuerpo
de luz
aparece
cuando veo
tu cara, ah
y mi cuerpo
de luz
aparece
cuando guiño
a tu alma, ah.

Sábado
se quedan
dormidos
todo el día.

Sábanas
de estrellas
resbalan sobre mí, oh oh.

Y tu cuerpo
de luz
brilla
y tu cuerpo
de luz
sale
este cuerpo, oh
tiene millones
de dolores.
Roberto Carlos Lange (a) Helado Negro


miércoles, 25 de diciembre de 2019

¿Vos sabés lo que sería si hubieran ganado los chetos asesinos otra vez?

La otra.-radio del 23 de diciembre de 2019, para escuchar clickeando acá 




Penúltimo programa de la temporada 2019 o segundo programa desde la vuelta del peronismo, las dos cosas son lo mismo, 2019 es el año que derrotamos a la banda de los chetos asesinos, después de sus psicopateadas cotidianas, del armado más infame de causas judiciales que se guionaban en las oficinas de La Nación y Clarín, años de agravios constantes, en los que la banda de los chetos no tuvo inconveniente en mostrarse como los fachos brutos que son, porque podían hacernos de todo, como en un cuento de Lamborghini, con la soltura que tuvieron para cubrir al milico que mató a Rafael Nahuel, porque ningún periodista alcahuete del poder les iba a decir lo fachos que eran. 

No vuelven más, decían, y nosotros cantábamos vamos a volver y había alguno de los nuestros que nos retaba porque no estaba bien decir que vamos a volver, porque, nos decía alguno de los nuestros, no íbamos a volver más. Después creo que fue Alberto el que intentó una frase de síntesis diciendo que vamos a volver mejores, cosa que pudo haber acercado dos o tres votos de ilusos que en 2015, 2016, 2017, 2018 le creyeron a Fantino cuando cada noche mandaba en cana desde su mesa de animales a algún compañero y se sonreía con esa suficiencia brutal del que sabe que no volvíamos más.

¿Volvimos mejores? ¿Quién es qué para decirlo? ¿Mejores respecto a qué? Eso lo va decir el tiempo. Lo importante era volver. ¿Vos sabés lo que sería si hubieran ganado los chetos asesinos otra vez? 

El macrismo reperonizó al país, fue todo tan horrible que hizo que en los recitales ahora se cante Alberto Presidente o incluso la Marcha Peronista. Curiosamente el peronismo ha vuelto a ser un canto de rebeldía, bandera del amor y la igualdad, cosa de jóvenes, del orgullo, del izquierdismo que los troscos nunca logran encarnar, de fe, de alegría, de superioridad plebeya, de cultura, de solidaridad y de ser. Eso finalmente ha sido 2019. Tuvimos que llegar hasta acá los que pudimos llegar hasta acá.



Hay muchas maneras de contar este año, pero la más sintética y cierta es que desalojamos del gobierno a la banda de los chetos asesinos, que Irurzun empieza a preocuparse por su futuro y ya sabe que su apellido va a ser mala palabra, como López Rega o Massera. En marzo no teníamos idea de cómo iba a ser diciembre, en mayo no teníamos idea de cómo iba a ser diciembre, aunque el 18 de mayo el futuro empezó a mostrar la puntita, pero en agosto no teníamos idea de cómo iba a ser diciembre, aunque el aluvión de votos de las PASO nos anticipó que algo iba a ser distinto. Incluso la noche que derrotamos al macrismo no teníamos idea de cómo iba a ser diciembre, porque nos habíamos quedad fijados a la fea sensación de no futuro. Y llegamos a diciembre y es el día de hoy, 48 hs. después del programa que pueden escuchar acá, cuando Sabina Frederic, la Ministra de Seguridad, derogó el protocolo asesino de la Bullrich, declaró que la cana no va a usar las pistolas taser y dijo que vamos a revisar cómo actuó Gendarmería en el operativo que terminó con la muerte de Santiago Maldonado. ¿Vos entendés lo que es eso después de cuatro años de pesadilla? Ahora sabemos que diciembre es el mes en que el estado argentino va a revisar la actuación de Gendarmería. Troskito, eso es algo, ¿no? 

En estos años de macrismo no hicimos un programa de derrotados en La otra.-radio, ni nos achicamos cuando alguien venía y decía "la gente dice que Cristina es una chorra" o "ustedes tienen que hacer autocrítica". No le dimos cabida a esas giladas y hoy Cristina es la mujer que acaba de lograr el triunfo más difícil de su carrera política y se gana un lugar mayor en la historia. No era que nosotros estos cuatro años lo sabíamos, no sabíamos nada y nunca predijimos nada, pero tuvimos fe, una fe que nos adueña del destino. Nadie en la tele nos pudo decir lo que éramos. Esa fe que otros ni idea tienen.

2019 fue el año de Wos. Wosito, Valentín, un pibe del Mariano Acosta que vamos a ver cómo sigue, aunque en el balance de 2018 en La otra ya habíamos dicho que Wos era la revelación del año. Eso no significa que ahora predigamos que será el gran artista popular que hace varias generaciones no aparece. Eso lo va a decir el tiempo, pero en diciembre de hace un año nosotros decíamos "escuchá a Wos" y hoy es Wos el que llena dos Lunas, cosa que a Sui Generis le llevó como tres años. Si queríamos saber cómo iba a ser diciembre de 2019, una manera de decirlo es que Wos llenó dos Lunas de gente de entre 8 y 60 años que salió cantando Alberto Presidente. ¿Se puede resumir mejor eso que hace un año ni sabíamos pero fe teníamos? Porque en La otra.-radio trabajamos domingo a domingo para que al final fuera así.

Escuchen el programa clickeando acá.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Vitalina Varela y el último cine de Pedro Costa


por Carla Maglio *

Algunos rasgos del cine de Pedro Costa aparecen en sus últimas películas de un modo que las aleja y las separa de las anteriores. De un modo que obliga también a mudar de crítica. La oscuridad de la puesta en escena; la rarificación de los espacios; el recorte de los episodios más lacerantes de entre los azarosos y variados hechos de las vidas de los negros, de los inmigrantes, de los pobres; la transformación como por una alquimia defectuosa de ese dolor en puro padecimiento y parálisis, o en vida fantasmal; la disminución progresiva de la palabra se volvieron, desde Juventude em marcha en adelante, rasgos demasiado presentes en las películas de Costa -aunque dude al decirlo, casi en marcas. Si escuchamos las voces de los protagonistas, es solo para oír sus lamentos, quejas febriles que nos llegan apagadas o apagándose. 

Nada de todo esto parece justo con las personas cuyas vidas se entraman hasta confundirse con las de los personajes de estas películas. Y quizá lo que ellas -las películas- pidan sea eso: que deshilemos esas tramas en lugar de condonarlas. Anotemos, comoquiera que sea, cuanto menos, que no es justo con la locuacidad; ni con el particular gusto por la conversación; ni con el talento de esas personas para las descripciones, de una minuciosidad que el mundo casi ha perdido u olvidado. No es justo tampoco con sus voces de cadencias y proliferaciones que deslumbran cuando se las descubre, algo que, creo recordar, se veía y se escuchaba muy claro en Casa de lava, por ejemplo. Es quizá paradójico que con tanta frecuencia se diga que Costa hace, precisamente, justicia. ¿Qué justicia es una que nos borra las fiestas, los bautismos, los matrimonios, las celebraciones colectivas? ¿Qué justicia, la que nos entrega cada vez más muertes, o muerte, y nunca nacimientos? ¿Estas supresiones vienen, entonces, a hacer justicia o violencia?

Desde un punto de vista del todo opuesto al que acabo de sugerir, Miguel Savransky ha escrito para La Vida Útil un artículo especialmente riguroso en el que, se podría decir, responde de antemano a mis malestares.



Vitalina Varela trae nuevas inquietudes que se agregan a estas. A pesar de toda la libertad que se asume en la obra de Costa -por la ausencia de guion, o por el modo de trabajo con los actores, entre otras cosas- sus películas dejan, sin embargo, una sensación de fuerte rigidez. Para esta ética cinematográfica, cada escena y aun cada plano son y deben ser igualmente intensos y comunicar con la misma eficacia una misma idea o emoción. Casi podría decirse que cada plano aspira a sostenerse por sí mismo, incluso separado de la película. De esta exigencia de intensidad pareja y constante, aun más que de aquellos rasgos sombríos que comentamos más arriba, es que viene esa rigidez, ese ahogo, que se siente en la película. Quizá, esa busca de intensidad y de eficacia, esa elisión de mesetas y de dudas mutilen la potencia del virtuosismo de Costa más de lo que colaboren con su despliegue o su transformación en otra cosa. Incluso, si el resultado no puede dejarnos menos que boquiabiertos. Las diferencias internas a las que es capaz de dar lugar una obra, los quiebres, las texturas desparejas, hasta el presentimiento de sus vacilaciones suelen ser inseparables de la belleza, la verdad, o la vida de  películas. 

En Buenos Aires, durante la presentación en Malba de Vitalina Varela, mientras hablaba de su trabajo en la película, Costa se refirió al deseo casi como sinónimo de intensidad. Esa dudosa equivalencia que introdujo al hacer de intensidad y deseo términos conmutables parecería volver más aceptable la exigencia de que cada plano, en el momento de su rodaje, o en el de montar, soportara una intensidad semejante. Sin embargo, aun si se acepta la equivalencia, es difícil de todos modos aceptar también ese mandato o reconocer esa descripción.


Desde Juventude em marcha [2006], el encierro del cine de Costa en un mundo espectral dominado por la pura forma, del que queda fuera toda la potencia -una potencia que sentía en los protagonistas, pero también en los lugares, que eran lugares, no espacios indeterminados- de películas como Casa de lava [1994], Ossos [1997], o No quarto da Vanda [2000] no deja de acentuarse. La distancia es la que va entre aquel travelling de Ossos, en el que, mientras el personaje del padre camina por la calle llevando en los brazos algo que parece un paquete, pero que intuimos o sabemos, ya no recuerdo, que puede ser su bebé (una de las escenas más terribles que pueda imaginarse), una niña del barrio muestra de sesgo su sonrisa pícara y descarada a cámara -entre ese travelling- y los rostros siempre graves o sufrientes de Vitalina Varela. Toda esa imposición, esa clausura, esas exigencias, resultan en una rigidez asfixiante y, peor, resultan en una lamentable confusión. No, acerca de lo que está pasando, claro: una confusión más grave sobre los personajes, sobre las emociones, sobre las vidas.

Para terminar, algo más, aun. No estoy segura de que esa rigidez falte solo a la justicia con los hombres y mujeres pobres, negros, migrantes caboverdianos. Me pregunto también por la historia del cine portugués, tan abierto a todas las inciertas formas de la belleza, de donde le llega su gloria.

sábado, 21 de diciembre de 2019

La miseria es el río del mundo


Cuanto más alto sube el mono
más muestra la cola
no digas que nadie es feliz hasta que muere
no hay leche en el fondo del jarro
Dios construye una iglesia
y el diablo construye una capilla
como los cardos que crecen
alrededor del tronco de un árbol

Todo lo bueno del mundo
cabe en un dedal
y todavía queda espacio para vos y para mí
si algo se puede decir
acerca de la humanidad
es que no hay nada bueno en el hombre
podés echar a la naturaleza con una horca
pero siempre vuelve rugiendo de nuevo

La miseria es el río del mundo
la miseria es el río del mundo
la miseria es el río del mundo

Por falta de un pájaro
el cielo se perdió
por falta de un clavo
un zapato se perdió
por falta de vida
un cuchillo se perdió
por falta de un juguete
un chico se perdió

La miseria es el río del mundo
¡Remen todos!
¡Remen todos!
¡Remen todos!


jueves, 19 de diciembre de 2019

Y en otra obscuridad o en la misma, otro, imaginándolo todo para hacerse compañía

Alejandro Rubio en La otra.-radio, para escuchar acá 


Hacer radio las medianoches de los domingos (al lunes). Desde 2006. Empezamos en otra radio y en 2016 decidí cambiar de emisora, no de horario. Estar en Radio Gráfica, bien al sur del sur, en ese horario límite que muchos piensan que no elegí. Es lindo el estudio de la radio y puedo decir que es ese espacio el que nos dicta el programa, los tonos, los temas, los toques. La etapa anterior fue un borrador del programa que logramos hacer desde que estamos en Barracas. Desde 2006 pasó mucha gente, amplio rango. Vinieron a hacer música, a discutir, a conversar en voz baja, a levantar la voz, a contar la vida, a odiarnos, a reírse, a exponer sus hipótesis y vaticinios, hablaban de sí y de la época. Las noches de escrutinio, las tormentas. Cientos de invitados, decenas de integrantes de un equipo que fue mutando con los años. La música, el corazón de La otra: si hago este programa es para poner las canciones.

Creo que empezó a salir el programa que a mí me gusta hacer tanto como escuchar solo desde que estamos en Gráfica. Hora límite, zona límite, esa parte de la ciudad por la que muchos nunca llegan. Algo extremista hace a La otra. Las primeras semanas pensábamos que había que pautar cada cuarto de hora en una hoja. El tercer o cuarto domingo se nos fue de las manos. Ahí aceptamos que el error dicta la verdad del programa, una voluntad que no manejamos y nos aviva.

Cuando lo estamos haciendo siempre pienso en un solo oyente, boca arriba en la oscuridad.

La otra.-radio no sería lo que es si no contuviera también las intervenciones que en el último tramo de 2019 tuvo el poeta Alejandro Rubio. Cuando entra al estudio no sabemos qué va a pasar. Cuando busca una idea en el vacío o abre un libro que trajo puede venir un silencio largo que a los códigos radiales le hacen ruido. Cruza ideas que encontró en una teoría de la novela de Lukács György hace un siglo con la lectura de un párrafo de una novela de Beckett del 79. Corrientes alternas. Tose, gruñe, atropella las frases o las tajea. De golpe acelera o pone punto aparte a su parte y se retira. Está obsesionado por la escritura pero no sé si sabe que agrega a la radio algo sin lo que la radio sería más lisa. Puedo transcribir unos tramos, pero la verdad mejor escucharlo.


"Vamos a pegar un salto ya que hoy, -decía- después de este gran estado de nerviosismo histórico y político, cuando se habla de una marcha de las organizaciones del campo, entre comillas, porque aparentemente el campo no quiere tirarle nada a los pobres, no estamos para hablar de civilizaciones integradas. Hoy venía pensando que hablemos un poco de civilizaciones no integradas. De la nuestra. De las civilizaciones donde no todo se reparte homogéneamente sobre una superficie lisa, que cualquiera puede ir iluminando parejamente mediante su vista, su andar, el afinamiento de su inteligencia. Esta es una civilización que está sobre un fondo, en cierta verticalidad extraña, tratando de ascender, de avanzar o de hundirse. Estamos en un momento político dramático, ¿sí?, ¿Estamos todos de acuerdo en eso? Acá y en toda Latinoamérica. En Bolivia, en Chile. En Brasil, en Perú, en Ecuador, en todos lados estamos en un momento dramático. La literatura tiene algo que decir de eso. Esa es la opinión de todos los que piensan que la literatura es, como decía un gran alemán, judío, no comunista pero fuertemente antinazi, antiautoritario, fuertemente comprometido con el valor de la literatura, llamado Erich Auerbach, aaaahh... ¿Cómo decir en pocas palabras lo que decía Auerbach en ese gran libro llamado Mímesis, una historia de la literatura occidental desde los griegos y el Antiguo Testamento hasta Virginia Woolf? ¿Cómo decir en pocas palabras eso? Podríamos decir que Auerbach lee la novela, especialmente la novela realista, en clave política. Lee también un hecho histórico menor, casual, anecdótico, escrito por el aristócrata romano Tácito acerca de la rebelión de la soldadesca, y también lee la triple negación de San Pedro, tres veces antes de que cante el gallo, lee todo eso como nuestra humanidad. No la humanidad de los egipcios, no la humanidad de Aristóteles, no la humanidad de los chinos, no la humanidad de otros: la humanidad de los occidentales. El mundo de los occidentales, los que estamos acá sentados, los occidentales. Para este mundo la literatura tiene valor, para los otros no.

"Tiene el valor fundamental -decía- de: mostrar la vida, minuto a minuto, segundo a segundo, año por año, mes por mes, en todas sus capas, de manera acabada y total. Desde un punto de vista individual, colectivo, fragmentado, integrado, discutido, no discutido, debatido, lo que sea, en todos los ángulos y de todas las formas. Ese es el valor de la literatura. Eso lo dice Auerbach, por eso alguna gente sigue haciéndose escritor, escritora o escritore, y no intelectual, y no cinéfilo, y no nada, sino escritor. Y por eso la literatura existe".


Samuel Beckett: Compañía

Una voz llega a alguien en la obscuridad. Imaginar.

A alguien boca arriba en la obscuridad. Lo nota por la presión en la espalda y los cambios de la obscuridad, cuando cierra los ojos y de nuevo cuando los abre. Sólo se puede verificar una ínfima parte de lo dicho. Como, por ejemplo, cuando oye: "Estás boca arriba en la obscuridad". Entonces ha de admitir la verdad de lo dicho. Pero la mayor parte, con mucho de lo dicho no se puede verificar. Como, por ejemplo, cuando oye: "Viste la luz por primera vez tal y cual día y ahora estás boca arriba en la obscuridad". Estratagema, tal vez, destinada a hacer recaer sobre lo primero la irrefutabilidad de lo segundo. Tal es, pues, la proposición. A alguien boca arriba en la obscuridad una voz habla de un pasado. Con alusiones ocasionales a un presente y, con menor frecuencia, a un futuro, como, por ejemplo: "Acabarás tal como estás ahora". Y en otra obscuridad o en la misma, otro, imaginándolo todo para hacerse compañía. Déjalo rápido.

La columna literaria de Alejandro Rubio en La otra se descarga acá. Y al final, una canción de Regina Spektor.

martes, 17 de diciembre de 2019

Wos: La democracia es valor fundamental que debemos defender


por Valentín Oliva, Wos *

Quiero mandarles mi más profundo apoyo y todas mis fuerzas a nuestras hermanas y hermanos latinoamericanos que se están movilizando y atravesando situaciones de represiones en su tierra, de esas que no imaginábamos que volviesen a suceder. En este contexto, creo que todas las personas tenemos un grado de responsabilidad y el rap se ve obligado a evolucionar por los avances de la gente para que, desde el hip hop, también acompañemos a los movimientos sociales. Definitivamente, repudio el golpe de Estado en Bolivia. Podés estar de acuerdo o no con el gobierno de Evo Morales, pero es un gobierno elegido por el pueblo, que se vio forzado a renunciar. Si hay algo que aprendimos, es que la democracia es un valor fundamental que debemos defender sin lugar a dudas.⁣
Lo que sucede en el resto de Latinoamérica tiene que ver con una larga historia de desigualdad, injusticia y opresión, que generó una masa de población excluida y marginada del sistema. Entonces, se aguanta y aguanta, pero llega un momento en que no se banca más y explota; es como una olla a presión. Y el poder frente a esto no tiene mejor idea que reprimir salvajemente. Se arma así un círculo vicioso del cual, históricamente, hemos tratado de salir: desigualdad-marginalidad-despertar del pueblo-represión.⁣

* #Wos para @lagargantapoderosa.

Terminó la Era del Burro: ¿y ahora qué pasa, eh?

Primer programa de La otra.-radio después de la Era del Burro, para escuchar clickeando acá 


El de este domingo fue el primer programa que hicimos después de terminada la Era del Burro. El Burro ya no está, los sectores populares dañados continuamente por sus cuatro años de pesadilla ya no se despiertan con el temor de recibir la noticia horrible del día. Se enteran de que Kicillof anuló el aumento de tarifas eléctricas autorizado poco antes de irse por la Hiena. Se enteran de que el ministro de salud Ginés González García actualizó el protocolo de interrupción legal del embarazo que el burro había derogado 20 días antes de irse. O que, después de las brutales remarcaciones de precios de medicamentos que la población había padecido al final del régimen del Burro, ahora Ginés anuncia una rebaja leve y un compromiso de los laboratorios para no volver a aumentarlos en los próximos meses. 

El sentido de las medidas es siempre el mismo: modificar la dirección hacia la que se dirigían los recursos económicos en el gobierno del Burro y que el estado intervenga para proteger al 40% de pobres que el Burro dejó. Desalentar los despidos de trabajadores sobre cuyas espaldas las grandes empresas hacían recaer el costo de la caída económica provocada por las políticas del Burro. Financiar un auxilio económico extra para jubilaciones y asignaciones universales por hijo, sin emisión inflacionaria, mediante una actualización de las retenciones a las exportaciones agrícolas que el Burro había dejado licuar durante el último año. 

Un ejemplo paradigmático: el FMI proponía el año pasado que para, bajar el déficit fiscal, aumentaran las retenciones a las exportaciones de los productos agrícolas, pero por su rigidez clasista el Burro fijó una retención de 4 pesos por dólar exportado (el dolar valía entonces 38 pesos), un monto que se fue licuando rápido a medida que el dolar se devaluaba hasta llegar a los 63 pesos actuales. Mientras, la cantidad de pobres crecía dramáticamente en los últimos 12 meses. Cuando Alberto propone readecuar las retenciones a los valores que tenían el año pasado antes de la última devaluación, los chacareros ultras amenazan con reeditar el clima de zozobra de 2008 cuando la resolución 125 disparó el largo conflicto con las patronales agrarias.



Las medidas del nuevo gobierno reparan una parte de los cuantiosos daños ocasionados contra los sectores más desprotegidos del pueblo. Esa reparación tiene costos que deberían ser financiados por el núcleo social ampliamente beneficiado por el Burro. La reacción pendenciera estimulada y amplificada por los medios corporativos para repetir el conflicto de 2008 se encuentra hoy con un contexto social  y político distinto. ¿Serían los modales ariscos de Cristina, las cadenas nacionales y la retórica combativa lo que los "republicanos" deploraban? ¿O lo que siempre defendieron y se aprestan una vez más a hacerlo son sus privilegios estructurales? ¿Se cierra la grieta con el abrazo y la palmada que Alberto le dio al Burro el día del traspaso de mando? ¿O se abre apenas los exportadores tienen que volver a poner un poco más de 4 pesos por dolar ganado? ¿Se abre la grieta cuando Cristina recibe con un gesto de desprecio la presencia del Burro que procuró encarcelarla o se abre cuando el gobierno de Alberto pone un impuesto a los gastos de dólares por turismo al exterior? ¿Dar de comer a los hambrientos o dejar que los turistas fuguen sus excedentes en destinos suntuosos? ¿Declararle mientras tanto la guerra policial contra los pibes de gorrita o dar por terminada la orden de que la cana dispare por las dudas?


Hay una frase muy repetida, esa de que la historia se repite primero como tragedia y después como farsa. Pero los cortes de ruta de 2008 ya eran una farsa que aisló políticamente al gobierno de Cristina, mientras el resto de la clase política corrió en defensa de los más fuertes, los ganadores de siempre de la historia argentina. La diferencia: la articulación política encabezada por Alberto Fernández y Cristina Fernández que acaba de derrotar al macrismo en octubre y de asumir el gobierno la semana pasada contiene hoy a una unidad del peronismo y de otros sectores populares, unidad de un volumen como hace años no se lograba concretar y que el gobierno todavía busca ampliar más. 

Alberto Fernández le está imprimiendo a sus decisiones una intensidad cotidiana que entusiasma para frenar el colapso social al que se encaminó el gobierno del burro. Esta intensidad está a la altura de la crisis en la que el Burro nos sumió. Entusiasma a los que padecieron los cuatro años del Burro. Ofusca a los que se beneficiaron con sus burradas. En política existe un principio de inercia: un orden muy injusto encuentra en sus beneficiarios una resistencia perpetua a ceder sus privilegios. El Burro se fue, pero los privilegiados de siempre persisten. Hay que ver si, con esta articulación política amplia y con sus modos cordiales, el gobierno de Alberto logra torcer las injusticias estructurales que tienen que terminar para que el país sea viable. La alternativa es un régimen de exclusión y violencia represiva que el Burro intentó y abortó por sus burradas. La grieta pudo ser un recurso retórico que finalmente le resultó funcional a la clase privilegiada. Los conflictos por la distribución de la riqueza persisten por más gestos reparadores que se hagan.

Los gestos simbólicos apuntan, de un lado y del otro de las partes en conflicto, a atraer a esos sectores medio volubles, siempre vacilantes entre sus intereses objetivos y la identificación enfermiza con sus propios opresores.


domingo, 15 de diciembre de 2019

Cristina vio la capacidad de Martín Guzmán tres años antes


El 13 de diciembre de 2016 Cristina posteó en sus redes sociales un texto en el que citaba a Martín Guzmán, el actual ministro de Economía de Alberto Fernández. Durante todo el período de transición entre el macrismo y el nuevo gobierno, la corporación mediática realizó continuas operaciones para colocar en ese ministerio a uno de sus representantes. Especularon miles de horas con el ministro que determinaría el rumbo económico del gobierno del Frente de Todos. Circularon muchísimos nombres y se especulaba con los presuntos "vetos" de Cristina a las propuestas de Alberto. El nombre de Guzmán apareció en los últimos días de la transición y no por mérito de ninguna primicia de la corporación, sino porque el propio equipo de Alberto lo hizo trascender. 

El posteo de Cristina justo hace tres años muestra que ya entonces, incluso antes de la formación de Unidad Ciudadana y muy lejos de la conformación del Frente de Todos las condiciones para una convergencia política entre los Fernández tenía un sustento programático. Estaban cerca antes de saberlo. Las especulaciones de los operadores del establishment sobre quién tiene el poder en la articulación política que derrotó al macrismo adoptan la retórica del folletín. El Frente de Todos estaba prefigurado antes de existir y la fórmula electoral anunciada en mayo, que provocó una sorpresa decisiva para el triunfo, vino después. Forma parte de la dinámica propia del movimiento popular y no una trama de intrigas novelescas. 

Solo que Cristina, como suele suceder en estas últimas décadas, vio el escenario tres años antes que el resto.

A continuación va lo que publicó Cristina en 2016:

“Pobreza conceptual alarmante”

Martín Guzmán, mano derecha de Joseph Stiglitz, está sorprendido por el análisis deficiente del ministro Prat-Gay acerca de cómo impulsar el crecimiento de la economía. También fueron muy críticos Batakis y Chena.

“El Banco Central y el Ministerio de Economía se manejan con una pobreza conceptual alarmante. Cuando el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, asistió a la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, desarrolló un solo concepto: que el Gobierno había terminado con el populismo y que ahora Argentina pasaba a ser un país creíble para atraer inversiones. Eso no ha funcionado nunca en ningún lugar del mundo”. La crítica a la gestión de la economía macrista proviene del economista Martín Guzmán, mano derecha del premio Nobel Joseph Stiglitz. Guzmán es investigador y docente en Columbia (Nueva York) y allí presenció la presentación del programa económico del Gobierno por parte de Prat-Gay el pasado 10 de octubre.
El resultado de ese encuentro y la gestión observada este año fue, según su visión, “alarmante”. Guzmán participó de una jornada de debate organizada por Gestar-PJ y la mesa economía del Movimiento Evita junto a Silvina Batakis, ex ministra de Economía de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires, y a Pablo Chena, investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (Ceil)-Conicet. “La condición primera del esquema de desarrollo es la del pleno empleo. La economía debe manejarse de manera tal que genere empleo para todos los sectores de la población. Eso implica que haya trabajos para las 13 millones de personas que no cuentan con entrenamiento. Además, el esquema debe propiciar el cambio productivo y debe ser consistente en lo macroeconómico. Entonces, la búsqueda del equilibrio pasa por contar con los sectores que generan divisas y mejoran el horizonte macro pero que no resuelven el tema del empleo, como la soja, junto a sectores que generan empleo y consumen divisas (la industria), y por último los sectores que generan cambio tecnológico pero sólo ofrecen oportunidades de empleo a los sectores con alto nivel de entrenamiento, como el software”, definió Guzmán.
Uno de los puntos en los que se centró la crítica de Guzmán fue el “Plan Productivo Nacional”, según el cual el Gobierno se propone seguir el modelo australiano de desarrollo. “A lo largo de este año, el Gobierno mostró mucha miopía y pobreza conceptual en diversos frentes. El llamado Plan Productivo Nacional es reflejo de ello. Australia y Argentina son dos países muy diferentes, en cuanto a riquezas, estructura demográfica y social. Australia tiene 22 millones de personas y Argentina, 40 millones. Australia es un país exportador de materias primas sin gran desarrollo industrial, en donde el sector de servicios alcanza para incluir laboralmente a toda la sociedad, que además está muy bien entrenada. En Argentina, en cambio, la destrucción de la industria implicaría un efecto de exclusión muy fuerte. Tal vez la economía en un escenario así crezca, pero no al servicio de la gente. Durante fines de los ’70 y los ’90 también se aplicaron políticas de exclusión con un costo muy alto, hoy mucha gente no está en condiciones de acceder a un entrenamiento básico que le permita tener un buen empleo”, desarrolló Guzmán. El economista de la Universidad de Columbia también se mostró crítico de los últimos años de la gestión kirchnerista por considerar que se tensionó demasiado el escenario macroeconómico.
La ex ministra de Scioli, Silvina Batakis, remarcó que “el Gobierno no entiende que el mundo está en una posición netamente vendedora. De manera que abrir la economía en este contexto no equivale a vender más sino a perder puestos de trabajo o a que no se generen los empleos que podrían generarse”. Además, indicó que a lo largo de este año se observa una puja de poder entre el sector financiero y el agro que se expresa en el tipo de cambio deseado. “En ese contexto, la industria nacional es un convidado de piedra”.
En tanto, el investigador del Conicet Pablo Chena describió al Gobierno de Macri como “la revolución de los ricos, caracterizada por la negativa de este sector a pagar impuestos”. “El problema en la Argentina es que los ricos no tienen modelo de desarrollo, no tienen un proyecto de acumulación. Por eso el excedente en los sectores de mayor rentabilidad (agro, bancos y minería) se fuga y vuelve como deuda externa. Con la deuda, los ricos logran cobrar intereses al Estado. En consecuencia, se debilita el Estado, que se convierte en deudor. El debilitamiento equivale a pérdida de soberanía, que implica que el Estado se acopla ciegamente a lo que marca la división internacional del trabajo, es decir, una inserción silenciosa en las cadenas de producción de las empresas multinacionales. Por eso, en la concepción del macrismo, hay sectores viables y otros inviables. En este esquema, el horizonte es de una precariedad laboral del 50 por ciento de la fuerza de trabajo, como ocurre en los países de la Alianza del Pacífico, y la destrucción de entre el 20 y el 30 por ciento de los trabajos en el país”.

Donde sea que vaya llueve sobre mí


Así es como va a ser el mundo
donde sea que vaya llueve sobre mí
cuarenta monos se ahogan en un mar caliente
donde sea que vaya llueve sobre mí.

Bajé al valle para rezar
donde sea que vaya llueve sobre mí
me emborraché y no hice nada en todo el día
donde sea que vaya llueve sobre mí.

Donde sea que vaya
donde sea que vaya
donde sea que vaya
llueve sobre mí.


Hijos de Dios, ¿no lo pueden ver?
donde sea que vaya llueve sobre mí
Louie, Lista y Marchese
donde sea que vaya llueve sobre mí.

Robert Sheehan y Paul Body
donde sea que vaya llueve sobre mí
bajé a Argyle, bajé a Dix
a buscar mi polvo, a buscar mi dosis
donde sea que vaya llueve sobre mí.


Donde sea que vaya
donde sea que vaya
donde sea que vaya
llueve sobre mí.

Donde sea que vaya
donde sea que vaya
donde sea que vaya
llueve sobre mí.

viernes, 13 de diciembre de 2019

El tiempo que pasamos con Lou Reed

Última parte de La otra.-radio del domingo pasado, para escuchar clickeando acá 


Quizás debería irme a vivir en Amsterdam
en una calle cerca de un gran canal
pasar mis tardes en el Van Gogh Museum
qué sueño, el Van Gogh Museum.

Quizás sea hora de conocer Tanger
una vida diferente, diferentes miedos
quizás debería estar en Edimburgo
con una falda escocesa en Edimburgo.
bailando una danza moderna
bailando una danza moderna.

O quizás debería irme a una granja al sur de Francia
donde la brisa es tenue y los campesinos bailan
y vos y yo podríamos dormir bajo la luna
luna de junio, dormidos hasta el mediodía.

O quizás podríamos enamorarnos
recuperar el espíritu que una vez tuvimos
me dejarías abrazarte, tocarte
en la noche que brilla de miedo
bailando una danza moderna
bailando una danza moderna.

Mierda, quizás podría irme a Yucatán
donde las mujeres son mujeres y un hombre es un hombre
nadie se confunde ni extravía
su lugar en la raza humana.

Quizás no esté hecho para la ciudad
con olor a caños de escape
el olor de la trifulca
y quizás no quieras ser una esposa
no es vida la de una esposa
bailando una danza moderna
bailando una danza moderna.

Así que quizás debería ir a Tanganica
donde los ríos fluyen por montañas altas y escarpadas
o irme a la India a estudiar cánticos
y olvidarme del romance para bailar un mantra.

Necesito un gurú, necesito una ley
que me explique las cosas que vimos
y por qué siempre llegamos a este punto
todo empieza a caer después del primer beso.

Quizás tendría que mudarme a Rotterdam
me podría mudar a Irlanda
Italia, España o Afganistán
un lugar donde no llueva.

O quizás debería aprender una danza moderna
donde los roles cambian
no tocás a nadie ni sabés con quién bailás
esta semana, este mes, esta época.

Al bailar una danza moderna
no sabés con quién bailás
tendría que irme a Pakistán o a Afganistán
no sabés con quién bailás
y quizás no quieras ser una esposa
no es vida la de una esposa
bailando una danza moderna.

No tocás a nadie ni sabés con quién bailás
en la danza moderna
los roles cambian.



Finalmente el domingo pasado (¡cuando todavía el burro estaba en el gobierno!) llegamos al final del recorrido por la vida y obra de Lou Reed que este año hicimos bajo la guía de Maxi Diomedi. Este último capítulo estuvo dedicado a la etapa en la que Lou unió su vida a la de Laurie Anderson, la artista con quien estaría desde mediados de los 90 hasta que él murió en 2013. Fue un final sereno y probablemente feliz para un artista vagabundo y angustiado, que durante gran parte de su vida pareció no encontrar punto de reposo. En la obra de los dos quedaron huellas de su amor persistente. Lou hasta apareció de sorpresa en un show de Laurie en Buenos Aires en 2008, para dejar atónitos a los testigos de tremenda yunta escénica.

Lou cada vez que cantó al matrimonio no dejó de usar la ironía que encontró leyendo a Kierkegaard -de hecho, tanto ella como él citan a Kierkegaard en sus obras y parecen apoyarse en el escepticismo que el escritor danés manifiesta sobre la institución matrimonial como una salida posible para la desesperación. Hay un tramo de la canción que se remite directamente a La repetición, que Kierkegaard publicó bajo el pseudónimo de Constantin Constantius:

Necesito una ley
que me explique las cosas que vimos
y por qué siempre llegamos a este punto
todo empieza a caer después del primer beso.

Para Kierkegaard, el matrimonio no es ninguna salida para la desesperación sino solo una manera larvada de desesperarse de a par. En "Turning time around", la canción de Lou que Laurie cita al final de la película Heart of a dog, él trata de responder la pregunta por el amor:

Bueno, no lo llamo familia ni lo llamo lujuria
y, como sabemos, no hace falta el matrimonio
y supongo que a la larga es una cuestión de confianza
si tuviera que hacerlo, lo llamaría tiempo.

Ellos se casaron después de algunos años de haberse conocido, aunque nunca dejaron dicho que el matrimonio fuera esa salida de la desesperación. Igual parecería que su amor sí tuvo para ellos un efecto benefactor.

El último capítulo de este año con Lou lo pueden escuchar descargándolo acá.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Charly en el Luna y el público cantando la Marcha Peronista





Diciembre de 2019, otra vez Charly en el Luna, con un show conciso, potente, una selección exquisita de sus temas históricos y gran parte de su nuevo repertorio. La banda impecable y Charly muy inspirado en los teclados y con su voz afinada y expresiva como hace años no se oía. Un show de una hora neta, con versiones justas de los temas, sin estiramientos, baches ni sanata. En las pantallas cada tema encuentra un contrapunto cinematográfico: El increíble hombre menguante (para "Cerca de la revolución"), Psicosis (para "Asesíname"), King Kong (para su tema del mismo título). El toro salvaje (para "Rivalidad"), la bizarría de Ken Russell en Los Demonios (para "Rezo por vos"), dos clips especialmente preparados para "Lluvia" y "In the city that never sleep", éste con subtítulos para la canción en inglés, y Con un fracaso, millonarios, la comedia musical de Mel Brooks que ilustra la canción "Otro". La sincronización entre la banda y el montaje de las imágenes es notable, un gusto por las referencias cinéfilas que García viene cultivando desde los primeros discos y ahora encuentra una lucida inserción en el show. En una hora de Charly 2019 hay tanta música linda que no es necesario estirar la actuación con un relleno que lo acercase a una duración convencional.

La sorpresa la da el público de un Luna repleto. Por primera vez en muchos años escucho a una multitud vivar al presidente que ayer asumió, festejar la vuelta de Cristina. Y alguien puede corregirme, pero yo nunca antes escuché en un recital de rock cantar completa la Marcha Peronista, incluida la estrofa reciente que menciona a Néstor y Cristina, como anoche sucedió, mientras esperábamos el bis (hermosa versión de "Desarma y sangra"). Charly nunca dijo ser peronista, pero los 4 horrendos años de los gorilas en el poder lograron que el público, mayoría de clase media urbana, adopte la Marcha como himno identitario


miércoles, 11 de diciembre de 2019

Tani



[Nota del editor: Estanislao no "trabaja" de drag queen, es drag queen].


Genética peronista