viernes, 10 de octubre de 2025

Mientras la ciudad duerme

 Charly publica una colaboración con Sting

Para ser objetivos: este single relanza a Charly acompañado por una figura global, cuando después de El Escorpión parecía que ya no había olla que rascar. De algún modo es real, porque In the city tiene cerca de 20 años y ya conoce varias versiones, todas con producciones flojas. Esta es sin dudas la mejor producida hasta ahora, sin descollar. El diseño de audio es muy estándar pero suena mejor que las últimas grabaciones conocidas de Charly. Su voz sale mejor que en El Escorpión (lo que no es mucho), no sabemos si porque Charly accedió a maquillar los evidentes fallos vocales de su último LP. La participación de Sting es más un empujón de marketing ('ahora escuchen algo nuevo") que una real colaboración artística. Sting canta apenas unos minutos y su aporte no cambia la calidad artística del tema, tampoco será recordada entre las grandes performances de Sting. 

La composición misma no está entre las grandes creaciones de Charly. In the city es uno de los temas a los que él más se apegó desde 2007, no por su especial calidad sino porque debe trasmitir la manera en que Charly se autopercibe. "How do you think i'm crazy" es casi literalmente -hasta métricamente- "No pienses que estoy loco", aunque en "De mí" sonara más genuino. Charly también lo cantó a través de Lennon en "Watching the wheels": "People say I'm crazy...". Es como su frase emblema cuando otros versos más lacerantes y originales quedan como recuerdos de otra época. 

A todos nos entusiasma un lanzamiento de Charly porque nos retrotrae a tiempos mejores aunque el lanzamiento no comporte novedad, excepto que por primera vez en una década algo salido de la factoría García suena aceptablemente (no se puede decirse de La Lógica del Escorpión). Charly es un artista muy grande pero quizá el último destello de su genialidad fue en 2004, en la versión de "Seminare" bajo la lluvia en Ferro. Después de eso nunca volvió a tener esa intensidad deslumbrante. Los últimos grandes temas compuestos por él datan del período 2002/2003, Influencia, Rock & Roll Yo. Dicho esto, todos nos alegramos que Charly siga sacando discos. 

#charlygarcia 
#Sting 
#inthecity

lunes, 6 de octubre de 2025

PTA, la puerilidad política y la cuestión de la técnica

Una batalla tras otra

En el siguiente párrafo de Roger Koza se patentiza la debilidad formal, narrativa, pero también la endeblez política de la película de PTA:

"En Una batalla tras otra existe una voluntad de opacidad respecto del tiempo del relato y asimismo de la naturaleza política del grupo revolucionario. ¿Cuándo comienza? ¿A qué tipo de lucha política adscriben los jóvenes radicalizados? La defensa de los inmigrantes es incuestionable y concreta, también lo es la merecida crítica farsesca al militarismo, todo lo demás oscila entre la abstracción y la imprecisión. El Club de Aventureros de la Navidad que representa una logia de la supremacía blanca constituye una figura reconocible en el repertorio reaccionario propio de un delirio habitual de Estados Unidos. Es un tipo de formación comunitaria de poder, entre otras, que le interesa a Anderson, como puede constatarse especialmente en The Master, a propósito de la cienciología. La merecida parodia en esta última película de un grupo de esa índole es tan elocuente como eficaz en términos narrativos, pero insuficiente vista desde una crítica política. Hay en Anderson una cierta timidez de nombrar con precisión los signos del presente, más allá de que Una batalla tras otra irrumpe como un relato sobre un presente signado por el desborde. Acá, la ironía impregna todo de principio a fin; cuando se combina con lo delirante la contundencia es incuestionable, pero sin ese plus la hegemonía de esa perspectiva resulta piadosamente infantil". 

Algún día habrá que dilucidar la relación funcional que existe entre rigor formal, verdad artística y consistencia política de una película. Sostengo que no se pueden disociar, no porque solo las películas políticamente justas puedan llegar a la verdad artística, sino, en cambio, porque el rigor formal y la verdad artística pueden permitir alforar una consistencia política en perspectivas conservadoras o reaccionarias -ejemplos de ello pueden ser las mejores películas de Sokurov, o incluso Eastwood. Lo que puede ser puesto en serias dudas es la verdad artística de películas "piadosamente infantiles", críticas políticas "insuficientes" y "voluntad de opacidad".

Se elogia la eficacia de una secuencia de persecución de automóviles en la carretera, en el tramo final de la película, eficacia atribuible a un recurso meramente técnico óptico, que NO se integra formalmente a ninguna mirada política, ni a una disposición formal. ¡Con qué frecuencia se confunde la cuestión de la técnica con las formas artísticas! Son excesivas y fuera de lugar las atribuciones del carácter revolucionario o estéticamente magistral de One Battle After Another. Una obra que desemboca en la piadosa puerilidad es imposible que rasguñe alguna elevación magistral y menos aún revolucionaria.