martes, 7 de junio de 2022

El peligro para el pueblo no es Milei sino la larga claudicación del albertismo

Perfil del fracaso popular




Es una ley de la era neoliberal: There Is No Alternative. Fue seguida al pie de la letra por la conducción de Alberto Fernández. Las derechas crecen por el fracaso de las socialdemocracias que desacreditan el poder transformador de los gobiernos populares y frustran a los que esperan una mejora que nunca llega.

El verdadero peligro no es el crecimiento de Milei -que parece haber encontrado su techo- sino el fracaso de la gestión temerosa y conservadora del statu quo que hizo Alberto Fernández. La derecha sólo hace su trabajo: ser de derecha de la manera más eficaz y rápida, tratando de aplicar su programa de ajuste y represión. El primer macrismo lo quiso hacer "gradualmente" y el próximo lo va a hacer "en 100 horas". No se le puede reprochar a la derecha ser de derecha. Sí se le puede reprochar a los gobiernos populares aplicar programas de derecha.

Si una candidatura de Larreta tiene espacio para ganar, anunciando un programa de ultraderecha después de la memoria reciente del desastre macrista, es porque el programa socialdemócrata del ejecutivo de Alberto Fernández se dedicó no a transformar el país que le había dejado Juntos por el Cambio sino a administrar su miseria. No se logró desarticular el lawfare, no se liberó a Milagro Sala y lxs otrxs luchadorxs sociales, no cambió al fiscal Conte Grand, Stornelli sigue en su cargo a pesar de su procesamiento, la Corte puesta por macri y el PJ en 2016 declara constantemente su alineamiento doctrinario con el ajuste y el cercenamiento de derechos. Muy probablemente esa misma Corte financie la campaña de Larreta con una acordada inminente que la provea de fondos coparticipables que corresponderían a las provincias.

La gestión de Fernández y Guzmán no cambió los condicionamientos transgeneracionales de la deuda, a pesar de que fue contraída violando los propios estatutos del Fondo Monetario Internacional. No bajó la inflación ni subió los salarios. Les dio pauta millonaria a los medios que se dedicaron a condicionarlo con tapas en contra y tractorazos para que ni siquiera se atreviera a expropiar Vicentín. La derecha, Bullrich o Larreta darían lo mismo, aplicarán el mismo programa. 

Cuando los sectores más dinámicos y transformadores del FdT quisieron cuestionar el incumplimiento de las promesas electorales, se los quiso callar diciendo diciendo que la discusión interna le hacía el juego a la derecha y había que fortalecer la figura presidencial. Cuando se habló de mandar proyectos que afectaran los intereses oligopólicos, el Poder Ejecutivo dijo que no daban las relaciones de fuerza ni los números de legisladores del Congreso, omitiendo que los diputados y senadores perdieron escaños en ambas cámaras porque la gestión de AF perdió cuatro millones de votos en dos años de ejercicio -derrota que CFK había advertido antes de que pasara- porque el año electoral 2021 Guzmán aplicó un ajuste suponiendo que la pandemia había pasado y cortó las cuotas del IFE. La hipótesis era falsa y apresurada porque 2021 fue el peor año de la pandemia y la pobreza creció. 

Las relaciones de fuerza no alcanzaron porque el albertismo se dedicó a perder el poder conquistado en las PASO de 2019. Perdió el 15% de diferencia de las PASO porque se dedicó a facilitarle a macri una salida ordenada, a pesar de la reacción desorbitada de macri, que el lunes 12 de agosto de 2019 se dedicó a dinamitar todos los puentes. 

Macri se fue muy desacreditado pero Alberto fortaleció la figura de Larreta al sentarlo a la mesa de la pandemia y lanzó así su figura a nivel nacional. Es razonable que el establishment de AEA, la UIA, la Rural, el FMI y los bancos prefieran a Larreta antes que al delirante Milei para hacer el ajuste pendiente. Larreta ya dijo que para hacer los ajustes necesarios en 100 horas va a gobernar con el 70% de los votos, es decir, excluyendo al kirchnerismo e incluyendo al resto del peronismo de derecha. 

Si la agenda de discusión pública de estos años no fue resolver la restricción externa ni el crecimiento de la pobreza sino la libre portación de armas, el lenguaje inclusivo y la liberalización del mercado de la venta de órganos es porque el ejecutivo mantuvo la pauta de los medios que instalaron estas agendas y vació a los medios públicos, según la tesis albertista de que la comunicación no es un servicio público sino un negocio. 

El peligro no es Milei sino el corrimiento a la derecha del Frente de Todos. Es una ley de la política que los electorados de derecha crecen cuando los votantes de las fuerzas populares se sienten decepcionados y debilitados por los gobiernos que dicen representarlos. Es un error creer que Milei es un fenómeno de la naturaleza, una oleada global o un cisne negro. En un gobierno de "unidad nacional" conducido por Larreta, el Movimiento Evita y la CGT van a alinearse como ya lo hicieron con macri. El auge de la ultraderecha es el resultado de las acciones y omisiones de un gobierno que a tres años de asumir no intentó afectar los intereses que están esperando su fracaso para arremeter con todo. 

Guzmán va a volver a Washington a dar clases y hacer consultorías, Kulfas se va a dedicar a denunciar a Cristina -ya empezó- para que Comodoro Py empiece la judicialización del Gasoducto Néstor Kirchner, Alberto va a volver a dar clases a la facultad y nadie lo va a perseguir judicialmente. El Evita y la CGT van a volver a contener el estallido social bancando con programas sociales el ajuste larretista: ya lo hicieron durante el macrismo. Los medios corporativos fortalecidos van a seguir estigmatizando el liderazgo de Cristina. El aumento brutal de las tarifas va a aplicarse con el argumento de que el FdT fracasó en su política energética. 

El gobierno de Larreta más el peronismo de derecha va a gozar del crecimiento de las comodities que harán aumentar el PBI. Así que no nos engañemos: si se impone un programa de ajuste y represión por el voto popular no va a ser por la fuerza de Milei -el establishment ya le está soltando la mano porque no garantiza una gestión estable- sino por la claudicación del albertismo. La derecha peronista va a culpar de la derrrota electoral a Cristina y la Cámpora.

Nosotros seguiremos resistiendo.

2 comentarios:

Diego dijo...

Dice la Corriente K de Santa Fe que los bloqueaste en Twitter por decir exactamente esto que estás publicando acá. Andá a darles un perdón, no seas mal agradecido. Creo que ellos igual te quieren :-)

Comentando el post, es así como lo decís: estamos en la pelotudez y ¿sumamos? victorias que no le interesan ni le cambian la vida a casi nadie. Como las socialdemocracias europeas, hacemos (en el mejor de los casos) izquierdismo o progresismo que no le molesta a nadie, y de eso alguien debería darse cuenta.

Además de todos los lameortos de AF que, como decís, serán los primeros en sumarse al eventual carro vencedor de Larreta. ¿O nos olvidamos del Frente Renovador o los Sanguchitos Bossio? ¿Tan pronto?

Oscar Cuervo dijo...

Yo no veo ningún izquierdismo en el gobierno de AF. Creo que ese sería un error grosero de caracterización. Y en cuanto al uso de la palabra "progresismo", parece que ya no significa nada porque cada uno la usa para lo que se le canta. Quisiera saber cuál es el progresismo de AF.