El silencio táctico y el hermetismo de la cúpula, cuya "genialidad" todos esperan para el último minuto, pudo ser una táctica útil en determinado momento. La Campora, con el aval de Cristina, parece haber adoptado esa táctica como estrategia: no discutir a la jefatura nunca, orden cerrado y vertical, porque discutir o tener una línea disidente es traición, por más que la jefatura haya mostrado serios errores durante 10 años . A ella todos le deberemos siempre todo, por lo que suponerla equivocada es un sacrilegio. No importa tanto perder sino venerar su jefatura en cualquier escenario. El que se diferencia es traidor. Lo del bastón del mariscal era una frase hecha, que solo la podía poner en práctica aquel al que Cristina eligiera. Una visión de la experiencia anticipa que repetir esa misma táctica es volver a fracasar. Esperar por ejemplo que la jefa señale los tiempos y las candidaturas. Como ella los eligió, si esos candidatos ganan van a tener que seguir acatandola. Si pierden es culpa de ellos, así que la jefa va a seguir mandando. No es secreto que así iremos perdiendo 5 puntos del electoral cada 2 años. Y en 2027 estaremos en 20 puntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario