Bluesky

Al actuar como jefa de La Cámpora en detrimento de los intereses populares @cristinafkirchner.bsky.social se arriesga a devaluar su legado. En Rosario se la vio aislada, simulando liderar a una totalidad que no está, ansiosa por revalidar una relevancia que ni siquera debería estar en discusión.

[image or embed]

— Oscar Cuervo (@oscaracuervo.bsky.social) 24 de noviembre de 2024, 3:45

sábado, 20 de agosto de 2011

Altamira brinda con un verdugo de sus compañeros

¡Chinchín, Chiche!


por Oscar Cuervo

La historia de Alejandrina Barry y la de sus padres, militantes montoneros de los 70, habla de la barbarie genocida durante la dictadura. Los militares contaron con un ramal periodístico para desarrollar el plan de los grandes empresarios que planearon y financiaron el golpe.

Alejandrina presentó hace unos meses una querella contra Editorial Atlántida por encubrimiento y participación en los delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio. La acusación a Editorial Atlántida incluye nada menos que a Chiche Gelblung (quien el lunes pasado bebió champán con Jorge Altamira en los estudios de Radio Mitre, del Grupo Clarín, festejando los buenos resultados del FIT en las Primarias) y a Héctor D’Amico, el actual secretario de redacción del diario La Nación.

Alejandrina (según se cuenta en la página web del PTS) es hija de Susana Matta y Juan Alejandro. Nació el 19 de mayo de 1975 en la cárcel de Olmos y pasó sus primeros días junto a su mamá prisionera. “Eran militantes montoneros -dice- y fueron asesinados en diciembre del 77 por un operativo conjunto en Uruguay entre las FFAA argentinas y uruguayas. Primero asesinan a mi papá y luego, ese mismo día, cercan la casa donde estábamos con mi mamá, la matan y quedo yo sola.”

Después llegaron los periodistas y las cámaras de fotos. “El objetivo -cuenta - era reivindicar el asesinato de los que ellos (periodistas aliados a los militares) llamaban ‘terroristas subversivos’, conmigo como conejito de Indias. Salí fotografiada en Gente, Para Ti y Somos, las principales revistas masivas de ese momento. Y en distintos diarios. Las notas decían que yo era una víctima de mis padres subversivos, que me habían dejado huérfana, que había quedado sola en el mundo y que nadie me reclamaba. Supuestos ‘terroristas’ que dejaron de ser personas y se convirtieron en ‘desalmados’, fabricantes de huérfanos, entre las cosas más leves que dicen. ¡A mis viejos los habían asesinado los milicos y a mí me arman fotos, con mis tres años, en una cuna rodeada de armas! Mi historia muestra cómo revistas ‘inofensivas’ como Somos o Gente hacían una propaganda alevosa de los asesinatos de los milicos, demonizando a los luchadores. A mí me convirtieron en un botín de guerra, como a los cientos de apropiados, pero con otro fin. Con esas fotos buscaban sembrar terror y desmoralizar a los luchadores y sus familias”.

Cuando a los 14 años Alejandrina se enteró de esto su vida dio un vuelco. “Si querían que odiara a mis padres por abandonarme consiguieron lo contrario. Empecé un largo camino para conocer e investigar lo que había pasado en los 70, por qué peleó esa generación, conocer la vida de mis viejos, por qué los mataron. Y eso tenía y tiene que ver con dejarme un mundo distinto a mí y a todos los hijos de los militantes. Entonces yo tenía una deuda pendiente, por mis viejos y por mí. Porque esto me lo hicieron a mí, me dejaron sin mis viejos y encima me usaron en una campaña mediática contra ellos”. Tiempo más tarde Alejandrina se integró al PTS, “porque me convencí de que esa deuda sólo iba a saldarse peleando consecuentemente contra la clase social que perpetró el golpe: los empresarios, sus partidos y sus instituciones como las Fuerzas Armadas”.



Chiche Gelblung fue jefe de redacción de la revista Gente desde 1976 a 1978. En el número aparecido el 25 de mayo de 1978, Gelblung hizo una nota desde Francia acusando a los organismos de derechos humanos de exiliados argentinos y la tituló “Cara a cara con los jefes de la campaña antiargentina”. Gelblung le pidió a Vigil, el dueño, viajar a Francia para cubrir la información que surgía de los exiliados argentinos y de los organismos de Derechos Humanos. En la nota, denunció a los militantes bajo este párrafo: “el terrorismo abrió un frente externo. Y esto que aquí investigamos es sólo una de sus expresiones. Pero el país no está desarmado para hacerles frente. Debe contrarrestar, con la verdad, su arma más poderosa, esa campaña”.

Esta semana, Jorge Altamira, candidato a presidente por el FIT brindó con champán con Chiche Gelblung.

El FIT es una alianza entre varios partidos de izquierda, entre ellos el Partido Obrero (al que pertenece Altamira) y el PTS (en el que milita Alejandrina Barry).

El martes 16 la dirección nacional del PTS le envió al Partido Obrero esta carta:

Estimados compañeros del Partido Obrero:

En el marco de la victoria política que logró nuestro Frente de Izquierda sorteando con creces el umbral proscriptivo que nos quisieron imponer en las Primarias, les escribimos para manifestarles nuestra preocupación por el encuentro y brindis que protagonizó ayer el compañero Jorge Altamira con el periodista “Chiche” Gelblung en radio Mitre.

El Partido Obrero, a través de APEL, es parte del Colectivo Justicia Ya! el cual acompañó a nuestra compañera Alejandrina Barry (primera candidata del Frente de Izquierda a senadora provincial por la Tercera Sección de la pcia. de Buenos Aires) en la denuncia que se le realizó el pasado 24 de septiembre contra los directivos de Editorial Atlántida y quienes dirigían las publicaciones “Gente”, “Para Ti” y “Somos” en diciembre de 1977 y enero de 1978, denuncia que tuvo mucha trascendencia mediática.

Luego de ser brutalmente asesinados por un comando común del ejército uruguayo y de la Armada argentina las revistas Gente, Somos y Para Ti mostraron a Alejandrina como una hija de subversivos abandonada por sus padres, El 5 de enero de 1978, la revista Gente que dirigía Samuel “Chiche” Gelblung tituló “Esto también es terrorismo. Alejandra está sola”, acusó a sus padres fallecidos de ser “asesinos que dejaron de ser padres para fabricar huérfanos”. Luego del crimen de sus padres, Alejandrina había quedado en manos de los verdugos, y luego fue entregada a familiares en Argentina.

Gelblung está imputado en esta causa penal en la que la querella de Justicia Ya! acusó a los directivos de Editorial Atlántida y al staff de estas revistas por ser partícipes necesarios del genocidio cometido por el Estado contra los militantes obreros y populares.

Está de más decir que defendemos el derecho de los socialistas revolucionarios de aprovechar hasta la última brecha para difundir nuestras denuncias, ideas y propuestas, incluso frente a “periodistas” como el citado, hoy a sueldo del Grupo Clarín. Consecuentemente con ello, los candidatos del PTS en el FIT han participado (y participarán) de programas o entrevistas realizadas por personajes que distan mucho de ser demócratas consecuentes. Pero consideramos un importante error político la participación de Jorge Altamira no en un reportaje, sino en una celebración con un personaje siniestro como Gelblung. No tenemos nada que celebrar con un reconocido colaborador de la dictadura genocida.

Saludos frentistas, Guillo Pistonesi p/ Dirección Nacional del PTS

Al día siguiente, el Comité Ejecutivo del Partido Obrero responde la carta del PTS acusándolos de haber "instalado sibilinamente" una campaña contra "la gran acción de Altamira en todos los medios de comunicación, antes y después del 14". El PO acusa al PTS de haber iniciado un ataque público contra Altamira realizado con perfidia. Gabriel Solano y Marcelo Ramal alegan que "nos hemos valido de todos los recursos pedagógicos para abordar el nivel de conciencia de las masas, en la actualidad, que en su mayoría aplastante votaron la continuidad del gobierno K".

El principal enemigo, entonces, es para el PO el gobierno K. Y para ello consideran lícito aún celebrar con champán con un cómplice del genocidio como Gelblung. Insólitamente, los trosquistas Ramal y Solano alegan desconocer la imputación contra Gelblung como colaboracionista de los genocidas.


Así argumenta el PO:

1.- No estaba en conocimiento de Altamira, ni de la dirección del PO, que Gelblung estuviera imputado, según señalan ustedes, como “partícipe necesario” en una causa relacionada con el genocidio dictatorial. Sólo conocíamos de Gelblung su participación en la revista “Gente” durante esos años, y de un apoyo a la dictadura militar que es común a numerosísimos periodistas de su generación que hoy actúan en medios privados u oficiales, y a los cuales concurren todos los voceros o candidatos de los partidos de nuestro Frente. Los abogados de Apel que apoyaron con su firma la acusación contra la revista Gente y otras desconocían que estuviera implicado Gelblung. Ustedes no lo señalaron nunca ante las numerosas entrevistas anteriores (varios años) de éste a Altamira.

2.- Lo que añade perfidia a vuestro ataque público por Internet, es que Altamira les hizo conocer la invitación de Gelblung y sus características con una semana de antelación, sin que abrieran la boca. Ocurrió el lunes 8 de agosto, minutos antes de que hiciéramos la presentación judicial conjunta contra la cláusula proscriptiva del 1,5%. En ese momento, Gelblung entrevistó telefónicamente a Altamira acerca de la crisis financiera internacional. Al concluir el reportaje, Altamira les comunicó a los dirigentes presentes del PTS y de IS, notablemente a Myriam Bregman y a ‘Chipi’ Castillo, que Gelblung lo había invitado el lunes 15, para realizar un brindis si ingresábamos a las elecciones generales. Ninguno de los dirigentes del PTS presentes nos hizo señalamiento alguno sobre la condición de Gelblung. En particular, no lo hizo la compañera Myriam Bregman, abogada del Ceprodh, de Justicia YA y del PTS, quien seguramente estuvo a cargo de las imputaciones judiciales contra Gelblung que ahora nos señalan. Nos llama la atención que un hecho de la gravedad que señalan, no mereciera siquiera una observación por parte de dirigente alguno del PTS, cuando Altamira se encargó de ponerlo en conocimiento de dirigentes destacados de ustedes.

Como el PTS no les avisó, ramal y Altamira no estaban enterados de la actuación de Gelblung durante los años de la dictadura.


1) Resulta más que sorprendente que la dirección del PO se enterara recién ahora que Gelblung no apoyó la dictadura en forma "común a numerosísimos periodistas de su generación que actúan en medios privados u oficiales" (como ponen en su carta) sino que lidera el rating de colaboradores del genocidio a través de la dirección ni más ni menos que de publicaciones como la emblemática revista Gente. ¿Qué pensaría cualquier persona medianamente informada si dirigentes de un partido de izquierda les dijeran que el apoyo a Videla de Mariano Grondona o de Bernardo Neustadt es "común a numerosísimos periodistas..."? También sorprende que los compañeros abogados de APEL se enteren recién ahora que Gelbung estaba implicado en la causa que sigue nuestra compañera. Basta buscar en Google las numerosas notas periodísticas que se le hicieron entonces a Alejandrina Barry donde se lo sindica a Gelblung como uno de principales responsables de la canallada que le hizo la dictadura.

2) No acordamos con la apología que hacen los compañeros del PO a una suerte de "diplomacia secreta" que debería haber entre organizaciones revolucionarias. ¿A quién se le puede ocurrir que el PTS hubiera hecho una carta "privada" para hacer una crítica a un error político que creemos daña a nuestro Frente de Izquierda? Todas nuestras críticas políticas, no por dejar de ser a veces duras, son tan públicas como fraternales. Consecuentemente defendemos el derecho de la compañera Andrea D’Atri y de todo militante de nuestras organizaciones a hacer las críticas políticas que considere, siempre y cuando no existan calumnias ni injurias infundadas (lo que no es el caso).

¡Chinchín, Chiche!

9 comentarios:

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Qué se yo... para mí Altamira es un payaso. Está interesante el aporte, aunque tampoco se puede pretender que los políticos sean impolutos.
Del desafío de la blancura no se salva nadie.
Saludos

Oscar Cuervo dijo...

Desocupado:
sólo estoy comunicando lo que dice la militante Alejandrina Barry y sus compañeros del PTS sobre el brindis de Altamira y Gelblung. Y de paso algunos dirigentes del PO se pueden enterar el rol de Chiche en los años de la dictadura. Ellos no sabían.

César dijo...

Todo volvio a la normalidad: los troskos se vuelven a dividir.

Goliardo dijo...

que culebron!

Parece todo encaminado para inflar a Binner, que tambien tiene su culebron con Pino.

Se terminó la fantasia, Cristina sigue cuatro años mas, lo demas es todo paisaje, como dijo Asis.

Lukas dijo...

Pareceria que dentro del plan de mendigar los 400.000 votos vale todo..hasta joder a una compañera de la propia alianza de izquierda. Mendigar votos y brindar con Champagña Don Perignon..Todo da lo mismo?
Que tristeza!!

Martha dijo...

Sigamos adelante
A 39 años de los fusilamientos de TRELEW:

(...)¿y dónde no la hay esa sangre caída de los 16/fusilados de Trelew?
¿y no habría que ir a buscarla?
¿y no se la habría de oir en lo que está diciendo / o cantando?
¿no está esa sagre acaso diciendo o cantando?
¿y quién la va a velar?¿quién hara el duelo de/ esa sangre?

¿Quién le retira amor?¿ Quién le da olvido?
¿no está ella como astro brillando amurada a la / noche?...

JUAN GELMAN ( Glorias-1973)

Hernán Manzi dijo...

Si pudiera brindaría con Dom Perignon también y eso no sería un problema en la situación adecuada. De hecho, este encuentro Altamira/Chiche era propicio para la degustación, pero irritante como demasiado Federico de Alvear demi-sec. No obstante el corcho le pegó en el ojo al PO, se sabe que en política cualquier ocasión es buena para brindar y las burbujas suben bien rápido a la cabeza. Una ligera metida de pata que puede cambiar todo (la política es muy "gore" -no, gorila no, jaja!-): un detalle que podemos olvidar o recordar. Chiche tiene que olvidarse, Altamira quizá no debería.

Unknown dijo...

Me causa gracia la cantidad de pelotudeces que se dedican a publicar. Si alguno de ustedes se dignara a hacer por lo menos la mitad de lo que hace e hizo Jorge por la clase obrera, tendria caracter de critica. Por ahora, parece una mera habladuria de mediocres.

Oscar Cuervo dijo...

Solange Sunshine:
Que seudónimo ridículo te pusiste... Decime que parte de la nota es falsa. Altamira es un viejo payaso, un burócrata que se mantiene atornillado a un sillón de una estructura anquilosada como el PO. Así como vos te llamas solansh sanyain el usa un nombre de fantasía porque se avergüenza de su apellido. Y su tarea histórica ha sido siempre pudrir todos los conflictos fabriles, porque jamas el PO llevo una reivindicación de los trabajadores al triunfo. Yo padezco a los'troscos en mi trabajo y cuando se meten ellos se puede todo sin lograr jamas alguna mejora. Su paso por el programa de Gelblung termina de redondear su naturaleza traidora a su clase