Desquicio comunicacional
Tomás Mendez es un tipo de métodos periodísticos dudosos. En la carrera del zarpe desenfrenado cometió, en el mejor de los casos, una gran torpeza que terminó beneficiando a quien pretendía criticar. La puesta en escena con 10 taxistas agitando cartulinas es digna de un sketch de Capusotto. Patricia Bullrich no necesitaba nada mejor que un escrache para victimizarse, justo horas antes de que llegara un vuelo con dos millones de vacunas.Con semejante truchada, Tomás Méndez tuvo su día de gloria en las redes sociales. Ojalá se corte ahí. Con Edu Feinmann y Viviana Canosa tenemos suficiente. No necesitamos otro héroe.
La señal C5N del Grupo Indalo, en su exasperada carrera por el rating, parece no poder controlar su pantalla. Por otro lado, un medio de información serio no tendría que imitar los procedimientos más berretas de los medios corporativos. Y no puede tener al tope de su agenda la defensa judicial de su propietario. Cristóbal López no se presenta a elecciones ni reparte dividendos con el pueblo. Los empresarios de medios que terminan siendo los protagonistas de sus propias investigaciones constituyen una de las novedades más curiosas de esta época.
Hace falta repensar cómo tendría que ser un medio de información democrático confiable que no funcione en espejo con la brutalidad que intenta imponer el adversario.
Por el lado del gobierno, la cosa no está tampoco tan clara: parece que los miembros del gabinete no saben, no pueden o no quieren salir a militar sus políticas, así que las terceriza en grupos mediáticos. Nuestra dieta discursiva se nutre de los gritos del Gato Sylvestre o el loop del estimado Víctor Hugo Morales. Nunca como ahora los periodistas cumplieron una función política para la que no están preparados.
Los militantes y partidarios toman a los arengadores mediáticos con sus referentes políticos. Hay en esto responsabilidades compartidas entre la política y los medios. Incluso desde el punto de vista político sería conveniente que existan medios que reduzcan el nivel de zarpe, gritos y arengas. Necesitamos información. No un Etchecopar de izquierda.
La voz del proyecto popular no puede ser ni Mendez ni C5N. La lógica del espectáculo televisivo no puede ocupar todo el espacio. Necesitamos buena información y no tipos que griten ideas que nos agradan. Necesitamos bajar un cambio, convocar a sectores sociales más amplios, no cerrarnos sobre nosotros mismos y dejar de enardecer a los ya enardecidos.
Después de casi dos décadas, el movimiento popular no le encuentra la vuelta al problema de la comunicación, faltan políticos, estrategas y expertos que se dediquen a pensar la comunicación de verdad. Es un insumo indispensable. Alguien me dice al oído que Máximo no quiere saber nada con la comunicación porque piensa que eso obstruye la construcción política. Ojalá no sea cierto sino un rumor infundado, porque no existe en el siglo xxi construcción política sin comunicación. El kirchnerismo se hace en el preciso manejo de comunicación de Cristina: de eso está hecho su liderazgo, eso es lo que más le envidian sus enemigos, no hay otra igual en ese terreno y de ahí su persistencia pese a todos los intentos de borrarla. Sin su capacidad de penetración en las bases, toda construcción es rosca. Ojalá que no sea cierto que Máximo piensa que la comunicación es "para la gilada". "La gilada" también vota. Y a más de un gil dejó de a pie.
El dilema "construcción política/comunicación" nunca existió para Perón. Construyó un movimiento notablemente duradero: la organización que vence al tiempo, pero esto incluye la comunicación. Los discursos en la Plaza, el diálogo asambleario con el pueblo, las cartas desde el exilio, el libro Manual de Conducción Política muestran que Perón era un maestro de la comunicación, un innovador que entendió el lenguaje político de su siglo. Ojalá Máximo también lo entienda y, si tiene aspiraciones políticas, que pare la mano con el secretismo.
Uno de los efectos colaterales del silencio de La Cámpora es que al no hablar son hablados. Y como la política tiene horror al vacío, el espacio de las habladurías lo ocupan los charlatanes. Operadores mediáticos de reputación dudosa como Tomás Méndez (vean esta interesante nota de Socompa) o conversos furiosos como Pablo Duggan. ¿Queremos ser hablados por ellos?
En cuanto al propio Alberto, he aquí el problema: "Los medios de comunicación son negocios. En la sociedad moderna son un negocio. Hay proyectos alternativos, muy respetables, que ojalá se desarrollen y ojalá crezcan. Ustedes saben que siempre he apoyado lo de Tiempo Argentino pero que se hacen con mucho esfuerzo y en medio de una selva, en la que las desigualdades son muy grandes". [Declaraciones a Martín Piqué de Tiempo Argentino, acá, cuando AF todavía era precandidato]. Por eso Alberto no militó la Ley de Medios: si la comunicación es un negocio, no podrá ser nunca un instrumento de emancipación de los pueblos. De ahí que en sus meses de gobierno haya llevado a la TV Pública a niveles de irrelevancia aún más pronunciados que los que tenía con el macrismo. Si la comunicación es concebida por nuestro presidente como un negocio, entonces estamos en problemas.
La TV Pública es una ballena muerta. C5N es el canal subordinado a la defensa judicial de Cristóbal López. El grupo Octubre es un embrollo incomprensible que incluye un mamarracho como canal 9 o un canal de noticias invisible, IP. Las sospechas de la complacencia de Víctor Santa María con las políticas de Larreta nunca terminan de despejarse. ¿Está empezando a repetirse el esquema Gwirtz, ElectroIngeniería, Spolsky, mientras el gobierno reparte la pauta beneficiando al enemigo y a empresarios que defienden la suya? Así es como nos va.
4 comentarios:
Y para colmo hay muchos que quieren convertir a Mendez en un héroe.
Creo que Máximo lo dijo refiriéndose a la comunicación de ellos, error igual.
No gritan los goles, no se sacan las camisetas,no se suben al alambrado, no explican el desgaste que nos producen mintiendo, no usan la tv oficial. Todos le dicen lo mismo pero no dan bola, los mejores cuadros trabajan mucho pero no cuentan.
Amigos cordobeses me diCen que es un Lanatita que opera y opera . Y no hay que olvidar que dijo que Verbitsky era colaborador de la dictadura sin aportar una sola prueba. Victimizar a Patricia' poner al grupo de C5N como victimarios cuando están peleando por su injusta detención parece una operacion pensada'
una estrategia del enemigo y cada vez me convence más la idea que fue conversada. La rápido reacción de los dueños del canal i dictan una bronca más allá de un posible error.
Los dueños de C5N quieren ir presos de nuevo.
Quién escribió ésto?
No haría falta una firma?
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