todos estamos igual

miércoles, 26 de junio de 2019

Locura tropical

en la noche del último invierno macrista en La otra.-radio: Lucho Rombolá, para descargar clickeando acá


Lucho Rombolá es capo en cualquier acepción de la palabra. Alma máter de Cumbia de la Pura, amante de la cumbia desde niño, cuando escuchaba los casetes que su padre, viajante de comercio, ponía en el auto:

"Recuerdo estar con él escuchando el casete Corazón valiente de Gilda en el año 95, hasta que en algún momento, no lo voy a olvidar jamás, llegó a mis manos el casete Dime tú de Amar Azul en el 96. Yo lo empecé a escuchar día y noche en mi walkman y ahí abracé la cumbia. Tenía 11 años. Ahí me transformé en cumbiero, iba a la primaria y les decía a mis compañeras que escucharan Amar Azul. A los 15 años empezamos a ir a la bailanta,  nos metíamos en Metrópolis, nunca me pidieron el documento para entrar. Alguna escalada en Fantástico de Rivadavia, alguna excursión a Radio Studio en Constitución. alguna vez un viaje en una combi a Jesse James en Isidro Casanova. Al histórico Kory Huayra de Avenida Sáenz 459 -remarca- fui muchísimas veces, como bailarín y también como periodista, a cubrir y disfrutar espectáculos de la comunidad peruana".

Eso nos lo cuenta Lucho en el programa del domingo pasado de La otra que puede descargarse acá, en el que traza un recorrido personal a través del género que ama. Su pasión lo llevó no solo a quemarle la cabeza a sus compañeros de escuela para que escucharan música tropical sino también a crear, siendo jovencísimo, Cumbia de la pura, un hito de la radio comunitaria y popular *, en el que despliega su talento de comunicador y su conocimiento sobre las diversas vertientes de la cumbia y los recorridos que esa música se abrió desde que llegaron los esclavos africanos a las costas de Colombia. Aquellos trabajadores entonaban sus cantos para resistir las penurias y los maltratos a los que eran sometidos. Desde esa génesis, la cumbia se fue propagando por todo el continente, por el lado de la cordillera se impregnó de un aroma andino en Ecuador, Perú y Bolivia, bajó por el litoral del este, conquistó al pueblo santafesino, afectó la genética del cuarteto cordobés. La cumbia es un género mestizo, nutrido de los aportes de los diversos territorios, y esa versatilidad explica su popularidad imbatible. Todo esto lo podemos escribir hoy porque Lucho nos lo hizo oír con las canciones que trajo y por lo que nos fue contando.

Esa popularidad, sin embargo, no logra todavía traspasar la barrera de la legitimación cultural: esto es una cuestión política y, más específicamente, clasista. Esto lo digo yo: no hay dudas de que la cumbia suena en el aire de las barriadas populares, pero no logró la consideración de los centros que administran prestigio y respetabilidad, como sí la lograron el folklore, el tango y el rock. Esa falta de reconocimiento del establishment no pone al género a salvo del negocio y las adulteraciones, tampoco del consumo irónico de las clases ilustradas. Pero le infunde una vitalidad que no se puede calcular desde la división comercial de las majors y los medios corporativos.

Lucho nos trae un ramillete de canciones muy atractivo y variado, como el notable caso peruano de Los Destellos, que en los 60 produjo un cambio cultural en Latinoamérica. "En 1968, el conjunto lanzó su primer LP, con melodías que marcaron la historia de la cumbia costeña, amazónica y andina. Se trató de la primera placa de un grupo de cumbia nacido en el Perú" cuenta Lucho en su blog. Para apreciar su calidad exquisita hay que escuchar la música que Lucho nos trajo al programa.

En la trasnoche del domingo también nos contó cómo llegó el género a Argentina, con Los Wawancó, al final del primer peronismo. Desde ese momento fue adoptado en las diversas regiones del país con su impronta local. Entre la música que Lucho trajo hay huayno tropical, cumbia santafesina, cuarteto, la arrasadora vuelta de Ráfaga, la mega-producción mexicana de Los Angeles Azules y su notable "Cumbia del infinito" junto a Natalia Lafourcade y el novísimo fenómeno de la cumbia chilena con el éxito continental de Américo.

Algunos de los temazos que Lucho trajo a La otra:

Vino tinto que aturdes mi pena, no me dejes tan sólo esta noche
acompáñame hasta que me duerma, qué me importa si mañana muero.
vino tinto que alivias tristezas, no le digas a nadie que sufro
 esta pena por una traición, que mi llanto desborda mi boca 
si parece que a nadie le importa mi cariño y mi triste dolor.

Vino tinto, cada mancha en el mantel es una pena,
una mancha de una triste borrachera
que quizás mañana al verla sonreiré.
vino tinto, hoy lograste que el sueño me dominara 
es por eso me despido hasta mañana 
a la misma hora y con la misma pena.



Bailemos la cumbia
Con mucha ricura
Bailemos la cumbia
Prendiendo las velas
Cumbia
La cumbia del infinito
Ya se escucha en todos lados
Ya la bailan en Tepito
Y los que andan de mojados
La cumbia del infinito
Ya se toca en todos lados
Si te quieres mover rico
Ven y baila a nuestro lado
Baila conmigo
La cumbia del infinito
No conoce las fronteras
Se mueve por el Perú
Y también por el gabacho
Con Los Ángeles Azules
Se acelera…


* Cumbia de la pura no está en este momento en el aire, pero eso no impide palpitar que en cualquier momento vuelve. Mientras tanto, escuchen a Lucho en La otra, acá.

1 comentario:

Voces dijo...

Recomiendo de Colombia Bovea y sus vallenatos.