"Yo quería un disco metafísico"
Junto a Maximiliano Diomedi un feriado de abril fuimos a la casa de Liliana Herrero para hablar en profundidad sobre su disco Canción sobre canción. Pasamos una tarde conversando de arte, política y lenguaje(s). Acababa de llegar del Contracongreso de la Lengua en Córdoba y de una visita a Milagro Sala en su prisión domiciliaria. La charla no tiene desperdicio.
Este 2019 Liliana editó Canción sobre canción, un disco en el que interviene la obra de Fito Páez no para afirmarse en lo ya cristalizado, sino – como viene haciendo desde siempre- para perderse en lo que puede ser, en lo que está sugerido.
“La clave está en la palabra sobre”, nos dijo Liliana Herrero. Y es cierto. Si la música está hecha de miles de capas superpuestas (melodía, ritmo, armonía, timbres, letra, voz, intención… en fin, todo lo que hace al sentido de una canción), ella, a la vez que le sustrae capas a las composiciones originales, le suma nuevas posibilidades. Esto quiere decir que no es cualquier intervención la suya: es una que subraya y omite, que abre y borronea, que se aventura al diálogo y fuerza nuevas lecturas. Estamos frente a un disco que piensa la obra de Fito como nadie quizás hasta el momento. Uno de sus mayores desafíos ha sido (y será) acompañarnos a desaprender el original para que nuestros oídos modifiquen lo que reconocen como el paisaje Páez (que ya es parte del aire). Liliana lleva la voz cantante no sin miedo, no sin el riesgo que implica entrar a una obra que al tener sus propias reglas podría haberla expulsado (nunca habría que perder de vista que las obras también ejercen derecho de admisión, incluso las más abiertas). Eso no sucedió porque sabe lidiar con este tipo de composiciones (y compositores). A este disco hay que escucharlo poniendo la oreja entre lo que se remarca y lo que se deja de decir, entre la vida y la muerte, entre la calidez del hogar y el peligro de la intemperie. Hay que escucharlo atentos al sobre, pero también en el entre.
Junto a Maximiliano Diomedi fuimos a su casa y pasamos una tarde conversando de arte, política y lenguaje(s). Acababa de llegar del Contracongreso de la Lengua en Córdoba y de una visita a Milagro Sala en su prisión domiciliaria. La charla fue en abril. En el medio pasaron muchas cosas, sobre todo a nivel social y político (elecciones primarias incluidas), pero ninguna que obligue a rever alguno de los conceptos expresados.
- La lengua es un colador -nos decía Liliana-. Si no fuera un colador, ¿por qué Fito en un tema habría puesto: "Si pudiera explicar"? Esa es una expresión maravillosa. En el caso específico de la lengua, en relación a este disco, la frase clave es: "Si pudiera explicar". Esto pone en cuestión la pretensión de la lengua de capturar en el habla lo que existe. Por eso para mí es difícil escribir con el arroba, la x o la e, porque siempre hay algo que cae, algo que está roto, que está quebrado, que no alcanza. En su esencia la lengua no es inclusiva. Esto lo dije en el Contracongreso de Lengua en Córdoba y una señora me dijo: "Use la e". Y yo dije: "Espérenme, no puedo resolverlo". Pero entiendo que son planos distintos, ¿cierto? Uno es un plano de lucha política (aunque muchos grupos feministas no lo piensen así) y otro es el plano de la condición humana misma y de la pretensión de la lengua de capturar lo que existe.
- Además, uno no maneja el habla, de manera que más que la dificultad de querer manejar el arroba, la x o la e, es la dificultad de querer manejar algo que es indómito.
- Por eso, es un colador. Insisto con la idea de colador. Se escapa por todos lados, porque sino no existiría la expresión "Si pudiera explicar". Y le agrega: "Lo hice para quebrarme a mí". Mirá que interesante eso. A mí me parece extraordinaria esa frase. Si fuese inclusiva la lengua en sí misma no necesitaríamos decir: "Si pudiera explicar", o "cómo te explico", o "no sé cómo decirlo", tantas frases cotidianas que utilizamos y no percibimos la dimensión de invalidez que tiene la lengua. "Olvidada invalidez", como dice Fernando Cabrera.
- Otro especialista en la lengua.
- Absolutamente. Él quiebra también. Tengo que encontrarle una idea a la idea de quebradura, porque puede entenderse, por mi modo de cantar más bien trágico, que la quebradura está necesariamente ligada al dolor, pero puede estar ligada también a la idea de felicidad. Entonces, tengo que encontrar un pensamiento sobre eso.
Si quieren leer la muy extensa entrevista completa, la encuentran en la nueva página web de Patologías Culturales, clickeando acá.
También pueden escuchar el podcast acá:
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