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domingo, 28 de febrero de 2021

Larreta y el fascismo de las bolsas negras son dos caras de la misma moneda



El blindaje del que goza el gobierno porteño de Rodríguez Larreta es uno de los fenómenos más sorprendentes y peligrosos de los últimos años de la vida política argentina. Como habitante porteño, padezco la perversidad de Larreta por todos lados y de muy cerca. Ninguno de los ancianos, docentes o personas que yo conozco que por diferentes motivos podrían haber sido vacunados o estar a punto de serlo tienen una perspectiva cierta de la fecha de su vacunación. Esto se explica por la hostilidad que el gobierno de Larreta ejerce contra algunos sectores sociales bastante definidos. El larretismo fustiga sistemáticamente al PAMI, a los docentes, a la escuela pública, sectores que en la práctica fueron definidos como sus enemigos estratégicos mucho antes de que asuma el presidente Alberto Fernández.

Larreta es el ejecutor de las políticas macristas desde 2007. Desde entonces los porteños tenemos una memoria de la barbarie de los grupos parapoliciales asolando las calles y hostigando a los  indigentes, la represión en el Borda, el salvajismo con que su policía irrumpió en la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín. La hostilidad hacia los docentes sindicalizados es permanente desde que Larreta era el gestor del gobierno nominal de macri. Sorprendentemente parte de los docentes porteños se someten a su humillación sistemática, sea por afinidad ideológica o por miedo. No sé en qué medida los ciudadanos porteños lo registran o si incluso aplauden este ataque. Las declaraciones de Acuña tildando a los docentes como viejos, zurdos y fracasados no recibe ninguna sanción política, no pagan costo alguno por decirlo, quizás porque uno de cada dos porteños piensa así. 

El maltrato larretista hacia el sistema previsional se muestra otra vez en la reciente decisión de dejar expresamente al PAMI fuera del plan de vacunación. Conozco a ancianos de cerca de 90 años beneficiarios de PAMI y hasta el momento solo lograron obtener una captura de pantalla de "estar empadronados" para una presunta vacunación, sin que figuren sus nombres, sin número de registro ni comprobante de trámite, lo que no otorga ningún derecho ni compromiso concreto por parte del estado porteño. Mientras tanto, nos enteramos de que Larreta distribuyó las vacunas entre algunas prepagas, con un desprecio de clase que los habitantes de esta ciudad no perciben o lisa y llanamente aprueban. 

Formo parte del sector docente de la educación pública y no hay perspectiva cierta de que en los próximos meses accedamos a las vacunas, porque el propio gobierno porteño se desalínea de la decisión política del gobierno nacional de priorizar a los docentes en esta nueva etapa. Larreta se permite postergar la vacunación a los docentes mientras hace punta en obligarlos a una vuelta apresurada a la presencialidad, antes de saber si en el otoño que llega vendrá una segunda ola de la pandemia que se pagará en vidas. Cunden las denuncias de incumplimiento de protocolos básicos y en reuniones de docentes los propios directores dicen que sus establecimientos no brindan seguridad sanitaria a la vez que presionan a los docentes a que se sometan al riesgo de contagiarse. Un director dice: "es la triste realidad pero esto va a seguir así hasta que explote". Que explote significa pagar el precio de vidas humanas, pero ni aún en ese caso extremo es seguro que la política de Larreta pague un costo político por la propagación de la enfermedad. Gran parte de los docentes se someten a esta presión por miedo a perder sus designaciones mientras los gremios docentes rezongan sin convicción y dejan que la patoteada de Acuña y Larreta avance. 

En la provincia de Buenos Aires ya se están vacunando los mayores de 70 con un sistema de turnos que viene preparándose desde hace meses y la proximidad geográfica y los vínculos sociales con personas que viven cruzando la General Paz hace más ofensivo el maltrato a los porteños más vulnerables.

Esto ya era visible en mayo del año pasado, cuando la supuesta coordinación de los equipos sanitarios de Nación, Ciudad y Provincia los hacía aparecer juntos en la foto. Un amigo me decía algo que publicamos por ese entonces en "Larreta, el aliado mortífero"“Larreta te hace una senda peatonal en Corrientes y los porteños piensan que de esa forma está gestionando la pandemia. Sería un error fatal que el gobierno nacional no atienda este problema y lo deje en manos de CABA. Ya nos pasó con el subte, con la policía y con todos los problemas graves de la ciudad, de los que el gobierno nacional en su momento no se hizo cargo". 

Y yo concluía: "Alberto debe asumir los problemas de CABA como propios, porque, si llega a colapsar el servicio sanitario metropolitano, la catástrofe le va a explotar en sus manos. Si CABA explota como Nueva York, no se va a salvar la República Argentina. Va a ser la masacre de todos. Los márgenes políticos son estrechos: si Alberto no acierta en la emergencia sanitaria, el bolsonarismo argentino espera agazapado". Todavía andamos en la misma.

Dos o tres cosas que alarman: 

- El gobierno nacional y los gremios docentes hacen la vista gorda ante este trato discriminatorio. El PAMI reacciona tardía y débilmente al ninguneo, mientras los días pasan y el otoño se acerca. Nadie con poder o volumen mediático informa de la hostilidad manifiesta de Larreta hacia los viejos pobres y los docentes. Entre el personal sanitario se posterga la vacunación de los auxiliares médicos y se privilegia a los jerárquicos. Muchos trabajadores sanitarios con turno programado llegaron en estos días para aplicarse las vacunas en los centros en que fueron citados y se encuentran con que "no hay dosis". Un comunicado de los trabajadores del Centro de salud mental Nº 1 Hugo Rosario denuncia que “con turno programado para la aplicación de la vacuna contra el Covid-19, nos presentamos en el Hospital Pirovano hoy 24 de febrero de 2021. Nos informan que no hay dosis”. Situaciones similares se produjeron en los últimos días en varios hospitales porteños. La Asamblea Permanente por los Derechos de la Salud denuncia, sin lograr despertar ninguna alarma mediática ni del gobierno nacional: “Ya hemos perdido una gran parte irremplazable de profesionales y con ellos hemos visto reducida la capacidad de material humano capacitado para ayudar y contribuir a la asistencia y atención de l@s infectad@s; héroes y heroínas anónim@s que han dejado su vida en esta batalla y much@s otr@s que han quedado con secuelas físicas y psíquicas”. El ministro Fernán Quirós es el ejecutor de estas políticas discriminatorias pero goza de un buen trato mediático, incluso de canales supuestamente críticos del macrismo. A Larreta y Quirós no los tocan. Los dejan hacer y crecer políticamente con sus imágenes de "gestores eficientes" instaladas.

- Larreta no paga costo político porque está protegido por casi todos los medios, consentido por el gobierno nacional pero también porque la mayoría porteña parece aprobar este sesgo clasista, meritocrático y sádico. No hay otra forma explicar que, con más de una década de gestión larretista, siga gozando de su impunidad política sino es postulando que la mayoría de la población acepta o aprueba el maltrato a pobres, viejos, docentes, indigentes, personal sanitario. Larreta habla poco y con su astucia comunicacional se diferencia del fascismo estridente del macrismo que cuelga bolsas de cadáveres en sus movilizaciones, pero su línea política es en los hechos la misma y persiste por 14 años sin desvíos. 

Vivo en la ciudad del fascismo del buen vecino, que tolera o desea la crueldad hacia los débiles. La persistencia de las políticas de Larreta contrasta con la incoherencia o inacción política del PJ porteño, del cual Alberto Fernández es un emergente. No deja de asombrarme la impavidez con que el gobierno nacional deja hacer a Larreta, cuando fue elegido para gobernar a la República Argentina, de la cual la ciudad de Buenos Aires forma parte. Los sectores sociales a los que las políticas larretistas hostigan padecen de un síndrome de Estocolmo que los lleva a votar a este fundador de baldosas una y otra vez. Pero ¿cómo es posible que el kirchnerismo, a lo largo de ya casi 20 años, no haya sabido articular una política para disputarle poder al larretismo? Parece una impotencia política que por momentos roza la complicidad. 

- El triste destino de la Reina del Plata: una ciudad que dio hijos ilustres en la cultura y el arte, la ciudad que vivió el 17 de octubre de 1945 (tal vez asustada por la negrada que venía del cordón suburbano), la que asistió impávida a los bombardeos del 55 contra la población civil cuyo olvido persiste, esta puta ciudad que mata a pobres corazones. Esta experiencia ciudadana me acerca a comprender los modos de crueldad clasista que vemos afianzarse en los países europeos. La barbarie no siempre tiene la forma payasesca del trumpismo o el goce psicopático evidente de macri. A veces tiene la cara de una buena vecina de Caballito que quiere que maten a los negros y dejen morir a los pobres. El mal que padezco en mi vida cívica se llama Larreta desde hace por lo menos 15 años, lo que para una vida humana es un montón de tiempo. Me avergüenza forma parte de la población de una ciudad tan malvada y estúpida.

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