por Martha Silva
"Sólo él, después de Buster Keaton, logró hacer reir a los mas, con el espectáculo de las cosas a punto de descomponerse".
Eso decía de Jacques Tati otro grande, pero de la crítica: Serge Daney. Según él, Tati ponía de manifiesto en cada uno de sus films el cambio continuo sin que hubiera necesariamente un elogio de lo perimido, un matiz conservador. Lo que hacía era señalar, con su estilo, cómo se modernizaba el mundo sin dar tiempo a la adecuación de la existencia personal.
Si el personaje que creó- Monsieur Hulot- utiliza el encendedor para prender su pipa y acto seguido lo tira por la ventanilla, lo que señala es su propia inhabilidad o escasa destreza para aceptar el cambio. Que la maniobra resulte desopilante es por un fracaso de los objetos o por la impericia del personaje para manejarse con los elementos de esa modernidad que, por otra parte, pintó como nadie.
A más de 20 años de su muerte, su hija Shopie Tatischeff decide hacer algo con un guión de su padre escrito a mediados de los ’50 y encarga a Sylvain Chomet, realizador de Las trillizas de Belleville, la concreción del film El ilusionista. Chomet lo ha dibujado de un modo sobresaliente, respetando del personaje su desgarbada figura y sus pantalones demasiado cortos. Lo que aparece es una obra que proporciona un gran placer visual. En ella se señala el transcurso del tiempo y los cambios en las costumbres para este ilusionista triste, solitario...y final, llamado aquí Tatischeff, lo que quizás revela una mayor identificación.
Lo cierto es que el varieté ha cumplido su ciclo y en cada presentación el artista tiene menos espectadores, y deberá viajar más tiempo hacia lugares más sórdidos. Hay una suerte de canto del cisne representado por una jovencita deslumbrada por la magia, que despliega con sus movimientos, pero durará poco. Es la hora del rock: la vida sigue. La crueldad de los demás ante su desmoronamiento económico se hace sentir. Cuando quiera conseguir otro trabajo para sobrevivir, los inconvenientes serán múltiples, tal como ocurría en Playtime, en el que se introducía en una moderna ciudad vidriada en la que los cristales producen interferencias en vez de la comunicación esperada. Las vicisitudes en aquel edificio son de un humor agobiante, de una profunda tristeza. Tambien aquí, en este Tati póstumo, hay mas lágrimas que risas, pero merece ser visto: es un film que no se parece a nada, excepto a otro film de Tati.
7 comentarios:
Gracias Martha. Tengo que ver esta película, porque me encantó las trillizas de Belville. Y porque me encanta Tatí, como habrás visto el amñ pasado fui a la retrospectiva completaen la Lugones. Asi que lo tengo fresco, sobre todo Playtime.
Y ahi disiento en una aprecición, no veo tristeza en Playtime, veo agobio,sí como bien decís, incomunicacion, absurdo, ironía, pero no cosigo ver tristeza, porque Tati se las arreglaba con la burla amable, con el mero intento de recomponer la socilizacion por sobre la modernidad ) en la escena después de la destrucción del restaurante, por ejemplo, y hasta tiene un instante galante y convierte un embotellamiento en una calesita!!).
En todo caso, hay algo de melancólico, sí en el Tati de Mi tio. El humor de Playtime no me parece triste, en todo caso sí se transmite el agobio y el desconcierto. y en ocasiones se pone un poco feroz.
De todos modos, es una cuestion de percepciones. Pero creo que percibis bien ésta película de animación. Cada fotograma que vi- como los dos que incluiste. me deja una sensación de zozobra final. Ire a verla, pero en un día alegre.
Un abrazo
Ale.
Ah, una recomendación, martha. Adá ver si podés, Loco Afán, de ese chico Bergeréz, basado en textos del escritor, poeta, cronista travesti chileno Pedro Lemebel.
ya voy a escribir algo acá, sobre todo sobre Lemebel,que es una suerte de hermana trasandina de Perlongher.
El espactáculo "Loco afán",basadso en cronicas de los años del sida y las trevestis chilenas está a la altura de sus textos, lo que es mucho decir. Va en el teatro de la comedia, los viernes.
saludos
Perdón, como siempre puse el nombre mal, es Gerardo Begeréz, el que vos viste en la obra de Lagarce, y cuya foto aprece en tu nota. El no trabaja, dirige y adaptó los textos.
En la nota, despues sigo. çrimero tenmgo que terminar la nota sobre el Oshima que se viene en la Lugones.
salud
Ale
Ale: Puede ser que Playtime no haya sido triste y yo ahora la veo así. Hace años que no veo nada de Tati, por eso ésta no la quería dejar pasar. Pero ésta sí es triste, lo digo porque muchos jovenes pensarán cómo este tipo de película, tan patética nos hacía reír.
Voy a ir a ver Loco Afán, título medio tanguero.
Beso. Martha
y si, elegí este día lluvioso para verla...Hermosisima como las triplettes, pero muy, muy triste. Mucha melancolia me genero. Un cuento triste , con imagenes bellísimas( la del conejo y su vínculo con Tatischef). Salí pensando en Goodbye Dragon Inn de Tsai y en Old joy de Reinhart. Diferentes tonos que hablan de lo mismo; los que quedan afuera. El inevitable paso del tiempo...la modernidad?? o el destino del mundo.
Para compensar en la sala de al lado daban Somewhere, de Sofia coppola. Buena , un poco parecida al clima de Perdidos en Tokio; con algunos altibajos, pero más optimista para este dia de truenos y lluvia. Impresionante la actuacion de la nena!! y la banda de sonido de la peli. Para atras una charla telefonica que tiene el protagonista hacia el final del film..se digiere..
Hola Lukas:
Ah! Ese conejo con sus patitas indecisas...como si entendiera que no tiene que seguirlo-
Martha
la vimos con luis hace bastante. coincido con lucas en que es linda pero muy triste...
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