por Juan Manuel Badaloni *
* Nota del editor: Con esta nota se incorpora un nuevo colaborador a La otra. Aquí se brinda una perspectiva sobre el acontecimiento político del año que terminó, desde el punto de vista de su tratamiento mediático.
* Nota del editor: Con esta nota se incorpora un nuevo colaborador a La otra. Aquí se brinda una perspectiva sobre el acontecimiento político del año que terminó, desde el punto de vista de su tratamiento mediático.
La muerte de un ex presidente siempre es un hecho con gran valor de noticia: ocupa extensos y destacados espacios en los medios de comunicación. El tratamiento que los periodistas le dan a un acontecimiento de estas características va mucho más allá de los límites del género necrológico. Una catarata de comentarios, opiniones, informaciones, imágenes, audios, testimonios de partidarios y opositores, documentales, entrevistas, entre muchos otros materiales, inundan hasta rebasar el terreno de la comunicación, desde los medios gráficos hasta la blogosfera, pasando por el show televisivo, la inmediatez radial y las excitantes redes sociales de la Web 2.0.
Ahora bien, el fallecimiento de Néstor Kirchner presentó ciertas características excepcionales que lo transformaron en un suceso sin precedentes en la historia argentina. Un fenómeno novedoso en la siempre problemática relación entre la política y la prensa en nuestro país. La muerte lo encontró a Kirchner en plena actividad, como protagonista principal de los escenarios a los que todo político de su naturaleza aspira: encabezando los sondeos de intención de voto para las próximas presidenciales, erigiéndose en un destacado líder regional como Secretario General de la UNASUR y atendiendo varios frentes a la vez en la batalla contra las corporaciones mediáticas, agro-financieras y otros grupos de poder históricamente determinantes en el rumbo político-económico de la Argentina. Pero hay otro rasgo de excepcionalidad que tal vez sea el mas importante a la hora de analizar el tratamiento que los medios de comunicación brindaron al fallecimiento de Kirchner: el ex presidente era, además de conductor de su espacio político, el marido de Cristina Fernández, quien desde bien temprano en su gestión se enfrentó abiertamente con el conglomerado ideológico-empresarial que conforman la prensa hegemónica, las patronales agrarias y sus ramificaciones en el mundo de las finanzas. Con este estado de situación (¿o situación de Estado?) como contexto, debemos ser cuidadosos y no pecar de inocencia al arrojar algo de luz sobre el desempeño que han tenido los medios de comunicación ante la muerte de Kirchner.
En cuanto a la cobertura televisiva, lo primero que podemos señalar es el levantamiento de la programación habitual de los canales. En una suerte de efecto contagio, todas la señales de la televisión ocuparon su espacio con la cobertura del fallecimiento de Néstor Kirchner. Por decisión propia, los canales se sumaron en una cadena nacional improvisada sobre la marcha de los acontecimientos. No tuvieron alternativa, debieron recurrir a una práctica, la de la cadena nacional, muy criticada por los medios comerciales cuando es utilizada por Presidencia de la Nación para anunciar políticas de Estado. A las pocas horas de la muerte del ex presidente, circuló un rumor acerca del contacto de los directivos de Canal 13 con sus pares de Canal 11 para retomar en forma conjunta la programación diaria. Ante la negativa de Telefé, el canal de televisión del Grupo Clarín debió continuar con la transmisión del funeral de su principal enemigo.
Una situación similar se dio en el marco de los festejos por el Bicentenario patrio. Los medios opositores venían instalando la idea de un país divido; la crispación de pronto se volvió el diagnóstico de moda entre los analistas de turno del estado de ánimo argentino. Pero el pueblo se expresó masivamente en las calles, alegre, en paz, sin ánimo de rivalidades políticas ni de ningún tipo. Entonces ocurrió una novedad en la relación entre los medios de comunicación y la sociedad: la gente, tantas veces bastardeada y manipulada desde las antenas del poder, le impuso la agenda a la corporación mediática. Hasta los medios opositores debieron lanzar sus reporteros a las calles, a retratar la multitud en pleno festejo, manifestando una temperatura social opuesta a los vaticinios de los gurúes mediáticos. La lógica de funcionamiento de los medios de comunicación se vio alterada durante los días del Bicentenario: ya no pudieron establecer los temas de la charla diaria en el café o en el almacén de la esquina, ahora el pueblo tomaba por asalto la dirección de los contenidos de sus medios.
Si no puedes vencer al enemigo, únete a el.
4 comentarios:
Si: el desfile interminable de la gente joven, que ha recibido la herencia de Néstor y está organizada, es algo que no deja de maravillar..y de inquietar a ciertos personajes que ya no pueden maniobrar impunemente como años atrás. La gente joven y no tanto, que se ha formado al lado de K, ES IMPORTANTE PARA HACER FRENTE , JUNTO A cRISTINA, A ESA MASA DE GENTE QUEJOSA DE TODO QUE HA DEMOSTRADO QUE NI SIQUIERA PUEDE UNIRSE. qUE NO SUPO INVENTAR TAMpOCO una institución como Unasur que nos defienda en la Región.
Magnetto y Cía - los cuervos que sobrevuelan y que manejaron los hilos de la política, nos convencieron de que tienen mas poder que los gobiernos por el simple hecho de permanecer mientras los gobiernos mutan, en el proceso democrático. Esto los hacía presuntamente invulnerables.Pero ahora existe una ley que nos ampara , que supimos conseguir y que tenemos la resposabilidad de hacer cumplir. Osea que no estamos solos en la región: Nestor se fue , pero pensó en todo.Martha
No sabía el rumor de Canal 13 y Telefé...es muy probable que sea cierto, dada la hostilidad que sigue demostrando el grupo Clarín.
Y muy bueno tu comentario, Martha, resaltando la importancia de hacer cumplir la Ley de medios.
Pero: "Magnetto y Cía - los cuervos que sobrevuelan...", con perdón de los cuervos.
eso, che, busquen otra metáfora!
Uy! Cierto. Es que los cuervos tienen mala prensa. Cría cuervos y te sacarán los ojos, por ejemplo. Taxativos: Dijo el cuervo,: Nunca más. Edgar Allan Poe. Pero debe haber algún cuervo bienintencionado por ahí.
Pero siguiendo con el tema: No sólo se trata de hacer cumplir la ley de medios, sino tener para los fenómenos políticos una mirada abarcativa, que los saque de lo estrictamente local. Para K lo de Unasur no era tener un puesto más ya que no estaba en la Presidencia: era preservar nuestra identidad contra los embates de los gigantes que siempre - históricamente ,como se tienen que analizar las cosas- han conseguido dejarnos jugar a la República independiente, por un tiempito.
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