por Lidia Ferrari
En 2013 escribí un texto titulado “Ahora sí las cosas están cambiando en Italia”1, en apoyo al M5S, jugando con la frase emblemática de Lampedusa, ejemplar para la situación política italiana, la de “cambiar las cosas para que nada cambie”. Recibí cantidades de críticas pues, supuestamente, estaba apoyando un movimiento demagógico, antipolítico, de inexpertos, etc. Varios amigos me miraban con perplejidad… Porque la campaña contra el M5S ha sido feroz e internacional. Me he sentido sola en relación a gente de izquierda de Argentina y de Italia. He dudado de mis pensamientos y emociones al respecto. Pero, por fortuna, he sido fiel a lo que iba pensando, sintiendo y observando.
La campaña anti M5S ha sido enorme. Desde hace años estoy escribiendo un libro sobre este M5S, y no decido concluirlo porque he sentido que a nadie le interesa, que es una especie de causa perdida (causas a las que soy aficionada, pareciera). Defiendo al M5S no porque sean portadores de una idea política incontrastable y pura, sino porque construyeron un entramado de acontecimientos políticos que han modificado la cultura política en Italia, desde que Beppe Grillo comenzó con sus giras por Italia, desde que cruzó a nado el estrecho de Messina y se gestó un movimiento, desde abajo, con gente sin experiencia política (no significa que apueste a la anti-política, pero en Italia la opción de cambio se forjó así). Grillo y otros con él interceptaron y encendieron una voluntad de cambio de una mayoría de italianos que se vieron reflejados en esta inédita experiencia política. De allí que hayan sido el partido más votado con más del 32% en 2018, y que hayan accedido a gobernar. Son ellos, con sus acciones contra corriente, con sus errores y aciertos, los que han llevado adelante este momento histórico por el cual los Benetton han accedido a las condiciones del gobierno.
Este gobierno es el segundo presidido por Giuseppe Conte. Segundo gobierno, porque el primer gobierno formado con La Lega cayó hace un año por acciones directas de Matteo Salvini. Debía hacer caer ese gobierno para defender los intereses de los Benetton. Ese era el primer objetivo de la maniobra salviniana. La jugada hizo que cayera el gobierno pero se formó otro, con Conte a la cabeza, entre el M5S y el PD (ex izquierda). El profesor Conte, que no había hecho política antes de ocupar el lugar de Premier, fue llevado y sostenido por el M5S (hoy lo quiere la mayoría de la población italiana). La insistencia del M5S en defender a rajatabla a Giuseppe Conte está en la raíz de este triunfo de Conte, quien ha sido inamovible en sus exigencias. El consejo de Ministros anoche fue firme: o los Benetton aceptan las condiciones que propone el Estado o se produce la revocatoria de la concesión.
Los Benetton obtuvieron hace muchos años la concesión de las autopistas de Italia sin haber puesto un peso, sólo ganancias que les permitieron construir un holding poderosísimo. Este gobierno ha sido inflexible sobre las consecuencias que debe pagar Benetton después de la caída del puente de Genova que costó la vida de más de 40 personas.
En pocos días van a inaugurar el nuevo puente de Génova construido en un año y por el costo inicial presupuestado. En un país donde los grandes emprendimientos cuestan millones y tardan décadas de realización por la gigante corrupción política y empresarial, esta inauguración es la prueba de que cuando no se roba, cuando se piensa en el bien común –no sólo en Italia–, las cosas empiezan a funcionar mejor. Claro que se necesitan políticos con la decisión de trabajar por el interés general, no de algunos pocos, que también puedan construir cierto poder para no ser derrocados. Porque el sistema generalizado de funcionamiento de la política italiana ha sido y sigue siendo de connivencia con los saqueadores de turno. Cuando alguien se resiste aunque sea en mínima medida al saqueo y los negociados, los efectos comienzan a hacerse ver. Hoy es un día histórico.
Aprendí en este tiempo de sentirme sola con mi defensa del gobierno Conte y del M5S que, hasta para pensadores lúcidos, la ideología, esa que nos define sin que la pensemos, muchas veces conduce a posicionarse mirando hacia el pasado. El recelo desde izquierda hacia el M5S no es sólo similar al de la izquierda del 2% al que sólo el ideal puro de algo que no existe merecería su aprobación. En mucha gente hay una inercia respecto de lo que ha ocurrido en el pasado para pensar el presente. Ciertas categorías y hasta teorías como las de Laclau son muy bien utilizadas cuando se está frente a un acontecimiento ya consumado y no frente a lo inédito, que se está construyendo en su contingencia. Sin dudas, la teoría laclausiana es valiosísima para pensar la construcción política en el ‘siendo’ de la contingencia, pero algunos analistas no dan lo mejor de esa teoría para poder pensar un evento inédito de la política como es el M5S. Mi hipótesis es que una ideología que mira al pasado, a insistir en las formas conocidas de lo politico, se los impide.
El recelo por las aventuras políticas inéditas emancipadoras se suman a las narraciones dominantes que estigmatizan todo proceso que intenta, como lo he dicho tantas veces, poner alguna coma o algún punto al guión neoliberal. Hoy, frente al embate colosal de las fuerzas de la derecha y de las corporaciones que asocian prensa, mafia y política en Italia, no hay otra posibilidad que seguir apostando por este gobierno. Hoy, este gobierno, que me confirma en mi apuesta por él, les ha puesto una coma o un punto a quienes, por el hecho de haber acumulado poder político y económico, se creen todopoderosos.
Como dice un conocido, habitualmente crítico del M5S y del gobierno: “Es un momento importante: la primera inversión de ruta después de 30 años de privatización del estado, de los servicios públicos y de las redes estratégicas. Cualquiera que esté a favor de lo público y del interés general debería alegrarse".
1 - http://tallerlaotra.blogspot.com/2013/02/ahora-si-las-cosas-estan-cambiando-en.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario