Visulaes C
por Liliana Piñeiro
por Liliana Piñeiro
La batalla entre las dos era sorda, y se libraba a la hora de la comida. Si la invasión era violenta, la resistencia era feroz. Cada tanto, el sol de la siesta traía una tregua amorosa, y madre e hija jugaban. Un aroma dulce de manzanas y caramelo se mezclaba con las risas. La pequeña, excitada y feliz, corría por la vieja cocina.
El acontecimiento llegó una tarde, cuando la niña chocó contra la pared de azulejo y sintió que era ella. Extendió las manos y las miró, como si fueran nuevas. Y el pecho y las piernas, toda una sobre los pies. Fue un frío en el cuerpo, y algo más. De la risa al asombro: primera conciencia de sí.
* Cozinha da casa de Manhufe (Amadeo de Souza-Cardoso, 1913)
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