viernes, 16 de septiembre de 2011

Clarín, Duhalde, Carrió, Solanas


por Oscar Cuervo

Artemio López citó hace pocos días un fragmento del libro Argenleaks de Santiago O'Donell que serviría para poner en cuestión la legendaria fama de Duhalde como gran jugador de ajedrez de la política:


"En febrero de 2009, Eduardo Duhalde visitó la embajada estadounidense para llevarle al encargado de negocios Tom Kelley sus 'Pronósticos Electorales para 2011'... El ex presidente y actual precandidato por el Peronismo Federal dijo que la verdadera carta fuerte de la oposición no era él sino el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y Felipe Solá era una alternativa... Elogió 'el coraje y las convicciones" de Cobos, criticó el "liderazgo combativo" de Lilita Carrió y opinó que Solá "tiene una chance sólida'. "Pero por sobre todos ellos colocó a Macri de quien dijo: 'Le tengo mucha fe'.

"¿Y Cristina? Duhalde predijo que 'ninguno de los Kirchner será un factor en las elecciones de 2011, ni como candidatos ni como generadores del nuevo líder', escribió el diplomático como resumen del encuentro."


Abel Fernández retoma la cuestión de la sagacidad política de Duhalde, puesta en cuestión una vez más por la asombrosa desubicación con que encara la actual campaña:


"...su estrategia actual muestra incapacidad para aprender de la experiencia. Porque Duhalde ya canalizó en las primarias del 14 de agosto un voto anti K.

"Había sumado a lo largo de los dos últimos años – pude percibirlo – un voto no peronista, que aceptaba algunas políticas del gobierno nacional, pero rechazaba el “estilo K”. Y en el mes previo a la primaria consiguió sumar los votos de los que estaban dispuestos a votar a Drácula, si Drácula, como Duhalde, pareciera ser el opositor más sólido contra el kirchnerismo.

"Y todo eso, más el siempre presente “efecto ambulancia” – el sumar a los pequeños dirigentes y punteros que quedan fuera de la lista oficialista (y, en Buenos Aires, de la de Narváez) – le dió un poco más del 10 % el 14 de agosto.

"Creo que la conclusión es inescapable, y se aplica no solamente a Duhalde. Carrió – “medium” de los sectores medios con un rechazo de piel a los K, según la bautizó Manolo Barge – obtuvo el 3 %. No veo chance que en octubre mejoren, y sí de que empeoren.

"La sociedad – o, como se decía antes, el pueblo – aún los opositores al gobierno, quieren algo más que un Frente del Rechazo. Hay toda una camada de dirigentes políticos que se han mostrado incapaces de proporcionarlo, y su jubilación es inevitable".


Coincido con ambos acerca de la demolición del mito de Duhalde como un astuto jugador político. Pero la debacle abarca a sectores más vastos y más bastos; se extiende más allá del fallido peronismo anti-k (peornismo opositor, según Verbitsky). Pensemos en dos figuras que no tienen que ver con ese universo: Elisa Carrió (la menciona Abel), pero también Pino Solanas. Yo creo que definitivamente hay que incluir en estre cuadro, entonces, a Clarín, que fue un factor de poder no desdeñable en las últimas décadas. Un tipo insospechado de kirchnerismo, pero que conoce el vientre de la ballena por dentro, Jorge Asís, autor del malditísimo y ultraproscripto Diario de la Argentina, escribió hace poco en su página:

“Cristina entonces le brinda una invalorable lección histórica, en principio, al general Videla. También, en la misma fila, a Alfonsín, Menem y De la Rúa. Enseña la Maestra Cristina que el Grupo Clarín, si se lo enfrenta con convicciones firmemente sólidas, es perfectamente doblegable. Porque sencillamente no se encuentra en condiciones morales de sostener ninguna batalla. [Clarín] Ganaba por la implantación del temor escénico”.


Entonces hay una combinación de factores: la cortedad de miras del frente opositor, en estos años comandado por Clarín y no por Duhalde, que ha sido demolido en las urnas en agosto pasado; y, junto a esto, un acierto de Néstor y Cristina en la selección del adversario principal: Clarín y no los diversos políticos que se montaron sobre el soporte mediático de Clarín.

Duhalde, Carrió y Solanas son tres figuras de trayectorias muy diversas que se alinearon con Clarín, porque tenían ahí una plataforma desde la cual estar presentes en la agenda diaria, diciendo lo que el Grupo necesitaba. Parecen haber caído bajo el influjo engañoso de ese micro clima anti-k y supusieron que con eso solo bastaba. La carrera de los tres (y de sus varios satélites) está hoy aniquilada. En estos días, Clarín los suplantó por Shoklender, pero eso apenas les sirve para tratar de arañarle algunos votos a Cristina, tratar de que no se aleje demasiado del 50 % obtenido en agosto: pan para hoy, hambre para mañana. Lo que Clarín no tiene (y mientras no tenga…) es liderazgo político alternativo.

Por haberse valido de (y haberse dejado usar por) Clarín hay políticos cuyas carreras se extinguen irremediablemente. Pero incluso a los opositores que queden en pie después de octubre, el triunfo de los Kirchner sobre el Grupo les va a servir. Una vez más, Jorge Asís:

"por el mero hecho de haberles declarado la guerra, los Kirchner producían un saludable beneficio. A la política, en general, como oficio. La despejaban. La liberaban (a la política) de la extorsión permanente de tener encima, siempre, el Riesgo-Clarín. Consistía, en la práctica, en gobernar específicamente para ellos. Para el Grupo. Tratamiento relativamente favorable, en materia informativa, a cambio de las ventajitas comerciales, que facilitaban la expansión infinita del Grupo. Al extremo de hacer, casi sin darse cuenta, de pronto, la política ideal que les dictaba el Grupo. Clarín bajaba, en la práctica, la línea. A cambio, en el tácito mercadeo, de los titulares. Y -sobre todo- de las omisiones de los aspectos más degradantes que cargaba, invariablemente, el político. Los 'finaditos' ocultos del armario. El manejo del silencio selectivo. 'En cuanto Kirchner se hartó, y les declaró la guerra, el Grupo estuvo perdido', confirma la Garganta. Calificada. Sin mayor dramatismo. Con la rodillera. 'Nadie, por la destrucción de Clarín, va a derramar una sola lágrima. Que se j…', confirma otro. Con el babero. Siempre en off. Aunque suele manifestarse, en público, con la mirada grave hacia el horizonte, y sin vinchas visibles, en contra 'del hostigamiento hacia la prensa libre'."


Muchas veces se dijo que los Kirchner elegían adversarios fáciles y desacreditados en la sociedad para obtener réditos políticos a bajo costo. Cuando en 2008 el gobierno se enfrentó a Clarín, muchos desdeñaban el valor polìtico del enfrentamiento, diciendo que se trataba de una obsesión trivial por el "relato" sin efectos apreciables sobre el poder real. Ahora algunos de los más acendrados críticos del oficialismo empiezan a reconocer el servicio que a la política argentina le ofrenda Cristina, después de enfrentar con firmeza 347 tapas en contra del ex Gran Diario Argentino.