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jueves, 7 de noviembre de 2013

El arte de la guerra

Wong Kar Wai tiene el síndrome de hubris



Wong Kar Wai hizo a principios de los 90 pequeñas películas imperfectas y adorables (yo me pasaría mil tardes de mi vida volviendo a ver Fallen angels). Después vino a la Argentina para escaparse de una situación densa en Hong Kong y para buscar los rastros de Manuel Puig en estos aires. De ese encuentro no salieron indemnes ni el cine argentino ni Wong Kar Wai. Happy together es su película más áspera y marcó a los nuevos cineastas argentinos, desde el momento en que capturó la atmósfera visual y sonora de Buenos Aires como nadie lo había hecho antes. Wong puso a esta ciudad en el cine contemporáneo.

En el 2000 hizo una película triste y perfecta sobre un romance perfecto y triste: In the mood for love (La flor de la edad sería el título original chino). Uno de los grandes melodramas de todos los tiempos. ¿Cómo seguir después de eso?

Esa pregunta Wong la respondió filmando: 2046 es el tiempo del anonadamiento que sobreviene después de haber vivido un romance hermoso y trunco. Y es una película que se pregunta cómo seguir haciendo películas después de haber rozado la belleza. Su desmesura, su ejecución vacilante y su sabor resacoso se gozan en toda su melancolía. 

Tardó tanto en terminar 2046 que Wong estaba empezando a avisarnos que no sabía cómo seguir.

Hasta ahí todo bien.

Hizo todavía otra genialidad: La mano, el primer episodio de Eros. Y ahí dejó ver que la concisión podría ser una buena consejera para un cineasta con síndrome de hubris.

Después, la terrible decepción; My blueberry nights es una película indigna de su filmografía: como si un chapucero publicista americano pretendiera sacarse el gusto de imitar con torpeza a Wong Kar Wai.

Quedamos esperando el movimiento siguiente: tratando de pensar que My blueberry nights fue solo el mal paso de alguien que en seguida se recompondría. Mucho tiempo esperamos hasta que llegara El arte de la guerra.

Acá están todos los yeites de Wong, el foco crítico en los PPP, la lluvia filmada en picados, los ralentis, los carteles en esa tipografía china tan atractiva, carteles que funcionan como uno de los puntos de enunciación de sus relatos, porque también apela a la voz en off evocadora del protagonista que recuerda en primera persona. Siempre nos queda la pregunta de en qué tiempo se ubica la voz narradora, siempre parece estar evocando los sucesos muchos años después de haberlos vivido.

Todos esos procedimientos están, como para que uno se dé cuenta de que la película es de Wong. Y están esos planos perfectos, ese luz dorada que inunda la pantalla, esos verde azulados, esos planos que uno quisiera capturar para llevárselos a su casa de tan lindos.

El arte de la guerra está llena de esos planos súmamente lindos, pero de una lindura que empalaga. Sobre todo porque sus personajes no nos despiertan el menor interés. Ya no nos trasmiten ese ánimo de amar de 13 años atrás. Decir que son personajes es ya decir demasiado: son construcciones hechas de palabras y primerísimos planos con foco crítico y luz dorada, con voces que los narran. Pero a través de esos procedimientos ya no circula la vida. El perfeccionismo que se le atribuye a Wong (que alguna vez ejerció) ahora es más bien engolosinamiento por hacer planos lindos que flotan en un archipiélago de linduras, todo anegado.

No importa: le debemos tan buenos momentos que lo seguiremos esperando. Capaz que algún día Wong Kar Wai vuelve.

11 comentarios:

julieta eme dijo...

yo creo que vi todas las películas de WKW, aunque no vi ese corto que mencionás.

vi el trailer de esta peli de ahora y tu nota confirma mis impresiones...

julieta eme dijo...

pasan los años y Tony Leung sigue siendo muy lindo...

Oscar Cuervo dijo...

No te pierdas el episodio "La mano" de la película EROS. Extraordinario

Analia dijo...

yo vi la mano y me encanto. Quiero ver el arte de la guerra para ver como filma las escenas de arte marcial como buena practicante de Kung Fu y Tai chi. Pero con tu comentario esperaré a que la den por I Sat. besos.

Oscar Cuervo dijo...

Analia: si algo tiene disfrutable El arte de la guerra, creo que solo se puede apreciar en una buena proyección cinematográfica. Pasado a la tele'me parece que eso se va a esfumar. Por otro lado, hay muchas explicaciones sobre los distintos tipos de kung fu que quizá a vos te puedan interesar.

Sofía dijo...

Hermosa la mini película La mano de Eros. Hay música de Caetano Veloso al comienzo de Eros... Es muy linda esa escena de luces y sombras. Inolvidable.
Fallen Angels es de el? Me estoy confundiendo...

Oscar Cuervo dijo...

Claro: Fallen Ángel La caída de los ángeles. WKW en estado de maxima pureza. Y La mano tiene musica de Caetano en los separadores, si.

Sofía dijo...

Oscar, tenes que volver a hacer esos ciclos de cine tan lindos que hacías en La Tribu los sábados :)

Comandante Cansado dijo...

¿Quién es el criminal que le puso El arte de la guerra a The Grandmaster? Qué corno tendrá que ver el libro de Sun Tzu con el maestro de Bruce Lee, por dió.

Sofía dijo...

Comandante Cansado:
De qué se trata ese libro? Tenés idea? Me da mucha curiosidad. Lo voy a investigar.

Sofía dijo...

Hace poco leí El arte de amar de Ovidio que es una elegía didáctica. Muy raro: se mezcla el género didáctico con la elegía que es un lamento en donde se expresa la subjetividad, de origen griego. En la época de Augusto estaban de moda los textos didácticos que enseñaban como jugar a los dados, nadar, etc.
En el libro se trata al amor como un objeto, como un hecho objetivo. En el primer libro se desarrolla cómo debe seducir un hombre a una mujer. En el segundo, cómo mantener el amor cuando uno lo ha obtenido, y el tercer libro, habla de cómo deben ser seducidas las mujeres desde un lugar pasivo. Es un texto paródico pero con grandes verdades. Ovidio fue condenado y desterrado por Augusto y los motivos no estan claros. Aparentemente, se loS relaciona al contenido del libro.
También, junto a esta moda de "cómo hacer tal cosa", se estilaba presentar el contrapunto al modo de la oratoria. Es decir, expresar argumentos en favor de una cosa y de lo opuesto. Por esto Ovidio tb escribió Remedios contra el amor. Yo creo que un buen contrapunto debe ser El arte de la guerra. Pero si lo pienso bien, la guerra y el amor se parecen, tanto, que se habla de la Militia amoris, metáforas relativas a la guerra, aplicadas al amor.