todos estamos igual

sábado, 9 de mayo de 2015

Lorenzetti y los residuos de la Corte


Son todas interesantes las novedades que brinda el Poder Judicial. Después de que el presidente de la Corte Suprema abriera el año con un show en el que cometió la insólita gaffe de afirmar que la investigación por el atentado contra la Embajada de Israel era "cosa juzgada", para tener que desdecirse a las pocas horas, después de ser desmentido por el estado de Israel, con semejante precariedad funcional de quien encabeza uno de los tres poderes de la Nación, que demuestra ignorar una causa que él mismo tendría que estar dirigiendo, lo que habría que pedir es un examen para constatar si el propio Lorenzetti está en condiciones psicofísicas para integrar el máximo tribunal.

Pero eso fue solo el indicio temprano del acelerado deterioro de la legitimidad que la Corte supo tener. Esto que ahora quedó es un residuo de aquella Corte, que cada semana muestra en público su decadencia terminal. Lorenzetti se hizo reelegir por enésima vez mucho antes del final de su mandato, mediante una acordada que falsificó la presencia del anciano Carlos Fayt en las deliberaciones. Hace rato que Fayt no concurre a Tribunales y todo indica que ha llegado a una fase de senilidad que le impide entender de qué se tratan las miles de causas que la Corte debe resolver.

Lorenzetti está manejando la Corte con tan solo tres miembros regulares, un anciano de conciencia declinante, más un quinto miembro fantasma que desempeña las funciones de juez supremo sin haber cumplido los requisitos constitucionales para serlo. Se trata de Pablo Hirschmann, un abogado que supo desempeñarse como asesor de Julio Nazareno en la época de la Corte menemista, que sobrevivió a la renovación propiciada a comienzos del kirchnerismo y pasó a funcionar como asesor de Fayt en los últimos tiempos. Ahora que Fayt ya no puede siquiera ser asesorado, Hirschmann delibera junto a Lorenzetti acerca de los dictámenes de la Corte. Es un virtual juez supremo que no cumplió con los mecanismos requeridos por la Constitución. Un juez trucho.

Cuando trascendió la falsedad de la presencia de Fayt en la acordada que extendió el mandato de Lorenzetti, los voceros de la Corte salieron a aducir que se trató de un "error de redacción". Con tan poca seriedad, están lesionando la legitimidad de los documentos públicos que emite el cuerpo judicial que se encarga de velar por el control de constitucionalidad de la República. Es insólito que semejante maltrato de las instituciones venga de personas que enarbolan la bandera de los valores republicanos. Tal grado de hipocresía produce un daño no mensurable en la credibilidad del actual sistema jurídico. ¿Quién velará por la legalidad, si los que tienen la misión de hacerlo muestran semejante desdén por la institución que ocupan?

En esta linea de deterioro jurídico, ayer se conoció que el juez subrogante de Bahía Blanca Álvaro Coleffi, que impulsó las causas contra los cómplices civiles de la última dictadura en esa ciudad fue cesanteado por la Cámara Federal de Bahía Blanca. Coleffi fue el juez que se atrevió a indagar al empresario periodístico Vicente Massot, propietario del diario de ultraderecha La Nueva Provincia y acusado de graves crímenes de lesa humanidad. "Es un mensaje de disciplinamiento brutal dirigido a quienes investiguen a los sectores poderosos de Bahía Blanca", afirmó Miguel Palazzani, integrante de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos. El poder judicial desnuda así su decisión de dejar impunes a los responsables civiles de la dictadura genocida. Lorenzetti junto con los residuos de la Corte está a la cabeza de ese poder corrupto.

Hoy a la mañana, en otra maniobra burlesca, se difundió a través de un programa de radio América producido por la corporación judicial un audio de pocos segundos en los que se escuchaba presuntamente a Carlos Fayt diciendo que está en "plenitud" para ejercer su cargo. Una operación mediática que solo agrega grotesco a la farsa.

Como para mostrar que el desempeño de los actuales residuos de la Corte está alineado con el Círculo Rojo, ayer se difundió un comunicado en el que estas empresas "a las que les interesa el país" respaldan los desaguisados de Lorenzetti y sus cómplices:

Un Poder Judicial independiente es un pilar fundamental del Régimen Republicano y cumple un rol central como garante de los derechos establecidos por nuestra Constitución Nacional.

Por este motivo expresamos nuestro rechazo ante expresiones hostiles referidas a la Corte Suprema de Justicia de la Nación tanto en lo referente a su Presidente, como a sus demás integrantes.

El respeto a la Ley y a la dignidad de la Justicia, y en particular a la de la Corte Suprema y sus autoridades, es la base de la convivencia civilizada, y un requisito indispensable para el progreso humano, social y económico de nuestra sociedad.

Adhieren
Asociación Cristiana De Dirigentes De Empresa (ACDE)
Asociación Dirigentes De Empresa (ADE)
Asociación Empresaria Argentina (AEA)
Cámara De Comercio Argentino-Canadiense (CCAC)
Cámara Argentina De Empresarios Mineros (CAEM)
Cámara De Comercio De Estados Unidos En Argentina (AMCHAM)
Cámara De Importadores De La República Argentina (CIRA)
Confederaciones Rurales Agentinas (CRA)
Centro De Consignatarios De Productos Del Pais (CCPP)
Colegio De Abogados De La Ciudad De Buenos Aires
Comisión Empresaria De Medios De Comunicación Independentes (CEMCI)
Confederacion Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro)
Consejo Empresario Mendocino (CEM)
Fundación Agropecuaria Para El Desarrollo De Argentina (FADA)
Fundación Libertad (Fl)
Fundación Mediterránea (FM)
Instituto Argentino De Ejecutivos De Finanzas (IAEF)
Instituto Para El Desarrollo Empresarial De La Argentina (Idea)
Sociedad Rural Argentina (SRA)
Camara De Sociedades Anónimas (CSA).

Este comunicado de ayer me hizo acordar a otro que emitieron varias de estas mismas instituciones firmantes allá por 1983 en el diario masserista Convicción:

Los argentinos estuvimos en guerra. Todos la vivimos y la sufrimos. Queremos que el mundo sepa que la decisión de entrar en la lucha la provocó e impuso la subversión, no fue privativa de las Fuerzas Armadas. Tampoco fue privativa del gobierno argentino. Fue una decisión de argentinos. Todos, absolutamente todos los hombres de buena voluntad que habitan el suelo argentino pedimos en su momento a las Fuerzas Armadas que entraran en guerra para ganar la paz. A costa de cualquier sacrificio. Y todos deseamos que la guerra terminase cuanto antes.
Hoy la guerra terminó, aunque no la vigilia. Y tal como cualquier otra guerra, la nuestra también tuvo su precio.
Su enorme cuota de dolor y sacrificio. Porque en ella hubo muertos y desaparecidos. Argentinos que cumplían con su deber, defendiendo nuestro derecho a la paz y nuestro tradicional modo de ser, que una minoría cuestionaba.
Y murieron también muchos de aquellos que, temerariamente, pretendieron imponernos ideologías extremistas, y un sistema de vida totalmente ajeno a nuestro sentir nacional. Ése fue el precio de la guerra en la Argentina.
Las instituciones que abajo firmamos queremos refrendar de esta manera nuestro apoyo a aquella dolorosa pero imprescindible decisión.
Aunque en idénticas circunstancias volveríamos a actuar de la misma manera, quiera Dios que nunca más tengamos que pagar este precio para vivir en paz. (32)
Entre la entidades firmantes de esa solicitada estaban:
– Asociación de Bancos Argentinos,
– Asociación de Industriales Metalúrgicos,
– Asociación Internacional del Club de Leones,
– Bolsa de Cereales de Buenos Aires,
– Bolsa de Comercio de Buenos Aires,
– Cámara Argentina de Editores de Libros,
– Cámara Argentina de Anunciantes,
– Cámara Argentina de Comercio,
– Cámara Argentina de la Construcción;
– Cámara de Comercio, Industria y Producción de la República,
– Centro Argentino de Ingenieros,
– Consejo Empresario Argentino,
– Consejo Publicitario Argentino,
– Rotary Club de Buenos Aires,
– Sociedad Rural Argentina,
– Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer y
– Liga de Madres de Familia.

Lorenzetti no se puede quejar. Está en buena compañía.

3 comentarios:

el barrefondo dijo...

Te acordás de la jueza Roxana Rogovsky Tapia.

Oscar Cuervo dijo...

Esto es incomparablemente peor, se trata de la Corte Suprema, es decir de la cabeza del sistema jurídico argentino.

el barrefondo dijo...

Es verdad.
Pero en aquella época, por hechos similares, los "guardianes de la república" hicieron un quilombo de novela.