Una entrevista a Sebastián Duarte en La otra.-radio: clickear acá
Desde su primer libro, Ricky de Flema. El último punk, Sebastián Duarte viene desarrollando una escritura que es un mix de geografía existencial, testimonio generacional y experiencia directa de una época, una zona y un espíritu: el corredor que conecta la zona sur del Conurbano, desde Avellaneda, hasta el desangelado barrio de Constitución. Ese trayecto no fue solo un desplazamiento físico, sino ante todo el camino hacia la Meca del Rock, que en los duros años 90 se situaba en Cemento. El boliche de Omar Chabán y Katja Aleman fue para muchos jóvenes como Sebastián el espacio de su educación sentimental, el punto desde el cual pararse para ver el mundo. Varios de sus libros abundan en descripciones de lugares, escenas y personajes de ese núcleo histórico y experiencial: los mismos Ricky, Chabán, las travestis de Constitución que retrató en su libro La Constitución Travesti, las calles de arquitectura chata, los bares, las pizzerías, las estaciones de servicio en las que se esperaba hasta la madrugada la hora del comienzo del rock, las fisuras, los colectivos, los personajes que se estrellan en un intento de fuga del inhóspito clima social del neoliberalismo. Sebastián lo cuenta porque estuvo ahí, lo vio y lo sintió. Por eso es uno de los mejores testigos de la parábola que recorrió Cemento, desde el glamoroso inicio como centro del teatro de vanguardia durante los 80 hasta convertirse en el templo del rock más áspero, para eclipsarse juntamente con la tragedia de Cromañón, que signó el fin de una época.
En su nuevo libro Yo toqué en Cemento. La historia por sus protagonistas, Duarte entrevista a una pila de esos personajes que estuvieron ahí: Ricardo Iorio, Adrián Dárgelos, Semilla Bucciarelli, Gillespi, Sergio Gramática (de Los Violadores), Roy Quiroga (Ratones Paranoicos), Andrés Calamaro, Cristian Aldana, Nekro (Fun People y Boom Boom Kid), Iván Noble, Chizzo (de La Renga), Cordera, Patricia Pietrafesa (She Devils), Mosca de 2 Minutos, Pichón Baldinu (la Organización Negra), la Mona Gimenez, que debutó en Buenos Aires en Cemento y unos cuantos más. Escenas graciosas y dramáticas en ese espacio inhóspito, denso, violento y vital que constituyó Cemento, una auténtica caja negra de la época. En el libro aparecen mencionados los otros grandes personajes que pasaron por ahí: el Indio, Luca, Skay y Poli, Batato, Urdapilleta y Tortonese y por supuesto Ricky de Flema.
El domingo pasado tuvimos una amplia y amable charla con Sebastián, que nos contó sus propias experiencias en Cemento, así como el proceso de elaboración del libro y las anécdotas de sus tantos entrevistados.
Creo que Yo toqué en Cemento se convertirá a la larga en un documento histórico de primera mano de un fenómeno contracultural de una época dura y una actitud resistente. Para escuchar el programa, clickeen acá.
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