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viernes, 7 de diciembre de 2018

Avelluto y Haiek: predadores del cine y la cultura

Colectivo de Cineastas: #DefiendoCineArgentino #DefiendoCineIndependiente



Hace dos semanas el periodista Carlos Aira, de FM 89,3 Radio Gráfica, nos recordaba que Pablo Avelluto, antes de tratar de liquidar a la cultura argentina desde su degradado cargo de secretario de cultura del macrismo, se dedicó como director gerente de Torneos y Competencias a vaciar la centenaria revista deportiva El Gráfico. La revista atravesó el siglo hasta extinguirse con el macrismo, gracias a la estrategia empresarial impulsada por Avelluto desde TyC, que dejó al diario Olé (Grupo Clarín) sin competencia.

Cuando fue designado funcionario macrista, el escritor Fabián Casas trazaba su perfil exterminador:


Pablo Avelluto es como el Terminator de la segunda película de la saga: cuando parece que está destruido, sus moléculas comienzan a juntarse en el piso y al rato, ¡zas!, ya está de nuevo en carrera, como Lopérfido y tantos otros. Como bien lo anuncia la Wikipedia de estos días, fue gerente de Random House Mondadori, jefe de Prensa de Planeta y ahora, antes de Cambiemos (vieron que los chicos en la plaza cuando juegan, para modificar el rol, dicen, “cambiemos”), se movía como coordinador de no sé qué cosa macrista en los medios. Para mí no fue necesario leer las encuestas: si Avelluto estaba en el macrismo, el macrismo iba a ganar; nunca está con los que van a perder. Yo lo conocí en 2001 en la época en que trabajé en Torneos y Competencias. El era un consultor y colaboramos junto a un equipo de periodistas para relanzar El Gráfico. Avelluto utiliza la misma técnica de los guionistas de Patoruzú para crear a los malos. ¿Se acuerdan? El malo en estas historietas es primero buenísimo, encantador, hasta que sobre el final se revela su verdadera cepa.

Los interesados pueden chequear sus tuits, donde minimiza la pasada dictadura y propone echar a los maestros que protestan por sus derechos. Pero no importa, Avelluto es un encantador de serpientes: es cool, le gusta la música sofisticada, pero también es de Boca para ser popular (ya anda diciendo en los reportajes, de manera genial, que su madre es cristinista, su mujer radical y sus hijos de izquierda; es decir, no tiene una familia, tiene una coalición). Y también la frase justa en el momento justo que siempre merodea en el oído de los que la tienen más larga. En esa época en El Gráfico nosotros lo propusimos como director gerencial de la revista y no bien asumió hizo una lista de despidos en la que estaban incluidos muchos de los compañeros que lo habían impulsado. Su ineficacia para gestionar es proverbial en el ambiente cultural. El macrismo parece elegir a sus funcionarios en la misma sintonía con la que las botineras eligen sus presas: que sea un gerente, que sea medible. De esta cantera salen Del Sel y la Nada y tantos otros. Ahora Avelluto está frente a un nuevo desafío. Espero que Dios y el Papa lo iluminen y que realmente haya cambiado, como el eslogan. Porque hasta que se demuestre lo contrario, haberlo puesto en el cargo de ministro de Cultura nacional es como proponerle a Jorge Rial la jefatura de la Side.

El periodista Alejandro Wall describe esa gestión con mayor crudeza y concisión:
Las últimas tropelías de Aveluthor fueron informadas por este blog. Había quedado calentito por el escrache que recibió en la reciente edición de la Feria del Libro, donde no pudo dar su discurso:





Aveluthor fue a la apertura del festival de Mar del Plata con ánimo provocador. Intentó vanagloriarse por los inexistentes éxitos conseguido por el cine argentino, una broma de mal gusto. La platea que colmaba el Auditorium lo tapó con chiflidos y buuuhs. Bajó del escenario, ya no calentito como en la Feria del Libro, sino re-caliente. Maltrató al personal del Festival, apartó a la locutora Gabriela Rádice por no "haberlo defendido" del repudio y dejó instrucciones a Juan García Aramburu, gerente general del INCAA, para que durante la ceremonia de cierre no se permitiera hablar a los artistas premiados ni al jurado, por temor a que expresaran sus críticas a la gestión macrista. 

Ralph Haiek, presidente del INCAA, lo dejó hacer sin involucrarse personalmente durante el festival, pero es el responsable directo de la destrucción sostenida de la producción cinematográfica nacional. Fernando Enrique Juan Lima, vice del INCAA, sí estuvo en la ceremonia del agravio y la avaló con su presencia. La directora artística Cecilia Barrionuevo también convalidó la censura desde el escenario del Auditorio. Sus amigos alegan que su silencio es una sutil forma de "resistencia" al copamiento del festival por parte del macrismo, "para que su lugar no sea ocupado por otro peor". (lean el relato completo acá).

Si uno les busca ingeniosos apelativos que los hacen quedar como simples villanos o cobardes, corre el riesgo de olvidarse de que encarnan políticas de estado. En relación con el meollo del asunto, la política de estado, el Colectivo de Cineastas convoca a una Conferencia de Prensa en defensa del cine y de la cultura en Ventana Sur, este lunes 10 de diciembre a las 17:00 hs, en la puerta de la UCA (Alicia Moreau de Justo 1600). #DefiendoCineArgentino #DefiendoCineIndependiente.

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