El libro de Daniel Rafecas sobre las etapas que llevaron al exterminio de los judíos europeos: La otra.-radio, para escuchar acá
El libro del Juez Daniel Rafecas aparecido en 2012, sobre la mutación desde un estado de derecho hacia un estado genocida durante la Alemania nazi, empieza citando las últimas palabras de Simón Dubnov, un historiador judío que antes que lo fusilen por la espalda, en el Gueto de Riga (Estonia), dijo: “Schreibt un farschreibt!” [“Escriban y registren”]. Y termina diciendo: “A menudo los perpetradores transmitían a los cautivos judíos esa perversa estrategia de ocultamiento e impunidad; es muy frecuente leer en las crónicas y biografías de sobrevivientes de la Shoá las soberbias y desafiantes arengas de los captores: nadie quedaría entre las víctimas para contar lo sucedido, y aun cuando alguien escapara al exterminio, ¿quién le creería a un judío pobre, privado de familia, amistades y comunidad, frente a la “verdad” monolítica del nazismo victorioso?".
Rafecas analiza cómo fue gestándose la "solución final", el exterminio sistemáticamente planificado y ejecutado por el estado del Tercer Reich. No se trató solamente de un puñado de fanáticos antisemitas encabezados por Adolfo Hitler. Además existían los hombres grises; los burócratas como Adolf Eichman, que intentaban cumplir las órdenes de sus jefes a rajatablas. También existió una sociedad que hacía oídos sordos sobre lo que pasaba. Y hay una responsabilidad de la comunidad internacional que asisitió al avance del plan criminal a lo largo de varios años.
El genocidio fue cometido por hombres civilizados que utilizaron para esto los últimos avances de ciencia y tecnología.
Me pregunto por qué el autor dicidió escribir sobre el Holocausto en la Argentina actual. ¿Qué quiere que pensemos y qué tendrá que ver con nosotros? ¿En qué nos podríamos parecer a los nazis? ¿Esto es sólo producto de unas circunstancias históricas irrepetibles o esta singularidad expresa un síntoma de la civilizació mundial?
Una vez, no hace mucho, leí un texto en la revista Parte de Guerra (1999)que se llamaba Hitler y nosotros, ¿tendrá que ver con nosotros?
Alejandro Brain
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Toda comparación histórica con el nazismo siempre va a sonar excesiva, dada la magnitud de los crímenes concretados ahí. Pero las condiciones de posibilidad de los campos de exterminio se ligan con una trama de relaciones de poder y de saber, tecnologías, sistemas políticos y jurídicos, suave naturalización cotidiana del crimen de estado y la violencia sistémica, opresiones invisibilizadas, maquinaciones, eficiencias e indiferencias que preceden, exceden y subsisten al hecho singular e irrepetible. A lo mejor no habrá otro Hitler, pero el lento desliz de una sociedad hacia la negación del estado de derecho, el consentimiento blando ante esos microscópicos deslices diarios, semanales, mensuales, el alimento de las xenofobias y de cualquier otra fobia colectiva, el dejar hacer, el mirar para otro lado cuando a un sector social se le lesiona su dignidad, la ofensa in crescendo, el ingenio lesivo de un estado contra una clase, contra una etnia, contra una condición particular, la instrumentación del resentimiento que segrega el trabajo alienado y las frustraciones masivas, nada de eso fue derrotado junto con el suicidio de Hitler ni con la rendición de las fuerzas nazis.
Eso sigue operando hoy entre nosotros, en el mundo de los vencedores. Estamos de un lado o de otro de esa máquina trituradora, incluso de un lado y de otro al mismo tiempo.
Oscar Cuervo
En La otra.-radio de anoche, además de hablar de este tema, escuchamos algunas nuevas canciones de Devendrá Banhart y The Magnetic Fields.
Y, no casualmente, hablamos de Jujuy.
Y de la indolencia del triunvirato cegetista ante el avance de la flexibilización laboral. ¡Esto sí que es Argentina!
El programa completo se descarga desde acá.