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domingo, 20 de agosto de 2017

La foto de la semana

Hoy a las 12 de la noche en Radio Gráfica FM 89,3: la unidad contradictoria es más decisiva que la identidad abstracta


En la foto se ubican, de izquierda a derecha, Sonia Alesso (secretaria general de Ctera), Hugo Yasky (secretario general de la CTA y candidato a diputado nacional por la lista bonaerense de Unidad Ciudadana), Juan Carlos Schmid (triunviro de la CGT y secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento), Pablo Moyano (dirigente de Camioneros), Pablo Micheli (de la CTA Autónoma) y Roberto Baradel (titular de Suteba). 

El encuentro se hizo el viernes pasado en la sede de SUTEBA para firmar el acuerdo de ir a la marcha del martes 22 a las 15:00 hs. hacia Plaza de Mayo. La primera marcha en la Plaza a la que concurre la CGT desde la asunción de macri.



Creo que no es lo más importante que la CGT (o una parte de ella) vaya a la Plaza, sino que este tipo de unidades empiecen a concretarse. Y la exigencia de la aparición con vida de Santiago Maldonado tiene en este contexto una importancia imposible de sobreestimar. Se trata de una dinámica de la historia que no se pierde en las callejuelas de los tacticismos.

Si alguna vez se juntaron todos estos dirigentes gremiales para acordar una acción conjunta, debe haber sido hace mucho tiempo. Resulta impactante la heterogeneidad política que se condensa en ese espacio de SUTEBA, un lugar que añade significatividad al encuentro. La reunión de estos sectores no suprime sus diferencias políticas ni borra las contradicciones, pero postula un concepto de unidad en la acción fundada no en las identidades políticas sino en intereses objetivos. La convergencia de esos intereses objetivos trasciende sus motivaciones subjetivas: una fuerza muy poderosa los ha llevado a juntarse, más trascendente que sus voluntades sectoriales. Esta foto y esta declaración parecían difíciles de concretarse hace no tanto tiempo.

Son muchos los que están hablando de unidad en estos días. Pero la unidad es un concepto político interesante cuyo sentido necesita ser despejado: ¿unidad para qué? ¿unidad con quiénes? ¿unidad sin quiénes? (porque cualquier unidad supone un sin). El para qué debe construirse políticamente, porque nunca es evidente ni está dado a priori.

El con quién es el elemento que se presta a ser más fetichizado, pero no puede dejar de ser escurridizo: cualquiera de los que están ahí podría no estar y en su lugar podría haber ido cualquier otro sin que la escena perdiera densidad. Está claro que el peso que porta cada uno de los que están ahí no es indiferente: no es cualquierismo. Las diferencias entre ellos (en sus posiciones de los últimos años) es lo que añade riqueza y complejidad a la foto.

No hace falta hacer de la dialéctica un dogma para advertir que no se trata de una unidad a priori, proveniente de la esencia inmarcesible del peronismo, para poner un ejemplo de mal idealismo que se usa con lamentable frecuencia. Ese idealismo berreta que en los últimos tiempos llevó a declamar el imperativo de que se una "todo" el peronismo para enfrentar electoralmente al partido del régimen. Ese "todo" no existe, es probable que nunca haya existido y es seguro que no va a existir.

Parece una discusión filosófica (lo es). Pero es una cuestión decisiva para la práctica. Las unidades se construyen entre los distintos. Y sin que se pierdan sus diferencias.

En esa foto hay ausentes. Pero incluso entre las ausencias hay diferencias. Porque, por un lado, faltan algunos que están, o mejor dicho estarán el martes. Al ratificarse la marcha que inicialmente había sido convocada con serias dudas y sin una total determinación por el plenario de la CGT (esa "totalidad" es ahora irrelevante), esta semana se plegaron a la convocatoria el Movimiento Evita, la CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa. Como es notorio en esta enumeración, ahí todavía hay mayor diversidad política.

Y no podemos olvidar a la Corriente Federal de Trabajadores, que integra la CGT desde una posición disidente a su conducción oficial. El sector gremial liderado por el radical Sergio Palazzo no está en la foto ni va a reunirse sin más en la mala unidad idealista del panperonismo. Pero su ausencia en la foto es contingente: podría haber estado Palazzo o cualquier otro dirigente de la Corriente, peronista o no, y de hecho van a estar en la marcha del 22, porque este sector fue uno de los impulsores más insistentes y decididos.

Más allá de los mencionados, hay otros ausentes en la foto que también están: el sindicalismo de izquierda, con un fuerte componente trosquista, va a ir el 22 a la Plaza y sus consignas diferenciadas, muy críticos de la conducción cegetista y sin ninguna intención de formar parte de un panperonismo. Está muy bien que estén y que no bajen ninguna de sus banderas.

Esa misma tarde en otro lugar no tan lejos de ahí se juntaba el sindicalismo de izquierda. Leandro Sorribas, delegado de ATE-RUB y de la Marrón Clasista, declaró en ese plenario: “Sabemos las diferencias que tenemos, con la conducción de ATE, por eso los clasistas marcharemos junto a los trabajadores de Pepsico y todo el sindicalismo clasista, contra el ajuste de Macri y de todos los gobernadores. Sin embargo vemos muy importante para el conjunto de la clase obrera que se exprese contundentemente en la plaza el grito de Paro Nacional. Negarse a esta pelea, más allá de las diferencias que tengamos, sería avalar la tregua que la CGT prepara para el día posterior a la marcha. No alcanza con contentarnos entre nosotros con que no confiamos en el triunvirato de la CGT, necesitamos que se exprese con fuerza la denuncia a la tregua, para que escuchen todos los trabajadores del país. Con Macri ni tregua: paro y plan de lucha hasta derrotar el ajuste”.

Y después la foto también incluye la ausencia de los que no saben si estar o no estar: antes del martes tendrán que definirse. Y también está la ausencia de los que saben que no van estar. Esa diferencia tampoco se puede totalizar bajo ningún "pan" nada. Por alguna razón los otros dos triunviros no fueron ni firmaron el documento. Se mantienen en un silencio ambiguo que los cobija de sus carencias, porque no saben si les conviene estar. No es una conveniencia subjetiva, es objetiva. Tampoco estarán Pichetto, Massa, Schiaretti, De La Sota, Manzur, a los que nadie les va a negar su condición de peronistas si no van. Tampoco se va a lamentar su ausencia, si se presenta.

Dicho corto: no es condición necesaria ni suficiente ser peronista para estar. No hace falta plasmar ningún acuerdo electoral ni partidario. No es preciso provenir de ninguna esencia primigenia. Esto es política, pero es otra instancia de la política, indispensable y diferente.

“Hay que empezar a discutir un programa de los trabajadores, que ponga el eje en las reivindicaciones y en la lucha política que tendremos que dar para resolver todos los problemas de la Argentina, porque no podemos esperar soluciones de los mismos que causan los problemas", dijo Esteban Castro, secretario general de CTEP, organización cercana a Bergoglio. Y yo levanto las dos manos en apoyo a estas palabras.

Los movimientos sociales toman esta marcha como una continuidad de las jornadas de lucha para exigir la implementación plena de la Ley de Emergencia Social, la sanción de la Emergencia Alimentaria y la exigencia de la aparición con vida de Santiago Maldonado.

Ahora resulta indispensable que la presencia en la marcha de la falta de Santiago Maldonado sintetice todas las diferencias.

¿Habrá un solo orador? ¿Será Juan Carlos Schmid? ¿Qué dirá? Veremos. No hace falta tener todas las garantías a priori ni asegurar los resultados para converger en la acción, nunca carente de riesgos. Porque no se trata de ningún fin, sino de un principio cuyo fin todavía no puede avistarse.

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